La presentación de la memoria de Cáritas Española correspondiente al año 2024 en Madrid ha servido este miércoles para alertar sobre el empeoramiento de la situación social en España. De acuerdo con los datos presentados, la mitad de las personas atendidas por la organización de caridad de la Iglesia católica tiene dificultades severas para acceder o mantener una vivienda . La principal causa: la pérdida de poder adquisitivo, el encarecimiento del alquiler y la precariedad laboral, que impiden cubrir incluso necesidades básicas como el pago del techo, según ha explicado su presidente, Manuel Bretón.«El acceso a una vivienda digna se ha convertido en un privilegio inalcanzable para muchas familias», ha advertido la secretaria general de Cáritas, Natalia Peiró, durante la presentación del informe. Según el documento, el 80% de las ayudas solicitadas a los programas de Acogida y Asistencia estuvieron directamente relacionadas con el pago del alquiler o de los suministros básicos del hogar.La organización invirtió en 2024 un total de 486,9 millones de euros para apoyar a más de 2,1 millones de personas dentro y fuera de España. De ellas, 1.178.346 fueron atendidas en territorio nacional y 1.006.658 a través de acciones de cooperación internacional. La cifra supone un récord histórico y refleja la creciente demanda de ayuda en un contexto marcado por la inflación, la precariedad laboral y la crisis habitacional.Noticias relacionadas estandar No Argüello arremete: «Regularizar a inmigrantes es crucial para que el Estado no se reduzca a una banda de ladrones» José Ramón Navarro-Pareja estandar No Cáritas Valencia acompañó a 55.527 personas en 2024: «Es un incremento significativo que responde a crisis concatenadas» ABCLa exclusión habitacional aparece como uno de los elementos más determinantes de la pobreza en España. «No solo hablamos de personas sin hogar, sino de trabajadores pobres que no pueden asumir un alquiler , familias que viven hacinadas o en viviendas insalubres, y migrantes sin papeles que no pueden ni firmar un contrato de arrendamiento», ha concretado Peiró.Además, el 47% de los acompañados por Cáritas se encontraba en situación administrativa irregular, lo que supone unas 550.000 personas. «Una cifra que no para de crecer desde 2019», ha explicado Peiró. «Desde hace años, Cáritas se ha constituido en una de las escasas entidades que recibe a las personas migrantes en situación administrativa irregular, ya sea que vienen derivadas directamente desde las entidades del sistema de acogida de emergencia, cuya protección varía entre 1 y 3 meses, o que han llegado a nuestro país por una vía legal y segura, pero que sufren una irregularidad administrativa sobrevenida después de agotarse sus visados o de ser denegada su solicitud de asilo», ha añadido.Todo ello lleva a que este colectivo viva en una precariedad extrema y sea víctima de una exclusión casi estructural. «En todos estos casos nos encontramos con personas con un enorme cúmulo de dificultades y escasas oportunidades de poder salir adelante. El riesgo de pobreza y exclusión se triplica entre la población extracomunitaria y la razón de esta marginación está sobre todo en su situación administrativa irregular. En muchas ocasiones estas personas trabajan en la economía sumergida , ya sea en entornos rurales, en las tareas del hogar o en el cuidado de personas. Son un importante motor humano, económico y social, pero no cuentan», ha asegurado la secretaria general.Frente a esta situación, Cáritas puso en marcha 47 proyectos diocesanos específicos de acogida y acompañamiento a personas migrantes en situación irregular, que requieren una intervención a medio y largo plazo —de entre uno y dos años— y que integran diversos programas de apoyo jurídico, laboral, educativo y de vivienda. También a lo largo de 2024 Cáritas ha apoyado junto a otras entidades sociales y de Iglesia, incluida la Conferencia Episcopal, la tramitación en el Congreso de la Iniciativa Legislativa Popular (ILP) para una regularización extraordinaria de este colectivo, cuya resolución sigue pendiente. En ese sentido, Bretón ha destacado la intervención de Luis Argüello , quien como presidente de la Conferencia