Ocupar el sillón en el Sevilla FC de Ramón Rodríguez Verdejo, Monchi , es una auténtica prueba de fuego para el más avezado director deportivo que se precie. Durante más de dos décadas, el de San Fernando dejó una impronta inigualable en Nervión, desarrollando desde su departamento un modelo de repercusión internacional en cuanto a la captación y compraventa de futbolistas que dejó plusvalías millonarias para las arcas de la entidad blanquirroja, además de un reguero de once títulos que encumbraron al club a la élite de los mejores del mundo: siete UEFA Europa League, dos Copas del Rey, una Supercopa de Europa y una Supercopa de España. Decir Monchi es hablar de la época más dorada del Sevilla FC en sus 135 años de historia. Es la piedra angular de los éxitos en el Sánchez-Pizjuán. Lo demostró con creces y resultados durante sus dos etapas al frente de la dirección deportiva, y no son pocos los sevillistas que anhelan un tercer ciclo para el gaditano, ahora en las filas del Aston Villa junto a Unai Emery, ligado a un futuro de vuelta en Nervión con la famosa tercera vía. Esa posibilidad, al menos de momento, se ve lejana desde el actual consejo de administración que preside Del Nido Carrasco , que acaba de firmar esta semana a Antonio Cordón como nuevo director de fútbol profesional del Sevilla FC para las próximas tres temporadas, concediéndole al extremeño mando en plaza y un proyecto largo como él mismo demandaba para venir a Nervión. Cordón brilló con su trabajo durante 17 años en el Villarreal para pasar posteriormente al AS Mónaco, donde gestionó la promoción de Mbappé al primer equipo y puso las bases de su multimillonaria venta la PSG. Ganó el título de la Ligue 1 con los monegascos, una Copa del Rey con el Betis en 2022 y la UEFA Conference League con el Olympiacos FC griego en 2024, con Mendilibar en el banquillo. «Con Antonio Cordón me une una magnífica relación, le tengo mucho aprecio», ha expresado Monchi esta misma semana nada más conocer la incorporación del de Granja de Torrehermosa al Sevilla, al que el club nervionense ya intentó contratar en 2018. Con Antonio Cordón, el Sevilla apuesta por más que un fichador. Se hace con un gestor de grupos, un perfil cercano en el día a día a los jugadores y a su entrenador, acreditado para edificar proyectos competitivos desde economías de guerra.La dilatada trayectoria de Cordón le pone ahora a prueba ante la alargada sombra de Monchi en el Sevilla, un difícil reto que no lograron superar los otros reemplazos del gaditano en el club: Óscar Arias, Joaquín Caparrós y Víctor Orta. Cordón suma el hándicap con respecto a estos de que el Sevilla FC se encuentra actualmente en su posición más delicada quizá de todo lo que llevamos de siglo. Tiene la referencia cercana de lo ocurrido con Víctor Orta , fulminado tras únicamente dos temporadas como director deportivo sevillista. Orta, que ya había sido en su primera etapa secretario técnico de Monchi, se marcha después de haber alcanzado ciertos objetivos como el de reducir los costes de la primera plantilla en casi 100 millones de euros, además de dejar un saldo positivo entre contrataciones y traspasos. Entre sus aciertos en fichajes, destacan Lukebakio y Rubén Vargas, y en menor medida Sow, Nyland y Agoumé.Sin embargo, Orta acumuló demasiados errores que derivaron en su impopularidad y posterior cese. Falló claramente con los entrenadores . Destituyó a Mendilibar para relevarlo por una apuesta sumamente arriesgada como Diego Alonso que salió desastrosa. No supo cimentar un proyecto con Quique Sánchez Flores, mientras que la posterior llegada de Xavi García Pimienta sólo terminó por empeorar los resultados hasta el punto de que el equipo acabó LaLiga con un solo punto de margen sobre los puestos de descenso y con un entrenador no designado por la dirección deportiva como Joaquín Caparrós.En cuanto a los futbolistas, especialmente horrenda ha