Ya escribí que la selección española femenina no era imbatible. Y así fue: cayó derrotada de la manera más cruel que hay en el fútbol, la tanda de penaltis. Las enormes jugadoras españolas, esta vez, no estuvieron acertadas en los lanzamientos. Tan solo Patri Guijarro. La final de ayer cerraba un ciclo que comprendía cuatro veranos, en los que se ha visto la evolución y el progreso a mayores del fútbol femenino español. Todos hubiéramos firmado a ciegas los resultados cosechados desde la última Eurocopa de 2022, donde España cayó en cuartos también contra Inglaterra. Al año siguiente, nos proclamamos Campeonas del Mundo, ganamos la Liga de Naciones y nos clasificamos por primera vez para unos Juegos Olímpicos, donde también los dichosos penaltis nos dejaron sin podio en la lucha por el bronce contra Alemania. En este europeo hemos sido la mejor selección, sin duda, pero una Inglaterra que ha resucitado una y otra vez durante el campeonato nos ha acabado sentenciando.En los primeros 45 minutos, España dio un verdadero recital de fútbol, Patri mandaba y Olga y Ona eran dos martillos pilones por banda. Mariona, por su parte, era la pieza que hacía que todo encajara (primoroso primer acto de la mallorquina), pues aparecía por todas partes, se asociaba, aceleraba, frenaba e incluso marcando de cabeza en el minuto 28, el mismo minuto que Olga marcó el tanto que nos dio el Mundial. La segunda parte nos pasó factura en lo físico y a pesar de ser ligeramente superiores, las españolas ya no tocaban tanto, conducían en exceso e intentaban ganar la final por su cuenta. Las inglesas empataron y hasta Montse Tomé se atrevía a quitar a Alexia que, desaparecida en ataque, sí que había tenido un gran desgaste tapando a Kheira Walsh. En el análisis previo al Europeo ya escribí que una de las claves de que España pudiera ganarlo pasaba por meter las ocasiones que generásemos y fue justamente eso lo que nos hizo llegar a los penaltis. España dispuso de infinidad de oportunidades que no supo materializar. A pesar de no concretarlas, fuimos muy superiores. En la prórroga, Cata Coll fue una mera espectadora, pero el balón no atravesaba la portería inglesa. El partido se empezó a hacer bola, mezcla de precipitación, cansancio y desatino en la puntería.La derrota pasará factura a la Montse Tomé. La asturiana parece que tiene los días contados en el cargo, a pesar de haber ido de menos a más en su etapa como seleccionadora. En la final, sólo un reproche: quizá ante la falta de gol, debería de haber sacado a Martin-Prieto al campo. ¿Y a partir de ahora? A corto plazo tenemos la fase final de la Liga de Naciones. El verano que viene no habrá competición, algo que muchas de las jugadoras agradecerán para recomponer su estado físico. La armada española está fundida y es un milagro haber llegado hasta esta fase final después del desgaste físico y mental que acumulan. A largo plazo, el futuro está garantizado. Actualmente somos campeonas de Europa sub-19 (cuatro títulos consecutivos), campeonas de Europa sub-17 y subcampeonas del mundo sub-17 (en las dos anteriores ediciones 2018 y 2022 fuimos campeonas y somos las actuales campeonas del mundo sub-20). Es el momento idóneo para un cambio de ciclo. Conviene parar, pensar y preparar la cita mundialista del 2027 con cabeza, calma y las mejores jugadoras. Fuera rencillas y problemas pasados. La selección española femenina de fútbol tiene un espléndido presente y, sobre todo, un impresionante futuro. Ya escribí que la selección española femenina no era imbatible. Y así fue: cayó derrotada de la manera más cruel que hay en el fútbol, la tanda de penaltis. Las enormes jugadoras españolas, esta vez, no estuvieron acertadas en los lanzamientos. Tan solo Patri Guijarro. La final de ayer cerraba un ciclo que comprendía cuatro veranos, en los que se ha visto la evolución y el progreso a mayores del fútbol femenino español. Todos hubiéramos firmado a ciegas los resultados cosechados desde la última Eurocopa de 2022, donde España cayó en cuartos también contra Inglaterra. Al año siguiente, nos proclamamos Campeonas del Mundo, ganamos la Liga de Naciones y nos clasificamos por primera vez para unos Juegos Olímpicos, donde también los dichosos penaltis nos dejaron sin podio en la lucha por el bronce contra Alemania. En este europeo hemos sido la mejor selección, sin duda, pero una Inglaterra que ha resucitado una y otra vez durante el campeonato nos ha acabado sentenciando.En los primeros 45 minutos, España dio un verdadero recital de fútbol, Patri mandaba y Olga y Ona eran dos martillos pilones por banda. Mariona, por su parte, era la pieza que hacía que todo encajara (primoroso primer acto de la mallorquina), pues aparecía por todas partes, se asociaba, aceleraba, frenaba e incluso marcando de cabeza en el minuto 28, el mismo minuto que Olga marcó el tanto que nos dio el Mundial. La segunda parte nos pasó factura en lo físico y a pesar de ser ligeramente superiores, las españolas ya no tocaban tanto, conducían en exceso e intentaban ganar la final por su cuenta. Las inglesas empataron y hasta Montse Tomé se atrevía a quitar a Alexia que, desaparecida en ataque, sí que había tenido un gran desgaste tapando a Kheira Walsh. En el análisis previo al Europeo