En 2021 vivió una pesadilla, cuando perdió el ojo derecho a causa de un cáncer ocular, y cuatro años después, rubricando una historia de superación de película, este sevillano de 1,98 metros y 26 años está saboreando el éxito que ni siquiera imaginó: ser campeón de la Champions League de balonmano. Un hito histórico conquistado en Colonia que ha disfrutado en las filas del mejor equipo del mundo, el SC Magdeburg, de Alemania, el país en el que seguirá jugando los dos próximos años este sevillista confeso que ahora tiene otro reto: volver a la selección siendo parte de los Hispanos. Porque la vida es soñar y superarse constantemente, por duras que sean las pruebas en el camino. De eso sabe mucho Antonio Serradilla.-Campeón de Europa con el SC Magdeburg, ¿lo tiene asimilado ya o sigue en la nube correspondiente?-Sigo todavía en la nube. Estos últimos días han sido de celebración y fiesta. Cada vez que lo pienso se me ponen los vellos de punta. Es algo muy grande que no muchos jugadores tienen y la verdad es que es muy especial.-Lo han celebrado por las calles de la ciudad.-Totalmente. El martes fue un día muy grande. Estuvimos en la plaza del Ayuntamiento de Magdeburgo con unas 10.000 personas celebrando. Estaba lleno. Recorrimos las calles en un autobús de doble piso y fue una fiesta súper grande. -¿El equipo de balonmano es el principal de la ciudad? -Sí, por delante del fútbol. Allí, ganar es algo súper especial. Toda la gente se tiró a las calles. Magdeburgo está de fiesta. Hace dos años también ganaron la Champions y la verdad es que están viviendo ahora mismo un shock. -¿Le ha dado tiempo ya de responder a todo el mundo? Imagino que habrá tenido una avalancha de mensajes de mucha gente.-Sí, y me siento mal porque me ha escrito mucha gente a la que tengo todavía que responder. Iré contestando estos días, cuando esté más tranquilo. Ha sido una noticia muy grande y me alegra que mucha gente me escriba porque eso significa que están contentos. Es algo muy bueno. -Hablando de la Final Four, la impresión es que fue más dura la semifinal contra el Barcelona que la final contra el Füchse Berlín.-Antes de empezar los dos partidos, me parecía más difícil para mí el del Barça por ser el primero, por no haber jugado nunca en ese estadio con 20.000 personas y por todas las emociones y estímulos que tenía. Al segundo partido vas más «tranquilo». Es una final y es más importante, pero ya tienes ese punto de experiencia de que sabes dónde vas a jugar. Sabes que ya has jugado ahí y sabes lo que te espera. Creo que lo teníamos un poco más controlado y yo estaba convencido, sinceramente, de que si llegábamos a la final la íbamos a ganar. La preparamos muy bien y la verdad es que hicimos un partidazo.-De todo lo vivido en los últimos días ¿con qué se quedaría?-Uf. Sinceramente, con el momento de celebración que tuve con mi familia en los vestuarios después de ganar. Haber levantado la Copa a los sones del ‘We Are the Champions’… eso no se me olvidará en la vida, pero tampoco cuando metí a mi familia en los vestuarios con todas las demás y estuvimos allí cantando, con las cervezas… No se me olvidará jamás. -Las vueltas que da la vida. De verse en una situación muy difícil en 2021 a esto. Ha tocado el cielo del balonmano.-Totalmente. Se podría decir así, sí. Por mucho que me lo hubiesen dicho, no me lo habría creído. Yo no sabía si iba a poder seguir jugando al balonmano tras la operación del ojo, y ahora, el hecho de haber ganado la Champions League es algo que no me podía imaginar, de verdad. No entraba en mis planes. -En Magdeburgo también le cogió cerca el atentado en el mercado navideño.-El año ha sido muy especial, con un montón de emociones. Ha habido momentos muy buenos, como acabar la temporada ganando la Champions, y otros muy malos, como el atentado, que fue durísimo. Mi novia y yo, que estuvimos donde sucedió, lo pasamos muy mal. Luego, al principio de la temporada, no jugaba mucho, no tenía una importancia muy grande, pero he acabado jugando 60 minutos en los últimos tres meses. Ha sido una temporada de un montón de altibajos y creo que tanto lo que pasó en el mercado navideño, con el atentado terrorista, como la conquista de la Champions, ha hecho que todo haya sido súper especial.