sido la gestión de Orta a la hora de firmar delanteros : Mariano, Alejo Veliz, Iheanacho y Akor Adams no fueron capaces de marcar un solo gol en LaLiga en estos dos últimos años. Deja también una amplia lista de jugadores que se quedaron lejos de alcanzar sus expectativas en Nervión, caso de Hannibal Mejbri, Peque, Ejuke, Álvaro Ferllo, Valentín Barco o Saúl Ñíguez.No le fue mejor a Óscar Arias en su periplo como director deportivo sevillista. Arias también fue secretario técnico de Monchi entre 2013 y 2017, año en que ocupó el puesto del gaditano cuando éste se marchó a la Roma. Sólo duró una temporada, protagonizando un proyecto con demasiadas sombras y en el que quedaron en evidencia más defectos de los esperados. Ninguno de los entrenadores firmados, primero Berizzo y después Montella, llegaron a cuajar. Y de los trece fichajes realizados (nueve en verano y cuatro en el mercado de invierno), sólo dos, Banega y Navas llevaron en todo momento el cartel de titulares. El resto, por una u otra razón, no fueron determinantes: Corchia, Carole, Geis, Kjaer, Nolito, Pizarro, Muriel, Roque Mesa, Sandro, Layún y Arana. La inversión realizada fue fuerte. Sólo en el verano, el club gastó más de 60 millones de euros, siendo el segundo equipo que más dinero destinó a reforzar su plantilla en el periodo estival, sólo superado por el Barcelona. El 24 de abril de 2018 José Castro anunciaba que Óscar Arias no continuaría como director deportivo.El ‘marrón’ de CaparrósCuatro días después, el club tomó la decisión también de prescindir del entrenador Vincenzo Montella. Acabó LaLiga Joaquín Caparrós logrando 10 puntos de 12 posibles que situaron al equipo en la séptima posición al término del campeonato, tras el cual fue nombrado sorpresivamente como director de fútbol de la entidad, ayudado en el cargo por Paco Gallardo y Carlos Marchena. La experiencia de buscar en el utrerano al ‘nuevo Monchi’ tampoco salió. Su entrenador para la campaña 2018-2019, Pablo Machín, llegó hasta marzo y fue destituido. Caparrós tuvo que dejar el despacho y enfundarse de nuevo el chándal para coger el equipo de nuevo hasta final de curso y clasificarlo en la sexta posición. En sus pocos meses como director deportivo puede decirse que el mejor fichaje fue el del portero Vaclik. El resto, y pese a la millonaria inversión, no estuvo a la altura: Promes (21 millones), Amadou (14,4), Gnagnon (13,5), Aleix Vidal (9,3), Roque Mesa (6), Sergi Gómez (5,5), Munir (1), André Silva (cedido), Marko Rog (cedido), Wöber (cedido con compra obligatoria posterior de 11 millones) y Gonalons (cedido). Ocupar el sillón en el Sevilla FC de Ramón Rodríguez Verdejo, Monchi , es una auténtica prueba de fuego para el más avezado director deportivo que se precie. Durante más de dos décadas, el de San Fernando dejó una impronta inigualable en Nervión, desarrollando desde su departamento un modelo de repercusión internacional en cuanto a la captación y compraventa de futbolistas que dejó plusvalías millonarias para las arcas de la entidad blanquirroja, además de un reguero de once títulos que encumbraron al club a la élite de los mejores del mundo: siete UEFA Europa League, dos Copas del Rey, una Supercopa de Europa y una Supercopa de España. Decir Monchi es hablar de la época más dorada del Sevilla FC en sus 135 años de historia. Es la piedra angular de los éxitos en el Sánchez-Pizjuán. Lo demostró con creces y resultados durante sus dos etapas al frente de la dirección deportiva, y no son pocos los sevillistas que anhelan un tercer ciclo para el gaditano, ahora en las filas del Aston Villa junto a Unai Emery, ligado a un futuro de vuelta en Nervión con la famosa tercera vía. Esa posibilidad, al menos de momento, se ve lejana desde el actual consejo de administración que preside Del Nido Carrasco , que acaba de firmar esta semana a Antonio Cordón como nuevo director de fútbol profesional del Sevilla FC