El fútbol español, tan manipulado por los que ostentan el poder deportivo y económico, con la incomprensible aquiescencia de la mayoría de los clubes que conforman el pelotón, convierte el mito de Sísifo en una seña de identidad para este. Subir el gigantesco balón de piedra a la cima de la mañana durante años para, al mínimo traspié, encontrarse de nuevo en su falda. Porque para crecer sólo hay dos vías: vender a sus mejores jugadores o aquellos con mayor proyección para crecer en conjunto y clasificarse para competiciones europeas. No hay otras de enjundia.El Real Betis está cumpliendo con la segunda premisa, su participación por quinto año consecutivo en Europa, pero si quiere mejorar el plantel en todas sus demarcaciones se ve obligado a escuchar ofertas. En el mercado veraniego, amén de una inteligente política de arañar dinero con jugadores residuales, o casi, tiene a un futbolista consolidado, Cardoso, y a otro con futuro, Jesús Rodríguez. No es poco lo que conseguiría con sus traspasos. Se habla de 60 millones de euros, de sobra para firmar jugadores contrastados.Para conseguirlo resulta inevitable correr riesgos, porque no es lo mismo deshacerse de melones calados, que comprar otros que se presumen dulces, pero imposibles de devolver si al calarlos no lo son. Equivocarse tiene un coste que, en caso de afectar a varias apuestas, deja muescas en la piedra a subir en la competición: en el mejor de los casos, ralentiza el progreso y, en el peor, la desliza hacia abajo en la pendiente.La fructífera política de cantera (el filial sigue aportando proyectos de futbolistas caros y por detrás los juveniles aseguran una nueva e interesante hornada) permite que marchas como la de Jesús Rodríguez puedan paliarse con chicos de la casa, pero encontrar quien reemplace a Cardoso, futbolista completo en defensa y ataque, plenamente integrado en el vestuario y en la ciudad, sin mácula en su compromiso, no será tan fácil. Haberlos hailos, como las meigas, el peligro radica en incorporar a una chuchona creyendo que es curandeira. El fútbol español, tan manipulado por los que ostentan el poder deportivo y económico, con la incomprensible aquiescencia de la mayoría de los clubes que conforman el pelotón, convierte el mito de Sísifo en una seña de identidad para este. Subir el gigantesco balón de piedra a la cima de la mañana durante años para, al mínimo traspié, encontrarse de nuevo en su falda. Porque para crecer sólo hay dos vías: vender a sus mejores jugadores o aquellos con mayor proyección para crecer en conjunto y clasificarse para competiciones europeas. No hay otras de enjundia.El Real Betis está cumpliendo con la segunda premisa, su participación por quinto año consecutivo en Europa, pero si quiere mejorar el plantel en todas sus demarcaciones se ve obligado a escuchar ofertas. En el mercado veraniego, amén de una inteligente política de arañar dinero con jugadores residuales, o casi, tiene a un futbolista consolidado, Cardoso, y a otro con futuro, Jesús Rodríguez. No es poco lo que conseguiría con sus traspasos. Se habla de 60 millones de euros, de sobra para firmar jugadores contrastados.Para conseguirlo resulta inevitable correr riesgos, porque no es lo mismo deshacerse de melones calados, que comprar otros que se presumen dulces, pero imposibles de devolver si al calarlos no lo son. Equivocarse tiene un coste que, en caso de afectar a varias apuestas, deja muescas en la piedra a subir en la competición: en el mejor de los casos, ralentiza el progreso y, en el peor, la desliza hacia abajo en la pendiente.La fructífera política de cantera (el filial sigue aportando proyectos de futbolistas caros y por detrás los juveniles aseguran una nueva e interesante hornada) permite que marchas como la de Jesús Rodríguez puedan paliarse con chicos de la casa, pero encontrar quien reemplace a Cardoso, futbolista completo en defensa y ataque, plenamente integrado en el vestuario y en la ciudad, sin mácula en su compromiso, no será tan fácil. Haberlos hailos, como las meigas, el peligro radica en incorporar a una chuchona creyendo que es curandeira. El fútbol español, tan manipulado por los que ostentan el poder deportivo y económico, con la incomprensible aquiescencia de la mayoría de los clubes que conforman el pelotón, convierte el mito de Sísifo en una seña de identidad para este. Subir el gigantesco balón de piedra a la cima de la mañana durante años para, al mínimo traspié, encontrarse de nuevo en su falda. Porque para crecer sólo hay dos vías: vender a sus mejores jugadores o aquellos con mayor proyección para crecer en conjunto y clasificarse para competiciones europeas. No hay otras de enjundia.El Real Betis está cumpliendo con la segunda premisa, su participación por quinto año consecutivo en Europa, pero si quiere mejorar el plantel en todas sus demarcaciones se ve obligado a escuchar ofertas. En el mercado veraniego, amén de una inteligente política de arañar dinero con jugadores residuales, o casi, tiene a un futbolista consolidado, Cardoso, y a otro con futuro, Jesús Rodríguez. No es poco lo que conseguiría con sus traspasos. Se habla de 60 millones de euros, de sobra para firmar jugadores contrastados.Para conseguirlo resulta inevitable correr riesgos, porque no es lo mismo deshacerse de melones calados, que comprar otros que se presumen dulces, pero imposibles de devolver si al calarlos no lo son. Equivocarse tiene un coste que, en caso de afectar a varias apuestas, deja muescas en la piedra a subir en la competición: en el mejor de los casos, ralentiza el progreso y, en el peor, la desliza hacia abajo en la pendiente.La fructífera política de cantera (el filial sigue aportando proyectos de futbolistas caros y por detrás los juveniles aseguran una nueva e interesante hornada) permite que marchas como la de Jesús Rodríguez puedan paliarse con chicos de la casa, pero encontrar quien reemplace a Cardoso, futbolista completo en defensa y ataque, plenamente integrado en el vestuario y en la ciudad, sin mácula en su compromiso, no será tan fácil. Haberlos hailos, como las meigas, el peligro radica en incorporar a una chuchona creyendo que es curandeira. RSS de noticias de deportes
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