«Si te hablo con el manos libres del coche es por todo lo que he vivido con los trenes últimamente». Así comenzó su entrevista con ABC Córdoba la periodista cordobesa Elena Lázaro , que pasó casi quince horas encerrada en un tren tras la caída de una catenaria en Toledo el pasado lunes (entre las zonas de La Sagra y Yeles) en las líneas que comunican Madrid con Andalucía.Camino a la presentación de su libro en Granada ‘Otra historia de la ciencia’ nos atiende Elena, que tenía pensado ir en tren este miércoles, pero a partir de ahora «en un tiempo no iré a ningún sitio al que no pueda ir en coche». La gran conclusión que extrae de todo es que «el transporte ferroviario no es de fiar , es algo que vengo padeciendo desde hace tiempo». Además, hizo hincapié en que desde la pandemia, hay «un deterioro exagerado». «Soy usuaria habitual, viajo en tren con frecuencia por mi trabajo y desde 2020 hay un deterioro. Además, e s algo que se comenta entre los trabajadores . El tráfico ferroviario ha crecido una barbaridad en los últimos años y las infraestructuras no lo soportan». Noticia Relacionada Caos Ferroviario estandar No Solventada la avería en Hornachuelos en el AVE a Sevilla que generó nuevos retrasos J. Pino ADIF comunicó en la noche del martes por redes que la incidencia estaba solucionada y se restablecía la circulaciónSu odisea comenzó con un billete en Atocha para las 19.30 horas del pasado lunes. Tenía previsto su llegada a Córdoba a las 21.15. «El tren ya venía con retraso desde Alicante tras haberse parado varias veces», apuntó Elena. Tras eso, salió desde Madrid y a la altura de La Sagras paró. Eran las 20.30 horas. Lo que parecía una parada rutinaria pronto se convirtió en algo más preocupante «cuando se apagaron las luces». A partir de ahi, Elena señala que no supieron dar una solución rápida al asunto. «A las 23.30 recibimos un mensaje en nuestro teléfono móvil que decía que nos remolcarían en 90 minutos». No pasó. Tampoco indicaron en qué dirección, si hasta Córdoba o a Madrid de vuelta. «Los trabajadores nos indicaron que nos pasarían a la otra vía donde había luz », pero nada. A lo largo de la noche dos veces recibieron los pasajeros el mensaje: «Os remolcaremos en 90 minutos»A las 2.00 horas llegó el siguiente mensaje: «Os remolcaremos en 90 minutos». Pero no llegaba la maquinaria. Elena comentó que «a las 5.00 horas pedí información al interventor. Sin información y bajo la incertidumbre, la gente comenzó a ponerse algo nerviosa». A pesar de ello, Elena quiso remarcar el ambiente sosegado que se vivió, «con buena actitud por parte de los pasajeros». Mucha gente aprovechó que había un pueblo a cinco kilómetros andando para bajarse del tren, pero no todos pudieron hacerlo: «había personas mayores y otros lesionados que no podían salir». Con el amanecer, llegó la maquinaria para remolcar el tren: «la gente se despertó con el ruido». Cuando todo parecía terminar a las 6.00 horas de la mañana, hubo que parar el remolque para atender a personas mayores que «se pusieron enfermos, faltaba el oxígeno, había personas diabéticas y una chica con un ataque de ansiedad». Aun así, los voluntarios y la Guardia Civil repartieron comida y agua para los pasajeros. Tampoco funcionaban los baños, generando mayor incertidumbre y angustia entre los pasajeros. Falló el acople de la remolcadora y tras una visita de los técnicos, lograron dar con la tecla para llevar el tren de vuelta a Atocha: «no nos dieron mucha información, cuando llegamos a Madrid había un tren vacío esperando que nos bajó a Córdoba hora y media después». El resultado: una llegada a Córdoba a las 14.00 horas del día siguiente. Un viaje de 19 horas . «Si te hablo con el manos libres