Tres puertas grandes en Madrid en tres años. Pocas personas pueden decir eso, y una de ellas es Borja Jiménez, al que ya se puede considerar torero de Madrid, porque se lo ha ganado en el ruedo, y la afición está ya esperándole. Y algún triunfo más podría llevar si no se le hubiera ido la espada en su primera cita, con un gran toro de Jandilla, al que cerca estuvo de desorejar. Con todo, cortó una oreja. Pero volvió a descerrajar la puerta de Alcalá el pasado domingo con un extraordinario victorino. Madrid, Victorino y Borja se están convirtiendo en un trinomio perfecto.-¿Cómo vivió la faena?-Lo toreé muy a gusto. Milhijas fue un toro con grandeza, muy exigente. Esa manera de embestir hizo que la faena tuviera emoción de principio a fin, y me pude entregar desde primera hora. Sentir a Madrid ponerse en pie en cada tanda es algo inexplicable.-¿Lo hubiera indultado? Victorino dijo a ABC que para él era de vacas.-No lo sé… Fue muy bravo, con mucha exigencia, y muchísimas virtudes. Pero si es de indulto o no ya es cosa del ganadero.Noticia Relacionada LAS VENTAS estandar Si Victorino Martín y Borja Jiménez, pasión in memoriam Ángel González Abad Torero y ganadero a hombros. El sevillano triunfó con Milhijas, un gran toro de vuelta al ruedo, en la corrida homenaje al mítico fundador de la legendaria divisa-¿Siente que Las Ventas le espera?-Siento que Madrid me quiere, que se emociona cuando estoy toreando y es lo más bonito para un torero. Vibraba cuando pegaba los muletazos.-Se le escapaban las lágrimas cuando daba la vuelta al ruedo. ¿Por la emoción o la tensión?-Lloré de emoción, porque son tardes muy claves en la carrera de uno. Lloré por sentir al público desde el primer muletazo hasta el último, y eso no está pagado con nada. Te sientes un superhombre en esos momentos, no te cambias por nadie, y por eso me emocioné.-Ha dicho que era una tarde clave. ¿Sentía que se le iba la feria?-Madrid siempre es clave. Yo necesitaba un triunfo así para confirmar todo lo del año pasado. En la primera tarde salieron las cosas bien, pero se me cayó la espalda baja, y necesitaba esta puerta grande para revalidar todo lo que estoy consiguiendo. En diez días hemos hecho una apuesta muy fuerte: tres tardes en Madrid, seis toros en Nimes, y, en medio, tres corridas más. Ésta era la última. Por eso decía que era una tarde muy importante. -También toreó la Beneficencia entre medias.-Lo único que puedo decir de la Beneficencia es que fue de una de las tardes más maravillosas y redondas del maestro (Morante) en Madrid.-Después de esa corrida, cogió usted carretera y manta para matar al día siguiente los seis victorinos en Nimes.-Esa tarde va a quedar para la historia porque soy el primer y único matador que ha confirmado allí matando una corrida en solitario, y encima de Victorino. Era una apuesta muy fuerte. Ese día no rodaron las cosas, pero me encontré muy bien con la corrida y me dio muchísima tranquilidad para afrontar la corrida de Madrid. Por eso no fui nada presionado esa tarde, al revés.-Habla de presión. ¿Es distinta a la del año pasado?-Sí, es distinta. La del año pasado era para colocarme en las ferias, y la de este año es la de la consolidación. Pero me gustan las dos. Creo que en las tardes de presión sale mi mejor toreo. Por eso me gusta tanto Madrid, porque se pasa muchísima tensión, y me siento muy a gusto.-Aunque vaya triunfando a golpe cantado, ¿les cuesta todavía a las empresas llamar?-Siento en cada plaza que voy que estoy como en el último examen. Pero eso quizás esté haciendo que me apriete más. En Sevilla corté dos orejas, en Madrid tres orejas, que pudieron ser más, y puerta grande. Yo creo que ya son motivos más que suficientes para decir que esto no ha sido una casualidad, que esto se repite continuamente. Me está costando entrar en muchos sitios, pero todo tiene su tiempo, y llegará. Esto también ayuda a fortalecer tu carácter de torero, porque sabes que cada tarde te estás jugando tu carrera.Inevitable es no recordar estos días al añorado Iván Fandiño , y más tras esas palabras. La independencia y libertad eran las señas de un hombre íntegro, que nunca se dejó vencer por un sistema al que Borja también es reacio a entrar. «El maestro tuvo una lucha en el toreo que es admirable. Luchó por ganarse todo lo que hizo en el ruedo, porque nadie le regaló nunca nada, y estoy seguro de que se sentía muy orgulloso de lo que estaba haciendo. Siempre fue fiel al camino que quiso», comenta Borja.