Episcopal « llamó la atención a los dos grandes grupos parlamentarios la semana pasada en el Congreso», lo que ha permitido la «reactivación» de la norma, lo que le hace «ser más optimista».Dana: una emergencia sin precedentesUno de los hitos más destacados del año fue la respuesta de Cáritas ante las graves inundaciones provocadas por la dana en octubre de 2024. Las lluvias torrenciales afectaron especialmente a zonas de Valencia , Albacete, Cuenca, Málaga y Jerez, obligando a desplegar una operación humanitaria sin precedentes en territorio español.La red de Cáritas logró atender en los primeros seis meses a más de 16.000 personas damnificadas, con una inversión cercana a los 10 millones de euros. La actuación se centró en medidas de emergencia como el realojo de familias, la rehabilitación de viviendas y pequeños negocios, la atención psicosocial, el asesoramiento jurídico y la recuperación de centros sociales y proyectos de Cáritas afectados por el temporal.«El alcance de la destrucción ha sido tal que el plan de respuesta contempla un periodo de ejecución de tres años, con un presupuesto inicial de 33 millones de euros», explicó Peiró. Estos fondos se financian con los cerca de 51 millones recaudados en la campaña ‘ Cáritas con las graves inundaciones en España ‘, que contó con una generosa participación de ciudadanos, empresas y entidades.El presidente de Cáritas Española, Manuel Bretón, dedicó un reconocimiento especial a los voluntarios que «estuvieron desde el primer minuto al lado de las personas afectadas y siguen estando allí». La red de voluntariado de Cáritas está formada por más de 69.000 personas en todo el país.Economía solidaria y futuroEn paralelo a la ayuda de emergencia, Cáritas ha fortalecido su apuesta por soluciones estructurales. El programa de economía solidaria recibió la mayor dotación del año: 144,8 millones de euros. Gracias a estos recursos, más de una de cada cinco personas que participaron en los itinerarios de inserción sociolaboral logró reinsertarse en el mercado laboral.En los últimos diez años, Cáritas ha triplicado los puestos en empresas de inserción, superando los 3.100. Según su secretaria general, «es aún una escala insuficiente para revertir la exclusión, pero demuestra que otra economía es posible, una que pone a la persona en el centro y que entiende que administrar los recursos de la casa común debe hacerse con justicia y equidad».Otro de los programas que vio incrementada su financiación en 2024 fue el de Mujer, con un aumento del 24% y una inversión total de 5,5 millones de euros. Cáritas alerta de que la exclusión sigue siendo mayor en las familias sostenidas por mujeres, que enfrentan mayores obstáculos para acceder a empleos estables, sufren violencia y discriminación, y cargan con la responsabilidad de sacar adelante a sus hijos en condiciones extremadamente adversas.Emergencias internacionales y solidaridad crecienteEn el ámbito internacional, Cáritas invirtió 20,5 millones de euros para apoyar a más de un millón de personas afectadas por catástrofes y conflictos en lugares como Haití, la República Democrática del Congo, Burkina Faso, Marruecos o Ucrania. También se mantuvo la ayuda en Tierra Santa.Toda esta labor fue posible gracias a los más de 343 millones de euros aportados por socios, donantes y empresas, que incrementaron sus contribuciones en un 5%. Las administraciones públicas, por su parte, contribuyeron con 143 millones. El 70% de los ingresos de Cáritas siguen teniendo un origen privado.«Esta memoria es el mejor testimonio de lo que somos capaces de hacer cuando trabajamos unidos por el bien común», concluyó Peiró. Para Cáritas, su campaña de este año —« Mientras haya personas, hay esperanza »— no es solo un lema, sino una constatación diaria. Frente a un panorama social cada vez más desigual y tensionado, la institución insiste en su apuesta por la dignidad, la justicia y la solidaridad.El año jubilar de la esperanza, en palabras de Manuel Bretón, debe ser también «una llamada a construir puentes y no muros, a trabajar juntos por una sociedad donde nadie quede descartado, ni por el precio de su casa ni por su lugar de nacimiento». La presentación de la memoria de Cáritas Española correspondiente al año 2024 en Madrid ha servido este miércoles para alertar sobre el empeoramiento de la situación social en España. De acuerdo con los datos presentados, la mitad de las personas atendidas por la organización de caridad de la Iglesia católica tiene dificultades severas para acceder o mantener una vivienda . La principal causa: la pérdida de poder adquisitivo, el encarecimiento del alquiler y la precariedad laboral, que impiden cubrir incluso necesidades básicas como el pago del techo, según ha explicado su presidente, Manuel Bretón.