-¿Cómo se gesta su fichaje por el SC Magdeburg?-Había acabado la temporada con Elverum, estaba enfocado ya en la siguiente y me comentó mi representante que había interés del Magdeburg en mí. Le dije que hiciera todo lo posible por que saliese. Y así fue. Me ficharon, acordamos los términos y estaba muy contento de ir para allá, con muchas ganas, aun sabiendo la tremenda competencia que iba a tener. Le comenté a mi representante que confiaba en mí mismo y que estaba seguro de que, si tenía la oportunidad de jugar, lo iba a hacer bien. Y así ha sido. -¿Aquel balonmano, en cuanto a estructura de clubes y organización, es otro mundo comparado con el español?-Sí. Es difícil comparar al mejor equipo del mundo, como es ahora mismo el Magdeburg, con la Liga española, pero en general, en cuanto a nivel económico de los clubes y la profesionalidad de la competición, queda un poco lejos de la española, aunque ésta también está creciendo.-Y en cuanto al juego en sí, ¿la principal diferencia es el componente físico?-Sí, porque la gente es más fuerte, pero también por la rapidez a la que se juega allí. En eso hay una gran diferencia con la española. En el aspecto táctico, la española no le tiene nada que envidiar porque está muy bien preparada. La velocidad de juego, la fuerza, la profesionalidad y también el hecho de que los campos estén llenos te hace sentir muchísimo más importante.-¿Siente que ahora es mejor jugador que antes de la pérdida del ojo derecho?-Sí, me considero mejor jugador ahora que antes. Por la manera de preparar los partidos y el hándicap que tengo con lo del ojo, me he tomado las cosas de una manera mucho más profesional. Requiere mucho más tiempo de preparación en los partidos, anotar qué hacen los rivales y predecir las cosas para que me ayuden en el momento en que estoy jugando. Todo eso en general me ha hecho ser mejor jugador.-Ha tenido que mejorar en anticipación para evitar golpes por el lado que tiene menos visión.-Sí, se pierde visión periférica. Y eso hace que requiera mucha más preparación y mucha más anticipación. Todo eso lo gano con sesiones de vídeo con el equipo y por mi cuenta. Tengo que hacer mucho trabajo individual y al final obtienes los frutos. -En aquellos meses tan difíciles de 2021, ¿cambiaron las prioridades de su vida?-Sí, un poco cambiaron. El balonmano quedó en un segundo plano porque estaba sólo con la noticia del cáncer… y lo que conlleva la palabra cáncer, que es una palabra muy dura y también un poco desconocida. No sabes qué va a pasar contigo, no sabes qué puede suceder, y tenía bastante miedo, la verdad, de lo que podía ser de mí después de todo ese proceso que tenía que pasar. Gracias a Dios ha ido súper bien, mucho mejor de lo que esperaba, sinceramente.-Su familia sería lógicamente su principal apoyo en aquellos momentos. -Sí, gracias a mi familia, a mi novia, mis amigos… Su apoyo hizo que me tomara las cosas de otra forma y las llevara mucho mejor. -¿Piensas en la selección o cree que eso no depende en realidad de usted?-Depende de mí, porque tengo que rendir bien para que me llamen, pero no sólo de mí. Lo estoy dando todo, todo, todo para que pase. Me hace mucha ilusión. Y ya no sólo el hecho de volver, sino hacerlo y ser importante. Es un objetivo que me marco y quiero que se dé. -¿No le ha llegado nada respecto a eso de manera interna?-No, no, la verdad es que no. Se ha acabado la temporada, cada uno se ha ido para su casa a descansar y la temporada que viene, en la próxima concentración, se verá qué pasa. A final, esto es como todo. Un día estás arriba, otro abajo y lo que hay que tener es continuidad para hacerlo bien y tener la posibilidad de estar con la selección. -¿Se marcha al Stuttgart?