-Usted también está siendo fiel a ese camino, junto a Julián Guerra.-Hemos congeniado muy bien desde primera hora, y estamos los dos en el mismo barco, en la lucha, y creo que es muy importante lo que estamos haciendo. Que un apoderado independiente y un torero que viene de la nada se habrán camino de esta manera, creo que es importante para que los toreros que nuevos que vienen pisando fuerte vean que, cuando uno quiere, se puede.-Se puede, y se va consiguiendo, pero a veces hay obstáculos.-Eso se me va de las manos. Mi preocupación es prepararme día a día, y cuando llego a las plazas intentar dar mi mejor versión. En los despachos, yo ni me pregunto.-Ha dicho que hay que abrir los carteles.-Creo que es importante que a todos los toreros jóvenes que triunfan en plazas de primera, que tengan un triunfo de verdad, se les abran las puertas. El toreo siempre ha sido así, y yo no voy a ser quien diga que no a un compañero que ha triunfado en Madrid. Al revés. Una de mis mayores ilusiones es poder coger algún día la fuerza necesaria como para poder elegir carteles, y a todos los que estén triunfando, abrirles ese paso, porque eso lo han hecho todas las figuras del toreo, y a mí me gustaría hacerlo. Es importante para el toreo, le da mucha vida, y lo agradecen los aficionados, porque lo que uno se gana en la plaza, hay que respetarlo en los despachos. Sé el trabajo que cuesta, sé lo duro que es que te digan que no una vez tras otra, el esfuerzo, la preparación… Si está en mi mano, intentaré abrir carteles a los que se lo han ganado en la plaza.-¿Se siente Borja Jiménez feliz?-Me siento feliz, orgulloso de mí, satisfecho con lo que hago. El triunfo numérico en una plaza es la recompensa a lo que se vive el día a día, y mi mayor felicidad es esa. Nunca he ido a un patio de caballos, diciendo: «tenía que haber entrenado una hora más», ni teniendo dudas. La mayor paz mental que tengo cuando me pongo delante de un toro es saber que toda la preparación que tenía que haber hecho, está hecha.-¿Qué espera del resto de temporada?-Ahora tengo por delante Pamplona, Bilbao, y todas las plazas de primera. Después Sevilla, en septiembre. Más o menos cincuenta corridas tenemos hechas. -¿Y Madrid?-Me encantaría ir en Otoño de nuevo, porque en Madrid me siento feliz. Lo más normal es que volvamos.Terminamos caminando por el Museo del Prado. «Me hubiera gustado que me retratara Picasso, aunque lo tengo complicado», dice entre risas, «pero juntaba el ser un genio con una gran afición». Tres puertas grandes en Madrid en tres años. Pocas personas pueden decir eso, y una de ellas es Borja Jiménez, al que ya se puede considerar torero de Madrid, porque se lo ha ganado en el ruedo, y la afición está ya esperándole. Y algún triunfo más podría llevar si no se le hubiera ido la espada en su primera cita, con un gran toro de Jandilla, al que cerca estuvo de desorejar. Con todo, cortó una oreja. Pero volvió a descerrajar la puerta de Alcalá el pasado domingo con un extraordinario victorino. Madrid, Victorino y Borja se están convirtiendo en un trinomio perfecto.-¿Cómo vivió la faena?-Lo toreé muy a gusto. Milhijas fue un toro con grandeza, muy exigente. Esa manera de embestir hizo que la faena tuviera emoción de principio a fin, y me pude entregar desde primera hora. Sentir a Madrid ponerse en pie en cada tanda es algo inexplicable.-¿Lo hubiera indultado? Victorino dijo a ABC que para él era de vacas.-No lo sé… Fue muy bravo, con mucha exigencia, y muchísimas virtudes. Pero si es de indulto o no ya es cosa del ganadero.Noticia Relacionada LAS VENTAS estandar Si Victorino Martín y Borja Jiménez, pasión in memoriam Ángel González Abad Torero y ganadero a hombros. El sevillano triunfó con Milhijas, un gran toro de vuelta al ruedo, en la corrida homenaje al mítico fundador de la legendaria divisa-¿Siente que Las Ventas le espera?-Siento que Madrid me quiere, que se emociona cuando estoy toreando y es lo más bonito para un torero. Vibraba cuando pegaba los muletazos.