El 13 de octubre de 2024, el mundo del atletismo asistió asombrado y atónito a la salvaje hazaña protagonizada en Chicago por Ruth Chepngetich , quien se convirtió en la primera mujer en completar una maratón con una cronómetro por debajo de las dos horas y 10 minutos. Un récord del mundo establecido gracias a una estratosférica marca de 2 horas, 9 minutos y 56 segundos, rebajando en dos minutos el registro anterior.Con el paso de las horas, el asombro general dio paso al análisis para tratar de entender cómo era posible una marca así que, además de entrar de lleno en la historia, suponía un cambio del paradigma atlético. Muchos expertos optaron entonces por acoger la plusmarca con sospechas de dopaje como única explicación posible , aunque resultaba injusta una acusación así sin prueba alguna. Nueves meses después, la keniata ha sido suspendida de manera provisional tras un positivo por la presencia y el uso de hidroclorotiazida detectado en un control efectuado el pasado mes de abril.De los expertos consultados por ABC pocas horas después de la maratón de Chicago, el más contundente fue Álex Calabuig, director de ‘CORREDOR’, quien no encontraba otra fórmula para cosechar un registro de tales características sin ninguna sustancia prohibida. «¿Cómo una atleta de 30 años y una amplia experiencia en maratón puede de repente rebajar en casi dos minutos el anterior récord -que ya era muy poco creíble- y encima realizando un paso suicida por el kilómetro cinco? Este año [por 2024] solo tres hombres españoles han corrido más rápido que Ruth en los 42,195 kilómetros y aunque alguno más mejore el registro de la keniana en el próximo Maratón de Valencia, no quiero ni imaginar lo que piensan nuestros atletas sobre la gesta de esta maratoniana », defendió con indignación entonces.Lo cierto es que no había ninguna sospecha concreta sobre Chepngetich antes de su brutal marca, pero sí una larga lista de fondistas keniatas sancionados por sustancias prohibidas en la última década. Además, la atleta estaba –y está– representada por el italiano Federico Rosa, con una cartera de atletas kenianos de alto nivel en maratón con alguna sombra de dopaje. Ajena a todo ello, al ser preguntada por la credibilidad de su registro, Ruth respondió con fastidio, lacónica, poco expresiva: «No tengo ni idea. La gente puede hablar, no sé, la verdad».Otros expertos no fueron tan categóricos a la hora de relacionar el récord y el dopaje, pero se quedaron descolocados con lo extraordinario de la marca, sobre todo por su rapidez en los primeros kilómetros. «Te puedes poner de lado, de costado, boca arriba o boca abajo para ver el récord de ayer, que es una barbaridad. Las cifras asustan y más a los que nos han educado en la estabilidad y el ritmo, porque si nuestros atletas se salen 5 segundos de su ritmo en los primeros 6 kilómetros, ya hipotecan su prueba… mi reflexión es ¿habría corrido todavía más rápido si realiza otra distribución del esfuerzo?», sostuvo Juan del Campo, entrenador del plusmarquista español de maratón Tariku Novales.ABCUna de las hipótesis que se barajaban por entonces fue el desarrollo del calzado, las superzapatillas y la ventaja ergonómica que estas otorgan a los atletas en comparación a su predecesores durante décadas. Una opción defendida por Antonio Serrano o Chema Martínez que pierde mucha fuerza después del positivo de Chepngetich.Calabuig, directamente, manifestó haber perdido el interés en las marcas y los récords. «Lo que antes era excepcional hoy resulta el pan de cada día. Sé que no es justo sospechar de una deportista sin pruebas, pero a día de hoy los positivos casi diarios de fondistas de Kenia no me permiten mirar hacia otro lado a la hora de valorar este nuevo récord del mundo milagroso», sentenció el director de ‘CORREDOR’.Al tratarse de una carrera anterior al positivo, el récord no le puede ser arrebatado a Chepngetich. Sin embargo, si la sombra del dopaje del mundo del atletismo se cernía sobre la keniata entonces, ahora resulta misión casi imposible defender la credibilidad de la plusmarca y limpiar la mancha que permanecerá por siempre sobre ella. El 13 de octubre