-Sí, he firmado para los dos próximos años.-¿Y cómo es aquel club en cuanto a dimensión? -Es un club con menor nivel económico que Magdeburgo, pero quise firmar con ellos porque han apostado bastante por mí. Me querían desde hace tiempo. Su entrenador quería que fuese un jugador importante y cuando sientes la confianza de un club así, todo eso hace que se decante la partida, aparte de tener un buen contrato. También el hecho de jugar en ataque es una de las razones por las cuales voy para allá. Quiero ser importante y tener protagonismo en ataque. No lo he tenido en el último año y es algo que busco para ser un jugador más completo. Estoy muy contento de ir para allá. -En la plantilla del Stuttgart hay algunos jugadores españoles. -Sí, pero todos se van esta temporada. Estaré yo solo allí. También me viene bien para mejorar el alemán. Cuando tienes a otro español, como con Sergey en Magdeburgo, en el equipo estás más unido a él, pero aquí va a ser diferente.-¿Cómo empieza en el balonmano? ¿Cuál es la historia de sus comienzos?-A mí me gusta el fútbol, yo siempre he sido de fútbol, me sigue gustando, y me ha hecho feliz que el Sevilla FC me diera la enhorabuena, pero todos mis amigos jugaban al balonmano y yo quería estar con ellos. Se convirtió en algo que iba cogiendo mucho más protagonismo e iba subiendo el nivel… Así, hasta el primer contrato profesional y convertirme en lo que soy ahora, campeón de la Champions.-¿Mantiene contacto con la gente del Balonmano Montequinto y antiguos entrenadores?-Sí, me llevo muy bien aquí con todos. El BM Montequinto es mi casa. Y de hecho, cada vez que estoy aquí, siempre quedo con el presidente y veo a los entrenadores, compañeros… tengo muy buena relación con todo el mundo allí. -¿Se imagina acabando su carrera dentro de muchos años jugando en la Asobal con el equipo de Juan Andreu en Sevilla?-Sí, sí. Es algo por lo que tengo bastante ilusión. Que Sevilla, la capital, tenga un equipo de la máxima categoría, con importancia grande en Asobal, es el sueño de todo sevillano que le guste el balonmano. Confío mucho en el proyecto que se está montando. Creo que va a salir para adelante, hay gente preparada que está poniendo bastante trabajo en ello. Esperemos que así se dé y tengamos en los próximos años un equipo en Asobal y compitiendo por ser un gran equipo en España.-¿Ve los partidos del Sevilla FC o no lo sigue especialmente? -No es que los vea, es que no hay un solo partido que me pierda del Sevilla. Hace año me invitaron al palco para un Sevilla – Eibar cuando quedé subcampeón del mundo y fue un momento muy especial. No me pierdo un partido del Sevilla. En 2021 vivió una pesadilla, cuando perdió el ojo derecho a causa de un cáncer ocular, y cuatro años después, rubricando una historia de superación de película, este sevillano de 1,98 metros y 26 años está saboreando el éxito que ni siquiera imaginó: ser campeón de la Champions League de balonmano. Un hito histórico conquistado en Colonia que ha disfrutado en las filas del mejor equipo del mundo, el SC Magdeburg, de Alemania, el país en el que seguirá jugando los dos próximos años este sevillista confeso que ahora tiene otro reto: volver a la selección siendo parte de los Hispanos. Porque la vida es soñar y superarse constantemente, por duras que sean las pruebas en el camino. De eso sabe mucho Antonio Serradilla.-Campeón de Europa con el SC Magdeburg, ¿lo tiene asimilado ya o sigue en la nube correspondiente?-Sigo todavía en la nube. Estos últimos días han sido de celebración y fiesta. Cada vez que lo pienso se me ponen los vellos de punta. Es algo muy grande que no muchos jugadores tienen y la verdad es que es muy especial.-Lo han celebrado por las calles de la ciudad.