La herramienta más importante para el diagnóstico de las enfermedades alérgicas es la historia clínica: los antecedentes personales y familiares, las condiciones ambientales, los factores desencadenantes de los síntomas, los hábitos de vida, y cuantos aspectos ambientales o personales puedan ser relevantes (oficio, aficiones). Sobre esta base, llegan las pruebas cutáneas, que ayudan a identificar qué sustancias están provocando la reacción alérgica. A través de extractos elaborados en laboratorio o de sustancias en estado natural se busca reproducir a nivel local, en la piel, una reacción de hipersensibilidad, y de esta manera confirmar o descartar el diagnóstico de sensibilización alérgica.
La principal herramienta es la historia clínica, pero las pruebas cutáneas pueden ayudar a confirmar si una dolencia se puede deber a la reacción del sistema inmunitario contra un alérgeno
La herramienta más importante para el diagnóstico de las enfermedades alérgicas es la historia clínica: los antecedentes personales y familiares, las condiciones ambientales, los factores desencadenantes de los síntomas, los hábitos de vida, y cuantos aspectos ambientales o personales puedan ser relevantes (oficio, aficiones). Sobre esta base, llegan las pruebas cutáneas, que ayudan a identificar qué sustancias están provocando la reacción alérgica. A través de extractos elaborados en laboratorio o de sustancias en estado natural se busca reproducir a nivel local, en la piel, una reacción de hipersensibilidad, y de esta manera confirmar o descartar el diagnóstico de sensibilización alérgica.
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