de 2024, el mundo del atletismo asistió asombrado y atónito a la salvaje hazaña protagonizada en Chicago por Ruth Chepngetich , quien se convirtió en la primera mujer en completar una maratón con una cronómetro por debajo de las dos horas y 10 minutos. Un récord del mundo establecido gracias a una estratosférica marca de 2 horas, 9 minutos y 56 segundos, rebajando en dos minutos el registro anterior.Con el paso de las horas, el asombro general dio paso al análisis para tratar de entender cómo era posible una marca así que, además de entrar de lleno en la historia, suponía un cambio del paradigma atlético. Muchos expertos optaron entonces por acoger la plusmarca con sospechas de dopaje como única explicación posible , aunque resultaba injusta una acusación así sin prueba alguna. Nueves meses después, la keniata ha sido suspendida de manera provisional tras un positivo por la presencia y el uso de hidroclorotiazida detectado en un control efectuado el pasado mes de abril.De los expertos consultados por ABC pocas horas después de la maratón de Chicago, el más contundente fue Álex Calabuig, director de ‘CORREDOR’, quien no encontraba otra fórmula para cosechar un registro de tales características sin ninguna sustancia prohibida. «¿Cómo una atleta de 30 años y una amplia experiencia en maratón puede de repente rebajar en casi dos minutos el anterior récord -que ya era muy poco creíble- y encima realizando un paso suicida por el kilómetro cinco? Este año [por 2024] solo tres hombres españoles han corrido más rápido que Ruth en los 42,195 kilómetros y aunque alguno más mejore el registro de la keniana en el próximo Maratón de Valencia, no quiero ni imaginar lo que piensan nuestros atletas sobre la gesta de esta maratoniana », defendió con indignación entonces.Lo cierto es que no había ninguna sospecha concreta sobre Chepngetich antes de su brutal marca, pero sí una larga lista de fondistas keniatas sancionados por sustancias prohibidas en la última década. Además, la atleta estaba –y está– representada por el italiano Federico Rosa, con una cartera de atletas kenianos de alto nivel en maratón con alguna sombra de dopaje. Ajena a todo ello, al ser preguntada por la credibilidad de su registro, Ruth respondió con fastidio, lacónica, poco expresiva: «No tengo ni idea. La gente puede hablar, no sé, la verdad».Otros expertos no fueron tan categóricos a la hora de relacionar el récord y el dopaje, pero se quedaron descolocados con lo extraordinario de la marca, sobre todo por su rapidez en los primeros kilómetros. «Te puedes poner de lado, de costado, boca arriba o boca abajo para ver el récord de ayer, que es una barbaridad. Las cifras asustan y más a los que nos han educado en la estabilidad y el ritmo, porque si nuestros atletas se salen 5 segundos de su ritmo en los primeros 6 kilómetros, ya hipotecan su prueba… mi reflexión es ¿habría corrido todavía más rápido si realiza otra distribución del esfuerzo?», sostuvo Juan del Campo, entrenador del plusmarquista español de maratón Tariku Novales.ABCUna de las hipótesis que se barajaban por entonces fue el desarrollo del calzado, las superzapatillas y la ventaja ergonómica que estas otorgan a los atletas en comparación a su predecesores durante décadas. Una opción defendida por Antonio Serrano o Chema Martínez que pierde mucha fuerza después del positivo de Chepngetich.Calabuig, directamente, manifestó haber perdido el interés en las marcas y los récords. «Lo que antes era excepcional hoy resulta el pan de cada día. Sé que no es justo sospechar de una deportista sin pruebas, pero a día de hoy los positivos casi diarios de fondistas de Kenia no me permiten mirar hacia otro lado a la hora de valorar este nuevo récord del mundo milagroso», sentenció el director de ‘CORREDOR’.Al tratarse de una carrera anterior al positivo, el récord no le puede ser arrebatado a Chepngetich. Sin embargo, si la sombra del dopaje del mundo del atletismo se cernía sobre la keniata entonces, ahora resulta misión casi imposible defender la credibilidad de la plusmarca y limpiar la mancha que permanecerá por siempre sobre ella. El 13 de octubre de 2024, el