-Se le escapaban las lágrimas cuando daba la vuelta al ruedo. ¿Por la emoción o la tensión?-Lloré de emoción, porque son tardes muy claves en la carrera de uno. Lloré por sentir al público desde el primer muletazo hasta el último, y eso no está pagado con nada. Te sientes un superhombre en esos momentos, no te cambias por nadie, y por eso me emocioné.-Ha dicho que era una tarde clave. ¿Sentía que se le iba la feria?-Madrid siempre es clave. Yo necesitaba un triunfo así para confirmar todo lo del año pasado. En la primera tarde salieron las cosas bien, pero se me cayó la espalda baja, y necesitaba esta puerta grande para revalidar todo lo que estoy consiguiendo. En diez días hemos hecho una apuesta muy fuerte: tres tardes en Madrid, seis toros en Nimes, y, en medio, tres corridas más. Ésta era la última. Por eso decía que era una tarde muy importante. -También toreó la Beneficencia entre medias.-Lo único que puedo decir de la Beneficencia es que fue de una de las tardes más maravillosas y redondas del maestro (Morante) en Madrid.-Después de esa corrida, cogió usted carretera y manta para matar al día siguiente los seis victorinos en Nimes.-Esa tarde va a quedar para la historia porque soy el primer y único matador que ha confirmado allí matando una corrida en solitario, y encima de Victorino. Era una apuesta muy fuerte. Ese día no rodaron las cosas, pero me encontré muy bien con la corrida y me dio muchísima tranquilidad para afrontar la corrida de Madrid. Por eso no fui nada presionado esa tarde, al revés.-Habla de presión. ¿Es distinta a la del año pasado?-Sí, es distinta. La del año pasado era para colocarme en las ferias, y la de este año es la de la consolidación. Pero me gustan las dos. Creo que en las tardes de presión sale mi mejor toreo. Por eso me gusta tanto Madrid, porque se pasa muchísima tensión, y me siento muy a gusto.-Aunque vaya triunfando a golpe cantado, ¿les cuesta todavía a las empresas llamar?-Siento en cada plaza que voy que estoy como en el último examen. Pero eso quizás esté haciendo que me apriete más. En Sevilla corté dos orejas, en Madrid tres orejas, que pudieron ser más, y puerta grande. Yo creo que ya son motivos más que suficientes para decir que esto no ha sido una casualidad, que esto se repite continuamente. Me está costando entrar en muchos sitios, pero todo tiene su tiempo, y llegará. Esto también ayuda a fortalecer tu carácter de torero, porque sabes que cada tarde te estás jugando tu carrera.Inevitable es no recordar estos días al añorado Iván Fandiño , y más tras esas palabras. La independencia y libertad eran las señas de un hombre íntegro, que nunca se dejó vencer por un sistema al que Borja también es reacio a entrar. «El maestro tuvo una lucha en el toreo que es admirable. Luchó por ganarse todo lo que hizo en el ruedo, porque nadie le regaló nunca nada, y estoy seguro de que se sentía muy orgulloso de lo que estaba haciendo. Siempre fue fiel al camino que quiso», comenta Borja.-Usted también está siendo fiel a ese camino, junto a Julián Guerra.-Hemos congeniado muy bien desde primera hora, y estamos los dos en el mismo barco, en la lucha, y creo que es muy importante lo que estamos haciendo. Que un apoderado independiente y un torero que viene de la nada se habrán camino de esta manera, creo que es importante para que los toreros que nuevos que vienen pisando fuerte vean que, cuando uno quiere, se puede.-Se puede, y se va consiguiendo, pero a veces hay obstáculos.-Eso se me va de las manos. Mi preocupación es prepararme día a día, y cuando llego a las plazas intentar dar mi mejor versión. En los despachos, yo ni me pregunto.-Ha dicho que hay que abrir los carteles.-Creo que es importante que a todos los toreros jóvenes que triunfan en plazas de primera, que tengan un triunfo de verdad, se les abran las puertas. El toreo siempre ha sido así, y yo no voy a ser quien diga que no a un compañero que ha triunfado en Madrid. Al revés. Una de mis mayores ilusiones es poder coger algún día la fuerza necesaria como para poder elegir carteles, y a todos los que estén triunfando, abrirles ese paso, porque eso lo han hecho todas las figuras del toreo, y a mí me gustaría hacerlo. Es importante para el toreo, le da mucha vida, y lo agradecen los aficionados, porque lo que uno se gana en la plaza, hay que respetarlo en los despachos. Sé el trabajo que cuesta, sé lo duro que es que te digan que no una vez tras otra, el esfuerzo, la preparación… Si está en mi mano, intentaré abrir carteles a los que se lo han ganado en la plaza.