del coche es por todo lo que he vivido con los trenes últimamente». Así comenzó su entrevista con ABC Córdoba la periodista cordobesa Elena Lázaro , que pasó casi quince horas encerrada en un tren tras la caída de una catenaria en Toledo el pasado lunes (entre las zonas de La Sagra y Yeles) en las líneas que comunican Madrid con Andalucía.Camino a la presentación de su libro en Granada ‘Otra historia de la ciencia’ nos atiende Elena, que tenía pensado ir en tren este miércoles, pero a partir de ahora «en un tiempo no iré a ningún sitio al que no pueda ir en coche». La gran conclusión que extrae de todo es que «el transporte ferroviario no es de fiar , es algo que vengo padeciendo desde hace tiempo». Además, hizo hincapié en que desde la pandemia, hay «un deterioro exagerado». «Soy usuaria habitual, viajo en tren con frecuencia por mi trabajo y desde 2020 hay un deterioro. Además, e s algo que se comenta entre los trabajadores . El tráfico ferroviario ha crecido una barbaridad en los últimos años y las infraestructuras no lo soportan». Noticia Relacionada Caos Ferroviario estandar No Solventada la avería en Hornachuelos en el AVE a Sevilla que generó nuevos retrasos J. Pino ADIF comunicó en la noche del martes por redes que la incidencia estaba solucionada y se restablecía la circulaciónSu odisea comenzó con un billete en Atocha para las 19.30 horas del pasado lunes. Tenía previsto su llegada a Córdoba a las 21.15. «El tren ya venía con retraso desde Alicante tras haberse parado varias veces», apuntó Elena. Tras eso, salió desde Madrid y a la altura de La Sagras paró. Eran las 20.30 horas. Lo que parecía una parada rutinaria pronto se convirtió en algo más preocupante «cuando se apagaron las luces». A partir de ahi, Elena señala que no supieron dar una solución rápida al asunto. «A las 23.30 recibimos un mensaje en nuestro teléfono móvil que decía que nos remolcarían en 90 minutos». No pasó. Tampoco indicaron en qué dirección, si hasta Córdoba o a Madrid de vuelta. «Los trabajadores nos indicaron que nos pasarían a la otra vía donde había luz », pero nada. A lo largo de la noche dos veces recibieron los pasajeros el mensaje: «Os remolcaremos en 90 minutos»A las 2.00 horas llegó el siguiente mensaje: «Os remolcaremos en 90 minutos». Pero no llegaba la maquinaria. Elena comentó que «a las 5.00 horas pedí información al interventor. Sin información y bajo la incertidumbre, la gente comenzó a ponerse algo nerviosa». A pesar de ello, Elena quiso remarcar el ambiente sosegado que se vivió, «con buena actitud por parte de los pasajeros». Mucha gente aprovechó que había un pueblo a cinco kilómetros andando para bajarse del tren, pero no todos pudieron hacerlo: «había personas mayores y otros lesionados que no podían salir». Con el amanecer, llegó la maquinaria para remolcar el tren: «la gente se despertó con el ruido». Cuando todo parecía terminar a las 6.00 horas de la mañana, hubo que parar el remolque para atender a personas mayores que «se pusieron enfermos, faltaba el oxígeno, había personas diabéticas y una chica con un ataque de ansiedad». Aun así, los voluntarios y la Guardia Civil repartieron comida y agua para los pasajeros. Tampoco funcionaban los baños, generando mayor incertidumbre y angustia entre los pasajeros. Falló el acople de la remolcadora y tras una visita de los técnicos, lograron dar con la tecla para llevar el tren de vuelta a Atocha: «no nos dieron mucha información, cuando llegamos a Madrid había un tren vacío esperando que nos bajó a Córdoba hora y media después». El resultado: una llegada a Córdoba a las 14.00 horas del día siguiente. Un viaje de 19 horas . «Si te hablo con el manos libres del coche es por todo lo