«El acceso a una vivienda digna se ha convertido en un privilegio inalcanzable para muchas familias», ha advertido la secretaria general de Cáritas, Natalia Peiró, durante la presentación del informe. Según el documento, el 80% de las ayudas solicitadas a los programas de Acogida y Asistencia estuvieron directamente relacionadas con el pago del alquiler o de los suministros básicos del hogar.La organización invirtió en 2024 un total de 486,9 millones de euros para apoyar a más de 2,1 millones de personas dentro y fuera de España. De ellas, 1.178.346 fueron atendidas en territorio nacional y 1.006.658 a través de acciones de cooperación internacional. La cifra supone un récord histórico y refleja la creciente demanda de ayuda en un contexto marcado por la inflación, la precariedad laboral y la crisis habitacional.Noticias relacionadas estandar No Argüello arremete: «Regularizar a inmigrantes es crucial para que el Estado no se reduzca a una banda de ladrones» José Ramón Navarro-Pareja estandar No Cáritas Valencia acompañó a 55.527 personas en 2024: «Es un incremento significativo que responde a crisis concatenadas» ABCLa exclusión habitacional aparece como uno de los elementos más determinantes de la pobreza en España. «No solo hablamos de personas sin hogar, sino de trabajadores pobres que no pueden asumir un alquiler , familias que viven hacinadas o en viviendas insalubres, y migrantes sin papeles que no pueden ni firmar un contrato de arrendamiento», ha concretado Peiró.Además, el 47% de los acompañados por Cáritas se encontraba en situación administrativa irregular, lo que supone unas 550.000 personas. «Una cifra que no para de crecer desde 2019», ha explicado Peiró. «Desde hace años, Cáritas se ha constituido en una de las escasas entidades que recibe a las personas migrantes en situación administrativa irregular, ya sea que vienen derivadas directamente desde las entidades del sistema de acogida de emergencia, cuya protección varía entre 1 y 3 meses, o que han llegado a nuestro país por una vía legal y segura, pero que sufren una irregularidad administrativa sobrevenida después de agotarse sus visados o de ser denegada su solicitud de asilo», ha añadido.Todo ello lleva a que este colectivo viva en una precariedad extrema y sea víctima de una exclusión casi estructural. «En todos estos casos nos encontramos con personas con un enorme cúmulo de dificultades y escasas oportunidades de poder salir adelante. El riesgo de pobreza y exclusión se triplica entre la población extracomunitaria y la razón de esta marginación está sobre todo en su situación administrativa irregular. En muchas ocasiones estas personas trabajan en la economía sumergida , ya sea en entornos rurales, en las tareas del hogar o en el cuidado de personas. Son un importante motor humano, económico y social, pero no cuentan», ha asegurado la secretaria general.Frente a esta situación, Cáritas puso en marcha 47 proyectos diocesanos específicos de acogida y acompañamiento a personas migrantes en situación irregular, que requieren una intervención a medio y largo plazo —de entre uno y dos años— y que integran diversos programas de apoyo jurídico, laboral, educativo y de vivienda. También a lo largo de 2024 Cáritas ha apoyado junto a otras entidades sociales y de Iglesia, incluida la Conferencia Episcopal, la tramitación en el Congreso de la Iniciativa Legislativa Popular (ILP) para una regularización extraordinaria de este colectivo, cuya resolución sigue pendiente. En ese sentido, Bretón ha destacado la intervención de Luis Argüello , quien como presidente de la Conferencia Episcopal « llamó la