Se quedó el Madrid con 10 por una inconsciencia ingenua de Asencio, enfrentado a un soldado del fútbol lleno de cicatrices como Salomón Rondón, que ha encontrado en el Pachuca la última e inverosímil estación en la que buscar la gloria. Todo pasó en el minuto 7, y ya para entonces los mexicanos habían avisado con cornetas.
Es uno de esos centrales que juegan con la cabeza erguida, como si en vez de estar mirando al delantero estuviesen contemplando una obra de arte contemporáneo que no entienden del todo pero les fascina
Se quedó el Madrid con 10 por una inconsciencia ingenua de Asencio, enfrentado a un soldado del fútbol lleno de cicatrices como Salomón Rondón, que ha encontrado en el Pachuca la última e inverosímil estación en la que buscar la gloria. Todo pasó en el minuto 7, y ya para entonces los mexicanos habían avisado con cornetas.
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