ya escribí que una de las claves de que España pudiera ganarlo pasaba por meter las ocasiones que generásemos y fue justamente eso lo que nos hizo llegar a los penaltis. España dispuso de infinidad de oportunidades que no supo materializar. A pesar de no concretarlas, fuimos muy superiores. En la prórroga, Cata Coll fue una mera espectadora, pero el balón no atravesaba la portería inglesa. El partido se empezó a hacer bola, mezcla de precipitación, cansancio y desatino en la puntería.La derrota pasará factura a la Montse Tomé. La asturiana parece que tiene los días contados en el cargo, a pesar de haber ido de menos a más en su etapa como seleccionadora. En la final, sólo un reproche: quizá ante la falta de gol, debería de haber sacado a Martin-Prieto al campo. ¿Y a partir de ahora? A corto plazo tenemos la fase final de la Liga de Naciones. El verano que viene no habrá competición, algo que muchas de las jugadoras agradecerán para recomponer su estado físico. La armada española está fundida y es un milagro haber llegado hasta esta fase final después del desgaste físico y mental que acumulan. A largo plazo, el futuro está garantizado. Actualmente somos campeonas de Europa sub-19 (cuatro títulos consecutivos), campeonas de Europa sub-17 y subcampeonas del mundo sub-17 (en las dos anteriores ediciones 2018 y 2022 fuimos campeonas y somos las actuales campeonas del mundo sub-20). Es el momento idóneo para un cambio de ciclo. Conviene parar, pensar y preparar la cita mundialista del 2027 con cabeza, calma y las mejores jugadoras. Fuera rencillas y problemas pasados. La selección española femenina de fútbol tiene un espléndido presente y, sobre todo, un impresionante futuro. Ya escribí que la selección española femenina no era imbatible. Y así fue: cayó derrotada de la manera más cruel que hay en el fútbol, la tanda de penaltis. Las enormes jugadoras españolas, esta vez, no estuvieron acertadas en los lanzamientos. Tan solo Patri Guijarro. La final de ayer cerraba un ciclo que comprendía cuatro veranos, en los que se ha visto la evolución y el progreso a mayores del fútbol femenino español. Todos hubiéramos firmado a ciegas los resultados cosechados desde la última Eurocopa de 2022, donde España cayó en cuartos también contra Inglaterra. Al año siguiente, nos proclamamos Campeonas del Mundo, ganamos la Liga de Naciones y nos clasificamos por primera vez para unos Juegos Olímpicos, donde también los dichosos penaltis nos dejaron sin podio en la lucha por el bronce contra Alemania. En este europeo hemos sido la mejor selección, sin duda, pero una Inglaterra que ha resucitado una y otra vez durante el campeonato nos ha acabado sentenciando.En los primeros 45 minutos, España dio un verdadero recital de fútbol, Patri mandaba y Olga y Ona eran dos martillos pilones por banda. Mariona, por su parte, era la pieza que hacía que todo encajara (primoroso primer acto de la mallorquina), pues aparecía por todas partes, se asociaba, aceleraba, frenaba e incluso marcando de cabeza en el minuto 28, el mismo minuto que Olga marcó el tanto que nos dio el Mundial. La segunda parte nos pasó factura en lo físico y a pesar de ser ligeramente superiores, las españolas ya no tocaban tanto, conducían en exceso e intentaban ganar la final por su cuenta. Las inglesas empataron y hasta Montse Tomé se atrevía a quitar a Alexia que, desaparecida en ataque, sí que había tenido un gran desgaste tapando a Kheira Walsh. En el análisis previo al Europeo ya escribí que una de las claves de que España pudiera ganarlo pasaba por meter las ocasiones que generásemos y fue justamente eso lo que nos hizo llegar a los penaltis. España dispuso de infinidad de oportunidades que no supo materializar. A pesar de no concretarlas, fuimos muy superiores. En la prórroga, Cata Coll fue una mera espectadora, pero el balón no atravesaba la portería inglesa. El partido se empezó a hacer bola, mezcla de precipitación, cansancio y desatino en la puntería.La derrota pasará factura a la Montse Tomé. La asturiana parece que tiene los días contados en el cargo, a pesar de haber ido de menos a más en su etapa como seleccionadora. En la final, sólo un reproche: quizá ante la falta de gol, debería de haber sacado a Martin-Prieto al campo. ¿Y a partir de ahora? A corto plazo tenemos la fase final de la Liga de Naciones. El verano que viene no habrá competición, algo que muchas de las jugadoras agradecerán para recomponer su estado físico. La armada española está fundida y es un milagro haber llegado hasta esta fase final después del desgaste físico y mental que acumulan. A largo plazo, el futuro está garantizado. Actualmente somos campeonas de Europa sub-19 (cuatro títulos consecutivos), campeonas de Europa sub-17 y subcampeonas del mundo sub-17 (en las dos anteriores ediciones 2018 y 2022 fuimos campeonas y somos las actuales campeonas del mundo sub-20). Es el momento idóneo para un cambio de ciclo. Conviene parar, pensar y preparar la cita mundialista del 2027 con cabeza, calma y las mejores jugadoras. Fuera rencillas y problemas pasados. La selección española femenina de fútbol tiene un espléndido presente y, sobre todo, un impresionante futuro. RSS de noticias de deportes
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