Bulanico es una palabra autóctona granadina. Reciben ese nombre las sustancias en suspensión que suele haber en el aire, sobre todo en primavera, y que proceden de plantas como el cardo o la adelfa. Flotan, literalmente, y parecen pequeños trozos de algodón que no hacen ningún daño, aunque tampoco es agradable tragárselos. Así han bautizado a una bebida que ha triunfado en la feria del Corpus , hasta el punto de que le ha hecho la competencia al famoso rebujito, y por supuesto a la manzanilla y el fino, antaño reyes absolutos en ese apartado y hoy en decadencia. Va a más y tiene a su favor el factor misterioso, ya que sus creadores no desvelan ni a tiros uno de sus ingredientes. O presunto ingrediente, porque algunas fuentes apuntan a que sencillamente no existe, que es un mito inventado para llamar la atención. Otras voces, en cambio, apuntan a que existe de verdad: sería una bebida energética muy popular llamada Red Bull .Se empezó a servir hace tres años en una caseta llamada La Malafollá –término granadino donde los haya – hizo fortuna y es uno de sus principales atractivos. Que la bebida se extienda a otros sitios es cuestión de tiempo. Su preparación es la siguiente : en una jarra con abundante hielo se vierte ginebra a discreción, refresco de lima-limón, ese ingrediente secreto (o no) y, más que nada para adornar, unas cerezas. Es una bebida con bastante alcohol y, al servirse con hielo, está muy fresquita y entra con mucha facilidad, así que hay que andarse con cuidado porque, si no se es moderado, las consecuencias van a pagarse con toda seguridad. Ese día y el siguiente. La resaca puede ser de tamaño XXL . El rebujito nace en una tierra que tradicionalmente ha tenido ingenio para inventar bebidas alcohólicas, en realidad mezclas de otras ya existentes que tienen sus templos, los bares donde mejor se preparan y se sirven. Fuera de Granada es prácticamente imposible degustarlas, así que pedirlas en un bar sólo llevará a recibir como respuesta una mirada de asombro del camarero.En la taberna Granados sirven el vino Mejorana, otro misterioso invento de Granada abcEn las bodegas Castañeda , un local mítico de la calle Almireceros, en el centro de la capital, hay un vermú excelente y también un combinado que lleva vermú y otras cosas y al que llaman c alicasas , posiblemente porque nacieron en un pueblo cercano a Granada del mismo nombre. Es una bomba , la verdad sea dicha. Se compone de vino dulce, vino seco, vermú, ginebra, coñac, ocasionalmente ron y sifón. Las proporciones las decide y las fija quien está al otro lado de la barra, pero lo suyo, para no tumbar al neófito a las primeras de cambio, es que de los licores más fuertes sólo haya una muestra. Un golpe, como se dice en el argot. Más simple es la follaza , que mezcla vino dulce y seco y que, a su vez, supone el germen del vino mejorana , que elaboran, fundamentalmente, en otra taberna histórica llamada Granados , junto a la basílica de la Virgen de las Angustias. Ese establecimiento cumplió en 2022 sus primeros cien años de vida y goza de una salud envidiable. La mejorana es una hierba que teóricamente –aunque no siempre- forma parte de la bebida, que en realidad es una mezcla de vinos dulces y secos, azúcar, canela, anís estrellado y cáscara de limón. Esa es al menos una de las recetas que ha trascendido, porque en el Granados aseguran que les han llegado hasta treinta distintas. El secreto, aclaran, no es tanto qué lleva sino la proporción. La lista no termina ahí. Se podrían incluir el vino Costa , que todavía se hace en la comarca de la Contraviesa , entre la Alpujarra y el mar, y que va cediendo terreno frente a vinos mejor elaborados y más apreciados por los usuarios. El típico Costa, del que escribió el inglés Chris Stewart en su famoso libro ‘Entre limones’ se solía embotellar en garrafas de