-Totalmente. El martes fue un día muy grande. Estuvimos en la plaza del Ayuntamiento de Magdeburgo con unas 10.000 personas celebrando. Estaba lleno. Recorrimos las calles en un autobús de doble piso y fue una fiesta súper grande. -¿El equipo de balonmano es el principal de la ciudad? -Sí, por delante del fútbol. Allí, ganar es algo súper especial. Toda la gente se tiró a las calles. Magdeburgo está de fiesta. Hace dos años también ganaron la Champions y la verdad es que están viviendo ahora mismo un shock. -¿Le ha dado tiempo ya de responder a todo el mundo? Imagino que habrá tenido una avalancha de mensajes de mucha gente.-Sí, y me siento mal porque me ha escrito mucha gente a la que tengo todavía que responder. Iré contestando estos días, cuando esté más tranquilo. Ha sido una noticia muy grande y me alegra que mucha gente me escriba porque eso significa que están contentos. Es algo muy bueno. -Hablando de la Final Four, la impresión es que fue más dura la semifinal contra el Barcelona que la final contra el Füchse Berlín.-Antes de empezar los dos partidos, me parecía más difícil para mí el del Barça por ser el primero, por no haber jugado nunca en ese estadio con 20.000 personas y por todas las emociones y estímulos que tenía. Al segundo partido vas más «tranquilo». Es una final y es más importante, pero ya tienes ese punto de experiencia de que sabes dónde vas a jugar. Sabes que ya has jugado ahí y sabes lo que te espera. Creo que lo teníamos un poco más controlado y yo estaba convencido, sinceramente, de que si llegábamos a la final la íbamos a ganar. La preparamos muy bien y la verdad es que hicimos un partidazo.-De todo lo vivido en los últimos días ¿con qué se quedaría?-Uf. Sinceramente, con el momento de celebración que tuve con mi familia en los vestuarios después de ganar. Haber levantado la Copa a los sones del ‘We Are the Champions’… eso no se me olvidará en la vida, pero tampoco cuando metí a mi familia en los vestuarios con todas las demás y estuvimos allí cantando, con las cervezas… No se me olvidará jamás. -Las vueltas que da la vida. De verse en una situación muy difícil en 2021 a esto. Ha tocado el cielo del balonmano.-Totalmente. Se podría decir así, sí. Por mucho que me lo hubiesen dicho, no me lo habría creído. Yo no sabía si iba a poder seguir jugando al balonmano tras la operación del ojo, y ahora, el hecho de haber ganado la Champions League es algo que no me podía imaginar, de verdad. No entraba en mis planes. -En Magdeburgo también le cogió cerca el atentado en el mercado navideño.-El año ha sido muy especial, con un montón de emociones. Ha habido momentos muy buenos, como acabar la temporada ganando la Champions, y otros muy malos, como el atentado, que fue durísimo. Mi novia y yo, que estuvimos donde sucedió, lo pasamos muy mal. Luego, al principio de la temporada, no jugaba mucho, no tenía una importancia muy grande, pero he acabado jugando 60 minutos en los últimos tres meses. Ha sido una temporada de un montón de altibajos y creo que tanto lo que pasó en el mercado navideño, con el atentado terrorista, como la conquista de la Champions, ha hecho que todo haya sido súper especial.-¿Cómo se gesta su fichaje por el SC Magdeburg?-Había acabado la temporada con Elverum, estaba enfocado ya en la siguiente y me comentó mi representante que había interés del Magdeburg en mí. Le dije que hiciera todo lo posible por que saliese. Y así fue. Me ficharon, acordamos los términos y estaba muy contento de ir para allá, con muchas ganas, aun sabiendo la tremenda competencia que iba a tener. Le comenté a mi representante que confiaba en mí mismo y que estaba seguro de que, si tenía la oportunidad de jugar, lo iba a hacer bien. Y así ha sido. -¿Aquel balonmano, en cuanto a estructura de clubes y organización, es otro mundo comparado con el español?-Sí. Es difícil comparar al mejor equipo del mundo, como es ahora mismo el Magdeburg, con la Liga española, pero en general, en cuanto a nivel económico de los clubes y la profesionalidad de la competición, queda un poco lejos de la española, aunque ésta también está creciendo.-Y en cuanto al juego en sí, ¿la principal diferencia es el componente físico?