mundo del atletismo asistió asombrado y atónito a la salvaje hazaña protagonizada en Chicago por Ruth Chepngetich , quien se convirtió en la primera mujer en completar una maratón con una cronómetro por debajo de las dos horas y 10 minutos. Un récord del mundo establecido gracias a una estratosférica marca de 2 horas, 9 minutos y 56 segundos, rebajando en dos minutos el registro anterior.Con el paso de las horas, el asombro general dio paso al análisis para tratar de entender cómo era posible una marca así que, además de entrar de lleno en la historia, suponía un cambio del paradigma atlético. Muchos expertos optaron entonces por acoger la plusmarca con sospechas de dopaje como única explicación posible , aunque resultaba injusta una acusación así sin prueba alguna. Nueves meses después, la keniata ha sido suspendida de manera provisional tras un positivo por la presencia y el uso de hidroclorotiazida detectado en un control efectuado el pasado mes de abril.De los expertos consultados por ABC pocas horas después de la maratón de Chicago, el más contundente fue Álex Calabuig, director de ‘CORREDOR’, quien no encontraba otra fórmula para cosechar un registro de tales características sin ninguna sustancia prohibida. «¿Cómo una atleta de 30 años y una amplia experiencia en maratón puede de repente rebajar en casi dos minutos el anterior récord -que ya era muy poco creíble- y encima realizando un paso suicida por el kilómetro cinco? Este año [por 2024] solo tres hombres españoles han corrido más rápido que Ruth en los 42,195 kilómetros y aunque alguno más mejore el registro de la keniana en el próximo Maratón de Valencia, no quiero ni imaginar lo que piensan nuestros atletas sobre la gesta de esta maratoniana », defendió con indignación entonces.Lo cierto es que no había ninguna sospecha concreta sobre Chepngetich antes de su brutal marca, pero sí una larga lista de fondistas keniatas sancionados por sustancias prohibidas en la última década. Además, la atleta estaba –y está– representada por el italiano Federico Rosa, con una cartera de atletas kenianos de alto nivel en maratón con alguna sombra de dopaje. Ajena a todo ello, al ser preguntada por la credibilidad de su registro, Ruth respondió con fastidio, lacónica, poco expresiva: «No tengo ni idea. La gente puede hablar, no sé, la verdad».Otros expertos no fueron tan categóricos a la hora de relacionar el récord y el dopaje, pero se quedaron descolocados con lo extraordinario de la marca, sobre todo por su rapidez en los primeros kilómetros. «Te puedes poner de lado, de costado, boca arriba o boca abajo para ver el récord de ayer, que es una barbaridad. Las cifras asustan y más a los que nos han educado en la estabilidad y el ritmo, porque si nuestros atletas se salen 5 segundos de su ritmo en los primeros 6 kilómetros, ya hipotecan su prueba… mi reflexión es ¿habría corrido todavía más rápido si realiza otra distribución del esfuerzo?», sostuvo Juan del Campo, entrenador del plusmarquista español de maratón Tariku Novales.ABCUna de las hipótesis que se barajaban por entonces fue el desarrollo del calzado, las superzapatillas y la ventaja ergonómica que estas otorgan a los atletas en comparación a su predecesores durante décadas. Una opción defendida por Antonio Serrano o Chema Martínez que pierde mucha fuerza después del positivo de Chepngetich.Calabuig, directamente, manifestó haber perdido el interés en las marcas y los récords. «Lo que antes era excepcional hoy resulta el pan de cada día. Sé que no es justo sospechar de una deportista sin pruebas, pero a día de hoy los positivos casi diarios de fondistas de Kenia no me permiten mirar hacia otro lado a la hora de valorar este nuevo récord del mundo milagroso», sentenció el director de ‘CORREDOR’.Al tratarse de una carrera anterior al positivo, el récord no le puede ser arrebatado a Chepngetich. Sin embargo, si la sombra del dopaje del mundo del atletismo se cernía sobre la keniata entonces, ahora resulta misión casi imposible defender la credibilidad de la plusmarca y limpiar la mancha que permanecerá por siempre sobre ella. RSS de noticias de deportes
Noticias Similares