La madrugada del 28 de octubre de 1999 el poeta Rafael Alberti fallecía a los 96 años en su casa de El Puerto de Santa María. Las crónicas de su funeral cuentan que el deseo del afamado literato fue que la última morada de sus cenizas estuviese en esa bahía de Cádiz a la que tanto versó. Y justo un puente que cruza esas aguas, el que lleva desde hace décadas dedicado al alcalde franquista José León de Carranza, pasará a llamarse de forma inminente como él. Pero la iniciativa, surgida a propuesta de Sumar Cádiz, no se ha librado del enredo. Mientras que la única hija del poeta, Aitana Alberti -hija de su primera mujer- y su nieta Marina Alberti aseguran a EL PAÍS estar “muy felices” por el reconocimiento, la viuda de Alberti, María Asunción Mateo, ha mostrado sus remisas con el cambio por “empatía” con la familia Carranza, también opuesta a la modificación.
Sumar, promotora de la idea, asegura que el Gobierno acometerá en breve una rotulación que su hija y nieta bendicen mientras su viuda rechaza por “empatía” con la familia de Carranza
La madrugada del 28 de octubre de 1999 el poeta Rafael Alberti fallecía a los 96 años en su casa de El Puerto de Santa María. Las crónicas de su funeral cuentan que el deseo del afamado literato fue que la última morada de sus cenizas estuviese en esa bahía de Cádiz a la que tanto versó. Y justo un puente que cruza esas aguas, el que lleva desde hace décadas dedicado al alcalde franquista José León de Carranza, pasará a llamarse de forma inminente como él. Pero la iniciativa, surgida a propuesta de Sumar Cádiz, no se ha librado del enredo. Mientras que la única hija del poeta, Aitana Alberti -hija de su primera mujer- y su nieta Marina Alberti aseguran a EL PAÍS estar “muy felices” por el reconocimiento, la viuda de Alberti, María Asunción Mateo, ha mostrado sus remisas con el cambio por “empatía” con la familia Carranza, también opuesta a la modificación.
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