Darse un chapuzón en una piscina puede ser la alternativa para aquellos que no pueden permitirse marcharse unos días de vacaciones lejos de casa. Sin embargo, algo que puede parecer sencillo, no lo es tanto, cuando la oferta de piscinas públicas es limitada.Es lo que ocurre en Andalucía que, pese a ser una de las comunidades en las que el termómetro castiga más y con zonas cada vez más calientes, no tiene las suficientes instalaciones recreativas para los que no pueden marcharse a la playa o a la montaña , donde el termómetro les de un respiro.En Andalucía existen un total de 290.542 piscinas, de las que el 80% están localizadas en espacios con uso residencial, tanto en viviendas unifamiliares, como plurifamiliares. Según el Instituto de Estadísticas, estas piscinas se distribuyen principalmente en las áreas metropolitanas andaluzas en zonas de viviendas unifamiliares, tanto de primera como de segunda residencia, así como en las zonas litorales turísticas en espacio de poblamiento similar a este. Serían los casos de zonas localizadas en la costa de Málaga o Cádiz, como son Marbella, Chiclana, Mijas, Málaga, Estepona, Benalmádena y El Puerto de Santa María, o en áreas metropolitanas como Córdoba, Carmona, Alcalá de Guadaíra, Dos Hermanas, Alhaurín de la Torre o Jaén capital.Aunque en las nuevas construcciones, sobre todo las de las ciudades, cada vez hay más que incorporan estas instalaciones, las piscinas públicas siguen siendo pocas.Eso supone que aquellas en las que puede entrar todo el público no son demasiadas. Así por ejemplo se observa que en la ciudad de Córdoba, una de las que soporta temperaturas más altas, se concentra un número elevado de piscinas en el extrarradio en zonas ocupadas por viviendas unifamiliares de mayor o menor extensión, pero que cuentan con jardín privado donde con frecuencia se ha construido una piscina de uso unifamiliar; frente a la zona central de la ciudad ocupada por bloques de pisos con viviendas de tipología plurifamiliar, donde o bien no hay piscina o las existentes son de uso colectivo para un número más o menos alto de viviendas, o bien pertenecen a espacios de otros usos distintos del residencial (deportivos u ocio y hostelería, fundamentalmente). Es un patrón que se repite a lo largo del territorio andaluz. Sevilla capital es otro ejemplo con muy pocas piscinas públicas ya que sólo hay cuatro. Darse un chapuzón en una piscina puede ser la alternativa para aquellos que no pueden permitirse marcharse unos días de vacaciones lejos de casa. Sin embargo, algo que puede parecer sencillo, no lo es tanto, cuando la oferta de piscinas públicas es limitada.Es lo que ocurre en Andalucía que, pese a ser una de las comunidades en las que el termómetro castiga más y con zonas cada vez más calientes, no tiene las suficientes instalaciones recreativas para los que no pueden marcharse a la playa o a la montaña , donde el termómetro les de un respiro.En Andalucía existen un total de 290.542 piscinas, de las que el 80% están localizadas en espacios con uso residencial, tanto en viviendas unifamiliares, como plurifamiliares. Según el Instituto de Estadísticas, estas piscinas se distribuyen principalmente en las áreas metropolitanas andaluzas en zonas de viviendas unifamiliares, tanto de primera como de segunda residencia, así como en las zonas litorales turísticas en espacio de poblamiento similar a este. Serían los casos de zonas localizadas en la costa de Málaga o Cádiz, como son Marbella, Chiclana, Mijas, Málaga, Estepona, Benalmádena y El Puerto de Santa María, o en áreas metropolitanas como Córdoba, Carmona, Alcalá de Guadaíra, Dos Hermanas, Alhaurín de la Torre o Jaén capital.Aunque en las nuevas construcciones, sobre todo las de las ciudades, cada vez hay más que incorporan estas instalaciones, las piscinas públicas siguen siendo pocas.Eso supone que aquellas en las que puede entrar todo el público no son demasiadas. Así por ejemplo se observa que en la ciudad de Córdoba, una de las que soporta temperaturas más altas, se concentra un número elevado de piscinas en el extrarradio en zonas ocupadas por viviendas unifamiliares de mayor o menor extensión, pero que cuentan con jardín privado donde con frecuencia se ha construido una piscina de uso unifamiliar; frente a la zona central de la ciudad ocupada por bloques de pisos con viviendas de tipología plurifamiliar, donde o bien no hay piscina o las existentes son de uso colectivo para un número más o menos alto de viviendas, o bien pertenecen a espacios de otros usos distintos del residencial (deportivos u ocio y hostelería, fundamentalmente). Es un patrón que se repite a lo largo del territorio andaluz. Sevilla capital es otro ejemplo con muy pocas piscinas públicas ya que sólo hay cuatro. Darse un chapuzón en una piscina puede ser la alternativa para aquellos que no pueden permitirse marcharse unos días de vacaciones lejos de casa. Sin embargo, algo que puede parecer sencillo, no lo es tanto, cuando la oferta de piscinas públicas es limitada.Es lo que ocurre en Andalucía que, pese a ser una de las comunidades en las que el termómetro castiga más y con zonas cada vez más calientes, no tiene las suficientes instalaciones recreativas para los que no pueden marcharse a la playa o a la montaña , donde el termómetro les de un respiro.En Andalucía existen un total de 290.542 piscinas, de las que el 80% están localizadas en espacios con uso residencial, tanto en viviendas unifamiliares, como plurifamiliares. Según el Instituto de Estadísticas, estas piscinas se distribuyen principalmente en las áreas metropolitanas andaluzas en zonas de viviendas unifamiliares, tanto de primera como de segunda residencia, así como en las zonas litorales turísticas en espacio de poblamiento similar a este. Serían los casos de zonas localizadas en la costa de Málaga o Cádiz, como son Marbella, Chiclana, Mijas, Málaga, Estepona, Benalmádena y El Puerto de Santa María, o en áreas metropolitanas como Córdoba, Carmona, Alcalá de Guadaíra, Dos Hermanas, Alhaurín de la Torre o Jaén capital.Aunque en las nuevas construcciones, sobre todo las de las ciudades, cada vez hay más que incorporan estas instalaciones, las piscinas públicas siguen siendo pocas.Eso supone que aquellas en las que puede entrar todo el público no son demasiadas. Así por ejemplo se observa que en la ciudad de Córdoba, una de las que soporta temperaturas más altas, se concentra un número elevado de piscinas en el extrarradio en zonas ocupadas por viviendas unifamiliares de mayor o menor extensión, pero que cuentan con jardín privado donde con frecuencia se ha construido una piscina de uso unifamiliar; frente a la zona central de la ciudad ocupada por bloques de pisos con viviendas de tipología plurifamiliar, donde o bien no hay piscina o las existentes son de uso colectivo para un número más o menos alto de viviendas, o bien pertenecen a espacios de otros usos distintos del residencial (deportivos u ocio y hostelería, fundamentalmente). Es un patrón que se repite a lo largo del territorio andaluz. Sevilla capital es otro ejemplo con muy pocas piscinas públicas ya que sólo hay cuatro. RSS de noticias de espana/andalucia
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