La población andaluza vive, en su inmensa mayoría, en ciudades o en áreas de densidad intermedia cercanas a núcleos urbanos. El campo sigue perdiendo peso a pesar de los esfuerzos que vienen realizando las administraciones públicas (esencialmente las diputaciones) para afianzar la población o, al menos, evitar la sangría. Pero no termina de ofrecer resultados y las grandes ciudades siguen ejerciendo como polo de atracción por sus servicios, infraestructuras, viviendas y, sobre todo, oportunidades del mercado laboral. Según los últimos datos publicados por el Instituto de Estadística y Cartografía de Andalucía (IECA), a fecha de 1 de enero de 2023, el 44,2% de los habitantes de la comunidad reside en zonas urbanas, un 38,2% lo hace en zonas de densidad intermedia, y sólo el 17,6% vive en áreas rurales . Esta distribución confirma el proceso de concentración demográfica en torno a los grandes centros urbanos y refuerza la tendencia a la pérdida de peso poblacional del mundo rural andaluz.La información se basa en la metodología europea ‘Degurba’ (Degree of Urbanisation), que clasifica cada kilómetro cuadrado del territorio según la densidad y continuidad del poblamiento . A partir de esta segmentación técnica, cada municipio se descompone en celdas urbanas, intermedias o rurales, lo que permite analizar la estructura territorial con un alto grado de precisión, más allá de las fronteras administrativas.En términos absolutos, Andalucía contaba en esa fecha con 8.538.376 habitantes, de los cuales más de 5,5 millones vivían en zonas urbanas, casi 1,6 millones en zonas intermedias y algo más de 1,4 millones en áreas rurales. Lo llamativo es que, mientras las zonas urbanas concentran casi dos tercios de la población, apenas ocupan el 4,4% del suelo andaluz . En el otro extremo, las zonas rurales cubren más del 75% del territorio , pero en ellas reside menos de una quinta parte de los andaluces. El 72% de la población regional se concentra en un exiguo 0,9% del territorio Esta profunda asimetría revela un uso del suelo intensamente polarizado, con consecuencias evidentes sobre la planificación territorial, los servicios públicos y la sostenibilidad, evidentemente.El informe del IECA subraya también que el 53,8% de los municipios andaluces son predominantemente rurales , en función del reparto de su población entre los tres tipos de zonas. Sin embargo, eso no significa que más de la mitad de la población andaluza viva en zonas rurales, sino que muchos de esos municipios tienen poca población y un territorio muy extenso y poco densificado. Por el contrario, solo el 7,9% de los municipios de la comunidad autónoma tienen todo su suelo clasificado como urbano, lo que refuerza la idea de que, más allá de las grandes capitales, Andalucía está conformada mayoritariamente por realidades mixtas.El crecimiento de las áreas metropolitanas, la suburbanización, la expansión de las ciudades medias y la concentración de servicios están contribuyendo a ensanchar el peso de las zonas intermedias , que funcionan como espacio de transición entre lo rural y lo urbano. Este fenómeno es visible en municipios como Chiclana de la Frontera, Vélez-Málaga, Linares o Lucena, donde el tejido urbano convive con áreas periurbanas y suelos agrícolas en retirada.El documento incorpora además un visor cartográfico interactivo que permite consultar de forma detallada el grado de urbanización de cada núcleo de población en Andalucía. Esta herramienta es especialmente útil para los ayuntamientos y administraciones provinciales, ya que permite planificar actuaciones de vivienda, transporte, desarrollo rural o fondos europeos a partir de criterios técnicos comparables con el resto de Europa.Despoblación y vejezMás allá de su utilidad estadística, la clasificación del grado de urbanización plantea una clara reflexión de fondo sobre la cohesión territorial de Andalucía, donde una parte del territorio —que es la más extensa— envejece, pierde habitantes y ve menguar sus servicios, mientras otra —más compacta y urbana— concentra población, inversión y actividad económica. Una Andalucía a dos velocidades que ya no se mide sólo en kilómetros, sino también en densidad.Según los análisis más recientes, en la región hay unos 90 municipios que se encuentran en riesgo alto de despoblación detectados por el propio Ejecutivo andaluz, que está elaborando su propia estrategia frente al desafío demográfico. Pero en cinco años serán ya 300. A tenor de este mapa, esos municipios en riesgo se localizan sobre todo en las provincias de Granada, Almería, Córdoba y Jaén. De hecho en Granada se contabilizan hasta 27 municipios, en Almería son 22, en Córdoba 17 y en Jaén 10. Eso supone que mientras que la costa y el