La Princesa de Asturias está teniendo una estancia muy discreta en Ceuta, alejada de los focos, sin actos que supongan una explosión de españolidad en la Ciudad Autónoma, todo ajustado al milímetro a su formación militar, que discurre en la fragata Blas de Lezo. Sin embargo, la mera presencia ha levantado ampollas en Marruecos. «El trono no olvida sus colonias» , asegura Kawalisrif en una artículo sin firmar, a modo de editorial. El artículo se recrea en la llegada de doña Leonor en una fragata, no en coche oficial ni en un avión real. «Madrid escribe sus memorias a Rabat con tinta militar… ¡aunque estén adornadas con una sonrisa principesca !«, resalta el artículo, que reprocha la presencia en el Sábado Legionario, un acto castrense de honores a los caídos. Este medio muestra su escozor por la presencia de Leonor de Borbón «en una tierra que Madrid nunca ha reconocido como disputada y que considera parte integrante del territorio nacional, ignorando los clamores de la historia, la geografía y la vecindad». El artículo no duda en calificar a la Ceuta y Melilla como «ciudades ocupadas» . «Inevitablemente se leerá en los anales de la política y la diplomacia como un nuevo capítulo en la afirmación simbólica de una ocupación que Madrid intenta ocultar con sonrisas «, señala este portal informativo, que desea la marcha de la Princesa con las primeras olas del lunes. Menos beligerante, pero igual de resentido se muestra el digital Bladna24. «S e trata de una visita no oficial, pero cargada de significados políticos e históricos profundos, especialmente para los marroquíes que siguen el expediente de Ceuta y Melilla, ciudades ocupadas», reseña este diario.Bladna24 apunta a que las marroquíes de las dos ciudades están «testigos de la tensión silenciosa entre Madrid y Rabat». Sobre la visita de la Princesa asevera que «no pasará desapercibida en los círculos políticos marroquíes, debido a la sensibilidad del asunto». Un explosión crítica desde el otro lado de la frontera a una visita más que discreta de Su Alteza Real, en la que se reseña hasta que fue recibida con el pasodoble de ‘La Banderita’ , símbolo de la Guerra de Marruecos , convertida himno por las tropas españolas y que la patrullera de la Guardia Civil puso en bucle por su megafonía mientras la fragata Blas de Lezo hacía la maniobra de atraque en los muelles de Ceuta. La Princesa Leonor y sus compañeros formados en el acto EFEUna nota que mostraba el júbilo y la ilusión de una ciudad por acoger en su seno a un miembro de la Casa Real y de la que solo hay imágenes en el Sábado Legionario. Doña Leonor ha pasado en la más absoluta privacidad en un hotel céntrico, en una comida con majares típicos en el mirador del restaurante Oasis en el monte El Hacho, junto a la ermita de San Antón. Siempre alejada de los focos, evitando causar problemas y salirse de su rol de guardamarina, la única recepción en la participó fue en el Juan Carlos I, convocada por el contraalmirante de la nave y donde fue como la cadete que es en plena formación militar. Lo que no quita que haya sido celebrada en Ceuta la presencia de la Casa Real 18 años después , tras la visita de Don Juan Carlos y Doña Sofía en 2007.La visita de la Princesa de Asturias no responde a una visita como miembro de la Casa de Rey, sino a una parada técnica del barco en el que viaja para mantenimiento. Aún así, como el Mohamed VI a solo 22 kilómetros de Ceuta, en las playas de Kabila, desde Marruecos hay quien los ha visto como una reivindicación de la soberanía en una ciudad que española por decisión propia (eligió entre ser portuguesa o española) y que fue fundada antes de la creación del propio Reino de Marruecos. La Princesa de Asturias está teniendo una estancia muy discreta en Ceuta, alejada de los focos, sin actos que supongan una explosión de españolidad en la Ciudad Autónoma, todo ajustado al milímetro a su formación militar, que discurre en la fragata Blas de Lezo. Sin embargo, la mera presencia ha levantado ampollas en Marruecos. «El trono no olvida sus colonias» , asegura Kawalisrif en una artículo sin firmar, a modo de editorial. El artículo se recrea en la llegada de doña Leonor en una fragata, no en coche oficial ni en un avión real. «Madrid escribe sus memorias a Rabat con tinta militar… ¡aunque estén adornadas con una sonrisa principesca !«, resalta el artículo, que reprocha la presencia en el Sábado Legionario, un acto castrense de honores a los caídos. Este medio muestra su escozor por la presencia de Leonor de Borbón «en una tierra que Madrid nunca ha reconocido como disputada y que considera parte integrante del territorio nacional, ignorando los clamores de la historia, la geografía y la vecindad». El artículo no duda en calificar a la Ceuta y Melilla como «ciudades ocupadas» . «Inevitablemente se leerá en los anales de la política y la diplomacia como un nuevo capítulo en la afirmación simbólica de una ocupación que Madrid intenta ocultar con sonrisas «, señala este portal informativo, que desea la marcha de la Princesa con las primeras olas del lunes. Menos beligerante, pero igual de resentido se muestra el digital Bladna24. «S e trata de una visita no oficial, pero cargada de significados políticos e históricos profundos, especialmente para los marroquíes que siguen el expediente de Ceuta y Melilla, ciudades ocupadas», reseña este diario.Bladna24 apunta a que las marroquíes de las dos ciudades están «testigos de la tensión silenciosa entre Madrid y Rabat». Sobre la visita de la Princesa asevera que «no pasará desapercibida en los círculos