<p>En 1956, el guionista <strong>Víctor Mora</strong> (Barcelona, 1931-2016) y el dibujante Miguel Ambrosio, que firmaba como <strong>Ambrós </strong>(Albuixech, Valencia, 1913-1992), lanzaron un nueva tebeo de aventuras para la todopoderosa editorial Bruguera, en un formato muy popular entonces, un pequeño cuadernillo apaisado donde las historias se dividían a la manera de las <i>comic strips </i>estadounidenses, con dos tiras por página en blanco y negro (aunque los materiales eran originales y no habían aparecido antes en ningún periódico). El título de la nueva colección era <strong>El Capitán Trueno</strong> y, aunque sus autores no lo sabían entonces, acababan de crear una<strong> leyenda del cómic español </strong>que marcaría la infancia (y, más adelante, la senectud) de varias generaciones.</p>
El gran héroe del tebeo de los años 60 sería hoy un oficial del Ejército forjado en las calles, pero dotado de un optimismo recalcitrante. Sus aventuras le llevarían a Afganistán, Somalia, Líbano…
<p>En 1956, el guionista <strong>Víctor Mora</strong> (Barcelona, 1931-2016) y el dibujante Miguel Ambrosio, que firmaba como <strong>Ambrós </strong>(Albuixech, Valencia, 1913-1992), lanzaron un nueva tebeo de aventuras para la todopoderosa editorial Bruguera, en un formato muy popular entonces, un pequeño cuadernillo apaisado donde las historias se dividían a la manera de las <i>comic strips </i>estadounidenses, con dos tiras por página en blanco y negro (aunque los materiales eran originales y no habían aparecido antes en ningún periódico). El título de la nueva colección era <strong>El Capitán Trueno</strong> y, aunque sus autores no lo sabían entonces, acababan de crear una<strong> leyenda del cómic español </strong>que marcaría la infancia (y, más adelante, la senectud) de varias generaciones.</p>
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