Cuando se trata de disfrutar de los grandes placeres de la vida, tanto el sexo como la comida se sitúan en la cima de nuestra lista de prioridades. Ambas son experiencias sensoriales, donde los sentidos juegan un papel clave para intensificar emociones, conexiones y momentos íntimos. Desde la textura de un plato bien cocinado hasta el tacto de la piel de tu pareja, la gastronomía y el placer sexual comparten más de lo que imaginamos.Compartir una comida con alguien puede ser una de las formas más efectivas de fortalecer la intimidad en una pareja. Valérie Tasso, psicóloga, sexóloga y embajadora de Lelo, comenta que «cuando una pareja viene a consulta porque siente que algo no anda bien, hay una pregunta clave que suelo formular: ‘¿ Coméis juntos ?’. Este simple acto desvela aspectos profundos sobre la intimidad y la coparticipación». Así, comer juntos puede ser mucho más relevante de lo que parece, siendo un espacio de conexión y reflexión compartida.Noticias relacionadas estandar Si Psicología del color: dime cuál es tu favorito y te diré cómo es tu personalidad Melissa González estandar Si Pionero del yoga en españa Ramiro Calle: «Vivimos con un gran desconocido dentro y nos obsesiona lo que hay en el exterior» Raquel AlcoleaEste ritual de compartir una comida permite a las parejas desconectar del mundo exterior y centrarse en su relación, por ello el ambiente también juega un papel crucial. Como comenta Camino López, experta en cocina, es la clave de cualquier experiencia íntima: «Las luces bajas envuelven todo en una suavidad que relaja al instante. La música suave destensa los músculos, y de repente, estás solo tú, la comida y la compañía»Sin embargo, el simple acto de comer con nuestra pareja no aumenta nuestra libido. Valerie Tasso indica que «dependerá de cada una de nosotras, y si es la primera vez que compartimos una comida/cena con él o si ya van varias veces». En este sentido, la primera vez la sensación que suele invadirnos, por regla general, es la de cierto pudor, de algo de timidez e intimidación y eso suele ser una barrera a la hora de pensar en el sexo o de imaginarnos en la intimidad con nuestro ‘crush’. «Las ganas de tener sexo aparecerán más bien en otro encuentro, cuando conozcamos mejor a este ‘crush’. Pero, repito, todo dependerá de cada persona, obviamente», aclara.Alimentos afrodisíacos, ¿realidad o mito?Si bien comer no siempre sirve como intimidad ni crecimiento de la libido, lo que comemos sí puede hacer que nuestro deseo sexual aumente . No podemos hablar de gastronomía y sexualidad sin mencionar los alimentos afrodisíacos . Para muchos, ciertos ingredientes como el chocolate o las ostras tienen una reputación casi mágica cuando se trata de despertar el deseo. Sin embargo, Camino López tiene una visión más pragmática: «Más que por sus propiedades ‘mágicas’, es por el efecto psicológico y sensorial que generan. Ingredientes como el chocolate liberan endorfinas, mientras que el picante acelera el pulso, literalmente».La misma opinión tiene la Doctora Silvia Cintrano: «Aunque no existen alimentos que ‘per se’ generen un aumento en el deseo sexual o activen la excitación, contamos con una mente que es capaz de erotizar casi cualquier estímulo. En este sentido, Camino López comenta que los siguientes alimentos nos pueden ayudar con el deseo sexual:1. Chocolate : «¿Quién puede resistirse al cacao? El chocolate no solo es delicioso, también estimula la producción de endorfinas, esas ‘hormonas de la felicidad’ que te ponen de buen humor. Si a eso le sumas un poquito de misterio y seducción… ¡El efecto es doble!», comenta.2. Ostras : Según Camino López, quizás no son las más fotogénicas, «pero las ostras son ricas en zinc, que dicen despierta el deseo y estimula la testosterona. Además, comerse una ostra tiene algo de ritual… y todo ritual tiene su mística, ¿verdad?».3. Miel : desde la antigüedad, la miel se asocia al amor, y no es por casualidad: es dulce, pegajosa y natural. ¿Sabías que el término luna de miel viene de aquí? Antes se creía que una cucharadita de miel diaria hacía feliz a cualquier pareja. Dice la experta que contiene boro, un mineral que ayuda a regular los niveles de estrógeno y testosterona , dándole un empujoncito a las hormonas del amor. «Además, es una fuente rápida de energía, perfecta para revitalizar el cuerpo y despertar el ánimo», explica. 