-Sí, porque la gente es más fuerte, pero también por la rapidez a la que se juega allí. En eso hay una gran diferencia con la española. En el aspecto táctico, la española no le tiene nada que envidiar porque está muy bien preparada. La velocidad de juego, la fuerza, la profesionalidad y también el hecho de que los campos estén llenos te hace sentir muchísimo más importante.-¿Siente que ahora es mejor jugador que antes de la pérdida del ojo derecho?-Sí, me considero mejor jugador ahora que antes. Por la manera de preparar los partidos y el hándicap que tengo con lo del ojo, me he tomado las cosas de una manera mucho más profesional. Requiere mucho más tiempo de preparación en los partidos, anotar qué hacen los rivales y predecir las cosas para que me ayuden en el momento en que estoy jugando. Todo eso en general me ha hecho ser mejor jugador.-Ha tenido que mejorar en anticipación para evitar golpes por el lado que tiene menos visión.-Sí, se pierde visión periférica. Y eso hace que requiera mucha más preparación y mucha más anticipación. Todo eso lo gano con sesiones de vídeo con el equipo y por mi cuenta. Tengo que hacer mucho trabajo individual y al final obtienes los frutos. -En aquellos meses tan difíciles de 2021, ¿cambiaron las prioridades de su vida?-Sí, un poco cambiaron. El balonmano quedó en un segundo plano porque estaba sólo con la noticia del cáncer… y lo que conlleva la palabra cáncer, que es una palabra muy dura y también un poco desconocida. No sabes qué va a pasar contigo, no sabes qué puede suceder, y tenía bastante miedo, la verdad, de lo que podía ser de mí después de todo ese proceso que tenía que pasar. Gracias a Dios ha ido súper bien, mucho mejor de lo que esperaba, sinceramente.-Su familia sería lógicamente su principal apoyo en aquellos momentos. -Sí, gracias a mi familia, a mi novia, mis amigos… Su apoyo hizo que me tomara las cosas de otra forma y las llevara mucho mejor. -¿Piensas en la selección o cree que eso no depende en realidad de usted?-Depende de mí, porque tengo que rendir bien para que me llamen, pero no sólo de mí. Lo estoy dando todo, todo, todo para que pase. Me hace mucha ilusión. Y ya no sólo el hecho de volver, sino hacerlo y ser importante. Es un objetivo que me marco y quiero que se dé. -¿No le ha llegado nada respecto a eso de manera interna?-No, no, la verdad es que no. Se ha acabado la temporada, cada uno se ha ido para su casa a descansar y la temporada que viene, en la próxima concentración, se verá qué pasa. A final, esto es como todo. Un día estás arriba, otro abajo y lo que hay que tener es continuidad para hacerlo bien y tener la posibilidad de estar con la selección. -¿Se marcha al Stuttgart?-Sí, he firmado para los dos próximos años.-¿Y cómo es aquel club en cuanto a dimensión? -Es un club con menor nivel económico que Magdeburgo, pero quise firmar con ellos porque han apostado bastante por mí. Me querían desde hace tiempo. Su entrenador quería que fuese un jugador importante y cuando sientes la confianza de un club así, todo eso hace que se decante la partida, aparte de tener un buen contrato. También el hecho de jugar en ataque es una de las razones por las cuales voy para allá. Quiero ser importante y tener protagonismo en ataque. No lo he tenido en el último año y es algo que busco para ser un jugador más completo. Estoy muy contento de ir para allá. -En la plantilla del Stuttgart hay algunos jugadores españoles. -Sí, pero todos se van esta temporada. Estaré yo solo allí. También me viene bien para mejorar el alemán. Cuando tienes a otro español, como con Sergey en Magdeburgo, en el equipo estás más unido a él, pero aquí va a ser diferente.-¿Cómo empieza en el balonmano? ¿Cuál es la historia de sus comienzos?-A mí me gusta el fútbol, yo siempre he sido de fútbol, me sigue gustando, y me ha hecho feliz que el Sevilla FC me diera la enhorabuena, pero todos mis amigos jugaban al balonmano y yo quería estar con ellos. Se convirtió en algo que iba cogiendo mucho más protagonismo e iba subiendo el nivel… Así, hasta el primer contrato profesional y convertirme en lo que soy ahora, campeón de la Champions.