La temporada de verano trae mucha emoción y experiencias que solo se encuentran en esta época del año. Muchos de nosotros esperamos con ansia las vacaciones, actividades al aire libre, quedadas en bares y chiringuitos a cualquier hora, pasar más tiempo en la calle… y es probable que tu calendario se esté llenando a un ritmo descontrolado. ¿Cómo te hace sentir eso? Puede que feliz por los reencuentros y desbordamiento al mismo tiempo. Quizá necesites descansar, pasar tiempo en casa, leer o estar a solas pero con la agenda tan ocupada brote un poco de ansiedad social. La ansiedad social , también conocida como fobia social , es una condición de salud mental definida por un miedo persistente y abrumador a las situaciones sociales. Para muchas personas con este tipo de ansiedad, este miedo a menudo surge de la preocupación por ser juzgados, avergonzados o humillados delante de los demás.Noticias relacionadas estandar Si Ignacio Mateos, autor de ‘Meditarte’ «Una obra de arte te guía y te acompaña en la meditación, no te deja a solas con tus pensamientos» Raquel Alcolea estandar Si Del estrés intenso a la calma reparadora: tres meditaciones para bajar el ritmo Belén ColominaEl verano no siempre es felicidadAunque pueda parecer contradictorio, el verano -una época que asociamos con disfrute, descanso y libertad- también puede provocar ansiedad a muchas personas. Tal como indica Cinthya González, psicóloga en Aure Psicología, esto se debe a que, pese a que el contexto parezca positivo, las presiones internas y externas siguen presentes, e incluso pueden intensificarse. «Algunas personas sienten durante el verano una mayor sensación de soledad no deseada, una percepción más negativa de su imagen corporal -debido a la exposición del verano- o se enfrentan a una sobrecarga de actividades sociales o familiares que no siempre resultan placenteras», dice.Tendemos incluso a creer que si no llenamos cada día de planes y actividades, entonces no estamos disfrutando «como deberíamos» o somos insuficientes. La psicóloga recalca que esta visión tan rígida convierte el ocio en una obligación más, en lugar de un espacio de descanso y disfrute. «También es posible que si tenemos una vida laboral con mucho estrés, y sentimos que en vacaciones tenemos que compensar en lugar de darnos permiso para descansar , nos presionamos para aprovechar cada minuto, como si tuviéramos que exprimir el tiempo libre al máximo antes de que se acabe».Yaiza Hellwig, psicóloga especialista en ansiedad, autoestima e inseguridades, también recalca que son muchas las personas que en estas fechas se sienten presionadas por ser perfectas, se comparan con los demás y se sienten desbordadas a nivel emocional. Porque tener más tiempo libre puede ser un problema… «Para muchas personas, hacer planes sociales implica enfrentarse a inseguridades, miedo al juicio, necesidad de agradar… También puede aparecer el miedo a ‘quedarse fuera’, no encajar o no estar a la altura. Es esa contradicción entre ‘quiero estar bien y relacionarme con los demás’, pero ‘me cuesta’… y eso genera mucha frustración e impotencia», explica.Personas con ansiedad social¿Identificamos fácilmente a las personas con ansiedad social? No tiene por qué. Cinthya González comenta que en consulta atienden a muchas personas con distintos grados de ansiedad social y distintos contextos, «pero el punto en común siempre es un miedo intenso a ser juzgadas de alguna forma por las personas, aunque no sean muy conocidas o importantes». Este miedo puede hacer que, aunque estén presentes en un grupo, se aislen emocionalmente: «No es que no quieran relacionarse (al contrario, la mayoría sí quiere conectar con otras personas), pero el temor a ser juzgadas negativamente puede llevarlas a bloquearse».Las personas con ansiedad social , cuando se relacionan, suelen hacerlo con signos de nerviosismo: pueden tensar el cuerpo, mover las manos de forma inquieta, desviar la mirada, hablar con dificultad o incluso decir frases fuera de lugar sin mala intención, producto del malestar y la ansiedad del momento. Cinthya González señala que, desde fuera, «a veces su comportamiento se puede ver como iuna falta de interés (por ejemplo, si miran el móvil