políticos marroquíes, debido a la sensibilidad del asunto». Un explosión crítica desde el otro lado de la frontera a una visita más que discreta de Su Alteza Real, en la que se reseña hasta que fue recibida con el pasodoble de ‘La Banderita’ , símbolo de la Guerra de Marruecos , convertida himno por las tropas españolas y que la patrullera de la Guardia Civil puso en bucle por su megafonía mientras la fragata Blas de Lezo hacía la maniobra de atraque en los muelles de Ceuta. La Princesa Leonor y sus compañeros formados en el acto EFEUna nota que mostraba el júbilo y la ilusión de una ciudad por acoger en su seno a un miembro de la Casa Real y de la que solo hay imágenes en el Sábado Legionario. Doña Leonor ha pasado en la más absoluta privacidad en un hotel céntrico, en una comida con majares típicos en el mirador del restaurante Oasis en el monte El Hacho, junto a la ermita de San Antón. Siempre alejada de los focos, evitando causar problemas y salirse de su rol de guardamarina, la única recepción en la participó fue en el Juan Carlos I, convocada por el contraalmirante de la nave y donde fue como la cadete que es en plena formación militar. Lo que no quita que haya sido celebrada en Ceuta la presencia de la Casa Real 18 años después , tras la visita de Don Juan Carlos y Doña Sofía en 2007.La visita de la Princesa de Asturias no responde a una visita como miembro de la Casa de Rey, sino a una parada técnica del barco en el que viaja para mantenimiento. Aún así, como el Mohamed VI a solo 22 kilómetros de Ceuta, en las playas de Kabila, desde Marruecos hay quien los ha visto como una reivindicación de la soberanía en una ciudad que española por decisión propia (eligió entre ser portuguesa o española) y que fue fundada antes de la creación del propio Reino de Marruecos. La Princesa de Asturias está teniendo una estancia muy discreta en Ceuta, alejada de los focos, sin actos que supongan una explosión de españolidad en la Ciudad Autónoma, todo ajustado al milímetro a su formación militar, que discurre en la fragata Blas de Lezo. Sin embargo, la mera presencia ha levantado ampollas en Marruecos. «El trono no olvida sus colonias» , asegura Kawalisrif en una artículo sin firmar, a modo de editorial. El artículo se recrea en la llegada de doña Leonor en una fragata, no en coche oficial ni en un avión real. «Madrid escribe sus memorias a Rabat con tinta militar… ¡aunque estén adornadas con una sonrisa principesca !«, resalta el artículo, que reprocha la presencia en el Sábado Legionario, un acto castrense de honores a los caídos. Este medio muestra su escozor por la presencia de Leonor de Borbón «en una tierra que Madrid nunca ha reconocido como disputada y que considera parte integrante del territorio nacional, ignorando los clamores de la historia, la geografía y la vecindad». El artículo no duda en calificar a la Ceuta y Melilla como «ciudades ocupadas» . «Inevitablemente se leerá en los anales de la política y la diplomacia como un nuevo capítulo en la afirmación simbólica de una ocupación que Madrid intenta ocultar con sonrisas «, señala este portal informativo, que desea la marcha de la Princesa con las primeras olas del lunes. Menos beligerante, pero igual de resentido se muestra el digital Bladna24. «S e trata de una visita no oficial, pero cargada de significados políticos e históricos profundos, especialmente para los marroquíes que siguen el expediente de Ceuta y Melilla, ciudades ocupadas», reseña este diario.Bladna24 apunta a que las marroquíes de las dos ciudades están «testigos de la tensión silenciosa entre Madrid y Rabat». Sobre la visita de la Princesa asevera que «no pasará desapercibida en los círculos políticos marroquíes, debido a la sensibilidad del asunto». Un explosión crítica desde el otro lado de la frontera a una visita más que discreta de Su Alteza Real, en la que se reseña hasta que fue recibida con el pasodoble de ‘La Banderita’ , símbolo de la Guerra de Marruecos , convertida himno por las tropas españolas y que la patrullera de la Guardia Civil puso en bucle por su megafonía mientras la fragata Blas de Lezo hacía la maniobra de atraque en los muelles de Ceuta. La Princesa Leonor y sus compañeros formados en el acto EFEUna nota que mostraba el júbilo y la ilusión de una ciudad por acoger en su seno a un miembro de la Casa Real y de la que solo hay imágenes en el Sábado Legionario. Doña Leonor ha pasado en la más absoluta privacidad en un hotel céntrico, en una comida con majares típicos en el mirador del restaurante Oasis en el monte El Hacho, junto a la ermita de San Antón. Siempre alejada de los focos, evitando causar problemas y salirse de su rol de guardamarina, la única recepción en la participó fue en el Juan Carlos I, convocada por el contraalmirante de la nave y donde fue como la cadete que es en plena formación militar. Lo que no quita que haya sido celebrada en Ceuta la presencia de la Casa Real 18 años después , tras la visita de Don Juan Carlos y Doña Sofía en 2007.La visita de la Princesa de Asturias no responde a una visita como miembro de la Casa de Rey, sino a una parada técnica del barco en el que viaja para mantenimiento. Aún así, como el Mohamed VI a solo 22 kilómetros de Ceuta, en las playas de Kabila, desde Marruecos hay quien los ha visto como una reivindicación de la soberanía en una ciudad que española por decisión propia (eligió entre ser portuguesa o española) y que fue fundada antes de la creación del propio Reino de Marruecos. RSS de noticias de espana
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