plástico, que no es precisamente el modo de conservación más adecuado.Bebidas no alcohólicas y pionerasFuera del terreno alcohólico, no se puede olvidar que, en Granada, las bodegas Espadafor , fundadas en 1939, son las responsables de bebidas como el Champín y el Whissin . La primera se ideó para que los niños pudieran brindar con los adultos en fiestas como la Nochevieja. Es, como su nombre sugiere, champán sin alcohol. Y el whissin, whisky sin alcohol. Es curioso: ahora se han apuntado a esa tendencia algunas famosas destilerías escocesas.Para rematar este artículo, un poco de polémica : no está muy claro cómo nació el rebujito, que apareció en la década de los ochenta y que ha triunfado por todo lo alto. Esa mezcla de manzanilla o fino con gaseosa o zumo de lima y limón, servida con mucho hielo, tiene un origen incierto y varias teorías sobre el mismo. En ese sentido, algunos lo sitúan en Granada. Dicen que en el año 1985, también durante una feria del Corpus, se les ocurrió a unos farmacéuticos que frecuentaban la caseta La Rebotica . Y que fue algo así como una casualidad: estaban en pleno montaje, les entró sed, tenían esos ingredientes a mano y decidieron mezclarlos. Se supone que, siendo farmacéuticos, sabían lo que hacían. Bulanico es una palabra autóctona granadina. Reciben ese nombre las sustancias en suspensión que suele haber en el aire, sobre todo en primavera, y que proceden de plantas como el cardo o la adelfa. Flotan, literalmente, y parecen pequeños trozos de algodón que no hacen ningún daño, aunque tampoco es agradable tragárselos. Así han bautizado a una bebida que ha triunfado en la feria del Corpus , hasta el punto de que le ha hecho la competencia al famoso rebujito, y por supuesto a la manzanilla y el fino, antaño reyes absolutos en ese apartado y hoy en decadencia. Va a más y tiene a su favor el factor misterioso, ya que sus creadores no desvelan ni a tiros uno de sus ingredientes. O presunto ingrediente, porque algunas fuentes apuntan a que sencillamente no existe, que es un mito inventado para llamar la atención. Otras voces, en cambio, apuntan a que existe de verdad: sería una bebida energética muy popular llamada Red Bull .Se empezó a servir hace tres años en una caseta llamada La Malafollá –término granadino donde los haya – hizo fortuna y es uno de sus principales atractivos. Que la bebida se extienda a otros sitios es cuestión de tiempo. Su preparación es la siguiente : en una jarra con abundante hielo se vierte ginebra a discreción, refresco de lima-limón, ese ingrediente secreto (o no) y, más que nada para adornar, unas cerezas. Es una bebida con bastante alcohol y, al servirse con hielo, está muy fresquita y entra con mucha facilidad, así que hay que andarse con cuidado porque, si no se es moderado, las consecuencias van a pagarse con toda seguridad. Ese día y el siguiente. La resaca puede ser de tamaño XXL . El rebujito nace en una tierra que tradicionalmente ha tenido ingenio para inventar bebidas alcohólicas, en realidad mezclas de otras ya existentes que tienen sus templos, los bares donde mejor se preparan y se sirven. Fuera de Granada es prácticamente imposible degustarlas, así que pedirlas en un bar sólo llevará a recibir como respuesta una mirada de asombro del camarero.En la taberna Granados sirven el vino Mejorana, otro misterioso invento de Granada abcEn las bodegas Castañeda , un local mítico de la calle Almireceros, en el centro de la capital, hay un vermú excelente y también un combinado que lleva vermú y otras cosas y al que llaman c alicasas , posiblemente porque nacieron en un pueblo cercano a Granada del mismo nombre. Es una bomba , la verdad sea dicha. Se compone de vino dulce, vino seco, vermú, ginebra, coñac, ocasionalmente ron y sifón. Las proporciones las decide y las fija quien está al otro lado de la barra, pero