Valle del Guadalquivir están muy pobladas, preocupan más las de la sierra y el interior. En la condición contraria están Cádiz, donde no se ha localizado ninguno de estos municipios, Sevilla, con sólo dos poblaciones en riesgo, Málaga, con cinco, y Huelva, con un total de siete.Crecimiento no homogéneoAndalucía es con holgura la comunidad más poblada de España, con 8.619.616 habitantes, lo que supone el 17,7% de la población nacional y que se ha alcanzado el máximo histórico con una población femenina ligeramente superior (4,3 millones) frente a los 4,2 hombres. En lo que va de siglo, la población ha crecido en 1,3 millones de habitantes , aunque este crecimiento no ha sido homogéneo. De hecho actualmente el 80% de la población habita en áreas urbanas mayores de 10.000 habitantes y el 51% lo hace en sólo 30 municipios con más de 50.000 habitantes, lo que refuerza la urbanización del territorio. Además mientras que la población regional sube, hay un 55% de los municipios que ha perdido población a lo largo de los últimos veinte años.Las cifras vienen a recalcar varias tendencias evidentes. Mientras que los municipios costeros (Málaga y Huelva principalmente) y las áreas urbanas de Sevilla, Granada y Almería aumentan de población, las áreas de montaña y algunas de campiña interior, la pierden y envejecen. Eso ocurre pese a que existen algunas áreas rurales en las que excepcionalmente la población también aumenta, como está ocurriendo en algunos municipios del Valle del Almanzora almeriense o la Sierra de Aracena onubense. La población andaluza vive, en su inmensa mayoría, en ciudades o en áreas de densidad intermedia cercanas a núcleos urbanos. El campo sigue perdiendo peso a pesar de los esfuerzos que vienen realizando las administraciones públicas (esencialmente las diputaciones) para afianzar la población o, al menos, evitar la sangría. Pero no termina de ofrecer resultados y las grandes ciudades siguen ejerciendo como polo de atracción por sus servicios, infraestructuras, viviendas y, sobre todo, oportunidades del mercado laboral. Según los últimos datos publicados por el Instituto de Estadística y Cartografía de Andalucía (IECA), a fecha de 1 de enero de 2023, el 44,2% de los habitantes de la comunidad reside en zonas urbanas, un 38,2% lo hace en zonas de densidad intermedia, y sólo el 17,6% vive en áreas rurales . Esta distribución confirma el proceso de concentración demográfica en torno a los grandes centros urbanos y refuerza la tendencia a la pérdida de peso poblacional del mundo rural andaluz.La información se basa en la metodología europea ‘Degurba’ (Degree of Urbanisation), que clasifica cada kilómetro cuadrado del territorio según la densidad y continuidad del poblamiento . A partir de esta segmentación técnica, cada municipio se descompone en celdas urbanas, intermedias o rurales, lo que permite analizar la estructura territorial con un alto grado de precisión, más allá de las fronteras administrativas.En términos absolutos, Andalucía contaba en esa fecha con 8.538.376 habitantes, de los cuales más de 5,5 millones vivían en zonas urbanas, casi 1,6 millones en zonas intermedias y algo más de 1,4 millones en áreas rurales. Lo llamativo es que, mientras las zonas urbanas concentran casi dos tercios de la población, apenas ocupan el 4,4% del suelo andaluz . En el otro extremo, las zonas rurales cubren más del 75% del territorio , pero en ellas reside menos de una quinta parte de los andaluces. El 72% de la población regional se concentra en un exiguo 0,9% del territorio Esta profunda asimetría revela un uso del suelo intensamente polarizado, con consecuencias evidentes sobre la planificación territorial, los servicios públicos y la sostenibilidad, evidentemente.El informe del IECA subraya también que el 53,8% de los municipios andaluces son predominantemente rurales , en función del reparto de su población entre los tres tipos de zonas. Sin embargo, eso no significa que más de la mitad de la población andaluza viva en zonas rurales, sino que muchos de esos municipios tienen poca población y un territorio muy extenso y poco densificado. Por el contrario, solo el 7,9% de los municipios de la comunidad autónoma tienen todo su suelo clasificado como urbano, lo que refuerza la idea de que, más allá de las grandes capitales, Andalucía está conformada mayoritariamente por realidades mixtas.El crecimiento de las áreas metropolitanas, la suburbanización, la expansión de las ciudades medias y la concentración de servicios están contribuyendo a ensanchar el peso de las zonas intermedias , que funcionan como espacio de transición entre lo rural y lo urbano. Este fenómeno es visible en municipios como Chiclana de la Frontera, Vélez-Málaga, Linares