4. Aguacate : su textura cremosa y sabor suave son solo el principio. «Los aztecas ya lo llamaban ‘el fruto del amor’ (¡ojo, que en náhuatl significa ‘testículo’!). Tiene grasas buenas que mejoran el ánimo y energía… y de ahí a otras cosas, ¡solo hay un paso!», indica Camino.5. Canela : ese toque dulce y picante es como un perfume para los sentidos. La canela contiene aldehído cinámico, un compuesto que mejora la circulación sanguínea y ayuda a regular los niveles de azúcar en sangre, eleva la temperatura corporal y parece que hasta le da vida a la sangre. Un toque en el café, y ¡zas!, tienes una poción de amor disfrazada de bebida. La comida como elemento sexualUtilizar la comida en experiencias sexuales es una práctica más que recurrente en muchas parejas. ¿Quién no ha visto en la escena de una película cómo el chocolate o la nata se usan para juegos? Un estímulo neutro, como un hielo, cuya función es enfriar una bebida, podría utilizarse en juegos sexuales y tomar un cariz erótico. Lo mismo ocurre con ciertos alimentos. «Para conseguir erotizar la comida, se debe prestar atención a todo el contexto: una compañía que seduzca, un ambiente íntimo y confortable, las expectativas de lo que motiva el momento… además de los alimentos que resulten apetecibles. Todo ello genera una serie de asociaciones que facilita la percepción de la experiencia como un estímulo erótico», justifica Silvia Cintrano.Dentro de las prácticas sexuales que combinan ambos placeres, destaca el ‘ sploshing ‘. Esta práctica trata de usar alimentos como parte del juego sexual, tal como lo describe Valérie Tasso: «Consiste en embadurnar a tu pareja con alimentos de diferentes texturas, colores y sabores. Esta práctica tiene raíces en la antigüedad, pero sigue siendo muy popular. Es un verdadero arte que requiere tanto talento sexual como culinario». Su origen viene de una revista erótica de finales de 1980 llamada Splosh! que tenía contenidos eróticos en los que hombres y mujeres se solían encontrar en situaciones cuanto menos pringosas, como el aceite, los huevos, la pasta… La revista desapareció en 2001, pero se conservó su nombre (que es una onomatopeya por el ruido que hace la comida al caerse en el cuerpo) para una práctica erótica a la que también se conoce como WAM, acrónimo de Wet And Messy fetishism (en español: fetichismo húmedo y caótico). «Es interesante saber que, al principio, era una de las prácticas que formaban parte de la erótica del B.D.S.M (Bondage-Disciplina, Dominación-Sumisión, Sadomasoquismo), por la connotación de ‘suciedad’ y de cierta ‘humillación’ que suele presentar el sploshing. Ya no es así porque se ha democratizado muchísimo al hacerse viral», cuenta Valérie Tasso.«Como cualquier práctica erótica que queramos probar, lo importante es la comunicación con la pareja y lo que estamos dispuestos a hacer y lo que no (marcar los límites). Eso no significa que no haya lugar a la improvisación. Pero siempre con cabeza», concluye la experta de Lelo. Cuando se trata de disfrutar de los grandes placeres de la vida, tanto el sexo como la comida se sitúan en la cima de nuestra lista de prioridades. Ambas son experiencias sensoriales, donde los sentidos juegan un papel clave para intensificar emociones, conexiones y momentos íntimos. Desde la textura de un plato bien cocinado hasta el tacto de la piel de tu pareja, la gastronomía y el placer sexual comparten más de lo que imaginamos.Compartir una comida con alguien puede ser una de las formas más efectivas de fortalecer la intimidad en una pareja. Valérie Tasso, psicóloga, sexóloga y embajadora de Lelo, comenta que «cuando una pareja viene a consulta porque siente que algo no anda bien, hay una pregunta clave que suelo formular: ‘¿ Coméis juntos ?’. Este simple acto desvela aspectos profundos sobre la intimidad y la coparticipación». Así, comer juntos puede ser mucho más relevante de lo que parece, siendo un espacio de conexión y reflexión compartida.Noticias relacionadas estandar Si Psicología del color: dime cuál es tu favorito y te diré cómo es tu personalidad Melissa González estandar Si Pionero del yoga en españa Ramiro Calle: «Vivimos con un gran desconocido dentro y nos obsesiona lo que hay en el exterior» Raquel AlcoleaEste ritual de compartir una comida permite a las parejas desconectar del mundo exterior y centrarse en su relación, por ello el ambiente también juega un papel crucial. Como comenta Camino López, experta en cocina, es la clave de cualquier experiencia íntima: «Las luces bajas envuelven todo en una suavidad que relaja al instante. La música suave destensa los músculos, y de repente, estás solo tú, la comida y la compañía»Sin embargo, el simple acto de comer con nuestra pareja no aumenta nuestra libido. Valerie Tasso indica que «dependerá de cada una de nosotras, y si es la primera vez que compartimos una comida/cena con él o si ya van varias veces». En este sentido, la primera vez la sensación que suele invadirnos, por regla general, es la de cierto pudor, de algo de timidez e intimidación y eso suele ser una barrera a la hora de pensar en el sexo o de imaginarnos en la intimidad con nuestro ‘crush’. «Las ganas de tener sexo aparecerán más bien en otro encuentro, cuando conozcamos mejor a este ‘crush’. Pero, repito, todo dependerá de cada persona, obviamente», aclara.Alimentos afrodisíacos, ¿realidad o mito?Si bien comer no siempre sirve como intimidad ni crecimiento de la libido, lo que comemos sí puede hacer que nuestro deseo sexual aumente . No podemos hablar de gastronomía y sexualidad sin mencionar los alimentos afrodisíacos . Para muchos, ciertos ingredientes como el chocolate o las ostras tienen una reputación casi mágica cuando se trata de despertar el deseo. Sin embargo, Camino López tiene una visión más pragmática: «Más que por sus propiedades ‘mágicas’, es por el efecto psicológico y sensorial que generan. Ingredientes como el chocolate liberan endorfinas, mientras que el picante acelera el pulso, literalmente».La misma opinión tiene la Doctora Silvia Cintrano: «Aunque no existen alimentos que ‘per se’ generen un aumento en el deseo sexual o activen la excitación, contamos con una mente que es capaz de erotizar casi cualquier estímulo. En este sentido, Camino López comenta que los siguientes alimentos nos pueden ayudar con el deseo sexual:1. Chocolate : «¿Quién puede resistirse al cacao? El chocolate no solo es delicioso, también estimula la producción de endorfinas, esas ‘hormonas de la felicidad’ que te ponen de buen humor. Si a eso le sumas un poquito de misterio y seducción… ¡El efecto es doble!», comenta.2. Ostras : Según Camino López, quizás no son las más fotogénicas, «pero las ostras son ricas en zinc, que dicen despierta el deseo y estimula la testosterona. Además, comerse una ostra tiene algo de ritual… y todo ritual tiene su mística, ¿verdad?».3. Miel : desde la antigüedad, la miel se asocia al amor, y no es por casualidad: es dulce, pegajosa y natural. ¿Sabías que el término luna de miel viene de aquí? Antes se creía que una cucharadita de miel diaria hacía feliz a cualquier pareja. Dice la experta que contiene boro, un mineral que ayuda a regular los niveles de estrógeno y testosterona , dándole un empujoncito a las hormonas del amor. «Además, es una fuente rápida de energía, perfecta para revitalizar el cuerpo y despertar el ánimo», explica. 4. Aguacate : su textura cremosa y sabor suave son solo el principio. «Los aztecas ya lo llamaban ‘el fruto del amor’ (¡ojo, que en náhuatl significa ‘testículo’!). Tiene grasas buenas que mejoran el ánimo y energía… y de ahí a otras cosas, ¡solo hay un paso!», indica Camino.5. Canela : ese toque dulce y picante es como un perfume para los sentidos. La canela contiene aldehído cinámico, un compuesto que mejora la circulación sanguínea y ayuda a regular los niveles de azúcar en sangre, eleva la temperatura corporal y parece que hasta le da vida a la sangre. Un toque en el café, y ¡zas!, tienes una poción de amor disfrazada de bebida. La comida como elemento sexualUtilizar la comida en experiencias sexuales es una práctica más que recurrente en muchas parejas. ¿Quién no ha visto en la escena de una película cómo el chocolate o la nata se usan para juegos? Un estímulo neutro, como un hielo, cuya función es enfriar una bebida, podría utilizarse en juegos sexuales y tomar un cariz erótico. Lo mismo ocurre con ciertos alimentos. «Para conseguir erotizar la comida, se debe prestar atención a todo el contexto: una compañía que seduzca, un ambiente íntimo y confortable, las expectativas de lo que motiva el momento… además de los alimentos que resulten apetecibles. Todo ello genera una serie de asociaciones que facilita la percepción de la experiencia como un estímulo erótico», justifica Silvia Cintrano.Dentro de las prácticas sexuales que combinan ambos placeres, destaca el ‘ sploshing ‘. Esta práctica trata de usar alimentos como parte del juego sexual, tal