atención a los dos grandes grupos parlamentarios la semana pasada en el Congreso», lo que ha permitido la «reactivación» de la norma, lo que le hace «ser más optimista».Dana: una emergencia sin precedentesUno de los hitos más destacados del año fue la respuesta de Cáritas ante las graves inundaciones provocadas por la dana en octubre de 2024. Las lluvias torrenciales afectaron especialmente a zonas de Valencia , Albacete, Cuenca, Málaga y Jerez, obligando a desplegar una operación humanitaria sin precedentes en territorio español.La red de Cáritas logró atender en los primeros seis meses a más de 16.000 personas damnificadas, con una inversión cercana a los 10 millones de euros. La actuación se centró en medidas de emergencia como el realojo de familias, la rehabilitación de viviendas y pequeños negocios, la atención psicosocial, el asesoramiento jurídico y la recuperación de centros sociales y proyectos de Cáritas afectados por el temporal.«El alcance de la destrucción ha sido tal que el plan de respuesta contempla un periodo de ejecución de tres años, con un presupuesto inicial de 33 millones de euros», explicó Peiró. Estos fondos se financian con los cerca de 51 millones recaudados en la campaña ‘ Cáritas con las graves inundaciones en España ‘, que contó con una generosa participación de ciudadanos, empresas y entidades.El presidente de Cáritas Española, Manuel Bretón, dedicó un reconocimiento especial a los voluntarios que «estuvieron desde el primer minuto al lado de las personas afectadas y siguen estando allí». La red de voluntariado de Cáritas está formada por más de 69.000 personas en todo el país.Economía solidaria y futuroEn paralelo a la ayuda de emergencia, Cáritas ha fortalecido su apuesta por soluciones estructurales. El programa de economía solidaria recibió la mayor dotación del año: 144,8 millones de euros. Gracias a estos recursos, más de una de cada cinco personas que participaron en los itinerarios de inserción sociolaboral logró reinsertarse en el mercado laboral.En los últimos diez años, Cáritas ha triplicado los puestos en empresas de inserción, superando los 3.100. Según su secretaria general, «es aún una escala insuficiente para revertir la exclusión, pero demuestra que otra economía es posible, una que pone a la persona en el centro y que entiende que administrar los recursos de la casa común debe hacerse con justicia y equidad».Otro de los programas que vio incrementada su financiación en 2024 fue el de Mujer, con un aumento del 24% y una inversión total de 5,5 millones de euros. Cáritas alerta de que la exclusión sigue siendo mayor en las familias sostenidas por mujeres, que enfrentan mayores obstáculos para acceder a empleos estables, sufren violencia y discriminación, y cargan con la responsabilidad de sacar adelante a sus hijos en condiciones extremadamente adversas.Emergencias internacionales y solidaridad crecienteEn el ámbito internacional, Cáritas invirtió 20,5 millones de euros para apoyar a más de un millón de personas afectadas por catástrofes y conflictos en lugares como Haití, la República Democrática del Congo, Burkina Faso, Marruecos o Ucrania. También se mantuvo la ayuda en Tierra Santa.Toda esta labor fue posible gracias a los más de 343 millones de euros aportados por socios, donantes y empresas, que incrementaron sus contribuciones en un 5%. Las administraciones públicas, por su parte, contribuyeron con 143 millones. El 70% de los ingresos de Cáritas siguen teniendo un origen privado.«Esta memoria es el mejor testimonio de lo que somos capaces de hacer cuando trabajamos unidos por el bien común», concluyó Peiró. Para Cáritas, su campaña de este año —« Mientras haya personas, hay esperanza »— no es solo un lema, sino una constatación diaria. Frente a un panorama social cada vez más desigual y tensionado, la institución insiste en su apuesta por la dignidad, la justicia y la solidaridad.El año jubilar de la esperanza, en palabras de Manuel Bretón, debe ser también «una llamada a construir puentes y no muros, a trabajar juntos por una sociedad donde nadie quede descartado, ni por el precio de su casa ni por su lugar de nacimiento». La presentación de la memoria de Cáritas Española correspondiente al año 2024 en Madrid ha servido este miércoles para alertar sobre el empeoramiento de la situación social en España. De acuerdo con los datos presentados, la mitad de las personas atendidas por la organización de caridad de la Iglesia católica tiene dificultades severas para acceder o mantener una vivienda . La principal causa: la pérdida de poder adquisitivo, el encarecimiento del alquiler y la precariedad laboral, que impiden cubrir incluso necesidades básicas como el pago del techo, según ha explicado su presidente, Manuel Bretón.