o Lucena, donde el tejido urbano convive con áreas periurbanas y suelos agrícolas en retirada.El documento incorpora además un visor cartográfico interactivo que permite consultar de forma detallada el grado de urbanización de cada núcleo de población en Andalucía. Esta herramienta es especialmente útil para los ayuntamientos y administraciones provinciales, ya que permite planificar actuaciones de vivienda, transporte, desarrollo rural o fondos europeos a partir de criterios técnicos comparables con el resto de Europa.Despoblación y vejezMás allá de su utilidad estadística, la clasificación del grado de urbanización plantea una clara reflexión de fondo sobre la cohesión territorial de Andalucía, donde una parte del territorio —que es la más extensa— envejece, pierde habitantes y ve menguar sus servicios, mientras otra —más compacta y urbana— concentra población, inversión y actividad económica. Una Andalucía a dos velocidades que ya no se mide sólo en kilómetros, sino también en densidad.Según los análisis más recientes, en la región hay unos 90 municipios que se encuentran en riesgo alto de despoblación detectados por el propio Ejecutivo andaluz, que está elaborando su propia estrategia frente al desafío demográfico. Pero en cinco años serán ya 300. A tenor de este mapa, esos municipios en riesgo se localizan sobre todo en las provincias de Granada, Almería, Córdoba y Jaén. De hecho en Granada se contabilizan hasta 27 municipios, en Almería son 22, en Córdoba 17 y en Jaén 10. Eso supone que mientras que la costa y el Valle del Guadalquivir están muy pobladas, preocupan más las de la sierra y el interior. En la condición contraria están Cádiz, donde no se ha localizado ninguno de estos municipios, Sevilla, con sólo dos poblaciones en riesgo, Málaga, con cinco, y Huelva, con un total de siete.Crecimiento no homogéneoAndalucía es con holgura la comunidad más poblada de España, con 8.619.616 habitantes, lo que supone el 17,7% de la población nacional y que se ha alcanzado el máximo histórico con una población femenina ligeramente superior (4,3 millones) frente a los 4,2 hombres. En lo que va de siglo, la población ha crecido en 1,3 millones de habitantes , aunque este crecimiento no ha sido homogéneo. De hecho actualmente el 80% de la población habita en áreas urbanas mayores de 10.000 habitantes y el 51% lo hace en sólo 30 municipios con más de 50.000 habitantes, lo que refuerza la urbanización del territorio. Además mientras que la población regional sube, hay un 55% de los municipios que ha perdido población a lo largo de los últimos veinte años.Las cifras vienen a recalcar varias tendencias evidentes. Mientras que los municipios costeros (Málaga y Huelva principalmente) y las áreas urbanas de Sevilla, Granada y Almería aumentan de población, las áreas de montaña y algunas de campiña interior, la pierden y envejecen. Eso ocurre pese a que existen algunas áreas rurales en las que excepcionalmente la población también aumenta, como está ocurriendo en algunos municipios del Valle del Almanzora almeriense o la Sierra de Aracena onubense. La población andaluza vive, en su inmensa mayoría, en ciudades o en áreas de densidad intermedia cercanas a núcleos urbanos. El campo sigue perdiendo peso a pesar de los esfuerzos que vienen realizando las administraciones públicas (esencialmente las diputaciones) para afianzar la población o, al menos, evitar la sangría. Pero no termina de ofrecer resultados y las grandes ciudades siguen ejerciendo como polo de atracción por sus servicios, infraestructuras, viviendas y, sobre todo, oportunidades del mercado laboral. Según los últimos datos publicados por el Instituto de Estadística y Cartografía de Andalucía (IECA), a fecha de 1 de enero de 2023, el 44,2% de los habitantes de la comunidad reside en zonas urbanas, un 38,2% lo hace en zonas de densidad intermedia, y sólo el 17,6% vive en áreas rurales . Esta distribución confirma el proceso de concentración demográfica en torno a los grandes centros urbanos y refuerza la tendencia a la pérdida de peso poblacional del mundo rural andaluz.La información se basa en la metodología europea ‘Degurba’ (Degree of Urbanisation), que clasifica cada kilómetro cuadrado del territorio según la densidad y continuidad del poblamiento . A partir de esta segmentación técnica, cada municipio se descompone en celdas urbanas, intermedias o rurales, lo que permite analizar la estructura territorial con un alto grado de precisión, más allá de las fronteras administrativas.En términos absolutos, Andalucía contaba en esa fecha con 8.538.376 habitantes, de los cuales más de 5,5 millones vivían en zonas urbanas, casi 1,6 millones en zonas intermedias y algo más de 1,4 millones en áreas