<p class=»ue-c-article__paragraph»>La industria aeroespacial está siendo sacudida por nuevas empresas que amenazan a los líderes tradicionales. Con <strong>Boeing </strong>flirteando con el colapso -o con un rescate de EEUU, que no va a permitir que una empresa clave para la defensa del país se hunda-, <strong>SpaceX</strong> dominando en vuelos espaciales y <strong>Blue Origin, </strong>de<strong> Jeff Bezos,</strong> tratando de entrar en ese mercado, esta semana apareció un nuevo actor: <strong>Boom, </strong>una startup que aspira a colocar su avión de pasajeros supersónico <strong>XB-1</strong> en el mercado en cuatro años. El XB-1, que rompió la barrera del sonido por primera vez el martes, recuerda al <strong>Concorde,</strong> un proyecto francobritánico que voló durante casi tres décadas pero que nunca fue comercialmente viable. Aunque muchos creen que el XB-1 no llegará a ser fabricado en serio, sus defensores defienden que Boom tiene un as en la manga: el interés de <strong>Donald Trump</strong> por todo lo que sean proyectos espectaculares (o, para sus críticos, estrafalarios) que den bien en pantalla.</p>
Análisis de las tendencias mundiales que, tarde o temprano, afectarán a su bolsillo.
<p class=»ue-c-article__paragraph»>La industria aeroespacial está siendo sacudida por nuevas empresas que amenazan a los líderes tradicionales. Con <strong>Boeing </strong>flirteando con el colapso -o con un rescate de EEUU, que no va a permitir que una empresa clave para la defensa del país se hunda-, <strong>SpaceX</strong> dominando en vuelos espaciales y <strong>Blue Origin, </strong>de<strong> Jeff Bezos,</strong> tratando de entrar en ese mercado, esta semana apareció un nuevo actor: <strong>Boom, </strong>una startup que aspira a colocar su avión de pasajeros supersónico <strong>XB-1</strong> en el mercado en cuatro años. El XB-1, que rompió la barrera del sonido por primera vez el martes, recuerda al <strong>Concorde,</strong> un proyecto francobritánico que voló durante casi tres décadas pero que nunca fue comercialmente viable. Aunque muchos creen que el XB-1 no llegará a ser fabricado en serio, sus defensores defienden que Boom tiene un as en la manga: el interés de <strong>Donald Trump</strong> por todo lo que sean proyectos espectaculares (o, para sus críticos, estrafalarios) que den bien en pantalla.</p>
Actualidad Económica