Que si el Cerdán, que si el Koldo, que si el Ábalos, que si la Jéssica. No veo yo que la cosa sea para tanto. Los jueces y la UCO se la cogen con papel de fumar. Aquí lo único serio es la franquicia sanchista en Galicia (PSdeG en el siglo de las siglas), que en medio del diluvio dice que «reafirmamos o apoio a este modo de entender a política». ¡Bravo, bravo, bravo!Mordida (vulgo, cazo) a cambio de adjudicación de obra pública. Nada del otro mundo. Siempre se hizo y supongo que siempre se hará. Está en la naturaleza del político profesional, de los tíos y de las tías que pasan del paro a la dedicación exclusiva, de las dos velas al coche oficial, de sablear al cuñado a sablear al Estado, de no poder casarse porque no ganan para mantener una familia a ponerle ático y chalé a la querida, de no dar golpe a dar el golpe. La derecha y la izquierda lo hacen por inercia, por costumbre, por lealtad a los principios, por imperativo genético, porque lo hicieron toda la vida de Dios. Los nacionalistas, que no son de derechas ni de izquierdas sino del cajón de las nueces, lo hacen porque, a fin de cuentas, «son cartos españois e quen rouba a un ladrón…». Es evidente que las mordidas del Bloque (y ahora, qué casualidad, me vienen a la memoria las obras del centro de mi ciudad, la gestión del nuevo auditorio, las fiestas patronales, el anuncio del cambio de semáforos por rotondas) seguirán, tienen que seguir, hasta que Galicia acuñe su moneda propia. Yo imagino muchas veces una ceca en la plaza del Obradoiro y a doña Ana Pontón, valga el caso, de Gobernadora Xeral do Banco Nacional de Galiza. Podría llamarse ‘pindo’ la moneda nacional gallega. Lo sugiero por aquello del monte Pindo, bravas tierras de Carnota. Un euro, tanto ‘pindos’. Y el Bloque, regulando los fondos. Regulando, obviamente, ‘pro domo sua’. -en favor de su casa- Es de suponer. Ya lo dicen los crupieres: de enero a enero, el que gana es el banquero. Que si el Cerdán, que si el Koldo, que si el Ábalos, que si la Jéssica. No veo yo que la cosa sea para tanto. Los jueces y la UCO se la cogen con papel de fumar. Aquí lo único serio es la franquicia sanchista en Galicia (PSdeG en el siglo de las siglas), que en medio del diluvio dice que «reafirmamos o apoio a este modo de entender a política». ¡Bravo, bravo, bravo!Mordida (vulgo, cazo) a cambio de adjudicación de obra pública. Nada del otro mundo. Siempre se hizo y supongo que siempre se hará. Está en la naturaleza del político profesional, de los tíos y de las tías que pasan del paro a la dedicación exclusiva, de las dos velas al coche oficial, de sablear al cuñado a sablear al Estado, de no poder casarse porque no ganan para mantener una familia a ponerle ático y chalé a la querida, de no dar golpe a dar el golpe. La derecha y la izquierda lo hacen por inercia, por costumbre, por lealtad a los principios, por imperativo genético, porque lo hicieron toda la vida de Dios. Los nacionalistas, que no son de derechas ni de izquierdas sino del cajón de las nueces, lo hacen porque, a fin de cuentas, «son cartos españois e quen rouba a un ladrón…». Es evidente que las mordidas del Bloque (y ahora, qué casualidad, me vienen a la memoria las obras del centro de mi ciudad, la gestión del nuevo auditorio, las fiestas patronales, el anuncio del cambio de semáforos por rotondas) seguirán, tienen que seguir, hasta que Galicia acuñe su moneda propia. Yo imagino muchas veces una ceca en la plaza del Obradoiro y a doña Ana Pontón, valga el caso, de Gobernadora Xeral do Banco Nacional de Galiza. Podría llamarse ‘pindo’ la moneda nacional gallega. Lo sugiero por aquello del monte Pindo, bravas tierras de Carnota. Un euro, tanto ‘pindos’. Y el Bloque, regulando los fondos. Regulando, obviamente, ‘pro domo sua’. -en favor de su casa- Es de suponer. Ya lo dicen los crupieres: de enero a enero, el que gana es el banquero. Que si el Cerdán, que si el Koldo, que si el Ábalos, que si la Jéssica. No veo yo que la cosa sea para tanto. Los jueces y la UCO se la cogen con papel de fumar. Aquí lo único serio es la franquicia sanchista en Galicia (PSdeG en el siglo de las siglas), que en medio del diluvio dice que «reafirmamos o apoio a este modo de entender a política». ¡Bravo, bravo, bravo!Mordida (vulgo, cazo) a cambio de adjudicación de obra pública. Nada del otro mundo. Siempre se hizo y supongo que siempre se hará. Está en la naturaleza del político profesional, de los tíos y de las tías que pasan del paro a la dedicación exclusiva, de las dos velas al coche oficial, de sablear al cuñado a sablear al Estado, de no poder casarse porque no ganan para mantener una familia a ponerle ático y chalé a la querida, de no dar golpe a dar el golpe. La derecha y la izquierda lo hacen por inercia, por costumbre, por lealtad a los principios, por imperativo genético, porque lo hicieron toda la vida de Dios. Los nacionalistas, que no son de derechas ni de izquierdas sino del cajón de las nueces, lo hacen porque, a fin de cuentas, «son cartos españois e quen rouba a un ladrón…». Es evidente que las mordidas del Bloque (y ahora, qué casualidad, me vienen a la memoria las obras del centro de mi ciudad, la gestión del nuevo auditorio, las fiestas patronales, el anuncio del cambio de semáforos por rotondas) seguirán, tienen que seguir, hasta que Galicia acuñe su moneda propia. Yo imagino muchas veces una ceca en la plaza del Obradoiro y a doña Ana Pontón, valga el caso, de Gobernadora Xeral do Banco Nacional de Galiza. Podría llamarse ‘pindo’ la moneda nacional gallega. Lo sugiero por aquello del monte Pindo, bravas tierras de Carnota. Un euro, tanto ‘pindos’. Y el Bloque, regulando los fondos. Regulando, obviamente, ‘pro domo sua’. -en favor de su casa- Es de suponer. Ya lo dicen los crupieres: de enero a enero, el que gana es el banquero. RSS de noticias de espana
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