rurales. Lo llamativo es que, mientras las zonas urbanas concentran casi dos tercios de la población, apenas ocupan el 4,4% del suelo andaluz . En el otro extremo, las zonas rurales cubren más del 75% del territorio , pero en ellas reside menos de una quinta parte de los andaluces. El 72% de la población regional se concentra en un exiguo 0,9% del territorio Esta profunda asimetría revela un uso del suelo intensamente polarizado, con consecuencias evidentes sobre la planificación territorial, los servicios públicos y la sostenibilidad, evidentemente.El informe del IECA subraya también que el 53,8% de los municipios andaluces son predominantemente rurales , en función del reparto de su población entre los tres tipos de zonas. Sin embargo, eso no significa que más de la mitad de la población andaluza viva en zonas rurales, sino que muchos de esos municipios tienen poca población y un territorio muy extenso y poco densificado. Por el contrario, solo el 7,9% de los municipios de la comunidad autónoma tienen todo su suelo clasificado como urbano, lo que refuerza la idea de que, más allá de las grandes capitales, Andalucía está conformada mayoritariamente por realidades mixtas.El crecimiento de las áreas metropolitanas, la suburbanización, la expansión de las ciudades medias y la concentración de servicios están contribuyendo a ensanchar el peso de las zonas intermedias , que funcionan como espacio de transición entre lo rural y lo urbano. Este fenómeno es visible en municipios como Chiclana de la Frontera, Vélez-Málaga, Linares o Lucena, donde el tejido urbano convive con áreas periurbanas y suelos agrícolas en retirada.El documento incorpora además un visor cartográfico interactivo que permite consultar de forma detallada el grado de urbanización de cada núcleo de población en Andalucía. Esta herramienta es especialmente útil para los ayuntamientos y administraciones provinciales, ya que permite planificar actuaciones de vivienda, transporte, desarrollo rural o fondos europeos a partir de criterios técnicos comparables con el resto de Europa.Despoblación y vejezMás allá de su utilidad estadística, la clasificación del grado de urbanización plantea una clara reflexión de fondo sobre la cohesión territorial de Andalucía, donde una parte del territorio —que es la más extensa— envejece, pierde habitantes y ve menguar sus servicios, mientras otra —más compacta y urbana— concentra población, inversión y actividad económica. Una Andalucía a dos velocidades que ya no se mide sólo en kilómetros, sino también en densidad.Según los análisis más recientes, en la región hay unos 90 municipios que se encuentran en riesgo alto de despoblación detectados por el propio Ejecutivo andaluz, que está elaborando su propia estrategia frente al desafío demográfico. Pero en cinco años serán ya 300. A tenor de este mapa, esos municipios en riesgo se localizan sobre todo en las provincias de Granada, Almería, Córdoba y Jaén. De hecho en Granada se contabilizan hasta 27 municipios, en Almería son 22, en Córdoba 17 y en Jaén 10. Eso supone que mientras que la costa y el Valle del Guadalquivir están muy pobladas, preocupan más las de la sierra y el interior. En la condición contraria están Cádiz, donde no se ha localizado ninguno de estos municipios, Sevilla, con sólo dos poblaciones en riesgo, Málaga, con cinco, y Huelva, con un total de siete.Crecimiento no homogéneoAndalucía es con holgura la comunidad más poblada de España, con 8.619.616 habitantes, lo que supone el 17,7% de la población nacional y que se ha alcanzado el máximo histórico con una población femenina ligeramente superior (4,3 millones) frente a los 4,2 hombres. En lo que va de siglo, la población ha crecido en 1,3 millones de habitantes , aunque este crecimiento no ha sido homogéneo. De hecho actualmente el 80% de la población habita en áreas urbanas mayores de 10.000 habitantes y el 51% lo hace en sólo 30 municipios con más de 50.000 habitantes, lo que refuerza la urbanización del territorio. Además mientras que la población regional sube, hay un 55% de los municipios que ha perdido población a lo largo de los últimos veinte años.Las cifras vienen a recalcar varias tendencias evidentes. Mientras que los municipios costeros (Málaga y Huelva principalmente) y las áreas urbanas de Sevilla, Granada y Almería aumentan de población, las áreas de montaña y algunas de campiña interior, la pierden y envejecen. Eso ocurre pese a que existen algunas áreas rurales en las que excepcionalmente la población también aumenta, como está ocurriendo en algunos municipios del Valle del Almanzora almeriense o la Sierra de Aracena onubense. RSS de noticias de espana/andalucia
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