-¿Mantiene contacto con la gente del Balonmano Montequinto y antiguos entrenadores?-Sí, me llevo muy bien aquí con todos. El BM Montequinto es mi casa. Y de hecho, cada vez que estoy aquí, siempre quedo con el presidente y veo a los entrenadores, compañeros… tengo muy buena relación con todo el mundo allí. -¿Se imagina acabando su carrera dentro de muchos años jugando en la Asobal con el equipo de Juan Andreu en Sevilla?-Sí, sí. Es algo por lo que tengo bastante ilusión. Que Sevilla, la capital, tenga un equipo de la máxima categoría, con importancia grande en Asobal, es el sueño de todo sevillano que le guste el balonmano. Confío mucho en el proyecto que se está montando. Creo que va a salir para adelante, hay gente preparada que está poniendo bastante trabajo en ello. Esperemos que así se dé y tengamos en los próximos años un equipo en Asobal y compitiendo por ser un gran equipo en España.-¿Ve los partidos del Sevilla FC o no lo sigue especialmente? -No es que los vea, es que no hay un solo partido que me pierda del Sevilla. Hace año me invitaron al palco para un Sevilla – Eibar cuando quedé subcampeón del mundo y fue un momento muy especial. No me pierdo un partido del Sevilla. En 2021 vivió una pesadilla, cuando perdió el ojo derecho a causa de un cáncer ocular, y cuatro años después, rubricando una historia de superación de película, este sevillano de 1,98 metros y 26 años está saboreando el éxito que ni siquiera imaginó: ser campeón de la Champions League de balonmano. Un hito histórico conquistado en Colonia que ha disfrutado en las filas del mejor equipo del mundo, el SC Magdeburg, de Alemania, el país en el que seguirá jugando los dos próximos años este sevillista confeso que ahora tiene otro reto: volver a la selección siendo parte de los Hispanos. Porque la vida es soñar y superarse constantemente, por duras que sean las pruebas en el camino. De eso sabe mucho Antonio Serradilla.-Campeón de Europa con el SC Magdeburg, ¿lo tiene asimilado ya o sigue en la nube correspondiente?-Sigo todavía en la nube. Estos últimos días han sido de celebración y fiesta. Cada vez que lo pienso se me ponen los vellos de punta. Es algo muy grande que no muchos jugadores tienen y la verdad es que es muy especial.-Lo han celebrado por las calles de la ciudad.-Totalmente. El martes fue un día muy grande. Estuvimos en la plaza del Ayuntamiento de Magdeburgo con unas 10.000 personas celebrando. Estaba lleno. Recorrimos las calles en un autobús de doble piso y fue una fiesta súper grande. -¿El equipo de balonmano es el principal de la ciudad? -Sí, por delante del fútbol. Allí, ganar es algo súper especial. Toda la gente se tiró a las calles. Magdeburgo está de fiesta. Hace dos años también ganaron la Champions y la verdad es que están viviendo ahora mismo un shock. -¿Le ha dado tiempo ya de responder a todo el mundo? Imagino que habrá tenido una avalancha de mensajes de mucha gente.-Sí, y me siento mal porque me ha escrito mucha gente a la que tengo todavía que responder. Iré contestando estos días, cuando esté más tranquilo. Ha sido una noticia muy grande y me alegra que mucha gente me escriba porque eso significa que están contentos. Es algo muy bueno. -Hablando de la Final Four, la impresión es que fue más dura la semifinal contra el Barcelona que la final contra el Füchse Berlín.-Antes de empezar los dos partidos, me parecía más difícil para mí el del Barça por ser el primero, por no haber jugado nunca en ese estadio con 20.000 personas y por todas las emociones y estímulos que tenía. Al segundo partido vas más «tranquilo». Es una final y es más importante, pero ya tienes ese punto de experiencia de que sabes dónde vas a jugar. Sabes que ya has jugado ahí y sabes lo que te espera. Creo que lo teníamos un poco más controlado y yo estaba convencido, sinceramente, de que si llegábamos a la final la íbamos a ganar. La preparamos muy bien y la verdad es que hicimos un partidazo.