como lo describe Valérie Tasso: «Consiste en embadurnar a tu pareja con alimentos de diferentes texturas, colores y sabores. Esta práctica tiene raíces en la antigüedad, pero sigue siendo muy popular. Es un verdadero arte que requiere tanto talento sexual como culinario». Su origen viene de una revista erótica de finales de 1980 llamada Splosh! que tenía contenidos eróticos en los que hombres y mujeres se solían encontrar en situaciones cuanto menos pringosas, como el aceite, los huevos, la pasta… La revista desapareció en 2001, pero se conservó su nombre (que es una onomatopeya por el ruido que hace la comida al caerse en el cuerpo) para una práctica erótica a la que también se conoce como WAM, acrónimo de Wet And Messy fetishism (en español: fetichismo húmedo y caótico). «Es interesante saber que, al principio, era una de las prácticas que formaban parte de la erótica del B.D.S.M (Bondage-Disciplina, Dominación-Sumisión, Sadomasoquismo), por la connotación de ‘suciedad’ y de cierta ‘humillación’ que suele presentar el sploshing. Ya no es así porque se ha democratizado muchísimo al hacerse viral», cuenta Valérie Tasso.«Como cualquier práctica erótica que queramos probar, lo importante es la comunicación con la pareja y lo que estamos dispuestos a hacer y lo que no (marcar los límites). Eso no significa que no haya lugar a la improvisación. Pero siempre con cabeza», concluye la experta de Lelo. Cuando se trata de disfrutar de los grandes placeres de la vida, tanto el sexo como la comida se sitúan en la cima de nuestra lista de prioridades. Ambas son experiencias sensoriales, donde los sentidos juegan un papel clave para intensificar emociones, conexiones y momentos íntimos. Desde la textura de un plato bien cocinado hasta el tacto de la piel de tu pareja, la gastronomía y el placer sexual comparten más de lo que imaginamos.Compartir una comida con alguien puede ser una de las formas más efectivas de fortalecer la intimidad en una pareja. Valérie Tasso, psicóloga, sexóloga y embajadora de Lelo, comenta que «cuando una pareja viene a consulta porque siente que algo no anda bien, hay una pregunta clave que suelo formular: ‘¿ Coméis juntos ?’. Este simple acto desvela aspectos profundos sobre la intimidad y la coparticipación». Así, comer juntos puede ser mucho más relevante de lo que parece, siendo un espacio de conexión y reflexión compartida.Noticias relacionadas estandar Si Psicología del color: dime cuál es tu favorito y te diré cómo es tu personalidad Melissa González estandar Si Pionero del yoga en españa Ramiro Calle: «Vivimos con un gran desconocido dentro y nos obsesiona lo que hay en el exterior» Raquel AlcoleaEste ritual de compartir una comida permite a las parejas desconectar del mundo exterior y centrarse en su relación, por ello el ambiente también juega un papel crucial. Como comenta Camino López, experta en cocina, es la clave de cualquier experiencia íntima: «Las luces bajas envuelven todo en una suavidad que relaja al instante. La música suave destensa los músculos, y de repente, estás solo tú, la comida y la compañía»Sin embargo, el simple acto de comer con nuestra pareja no aumenta nuestra libido. Valerie Tasso indica que «dependerá de cada una de nosotras, y si es la primera vez que compartimos una comida/cena con él o si ya van varias veces». En este sentido, la primera vez la sensación que suele invadirnos, por regla general, es la de cierto pudor, de algo de timidez e intimidación y eso suele ser una barrera a la hora de pensar en el sexo o de imaginarnos en la intimidad con nuestro ‘crush’. «Las ganas de tener sexo aparecerán más bien en otro encuentro, cuando conozcamos mejor a este ‘crush’. Pero, repito, todo dependerá de cada persona, obviamente», aclara.Alimentos afrodisíacos, ¿realidad o mito?Si bien comer no siempre sirve como intimidad ni crecimiento de la libido, lo que comemos sí puede hacer que nuestro deseo sexual aumente . No podemos hablar de gastronomía y sexualidad sin mencionar los alimentos afrodisíacos . Para muchos, ciertos ingredientes como el chocolate o las ostras tienen una reputación casi mágica cuando se trata de despertar el deseo. Sin embargo, Camino López tiene una visión más pragmática: «Más que por sus propiedades ‘mágicas’, es por el efecto psicológico y sensorial que generan. Ingredientes como el chocolate liberan endorfinas, mientras que el picante acelera el pulso, literalmente».La misma