La prudencia convirtió el partido entre Boca Juniors y Auckland City en un trámite. Las autoridades de Nashville lo detuvieron durante una hora por una alerta de tormenta que pasó de largo sin afectar al estadio. Todo se detuvo a los nueve minutos de la segunda parte mientras en Charlotte el Benfica superaba al Bayern y dejaba a Boca sin opciones porque los argentinos necesitaban una derrota de los lusos y enjugar siete goles de diferencia. Tampoco parecían muy por la labor: el parón llegó justo cuando el modesto equipo neozelandés había logrado empatar. Lo hizo en su única aproximación a puerta tras casi una hora de asedio que solo les castigó con un tanto en contra. Cuando el partido se reanudó ya se sabía que Boca se iba del Mundial. El Benfica había vencido y los argentinos ni siquiera se fueron con el honor de ganar un partido (1-1).
Los argentinos empatan ante el Auckland en un partido que estuvo detenido durante una hora por alerta de tormenta
La prudencia convirtió el partido entre Boca Juniors y Auckland City en un trámite. Las autoridades de Nashville lo detuvieron durante una hora por una alerta de tormenta que pasó de largo sin afectar al estadio. Todo se detuvo a los nueve minutos de la segunda parte mientras en Charlotte el Benfica superaba al Bayern y dejaba a Boca sin opciones porque los argentinos necesitaban una derrota de los lusos y enjugar siete goles de diferencia. Tampoco parecían muy por la labor: el parón llegó justo cuando el modesto equipo neozelandés había logrado empatar. Lo hizo en su única aproximación a puerta tras casi una hora de asedio que solo les castigó con un tanto en contra. Cuando el partido se reanudó ya se sabía que Boca se iba del Mundial. El Benfica había vencido y los argentinos ni siquiera se fueron con el honor de ganar un partido (1-1).
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