lo suyo, para no tumbar al neófito a las primeras de cambio, es que de los licores más fuertes sólo haya una muestra. Un golpe, como se dice en el argot. Más simple es la follaza , que mezcla vino dulce y seco y que, a su vez, supone el germen del vino mejorana , que elaboran, fundamentalmente, en otra taberna histórica llamada Granados , junto a la basílica de la Virgen de las Angustias. Ese establecimiento cumplió en 2022 sus primeros cien años de vida y goza de una salud envidiable. La mejorana es una hierba que teóricamente –aunque no siempre- forma parte de la bebida, que en realidad es una mezcla de vinos dulces y secos, azúcar, canela, anís estrellado y cáscara de limón. Esa es al menos una de las recetas que ha trascendido, porque en el Granados aseguran que les han llegado hasta treinta distintas. El secreto, aclaran, no es tanto qué lleva sino la proporción. La lista no termina ahí. Se podrían incluir el vino Costa , que todavía se hace en la comarca de la Contraviesa , entre la Alpujarra y el mar, y que va cediendo terreno frente a vinos mejor elaborados y más apreciados por los usuarios. El típico Costa, del que escribió el inglés Chris Stewart en su famoso libro ‘Entre limones’ se solía embotellar en garrafas de plástico, que no es precisamente el modo de conservación más adecuado.Bebidas no alcohólicas y pionerasFuera del terreno alcohólico, no se puede olvidar que, en Granada, las bodegas Espadafor , fundadas en 1939, son las responsables de bebidas como el Champín y el Whissin . La primera se ideó para que los niños pudieran brindar con los adultos en fiestas como la Nochevieja. Es, como su nombre sugiere, champán sin alcohol. Y el whissin, whisky sin alcohol. Es curioso: ahora se han apuntado a esa tendencia algunas famosas destilerías escocesas.Para rematar este artículo, un poco de polémica : no está muy claro cómo nació el rebujito, que apareció en la década de los ochenta y que ha triunfado por todo lo alto. Esa mezcla de manzanilla o fino con gaseosa o zumo de lima y limón, servida con mucho hielo, tiene un origen incierto y varias teorías sobre el mismo. En ese sentido, algunos lo sitúan en Granada. Dicen que en el año 1985, también durante una feria del Corpus, se les ocurrió a unos farmacéuticos que frecuentaban la caseta La Rebotica . Y que fue algo así como una casualidad: estaban en pleno montaje, les entró sed, tenían esos ingredientes a mano y decidieron mezclarlos. Se supone que, siendo farmacéuticos, sabían lo que hacían. Bulanico es una palabra autóctona granadina. Reciben ese nombre las sustancias en suspensión que suele haber en el aire, sobre todo en primavera, y que proceden de plantas como el cardo o la adelfa. Flotan, literalmente, y parecen pequeños trozos de algodón que no hacen ningún daño, aunque tampoco es agradable tragárselos. Así han bautizado a una bebida que ha triunfado en la feria del Corpus , hasta el punto de que le ha hecho la competencia al famoso rebujito, y por supuesto a la manzanilla y el fino, antaño reyes absolutos en ese apartado y hoy en decadencia. Va a más y tiene a su favor el factor misterioso, ya que sus creadores no desvelan ni a tiros uno de sus ingredientes. O presunto ingrediente, porque algunas fuentes apuntan a que sencillamente no existe, que es un mito inventado para llamar la atención. Otras voces, en cambio, apuntan a que existe de verdad: sería una bebida energética muy popular llamada Red Bull .Se empezó a servir hace tres años en una caseta llamada La Malafollá –término granadino donde los haya – hizo fortuna y es uno de sus principales atractivos. Que la bebida se extienda a otros sitios es cuestión de tiempo. Su preparación es la siguiente : en una jarra con abundante hielo se vierte ginebra a discreción, refresco de lima-limón, ese ingrediente secreto (o no) y, más que nada para