opinión tiene la Doctora Silvia Cintrano: «Aunque no existen alimentos que ‘per se’ generen un aumento en el deseo sexual o activen la excitación, contamos con una mente que es capaz de erotizar casi cualquier estímulo. En este sentido, Camino López comenta que los siguientes alimentos nos pueden ayudar con el deseo sexual:1. Chocolate : «¿Quién puede resistirse al cacao? El chocolate no solo es delicioso, también estimula la producción de endorfinas, esas ‘hormonas de la felicidad’ que te ponen de buen humor. Si a eso le sumas un poquito de misterio y seducción… ¡El efecto es doble!», comenta.2. Ostras : Según Camino López, quizás no son las más fotogénicas, «pero las ostras son ricas en zinc, que dicen despierta el deseo y estimula la testosterona. Además, comerse una ostra tiene algo de ritual… y todo ritual tiene su mística, ¿verdad?».3. Miel : desde la antigüedad, la miel se asocia al amor, y no es por casualidad: es dulce, pegajosa y natural. ¿Sabías que el término luna de miel viene de aquí? Antes se creía que una cucharadita de miel diaria hacía feliz a cualquier pareja. Dice la experta que contiene boro, un mineral que ayuda a regular los niveles de estrógeno y testosterona , dándole un empujoncito a las hormonas del amor. «Además, es una fuente rápida de energía, perfecta para revitalizar el cuerpo y despertar el ánimo», explica. 4. Aguacate : su textura cremosa y sabor suave son solo el principio. «Los aztecas ya lo llamaban ‘el fruto del amor’ (¡ojo, que en náhuatl significa ‘testículo’!). Tiene grasas buenas que mejoran el ánimo y energía… y de ahí a otras cosas, ¡solo hay un paso!», indica Camino.5. Canela : ese toque dulce y picante es como un perfume para los sentidos. La canela contiene aldehído cinámico, un compuesto que mejora la circulación sanguínea y ayuda a regular los niveles de azúcar en sangre, eleva la temperatura corporal y parece que hasta le da vida a la sangre. Un toque en el café, y ¡zas!, tienes una poción de amor disfrazada de bebida. La comida como elemento sexualUtilizar la comida en experiencias sexuales es una práctica más que recurrente en muchas parejas. ¿Quién no ha visto en la escena de una película cómo el chocolate o la nata se usan para juegos? Un estímulo neutro, como un hielo, cuya función es enfriar una bebida, podría utilizarse en juegos sexuales y tomar un cariz erótico. Lo mismo ocurre con ciertos alimentos. «Para conseguir erotizar la comida, se debe prestar atención a todo el contexto: una compañía que seduzca, un ambiente íntimo y confortable, las expectativas de lo que motiva el momento… además de los alimentos que resulten apetecibles. Todo ello genera una serie de asociaciones que facilita la percepción de la experiencia como un estímulo erótico», justifica Silvia Cintrano.Dentro de las prácticas sexuales que combinan ambos placeres, destaca el ‘ sploshing ‘. Esta práctica trata de usar alimentos como parte del juego sexual, tal como lo describe Valérie Tasso: «Consiste en embadurnar a tu pareja con alimentos de diferentes texturas, colores y sabores. Esta práctica tiene raíces en la antigüedad, pero sigue siendo muy popular. Es un verdadero arte que requiere tanto talento sexual como culinario». Su origen viene de una revista erótica de finales de 1980 llamada Splosh! que tenía contenidos eróticos en los que hombres y mujeres se solían encontrar en situaciones cuanto menos pringosas, como el aceite, los huevos, la pasta… La revista desapareció en 2001, pero se conservó su nombre (que es una onomatopeya por el ruido que hace la comida al caerse en el cuerpo) para una práctica erótica a la que también se conoce como WAM, acrónimo de Wet And Messy fetishism (en español: fetichismo húmedo y caótico). «Es interesante saber que, al principio, era una de las prácticas que formaban parte de la erótica del B.D.S.M (Bondage-Disciplina, Dominación-Sumisión, Sadomasoquismo), por la connotación de ‘suciedad’ y de cierta ‘humillación’ que suele presentar el sploshing. Ya no es así porque se ha democratizado muchísimo al hacerse viral», cuenta Valérie Tasso.«Como cualquier práctica erótica que queramos probar, lo importante es la comunicación con la pareja y lo que estamos dispuestos a hacer y lo que no (marcar los límites). Eso no significa que no haya lugar a la improvisación. Pero siempre con cabeza», concluye la experta de Lelo. RSS de noticias de bienestar
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