para las próximas tres temporadas, concediéndole al extremeño mando en plaza y un proyecto largo como él mismo demandaba para venir a Nervión. Cordón brilló con su trabajo durante 17 años en el Villarreal para pasar posteriormente al AS Mónaco, donde gestionó la promoción de Mbappé al primer equipo y puso las bases de su multimillonaria venta la PSG. Ganó el título de la Ligue 1 con los monegascos, una Copa del Rey con el Betis en 2022 y la UEFA Conference League con el Olympiacos FC griego en 2024, con Mendilibar en el banquillo. «Con Antonio Cordón me une una magnífica relación, le tengo mucho aprecio», ha expresado Monchi esta misma semana nada más conocer la incorporación del de Granja de Torrehermosa al Sevilla, al que el club nervionense ya intentó contratar en 2018. Con Antonio Cordón, el Sevilla apuesta por más que un fichador. Se hace con un gestor de grupos, un perfil cercano en el día a día a los jugadores y a su entrenador, acreditado para edificar proyectos competitivos desde economías de guerra.La dilatada trayectoria de Cordón le pone ahora a prueba ante la alargada sombra de Monchi en el Sevilla, un difícil reto que no lograron superar los otros reemplazos del gaditano en el club: Óscar Arias, Joaquín Caparrós y Víctor Orta. Cordón suma el hándicap con respecto a estos de que el Sevilla FC se encuentra actualmente en su posición más delicada quizá de todo lo que llevamos de siglo. Tiene la referencia cercana de lo ocurrido con Víctor Orta , fulminado tras únicamente dos temporadas como director deportivo sevillista. Orta, que ya había sido en su primera etapa secretario técnico de Monchi, se marcha después de haber alcanzado ciertos objetivos como el de reducir los costes de la primera plantilla en casi 100 millones de euros, además de dejar un saldo positivo entre contrataciones y traspasos. Entre sus aciertos en fichajes, destacan Lukebakio y Rubén Vargas, y en menor medida Sow, Nyland y Agoumé.Sin embargo, Orta acumuló demasiados errores que derivaron en su impopularidad y posterior cese. Falló claramente con los entrenadores . Destituyó a Mendilibar para relevarlo por una apuesta sumamente arriesgada como Diego Alonso que salió desastrosa. No supo cimentar un proyecto con Quique Sánchez Flores, mientras que la posterior llegada de Xavi García Pimienta sólo terminó por empeorar los resultados hasta el punto de que el equipo acabó LaLiga con un solo punto de margen sobre los puestos de descenso y con un entrenador no designado por la dirección deportiva como Joaquín Caparrós.En cuanto a los futbolistas, especialmente horrenda ha sido la gestión de Orta a la hora de firmar delanteros : Mariano, Alejo Veliz, Iheanacho y Akor Adams no fueron capaces de marcar un solo gol en LaLiga en estos dos últimos años. Deja también una amplia lista de jugadores que se quedaron lejos de alcanzar sus expectativas en Nervión, caso de Hannibal Mejbri, Peque, Ejuke, Álvaro Ferllo, Valentín Barco o Saúl Ñíguez.No le fue mejor a Óscar Arias en su periplo como director deportivo sevillista. Arias también fue secretario técnico de Monchi entre 2013 y 2017, año en que ocupó el puesto del gaditano cuando éste se marchó a la Roma. Sólo duró una temporada, protagonizando un proyecto con demasiadas sombras y en el que quedaron en evidencia más defectos de los esperados. Ninguno de los entrenadores firmados, primero Berizzo y después Montella, llegaron a cuajar. Y de los trece fichajes realizados (nueve en verano y cuatro en el mercado de invierno), sólo dos, Banega y Navas llevaron en todo momento el cartel de titulares. El resto, por una u otra razón, no fueron determinantes: Corchia, Carole, Geis, Kjaer, Nolito, Pizarro, Muriel, Roque Mesa, Sandro, Layún y Arana. La inversión realizada fue fuerte. Sólo en el verano, el club gastó más de 60 millones de euros, siendo el segundo equipo que más dinero destinó a reforzar su plantilla en el periodo