-De todo lo vivido en los últimos días ¿con qué se quedaría?-Uf. Sinceramente, con el momento de celebración que tuve con mi familia en los vestuarios después de ganar. Haber levantado la Copa a los sones del ‘We Are the Champions’… eso no se me olvidará en la vida, pero tampoco cuando metí a mi familia en los vestuarios con todas las demás y estuvimos allí cantando, con las cervezas… No se me olvidará jamás. -Las vueltas que da la vida. De verse en una situación muy difícil en 2021 a esto. Ha tocado el cielo del balonmano.-Totalmente. Se podría decir así, sí. Por mucho que me lo hubiesen dicho, no me lo habría creído. Yo no sabía si iba a poder seguir jugando al balonmano tras la operación del ojo, y ahora, el hecho de haber ganado la Champions League es algo que no me podía imaginar, de verdad. No entraba en mis planes. -En Magdeburgo también le cogió cerca el atentado en el mercado navideño.-El año ha sido muy especial, con un montón de emociones. Ha habido momentos muy buenos, como acabar la temporada ganando la Champions, y otros muy malos, como el atentado, que fue durísimo. Mi novia y yo, que estuvimos donde sucedió, lo pasamos muy mal. Luego, al principio de la temporada, no jugaba mucho, no tenía una importancia muy grande, pero he acabado jugando 60 minutos en los últimos tres meses. Ha sido una temporada de un montón de altibajos y creo que tanto lo que pasó en el mercado navideño, con el atentado terrorista, como la conquista de la Champions, ha hecho que todo haya sido súper especial.-¿Cómo se gesta su fichaje por el SC Magdeburg?-Había acabado la temporada con Elverum, estaba enfocado ya en la siguiente y me comentó mi representante que había interés del Magdeburg en mí. Le dije que hiciera todo lo posible por que saliese. Y así fue. Me ficharon, acordamos los términos y estaba muy contento de ir para allá, con muchas ganas, aun sabiendo la tremenda competencia que iba a tener. Le comenté a mi representante que confiaba en mí mismo y que estaba seguro de que, si tenía la oportunidad de jugar, lo iba a hacer bien. Y así ha sido. -¿Aquel balonmano, en cuanto a estructura de clubes y organización, es otro mundo comparado con el español?-Sí. Es difícil comparar al mejor equipo del mundo, como es ahora mismo el Magdeburg, con la Liga española, pero en general, en cuanto a nivel económico de los clubes y la profesionalidad de la competición, queda un poco lejos de la española, aunque ésta también está creciendo.-Y en cuanto al juego en sí, ¿la principal diferencia es el componente físico?-Sí, porque la gente es más fuerte, pero también por la rapidez a la que se juega allí. En eso hay una gran diferencia con la española. En el aspecto táctico, la española no le tiene nada que envidiar porque está muy bien preparada. La velocidad de juego, la fuerza, la profesionalidad y también el hecho de que los campos estén llenos te hace sentir muchísimo más importante.-¿Siente que ahora es mejor jugador que antes de la pérdida del ojo derecho?-Sí, me considero mejor jugador ahora que antes. Por la manera de preparar los partidos y el hándicap que tengo con lo del ojo, me he tomado las cosas de una manera mucho más profesional. Requiere mucho más tiempo de preparación en los partidos, anotar qué hacen los rivales y predecir las cosas para que me ayuden en el momento en que estoy jugando. Todo eso en general me ha hecho ser mejor jugador.-Ha tenido que mejorar en anticipación para evitar golpes por el lado que tiene menos visión.-Sí, se pierde visión periférica. Y eso hace que requiera mucha más preparación y mucha más anticipación. Todo eso lo gano con sesiones de vídeo con el equipo y por mi cuenta. Tengo que hacer mucho trabajo individual y al final obtienes los frutos. -En aquellos meses tan difíciles de 2021, ¿cambiaron las prioridades de su vida?