-¿Se siente Borja Jiménez feliz?-Me siento feliz, orgulloso de mí, satisfecho con lo que hago. El triunfo numérico en una plaza es la recompensa a lo que se vive el día a día, y mi mayor felicidad es esa. Nunca he ido a un patio de caballos, diciendo: «tenía que haber entrenado una hora más», ni teniendo dudas. La mayor paz mental que tengo cuando me pongo delante de un toro es saber que toda la preparación que tenía que haber hecho, está hecha.-¿Qué espera del resto de temporada?-Ahora tengo por delante Pamplona, Bilbao, y todas las plazas de primera. Después Sevilla, en septiembre. Más o menos cincuenta corridas tenemos hechas. -¿Y Madrid?-Me encantaría ir en Otoño de nuevo, porque en Madrid me siento feliz. Lo más normal es que volvamos.Terminamos caminando por el Museo del Prado. «Me hubiera gustado que me retratara Picasso, aunque lo tengo complicado», dice entre risas, «pero juntaba el ser un genio con una gran afición». Tres puertas grandes en Madrid en tres años. Pocas personas pueden decir eso, y una de ellas es Borja Jiménez, al que ya se puede considerar torero de Madrid, porque se lo ha ganado en el ruedo, y la afición está ya esperándole. Y algún triunfo más podría llevar si no se le hubiera ido la espada en su primera cita, con un gran toro de Jandilla, al que cerca estuvo de desorejar. Con todo, cortó una oreja. Pero volvió a descerrajar la puerta de Alcalá el pasado domingo con un extraordinario victorino. Madrid, Victorino y Borja se están convirtiendo en un trinomio perfecto.-¿Cómo vivió la faena?-Lo toreé muy a gusto. Milhijas fue un toro con grandeza, muy exigente. Esa manera de embestir hizo que la faena tuviera emoción de principio a fin, y me pude entregar desde primera hora. Sentir a Madrid ponerse en pie en cada tanda es algo inexplicable.-¿Lo hubiera indultado? Victorino dijo a ABC que para él era de vacas.-No lo sé… Fue muy bravo, con mucha exigencia, y muchísimas virtudes. Pero si es de indulto o no ya es cosa del ganadero.Noticia Relacionada LAS VENTAS estandar Si Victorino Martín y Borja Jiménez, pasión in memoriam Ángel González Abad Torero y ganadero a hombros. El sevillano triunfó con Milhijas, un gran toro de vuelta al ruedo, en la corrida homenaje al mítico fundador de la legendaria divisa-¿Siente que Las Ventas le espera?-Siento que Madrid me quiere, que se emociona cuando estoy toreando y es lo más bonito para un torero. Vibraba cuando pegaba los muletazos.-Se le escapaban las lágrimas cuando daba la vuelta al ruedo. ¿Por la emoción o la tensión?-Lloré de emoción, porque son tardes muy claves en la carrera de uno. Lloré por sentir al público desde el primer muletazo hasta el último, y eso no está pagado con nada. Te sientes un superhombre en esos momentos, no te cambias por nadie, y por eso me emocioné.-Ha dicho que era una tarde clave. ¿Sentía que se le iba la feria?-Madrid siempre es clave. Yo necesitaba un triunfo así para confirmar todo lo del año pasado. En la primera tarde salieron las cosas bien, pero se me cayó la espalda baja, y necesitaba esta puerta grande para revalidar todo lo que estoy consiguiendo. En diez días hemos hecho una apuesta muy fuerte: tres tardes en Madrid, seis toros en Nimes, y, en medio, tres corridas más. Ésta era la última. Por eso decía que era una tarde muy importante. -También toreó la Beneficencia entre medias.-Lo único que puedo decir de la Beneficencia es que fue de una de las tardes más maravillosas y redondas del maestro (Morante) en Madrid.-Después de esa corrida, cogió usted carretera y manta para matar al día siguiente los seis victorinos en Nimes.-Esa tarde va a quedar para la historia porque soy el primer y único matador que ha confirmado allí matando una corrida en solitario, y encima de Victorino. Era una apuesta muy fuerte. Ese día no rodaron las cosas, pero me encontré muy bien con la corrida y me dio muchísima tranquilidad para afrontar la corrida de Madrid. Por eso no fui nada presionado esa tarde, al revés.