estival, sólo superado por el Barcelona. El 24 de abril de 2018 José Castro anunciaba que Óscar Arias no continuaría como director deportivo.El ‘marrón’ de CaparrósCuatro días después, el club tomó la decisión también de prescindir del entrenador Vincenzo Montella. Acabó LaLiga Joaquín Caparrós logrando 10 puntos de 12 posibles que situaron al equipo en la séptima posición al término del campeonato, tras el cual fue nombrado sorpresivamente como director de fútbol de la entidad, ayudado en el cargo por Paco Gallardo y Carlos Marchena. La experiencia de buscar en el utrerano al ‘nuevo Monchi’ tampoco salió. Su entrenador para la campaña 2018-2019, Pablo Machín, llegó hasta marzo y fue destituido. Caparrós tuvo que dejar el despacho y enfundarse de nuevo el chándal para coger el equipo de nuevo hasta final de curso y clasificarlo en la sexta posición. En sus pocos meses como director deportivo puede decirse que el mejor fichaje fue el del portero Vaclik. El resto, y pese a la millonaria inversión, no estuvo a la altura: Promes (21 millones), Amadou (14,4), Gnagnon (13,5), Aleix Vidal (9,3), Roque Mesa (6), Sergi Gómez (5,5), Munir (1), André Silva (cedido), Marko Rog (cedido), Wöber (cedido con compra obligatoria posterior de 11 millones) y Gonalons (cedido). Ocupar el sillón en el Sevilla FC de Ramón Rodríguez Verdejo, Monchi , es una auténtica prueba de fuego para el más avezado director deportivo que se precie. Durante más de dos décadas, el de San Fernando dejó una impronta inigualable en Nervión, desarrollando desde su departamento un modelo de repercusión internacional en cuanto a la captación y compraventa de futbolistas que dejó plusvalías millonarias para las arcas de la entidad blanquirroja, además de un reguero de once títulos que encumbraron al club a la élite de los mejores del mundo: siete UEFA Europa League, dos Copas del Rey, una Supercopa de Europa y una Supercopa de España. Decir Monchi es hablar de la época más dorada del Sevilla FC en sus 135 años de historia. Es la piedra angular de los éxitos en el Sánchez-Pizjuán. Lo demostró con creces y resultados durante sus dos etapas al frente de la dirección deportiva, y no son pocos los sevillistas que anhelan un tercer ciclo para el gaditano, ahora en las filas del Aston Villa junto a Unai Emery, ligado a un futuro de vuelta en Nervión con la famosa tercera vía. Esa posibilidad, al menos de momento, se ve lejana desde el actual consejo de administración que preside Del Nido Carrasco , que acaba de firmar esta semana a Antonio Cordón como nuevo director de fútbol profesional del Sevilla FC para las próximas tres temporadas, concediéndole al extremeño mando en plaza y un proyecto largo como él mismo demandaba para venir a Nervión. Cordón brilló con su trabajo durante 17 años en el Villarreal para pasar posteriormente al AS Mónaco, donde gestionó la promoción de Mbappé al primer equipo y puso las bases de su multimillonaria venta la PSG. Ganó el título de la Ligue 1 con los monegascos, una Copa del Rey con el Betis en 2022 y la UEFA Conference League con el Olympiacos FC griego en 2024, con Mendilibar en el banquillo. «Con Antonio Cordón me une una magnífica relación, le tengo mucho aprecio», ha expresado Monchi esta misma semana nada más conocer la incorporación del de Granja de Torrehermosa al Sevilla, al que el club nervionense ya intentó contratar en 2018. Con Antonio Cordón, el Sevilla apuesta por más que un fichador. Se hace con un gestor de grupos, un perfil cercano en el día a día a los jugadores y a su entrenador, acreditado para edificar proyectos competitivos desde economías de guerra.La dilatada trayectoria de Cordón le pone ahora a prueba ante la alargada sombra de Monchi en el Sevilla, un difícil reto que no lograron superar los otros reemplazos del gaditano en el club: Óscar Arias, Joaquín Caparrós y Víctor Orta. Cordón suma el hándicap con respecto a estos de que el