-Sí, un poco cambiaron. El balonmano quedó en un segundo plano porque estaba sólo con la noticia del cáncer… y lo que conlleva la palabra cáncer, que es una palabra muy dura y también un poco desconocida. No sabes qué va a pasar contigo, no sabes qué puede suceder, y tenía bastante miedo, la verdad, de lo que podía ser de mí después de todo ese proceso que tenía que pasar. Gracias a Dios ha ido súper bien, mucho mejor de lo que esperaba, sinceramente.-Su familia sería lógicamente su principal apoyo en aquellos momentos. -Sí, gracias a mi familia, a mi novia, mis amigos… Su apoyo hizo que me tomara las cosas de otra forma y las llevara mucho mejor. -¿Piensas en la selección o cree que eso no depende en realidad de usted?-Depende de mí, porque tengo que rendir bien para que me llamen, pero no sólo de mí. Lo estoy dando todo, todo, todo para que pase. Me hace mucha ilusión. Y ya no sólo el hecho de volver, sino hacerlo y ser importante. Es un objetivo que me marco y quiero que se dé. -¿No le ha llegado nada respecto a eso de manera interna?-No, no, la verdad es que no. Se ha acabado la temporada, cada uno se ha ido para su casa a descansar y la temporada que viene, en la próxima concentración, se verá qué pasa. A final, esto es como todo. Un día estás arriba, otro abajo y lo que hay que tener es continuidad para hacerlo bien y tener la posibilidad de estar con la selección. -¿Se marcha al Stuttgart?-Sí, he firmado para los dos próximos años.-¿Y cómo es aquel club en cuanto a dimensión? -Es un club con menor nivel económico que Magdeburgo, pero quise firmar con ellos porque han apostado bastante por mí. Me querían desde hace tiempo. Su entrenador quería que fuese un jugador importante y cuando sientes la confianza de un club así, todo eso hace que se decante la partida, aparte de tener un buen contrato. También el hecho de jugar en ataque es una de las razones por las cuales voy para allá. Quiero ser importante y tener protagonismo en ataque. No lo he tenido en el último año y es algo que busco para ser un jugador más completo. Estoy muy contento de ir para allá. -En la plantilla del Stuttgart hay algunos jugadores españoles. -Sí, pero todos se van esta temporada. Estaré yo solo allí. También me viene bien para mejorar el alemán. Cuando tienes a otro español, como con Sergey en Magdeburgo, en el equipo estás más unido a él, pero aquí va a ser diferente.-¿Cómo empieza en el balonmano? ¿Cuál es la historia de sus comienzos?-A mí me gusta el fútbol, yo siempre he sido de fútbol, me sigue gustando, y me ha hecho feliz que el Sevilla FC me diera la enhorabuena, pero todos mis amigos jugaban al balonmano y yo quería estar con ellos. Se convirtió en algo que iba cogiendo mucho más protagonismo e iba subiendo el nivel… Así, hasta el primer contrato profesional y convertirme en lo que soy ahora, campeón de la Champions.-¿Mantiene contacto con la gente del Balonmano Montequinto y antiguos entrenadores?-Sí, me llevo muy bien aquí con todos. El BM Montequinto es mi casa. Y de hecho, cada vez que estoy aquí, siempre quedo con el presidente y veo a los entrenadores, compañeros… tengo muy buena relación con todo el mundo allí. -¿Se imagina acabando su carrera dentro de muchos años jugando en la Asobal con el equipo de Juan Andreu en Sevilla?-Sí, sí. Es algo por lo que tengo bastante ilusión. Que Sevilla, la capital, tenga un equipo de la máxima categoría, con importancia grande en Asobal, es el sueño de todo sevillano que le guste el balonmano. Confío mucho en el proyecto que se está montando. Creo que va a salir para adelante, hay gente preparada que está poniendo bastante trabajo en ello. Esperemos que así se dé y tengamos en los próximos años un equipo en Asobal y compitiendo por ser un gran equipo en España.-¿Ve los partidos del Sevilla FC o no lo sigue especialmente? -No es que los vea, es que no hay un solo partido que me pierda del Sevilla. Hace año me invitaron al palco para un Sevilla – Eibar cuando quedé subcampeón del mundo y fue un momento muy especial. No me pierdo un partido del Sevilla. RSS de noticias de deportes
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