mucho, pierden el hilo de la conversación o parecen distraídas observando el entorno)». Pero en realidad estas conductas son intentos de autoregulación emocional y de evitar el malestar, no señales de falta de interés. Es importante entender que la ansiedad social no es falta de habilidades sociales ni de deseo de conectar, sino un bloqueo que surge del miedo al juicio. La psicóloga Hellwig, de Tu Mar en Calma, dice que también es muy común que estas personas se autoanalicen de manera excesiva; es decir, que examinen cada gesto, palabra o incluso el pensamiento post-evento, que consiste en repasar mentalmente todo lo que hayan dicho o hecho durante el encuentro. «Algunas personas con ansiedad social pueden parecer distantes o bordes, pero en realidad están lidiando con un gran malestar interno», recuerda.Noticias relacionadas estandar No Por qué hay muchas separaciones en verano y cómo reforzar la pareja antes de las vacaciones Raquel Alcolea estandar No De la decisión a la acción: nunca es el momento oportuno, pero cualquiera es bueno para empezar Tomás NavarroSuperar la ansiedad socialComo ocurre con cualquier otro trastorno, es posible superarlo si nos ponemos en buenas manos y hacemos uso de unas herramientas que nos ayuden a ello. La experta Yaiza Hellwig indica que hay que aceptar esta ansiedad y observarla sin juicio. Por otro lado, «técnicas de regulación corporal como la respiración consciente o el ‘grounding’, identificar pensamientos automáticos , y cuestionarlos poco a poco, y ponerse límites a una misma si hay saturación de planes».Eso sí, superar la ansiedad social no es algo de pocos días. Cithya González recuerda que detrás de este malestar puede haber una autoestima debilitada, ansiedad intensa o incluso experiencias pasadas difíciles. Por eso, el primer paso que recomienda es acudir a terapia, donde puedas abordar los síntomas y sus raíces con un experto. «Fuera del espacio de terapia, puedes empezar a exponerte de forma gradual . Comienza por situaciones en las que te sientas más seguro, con personas de confianza, y poco a poco ve ampliando el nivel de dificultad. Es un proceso que requiere paciencia y autocuidado», aconseja. Además, es importante revisar qué te viene a la mente antes de cada encuentro social. Preguntarte, por ejemplo: «¿Qué me da miedo realmente? ¿qué pienso de mí en estas situaciones?, ¿estoy buscando aprobación constantemente?». «Estas reflexiones te ayudarán a darte cuenta de que, más allá de lo que haces o dices, es clave cambiar la manera en la que te estás enfrentando internamente a esos momentos. Aprender a respirar de forma consciente, observar tus síntomas físicos sin miedo y permitirte pausas breves durante los encuentros también puede ayudarte a manejar la ansiedad y recuperar el equilibrio». La temporada de verano trae mucha emoción y experiencias que solo se encuentran en esta época del año. Muchos de nosotros esperamos con ansia las vacaciones, actividades al aire libre, quedadas en bares y chiringuitos a cualquier hora, pasar más tiempo en la calle… y es probable que tu calendario se esté llenando a un ritmo descontrolado. ¿Cómo te hace sentir eso? Puede que feliz por los reencuentros y desbordamiento al mismo tiempo. Quizá necesites descansar, pasar tiempo en casa, leer o estar a solas pero con la agenda tan ocupada brote un poco de ansiedad social. La ansiedad social , también conocida como fobia social , es una condición de salud mental definida por un miedo persistente y abrumador a las situaciones sociales. Para muchas personas con este tipo de ansiedad, este miedo a menudo surge de la preocupación por ser juzgados, avergonzados o humillados delante de los demás.Noticias relacionadas estandar Si Ignacio Mateos, autor de ‘Meditarte’ «Una obra de arte te guía y te acompaña en la meditación, no te deja a solas con tus pensamientos» Raquel Alcolea estandar Si Del estrés intenso a la calma reparadora: tres meditaciones para bajar el ritmo Belén ColominaEl verano no siempre es felicidadAunque pueda parecer contradictorio, el verano -una época que asociamos con disfrute, descanso y libertad- también puede provocar ansiedad a muchas personas. Tal como indica Cinthya González, psicóloga