que he vivido con los trenes últimamente». Así comenzó su entrevista con ABC Córdoba la periodista cordobesa Elena Lázaro , que pasó casi quince horas encerrada en un tren tras la caída de una catenaria en Toledo el pasado lunes (entre las zonas de La Sagra y Yeles) en las líneas que comunican Madrid con Andalucía.Camino a la presentación de su libro en Granada ‘Otra historia de la ciencia’ nos atiende Elena, que tenía pensado ir en tren este miércoles, pero a partir de ahora «en un tiempo no iré a ningún sitio al que no pueda ir en coche». La gran conclusión que extrae de todo es que «el transporte ferroviario no es de fiar , es algo que vengo padeciendo desde hace tiempo». Además, hizo hincapié en que desde la pandemia, hay «un deterioro exagerado». «Soy usuaria habitual, viajo en tren con frecuencia por mi trabajo y desde 2020 hay un deterioro. Además, e s algo que se comenta entre los trabajadores . El tráfico ferroviario ha crecido una barbaridad en los últimos años y las infraestructuras no lo soportan». Noticia Relacionada Caos Ferroviario estandar No Solventada la avería en Hornachuelos en el AVE a Sevilla que generó nuevos retrasos J. Pino ADIF comunicó en la noche del martes por redes que la incidencia estaba solucionada y se restablecía la circulaciónSu odisea comenzó con un billete en Atocha para las 19.30 horas del pasado lunes. Tenía previsto su llegada a Córdoba a las 21.15. «El tren ya venía con retraso desde Alicante tras haberse parado varias veces», apuntó Elena. Tras eso, salió desde Madrid y a la altura de La Sagras paró. Eran las 20.30 horas. Lo que parecía una parada rutinaria pronto se convirtió en algo más preocupante «cuando se apagaron las luces». A partir de ahi, Elena señala que no supieron dar una solución rápida al asunto. «A las 23.30 recibimos un mensaje en nuestro teléfono móvil que decía que nos remolcarían en 90 minutos». No pasó. Tampoco indicaron en qué dirección, si hasta Córdoba o a Madrid de vuelta. «Los trabajadores nos indicaron que nos pasarían a la otra vía donde había luz », pero nada. A lo largo de la noche dos veces recibieron los pasajeros el mensaje: «Os remolcaremos en 90 minutos»A las 2.00 horas llegó el siguiente mensaje: «Os remolcaremos en 90 minutos». Pero no llegaba la maquinaria. Elena comentó que «a las 5.00 horas pedí información al interventor. Sin información y bajo la incertidumbre, la gente comenzó a ponerse algo nerviosa». A pesar de ello, Elena quiso remarcar el ambiente sosegado que se vivió, «con buena actitud por parte de los pasajeros». Mucha gente aprovechó que había un pueblo a cinco kilómetros andando para bajarse del tren, pero no todos pudieron hacerlo: «había personas mayores y otros lesionados que no podían salir». Con el amanecer, llegó la maquinaria para remolcar el tren: «la gente se despertó con el ruido». Cuando todo parecía terminar a las 6.00 horas de la mañana, hubo que parar el remolque para atender a personas mayores que «se pusieron enfermos, faltaba el oxígeno, había personas diabéticas y una chica con un ataque de ansiedad». Aun así, los voluntarios y la Guardia Civil repartieron comida y agua para los pasajeros. Tampoco funcionaban los baños, generando mayor incertidumbre y angustia entre los pasajeros. Falló el acople de la remolcadora y tras una visita de los técnicos, lograron dar con la tecla para llevar el tren de vuelta a Atocha: «no nos dieron mucha información, cuando llegamos a Madrid había un tren vacío esperando que nos bajó a Córdoba hora y media después». El resultado: una llegada a Córdoba a las 14.00 horas del día siguiente. Un viaje de 19 horas . RSS de noticias de espana/andalucia
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