-Habla de presión. ¿Es distinta a la del año pasado?-Sí, es distinta. La del año pasado era para colocarme en las ferias, y la de este año es la de la consolidación. Pero me gustan las dos. Creo que en las tardes de presión sale mi mejor toreo. Por eso me gusta tanto Madrid, porque se pasa muchísima tensión, y me siento muy a gusto.-Aunque vaya triunfando a golpe cantado, ¿les cuesta todavía a las empresas llamar?-Siento en cada plaza que voy que estoy como en el último examen. Pero eso quizás esté haciendo que me apriete más. En Sevilla corté dos orejas, en Madrid tres orejas, que pudieron ser más, y puerta grande. Yo creo que ya son motivos más que suficientes para decir que esto no ha sido una casualidad, que esto se repite continuamente. Me está costando entrar en muchos sitios, pero todo tiene su tiempo, y llegará. Esto también ayuda a fortalecer tu carácter de torero, porque sabes que cada tarde te estás jugando tu carrera.Inevitable es no recordar estos días al añorado Iván Fandiño , y más tras esas palabras. La independencia y libertad eran las señas de un hombre íntegro, que nunca se dejó vencer por un sistema al que Borja también es reacio a entrar. «El maestro tuvo una lucha en el toreo que es admirable. Luchó por ganarse todo lo que hizo en el ruedo, porque nadie le regaló nunca nada, y estoy seguro de que se sentía muy orgulloso de lo que estaba haciendo. Siempre fue fiel al camino que quiso», comenta Borja.-Usted también está siendo fiel a ese camino, junto a Julián Guerra.-Hemos congeniado muy bien desde primera hora, y estamos los dos en el mismo barco, en la lucha, y creo que es muy importante lo que estamos haciendo. Que un apoderado independiente y un torero que viene de la nada se habrán camino de esta manera, creo que es importante para que los toreros que nuevos que vienen pisando fuerte vean que, cuando uno quiere, se puede.-Se puede, y se va consiguiendo, pero a veces hay obstáculos.-Eso se me va de las manos. Mi preocupación es prepararme día a día, y cuando llego a las plazas intentar dar mi mejor versión. En los despachos, yo ni me pregunto.-Ha dicho que hay que abrir los carteles.-Creo que es importante que a todos los toreros jóvenes que triunfan en plazas de primera, que tengan un triunfo de verdad, se les abran las puertas. El toreo siempre ha sido así, y yo no voy a ser quien diga que no a un compañero que ha triunfado en Madrid. Al revés. Una de mis mayores ilusiones es poder coger algún día la fuerza necesaria como para poder elegir carteles, y a todos los que estén triunfando, abrirles ese paso, porque eso lo han hecho todas las figuras del toreo, y a mí me gustaría hacerlo. Es importante para el toreo, le da mucha vida, y lo agradecen los aficionados, porque lo que uno se gana en la plaza, hay que respetarlo en los despachos. Sé el trabajo que cuesta, sé lo duro que es que te digan que no una vez tras otra, el esfuerzo, la preparación… Si está en mi mano, intentaré abrir carteles a los que se lo han ganado en la plaza.-¿Se siente Borja Jiménez feliz?-Me siento feliz, orgulloso de mí, satisfecho con lo que hago. El triunfo numérico en una plaza es la recompensa a lo que se vive el día a día, y mi mayor felicidad es esa. Nunca he ido a un patio de caballos, diciendo: «tenía que haber entrenado una hora más», ni teniendo dudas. La mayor paz mental que tengo cuando me pongo delante de un toro es saber que toda la preparación que tenía que haber hecho, está hecha.-¿Qué espera del resto de temporada?-Ahora tengo por delante Pamplona, Bilbao, y todas las plazas de primera. Después Sevilla, en septiembre. Más o menos cincuenta corridas tenemos hechas. -¿Y Madrid?-Me encantaría ir en Otoño de nuevo, porque en Madrid me siento feliz. Lo más normal es que volvamos.Terminamos caminando por el Museo del Prado. «Me hubiera gustado que me retratara Picasso, aunque lo tengo complicado», dice entre risas, «pero juntaba el ser un genio con una gran afición». RSS de noticias de cultura
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