en Aure Psicología, esto se debe a que, pese a que el contexto parezca positivo, las presiones internas y externas siguen presentes, e incluso pueden intensificarse. «Algunas personas sienten durante el verano una mayor sensación de soledad no deseada, una percepción más negativa de su imagen corporal -debido a la exposición del verano- o se enfrentan a una sobrecarga de actividades sociales o familiares que no siempre resultan placenteras», dice.Tendemos incluso a creer que si no llenamos cada día de planes y actividades, entonces no estamos disfrutando «como deberíamos» o somos insuficientes. La psicóloga recalca que esta visión tan rígida convierte el ocio en una obligación más, en lugar de un espacio de descanso y disfrute. «También es posible que si tenemos una vida laboral con mucho estrés, y sentimos que en vacaciones tenemos que compensar en lugar de darnos permiso para descansar , nos presionamos para aprovechar cada minuto, como si tuviéramos que exprimir el tiempo libre al máximo antes de que se acabe».Yaiza Hellwig, psicóloga especialista en ansiedad, autoestima e inseguridades, también recalca que son muchas las personas que en estas fechas se sienten presionadas por ser perfectas, se comparan con los demás y se sienten desbordadas a nivel emocional. Porque tener más tiempo libre puede ser un problema… «Para muchas personas, hacer planes sociales implica enfrentarse a inseguridades, miedo al juicio, necesidad de agradar… También puede aparecer el miedo a ‘quedarse fuera’, no encajar o no estar a la altura. Es esa contradicción entre ‘quiero estar bien y relacionarme con los demás’, pero ‘me cuesta’… y eso genera mucha frustración e impotencia», explica.Personas con ansiedad social¿Identificamos fácilmente a las personas con ansiedad social? No tiene por qué. Cinthya González comenta que en consulta atienden a muchas personas con distintos grados de ansiedad social y distintos contextos, «pero el punto en común siempre es un miedo intenso a ser juzgadas de alguna forma por las personas, aunque no sean muy conocidas o importantes». Este miedo puede hacer que, aunque estén presentes en un grupo, se aislen emocionalmente: «No es que no quieran relacionarse (al contrario, la mayoría sí quiere conectar con otras personas), pero el temor a ser juzgadas negativamente puede llevarlas a bloquearse».Las personas con ansiedad social , cuando se relacionan, suelen hacerlo con signos de nerviosismo: pueden tensar el cuerpo, mover las manos de forma inquieta, desviar la mirada, hablar con dificultad o incluso decir frases fuera de lugar sin mala intención, producto del malestar y la ansiedad del momento. Cinthya González señala que, desde fuera, «a veces su comportamiento se puede ver como iuna falta de interés (por ejemplo, si miran el móvil mucho, pierden el hilo de la conversación o parecen distraídas observando el entorno)». Pero en realidad estas conductas son intentos de autoregulación emocional y de evitar el malestar, no señales de falta de interés. Es importante entender que la ansiedad social no es falta de habilidades sociales ni de deseo de conectar, sino un bloqueo que surge del miedo al juicio. La psicóloga Hellwig, de Tu Mar en Calma, dice que también es muy común que estas personas se autoanalicen de manera excesiva; es decir, que examinen cada gesto, palabra o incluso el pensamiento post-evento, que consiste en repasar mentalmente todo lo que hayan dicho o hecho durante el encuentro. «Algunas personas con ansiedad social pueden parecer distantes o bordes, pero en realidad están lidiando con un gran malestar interno», recuerda.Noticias relacionadas estandar No Por qué hay muchas separaciones en verano y cómo reforzar la pareja antes de las vacaciones Raquel Alcolea estandar No De la decisión a la acción: nunca es el momento oportuno, pero cualquiera es bueno para empezar Tomás NavarroSuperar la ansiedad socialComo ocurre con cualquier otro trastorno, es posible superarlo si nos ponemos en buenas manos y hacemos uso de unas herramientas que nos ayuden a ello. La experta Yaiza Hellwig indica que hay que aceptar esta ansiedad y observarla sin juicio. Por otro lado, «técnicas de regulación corporal como la respiración