<p class=»ue-c-article__paragraph»>En una carrera de F1 hay que tomar centenares de decisiones. Cuantas más de ellas sean las correctas mayores opciones de que la tarde termine bien. En Spa hubo ayer algunas que resultaron decisivas. La primera hubo que tomarla antes incluso de que comenzase la carrera. Había que apostar por si iba a llover o no. El pronóstico parecía bastante claro el sábado, pero, dentro de la certeza de que llovería, había que determinar cuánto y durante cuánto tiempo. ¿Por qué? Porque de tu decisión dependería la carga aerodinámica que tendrías que colocar en tu monoplaza. Si piensas que va a haber mucha lluvia, le pones más carga para tener un coche más estable en curva y frenada a costa de perder velocidad punta en las rectas. Si crees que no va a llover tanto, quitas carga aerodinámica y sabes que en las rectas vas a volar a costa de tener un vehículo más inestable.</p>
En una carrera de F1 hay que tomar centenares de decisiones. Cuantas más de ellas sean las correctas mayores opciones de que la tarde termine bie
<p class=»ue-c-article__paragraph»>En una carrera de F1 hay que tomar centenares de decisiones. Cuantas más de ellas sean las correctas mayores opciones de que la tarde termine bien. En Spa hubo ayer algunas que resultaron decisivas. La primera hubo que tomarla antes incluso de que comenzase la carrera. Había que apostar por si iba a llover o no. El pronóstico parecía bastante claro el sábado, pero, dentro de la certeza de que llovería, había que determinar cuánto y durante cuánto tiempo. ¿Por qué? Porque de tu decisión dependería la carga aerodinámica que tendrías que colocar en tu monoplaza. Si piensas que va a haber mucha lluvia, le pones más carga para tener un coche más estable en curva y frenada a costa de perder velocidad punta en las rectas. Si crees que no va a llover tanto, quitas carga aerodinámica y sabes que en las rectas vas a volar a costa de tener un vehículo más inestable.</p>
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