«El acceso a una vivienda digna se ha convertido en un privilegio inalcanzable para muchas familias», ha advertido la secretaria general de Cáritas, Natalia Peiró, durante la presentación del informe. Según el documento, el 80% de las ayudas solicitadas a los programas de Acogida y Asistencia estuvieron directamente relacionadas con el pago del alquiler o de los suministros básicos del hogar.La organización invirtió en 2024 un total de 486,9 millones de euros para apoyar a más de 2,1 millones de personas dentro y fuera de España. De ellas, 1.178.346 fueron atendidas en territorio nacional y 1.006.658 a través de acciones de cooperación internacional. La cifra supone un récord histórico y refleja la creciente demanda de ayuda en un contexto marcado por la inflación, la precariedad laboral y la crisis habitacional.Noticias relacionadas estandar No Argüello arremete: «Regularizar a inmigrantes es crucial para que el Estado no se reduzca a una banda de ladrones» José Ramón Navarro-Pareja estandar No Cáritas Valencia acompañó a 55.527 personas en 2024: «Es un incremento significativo que responde a crisis concatenadas» ABCLa exclusión habitacional aparece como uno de los elementos más determinantes de la pobreza en España. «No solo hablamos de personas sin hogar, sino de trabajadores pobres que no pueden asumir un alquiler , familias que viven hacinadas o en viviendas insalubres, y migrantes sin papeles que no pueden ni firmar un contrato de arrendamiento», ha concretado Peiró.Además, el 47% de los acompañados por Cáritas se encontraba en situación administrativa irregular, lo que supone unas 550.000 personas. «Una cifra que no para de crecer desde 2019», ha explicado Peiró. «Desde hace años, Cáritas se ha constituido en una de las escasas entidades que recibe a las personas migrantes en situación administrativa irregular, ya sea que vienen derivadas directamente desde las entidades del sistema de acogida de emergencia, cuya protección varía entre 1 y 3 meses, o que han llegado a nuestro país por una vía legal y segura, pero que sufren una irregularidad administrativa sobrevenida después de agotarse sus visados o de ser denegada su solicitud de asilo», ha añadido.Todo ello lleva a que este colectivo viva en una precariedad extrema y sea víctima de una exclusión casi estructural. «En todos estos casos nos encontramos con personas con un enorme cúmulo de dificultades y escasas oportunidades de poder salir adelante. El riesgo de pobreza y exclusión se triplica entre la población extracomunitaria y la razón de esta marginación está sobre todo en su situación administrativa irregular. En muchas ocasiones estas personas trabajan en la economía sumergida , ya sea en entornos rurales, en las tareas del hogar o en el cuidado de personas. Son un importante motor humano, económico y social, pero no cuentan», ha asegurado la secretaria general.Frente a esta situación, Cáritas puso en marcha 47 proyectos diocesanos específicos de acogida y acompañamiento a personas migrantes en situación irregular, que requieren una intervención a medio y largo plazo —de entre uno y dos años— y que integran diversos programas de apoyo jurídico, laboral, educativo y de vivienda. También a lo largo de 2024 Cáritas ha apoyado junto a otras entidades sociales y de Iglesia, incluida la Conferencia Episcopal, la tramitación en el Congreso de la Iniciativa Legislativa Popular (ILP) para una regularización extraordinaria de este colectivo, cuya resolución sigue pendiente. En ese sentido, Bretón ha destacado la intervención de Luis Argüello , quien como presidente de la Conferencia Episcopal « llamó la atención a los dos grandes