<p>»Mi madre tiene dos empleos fijos, mi padre uno temporal, y con eso, más una deuda, llegamos justos», cuenta <strong>Jeremy Tufiño</strong><strong>a EL MUNDO,</strong> un joven de 20 años recién cumplidos que este verano trabaja con un contrato de <strong>62 días</strong><strong>como conserje</strong> en dos urbanizaciones de Boadilla del Monte. Jéremy hace parte de esos <strong>220.228 contratos fijos discontinuos</strong> que se firmaron el pasado julio, ocho veces más que en el mismo mes de 2019.</p>
Solo los contratos fijos discontinuos, en muchos casos ‘contratos cerilla’, han crecido en seis años un 720%
<p>»Mi madre tiene dos empleos fijos, mi padre uno temporal, y con eso, más una deuda, llegamos justos», cuenta <strong>Jeremy Tufiño</strong><strong>a EL MUNDO,</strong> un joven de 20 años recién cumplidos que este verano trabaja con un contrato de <strong>62 días</strong><strong>como conserje</strong> en dos urbanizaciones de Boadilla del Monte. Jéremy hace parte de esos <strong>220.228 contratos fijos discontinuos</strong> que se firmaron el pasado julio, ocho veces más que en el mismo mes de 2019.</p>
Actualidad Económica