<p class=»ue-c-article__paragraph»>Se dice que las únicas películas consistentemente capaces de llevar al cine a padres, hijos y nietos son las de <strong>James Bond</strong>. O se decía cuando las películas de <strong>James Bond</strong> eran fondo de armario de la cartelera. Esa tradición parecía estar en peligro tras el estreno en 2021 de <i><strong>Sin tiempo para morir</strong></i>, la hasta ahora última aventura del agente <strong>007</strong>. Su agónico lanzamiento, pospuesto varias veces y afectado como pocos por la crisis del Covid, no terminó en ruina: la película hizo dinero. Pero uno salía de la sala con preguntas: <strong>¿es hora de jubilar a Bond? ¿le importa este personaje a alguien, aparte de a mí?</strong> ¿habré pillado Covid?</p>
Resucitar al agente 007 es más fácil para un guionista que para un productor. Lo primero es ponerse; lo otro es pagarlo
<p class=»ue-c-article__paragraph»>Se dice que las únicas películas consistentemente capaces de llevar al cine a padres, hijos y nietos son las de <strong>James Bond</strong>. O se decía cuando las películas de <strong>James Bond</strong> eran fondo de armario de la cartelera. Esa tradición parecía estar en peligro tras el estreno en 2021 de <i><strong>Sin tiempo para morir</strong></i>, la hasta ahora última aventura del agente <strong>007</strong>. Su agónico lanzamiento, pospuesto varias veces y afectado como pocos por la crisis del Covid, no terminó en ruina: la película hizo dinero. Pero uno salía de la sala con preguntas: <strong>¿es hora de jubilar a Bond? ¿le importa este personaje a alguien, aparte de a mí?</strong> ¿habré pillado Covid?</p>
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