grupos parlamentarios la semana pasada en el Congreso», lo que ha permitido la «reactivación» de la norma, lo que le hace «ser más optimista».Dana: una emergencia sin precedentesUno de los hitos más destacados del año fue la respuesta de Cáritas ante las graves inundaciones provocadas por la dana en octubre de 2024. Las lluvias torrenciales afectaron especialmente a zonas de Valencia , Albacete, Cuenca, Málaga y Jerez, obligando a desplegar una operación humanitaria sin precedentes en territorio español.La red de Cáritas logró atender en los primeros seis meses a más de 16.000 personas damnificadas, con una inversión cercana a los 10 millones de euros. La actuación se centró en medidas de emergencia como el realojo de familias, la rehabilitación de viviendas y pequeños negocios, la atención psicosocial, el asesoramiento jurídico y la recuperación de centros sociales y proyectos de Cáritas afectados por el temporal.«El alcance de la destrucción ha sido tal que el plan de respuesta contempla un periodo de ejecución de tres años, con un presupuesto inicial de 33 millones de euros», explicó Peiró. Estos fondos se financian con los cerca de 51 millones recaudados en la campaña ‘ Cáritas con las graves inundaciones en España ‘, que contó con una generosa participación de ciudadanos, empresas y entidades.El presidente de Cáritas Española, Manuel Bretón, dedicó un reconocimiento especial a los voluntarios que «estuvieron desde el primer minuto al lado de las personas afectadas y siguen estando allí». La red de voluntariado de Cáritas está formada por más de 69.000 personas en todo el país.Economía solidaria y futuroEn paralelo a la ayuda de emergencia, Cáritas ha fortalecido su apuesta por soluciones estructurales. El programa de economía solidaria recibió la mayor dotación del año: 144,8 millones de euros. Gracias a estos recursos, más de una de cada cinco personas que participaron en los itinerarios de inserción sociolaboral logró reinsertarse en el mercado laboral.En los últimos diez años, Cáritas ha triplicado los puestos en empresas de inserción, superando los 3.100. Según su secretaria general, «es aún una escala insuficiente para revertir la exclusión, pero demuestra que otra economía es posible, una que pone a la persona en el centro y que entiende que administrar los recursos de la casa común debe hacerse con justicia y equidad».Otro de los programas que vio incrementada su financiación en 2024 fue el de Mujer, con un aumento del 24% y una inversión total de 5,5 millones de euros. Cáritas alerta de que la exclusión sigue siendo mayor en las familias sostenidas por mujeres, que enfrentan mayores obstáculos para acceder a empleos estables, sufren violencia y discriminación, y cargan con la responsabilidad de sacar adelante a sus hijos en condiciones extremadamente adversas.Emergencias internacionales y solidaridad crecienteEn el ámbito internacional, Cáritas invirtió 20,5 millones de euros para apoyar a más de un millón de personas afectadas por catástrofes y conflictos en lugares como Haití, la República Democrática del Congo, Burkina Faso, Marruecos o Ucrania. También se mantuvo la ayuda en Tierra Santa.Toda esta labor fue posible gracias a los más de 343 millones de euros aportados por socios, donantes y empresas, que incrementaron sus contribuciones en un 5%. Las administraciones públicas, por su parte, contribuyeron con 143 millones. El 70% de los ingresos de Cáritas siguen teniendo un origen privado.«Esta memoria es el mejor testimonio de lo que somos capaces de hacer cuando trabajamos unidos por el bien común», concluyó Peiró. Para Cáritas, su campaña de este año —« Mientras haya personas, hay esperanza »— no es solo un lema, sino una constatación diaria. Frente a un panorama social cada vez más desigual y tensionado, la institución insiste en su apuesta por la dignidad, la justicia y la solidaridad.El año jubilar de la esperanza, en palabras de Manuel Bretón, debe ser también «una llamada a construir puentes y no muros, a trabajar juntos por una sociedad donde nadie quede descartado, ni por el precio de su casa ni por su lugar de nacimiento». RSS de noticias de sociedad
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