consciente o el ‘grounding’, identificar pensamientos automáticos , y cuestionarlos poco a poco, y ponerse límites a una misma si hay saturación de planes».Eso sí, superar la ansiedad social no es algo de pocos días. Cithya González recuerda que detrás de este malestar puede haber una autoestima debilitada, ansiedad intensa o incluso experiencias pasadas difíciles. Por eso, el primer paso que recomienda es acudir a terapia, donde puedas abordar los síntomas y sus raíces con un experto. «Fuera del espacio de terapia, puedes empezar a exponerte de forma gradual . Comienza por situaciones en las que te sientas más seguro, con personas de confianza, y poco a poco ve ampliando el nivel de dificultad. Es un proceso que requiere paciencia y autocuidado», aconseja. Además, es importante revisar qué te viene a la mente antes de cada encuentro social. Preguntarte, por ejemplo: «¿Qué me da miedo realmente? ¿qué pienso de mí en estas situaciones?, ¿estoy buscando aprobación constantemente?». «Estas reflexiones te ayudarán a darte cuenta de que, más allá de lo que haces o dices, es clave cambiar la manera en la que te estás enfrentando internamente a esos momentos. Aprender a respirar de forma consciente, observar tus síntomas físicos sin miedo y permitirte pausas breves durante los encuentros también puede ayudarte a manejar la ansiedad y recuperar el equilibrio». La temporada de verano trae mucha emoción y experiencias que solo se encuentran en esta época del año. Muchos de nosotros esperamos con ansia las vacaciones, actividades al aire libre, quedadas en bares y chiringuitos a cualquier hora, pasar más tiempo en la calle… y es probable que tu calendario se esté llenando a un ritmo descontrolado. ¿Cómo te hace sentir eso? Puede que feliz por los reencuentros y desbordamiento al mismo tiempo. Quizá necesites descansar, pasar tiempo en casa, leer o estar a solas pero con la agenda tan ocupada brote un poco de ansiedad social. La ansiedad social , también conocida como fobia social , es una condición de salud mental definida por un miedo persistente y abrumador a las situaciones sociales. Para muchas personas con este tipo de ansiedad, este miedo a menudo surge de la preocupación por ser juzgados, avergonzados o humillados delante de los demás.Noticias relacionadas estandar Si Ignacio Mateos, autor de ‘Meditarte’ «Una obra de arte te guía y te acompaña en la meditación, no te deja a solas con tus pensamientos» Raquel Alcolea estandar Si Del estrés intenso a la calma reparadora: tres meditaciones para bajar el ritmo Belén ColominaEl verano no siempre es felicidadAunque pueda parecer contradictorio, el verano -una época que asociamos con disfrute, descanso y libertad- también puede provocar ansiedad a muchas personas. Tal como indica Cinthya González, psicóloga en Aure Psicología, esto se debe a que, pese a que el contexto parezca positivo, las presiones internas y externas siguen presentes, e incluso pueden intensificarse. «Algunas personas sienten durante el verano una mayor sensación de soledad no deseada, una percepción más negativa de su imagen corporal -debido a la exposición del verano- o se enfrentan a una sobrecarga de actividades sociales o familiares que no siempre resultan placenteras», dice.Tendemos incluso a creer que si no llenamos cada día de planes y actividades, entonces no estamos disfrutando «como deberíamos» o somos insuficientes. La psicóloga recalca que esta visión tan rígida convierte el ocio en una obligación más, en lugar de un espacio de descanso y disfrute. «También es posible que si tenemos una vida laboral con mucho estrés, y sentimos que en vacaciones tenemos que compensar en lugar de darnos permiso para descansar , nos presionamos para aprovechar cada minuto, como si tuviéramos que exprimir el tiempo libre al máximo antes de que se acabe».Yaiza Hellwig, psicóloga especialista en ansiedad, autoestima e inseguridades, también recalca que son muchas las personas que en estas fechas se sienten presionadas por ser perfectas, se comparan con los demás y se sienten desbordadas a nivel emocional. Porque tener más tiempo libre puede ser un problema… «Para muchas personas, hacer planes sociales implica enfrentarse a inseguridades, miedo