adornar, unas cerezas. Es una bebida con bastante alcohol y, al servirse con hielo, está muy fresquita y entra con mucha facilidad, así que hay que andarse con cuidado porque, si no se es moderado, las consecuencias van a pagarse con toda seguridad. Ese día y el siguiente. La resaca puede ser de tamaño XXL . El rebujito nace en una tierra que tradicionalmente ha tenido ingenio para inventar bebidas alcohólicas, en realidad mezclas de otras ya existentes que tienen sus templos, los bares donde mejor se preparan y se sirven. Fuera de Granada es prácticamente imposible degustarlas, así que pedirlas en un bar sólo llevará a recibir como respuesta una mirada de asombro del camarero.En la taberna Granados sirven el vino Mejorana, otro misterioso invento de Granada abcEn las bodegas Castañeda , un local mítico de la calle Almireceros, en el centro de la capital, hay un vermú excelente y también un combinado que lleva vermú y otras cosas y al que llaman c alicasas , posiblemente porque nacieron en un pueblo cercano a Granada del mismo nombre. Es una bomba , la verdad sea dicha. Se compone de vino dulce, vino seco, vermú, ginebra, coñac, ocasionalmente ron y sifón. Las proporciones las decide y las fija quien está al otro lado de la barra, pero lo suyo, para no tumbar al neófito a las primeras de cambio, es que de los licores más fuertes sólo haya una muestra. Un golpe, como se dice en el argot. Más simple es la follaza , que mezcla vino dulce y seco y que, a su vez, supone el germen del vino mejorana , que elaboran, fundamentalmente, en otra taberna histórica llamada Granados , junto a la basílica de la Virgen de las Angustias. Ese establecimiento cumplió en 2022 sus primeros cien años de vida y goza de una salud envidiable. La mejorana es una hierba que teóricamente –aunque no siempre- forma parte de la bebida, que en realidad es una mezcla de vinos dulces y secos, azúcar, canela, anís estrellado y cáscara de limón. Esa es al menos una de las recetas que ha trascendido, porque en el Granados aseguran que les han llegado hasta treinta distintas. El secreto, aclaran, no es tanto qué lleva sino la proporción. La lista no termina ahí. Se podrían incluir el vino Costa , que todavía se hace en la comarca de la Contraviesa , entre la Alpujarra y el mar, y que va cediendo terreno frente a vinos mejor elaborados y más apreciados por los usuarios. El típico Costa, del que escribió el inglés Chris Stewart en su famoso libro ‘Entre limones’ se solía embotellar en garrafas de plástico, que no es precisamente el modo de conservación más adecuado.Bebidas no alcohólicas y pionerasFuera del terreno alcohólico, no se puede olvidar que, en Granada, las bodegas Espadafor , fundadas en 1939, son las responsables de bebidas como el Champín y el Whissin . La primera se ideó para que los niños pudieran brindar con los adultos en fiestas como la Nochevieja. Es, como su nombre sugiere, champán sin alcohol. Y el whissin, whisky sin alcohol. Es curioso: ahora se han apuntado a esa tendencia algunas famosas destilerías escocesas.Para rematar este artículo, un poco de polémica : no está muy claro cómo nació el rebujito, que apareció en la década de los ochenta y que ha triunfado por todo lo alto. Esa mezcla de manzanilla o fino con gaseosa o zumo de lima y limón, servida con mucho hielo, tiene un origen incierto y varias teorías sobre el mismo. En ese sentido, algunos lo sitúan en Granada. Dicen que en el año 1985, también durante una feria del Corpus, se les ocurrió a unos farmacéuticos que frecuentaban la caseta La Rebotica . Y que fue algo así como una casualidad: estaban en pleno montaje, les entró sed, tenían esos ingredientes a mano y decidieron mezclarlos. Se supone que, siendo farmacéuticos, sabían lo que hacían. RSS de noticias de espana/andalucia
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