Sevilla FC se encuentra actualmente en su posición más delicada quizá de todo lo que llevamos de siglo. Tiene la referencia cercana de lo ocurrido con Víctor Orta , fulminado tras únicamente dos temporadas como director deportivo sevillista. Orta, que ya había sido en su primera etapa secretario técnico de Monchi, se marcha después de haber alcanzado ciertos objetivos como el de reducir los costes de la primera plantilla en casi 100 millones de euros, además de dejar un saldo positivo entre contrataciones y traspasos. Entre sus aciertos en fichajes, destacan Lukebakio y Rubén Vargas, y en menor medida Sow, Nyland y Agoumé.Sin embargo, Orta acumuló demasiados errores que derivaron en su impopularidad y posterior cese. Falló claramente con los entrenadores . Destituyó a Mendilibar para relevarlo por una apuesta sumamente arriesgada como Diego Alonso que salió desastrosa. No supo cimentar un proyecto con Quique Sánchez Flores, mientras que la posterior llegada de Xavi García Pimienta sólo terminó por empeorar los resultados hasta el punto de que el equipo acabó LaLiga con un solo punto de margen sobre los puestos de descenso y con un entrenador no designado por la dirección deportiva como Joaquín Caparrós.En cuanto a los futbolistas, especialmente horrenda ha sido la gestión de Orta a la hora de firmar delanteros : Mariano, Alejo Veliz, Iheanacho y Akor Adams no fueron capaces de marcar un solo gol en LaLiga en estos dos últimos años. Deja también una amplia lista de jugadores que se quedaron lejos de alcanzar sus expectativas en Nervión, caso de Hannibal Mejbri, Peque, Ejuke, Álvaro Ferllo, Valentín Barco o Saúl Ñíguez.No le fue mejor a Óscar Arias en su periplo como director deportivo sevillista. Arias también fue secretario técnico de Monchi entre 2013 y 2017, año en que ocupó el puesto del gaditano cuando éste se marchó a la Roma. Sólo duró una temporada, protagonizando un proyecto con demasiadas sombras y en el que quedaron en evidencia más defectos de los esperados. Ninguno de los entrenadores firmados, primero Berizzo y después Montella, llegaron a cuajar. Y de los trece fichajes realizados (nueve en verano y cuatro en el mercado de invierno), sólo dos, Banega y Navas llevaron en todo momento el cartel de titulares. El resto, por una u otra razón, no fueron determinantes: Corchia, Carole, Geis, Kjaer, Nolito, Pizarro, Muriel, Roque Mesa, Sandro, Layún y Arana. La inversión realizada fue fuerte. Sólo en el verano, el club gastó más de 60 millones de euros, siendo el segundo equipo que más dinero destinó a reforzar su plantilla en el periodo estival, sólo superado por el Barcelona. El 24 de abril de 2018 José Castro anunciaba que Óscar Arias no continuaría como director deportivo.El ‘marrón’ de CaparrósCuatro días después, el club tomó la decisión también de prescindir del entrenador Vincenzo Montella. Acabó LaLiga Joaquín Caparrós logrando 10 puntos de 12 posibles que situaron al equipo en la séptima posición al término del campeonato, tras el cual fue nombrado sorpresivamente como director de fútbol de la entidad, ayudado en el cargo por Paco Gallardo y Carlos Marchena. La experiencia de buscar en el utrerano al ‘nuevo Monchi’ tampoco salió. Su entrenador para la campaña 2018-2019, Pablo Machín, llegó hasta marzo y fue destituido. Caparrós tuvo que dejar el despacho y enfundarse de nuevo el chándal para coger el equipo de nuevo hasta final de curso y clasificarlo en la sexta posición. En sus pocos meses como director deportivo puede decirse que el mejor fichaje fue el del portero Vaclik. El resto, y pese a la millonaria inversión, no estuvo a la altura: Promes (21 millones), Amadou (14,4), Gnagnon (13,5), Aleix Vidal (9,3), Roque Mesa (6), Sergi Gómez (5,5), Munir (1), André Silva (cedido), Marko Rog (cedido), Wöber (cedido con compra obligatoria posterior de 11 millones) y Gonalons (cedido). RSS de noticias de deportes
Noticias Similares