al juicio, necesidad de agradar… También puede aparecer el miedo a ‘quedarse fuera’, no encajar o no estar a la altura. Es esa contradicción entre ‘quiero estar bien y relacionarme con los demás’, pero ‘me cuesta’… y eso genera mucha frustración e impotencia», explica.Personas con ansiedad social¿Identificamos fácilmente a las personas con ansiedad social? No tiene por qué. Cinthya González comenta que en consulta atienden a muchas personas con distintos grados de ansiedad social y distintos contextos, «pero el punto en común siempre es un miedo intenso a ser juzgadas de alguna forma por las personas, aunque no sean muy conocidas o importantes». Este miedo puede hacer que, aunque estén presentes en un grupo, se aislen emocionalmente: «No es que no quieran relacionarse (al contrario, la mayoría sí quiere conectar con otras personas), pero el temor a ser juzgadas negativamente puede llevarlas a bloquearse».Las personas con ansiedad social , cuando se relacionan, suelen hacerlo con signos de nerviosismo: pueden tensar el cuerpo, mover las manos de forma inquieta, desviar la mirada, hablar con dificultad o incluso decir frases fuera de lugar sin mala intención, producto del malestar y la ansiedad del momento. Cinthya González señala que, desde fuera, «a veces su comportamiento se puede ver como iuna falta de interés (por ejemplo, si miran el móvil mucho, pierden el hilo de la conversación o parecen distraídas observando el entorno)». Pero en realidad estas conductas son intentos de autoregulación emocional y de evitar el malestar, no señales de falta de interés. Es importante entender que la ansiedad social no es falta de habilidades sociales ni de deseo de conectar, sino un bloqueo que surge del miedo al juicio. La psicóloga Hellwig, de Tu Mar en Calma, dice que también es muy común que estas personas se autoanalicen de manera excesiva; es decir, que examinen cada gesto, palabra o incluso el pensamiento post-evento, que consiste en repasar mentalmente todo lo que hayan dicho o hecho durante el encuentro. «Algunas personas con ansiedad social pueden parecer distantes o bordes, pero en realidad están lidiando con un gran malestar interno», recuerda.Noticias relacionadas estandar No Por qué hay muchas separaciones en verano y cómo reforzar la pareja antes de las vacaciones Raquel Alcolea estandar No De la decisión a la acción: nunca es el momento oportuno, pero cualquiera es bueno para empezar Tomás NavarroSuperar la ansiedad socialComo ocurre con cualquier otro trastorno, es posible superarlo si nos ponemos en buenas manos y hacemos uso de unas herramientas que nos ayuden a ello. La experta Yaiza Hellwig indica que hay que aceptar esta ansiedad y observarla sin juicio. Por otro lado, «técnicas de regulación corporal como la respiración consciente o el ‘grounding’, identificar pensamientos automáticos , y cuestionarlos poco a poco, y ponerse límites a una misma si hay saturación de planes».Eso sí, superar la ansiedad social no es algo de pocos días. Cithya González recuerda que detrás de este malestar puede haber una autoestima debilitada, ansiedad intensa o incluso experiencias pasadas difíciles. Por eso, el primer paso que recomienda es acudir a terapia, donde puedas abordar los síntomas y sus raíces con un experto. «Fuera del espacio de terapia, puedes empezar a exponerte de forma gradual . Comienza por situaciones en las que te sientas más seguro, con personas de confianza, y poco a poco ve ampliando el nivel de dificultad. Es un proceso que requiere paciencia y autocuidado», aconseja. Además, es importante revisar qué te viene a la mente antes de cada encuentro social. Preguntarte, por ejemplo: «¿Qué me da miedo realmente? ¿qué pienso de mí en estas situaciones?, ¿estoy buscando aprobación constantemente?». «Estas reflexiones te ayudarán a darte cuenta de que, más allá de lo que haces o dices, es clave cambiar la manera en la que te estás enfrentando internamente a esos momentos. Aprender a respirar de forma consciente, observar tus síntomas físicos sin miedo y permitirte pausas breves durante los encuentros también puede ayudarte a manejar la ansiedad y recuperar el equilibrio». RSS de noticias de bienestar
Noticias Similares