Cuando Andy García Lorenzo fue liberado este lunes de la prisión de Guamajal, provincia de Villa Clara, lo primero que hizo fue ir al cementerio a visitar la tumba de su abuela paterna. En su sepulcro lloró y, en su dolor, transmitió también la promesa de seguir sosteniéndose firme ante tanto sufrimiento provocado a su familia y a su país. Con 24 años de edad, García Lorenzo fue condenado a cuatro años de privación de libertad por salir a las calles de Santa Clara a manifestarse pacíficamente en contra de la dictadura el 11 de julio de 2021 (11J) . Ese día fue violentamente detenido pese a que no ofreció resistencia y permaneció incomunicado diez días. Cuando recibió su primer y único permiso de salida en mayo de 2022, narró: «Sobre todo al principio también me interrogaban mucho, de madrugada incluso, interrogatorios de hasta ocho horas, como si fuera un terrorista. Me llegaron a rodear tres tenientes coroneles y dos mayores de la Seguridad del Estado, con una cámara, para que dijera que me arrepentía y renunciara a lo que pienso, pero no lo acepté. Me amenazaron con 20 o 30 años de prisión, cadena perpetua y hasta que me iban a fusilar en caso de que hubiera una intervención humanitaria en Cuba».Pasó días en celdas de aislamiento, durmiendo en el suelo, con calor extremo y sometido a constantes picaduras de mosquitos, pero no dejó de denunciar todo esto y de exigir los derechos de todos los presos políticos. Pese a las torturas, no se arrepintió de salir el 11J: «Cómo me voy a arrepentir del hecho más orgulloso de mi vida, de todos los cubanos, el día más feliz de la historia, el día en que el pueblo se levantó contra el opresor».Por voluntad propia, se mantuvo los últimos 14 meses en aislamiento en prisión para evitar problemas con los reclusos comunes. Lo peor de su encarcelamiento fueron las amenazas a sus seres queridos y la separación familiar. Sus dos hermanos menores fueron forzados al exilio para evitar el encierro en prisión tras exigir públicamente e incluso manifestarse por la libertad de Andy y de todos los presos políticos. Su padre, Nedel García Pacheco , fue apuñalado por un sujeto que llamó «delincuente» a su hijo. La madre, Tayri Lorenzo , también padeció intromisiones de la Seguridad del Estado en su trabajo como misionera en una Iglesia Bautista.Un sistema cruelLos días previos a la excarcelación, Andy estaba nervioso, llamaba constantemente a su casa para saber si sus padres estaban bien, solo quería escuchar sus voces y se ponía muy agitado cuando no le respondían. Hoy está en su casa, abrazando a sus otros abuelos –gravemente enfermos–, durmiendo con ellos para así aprovechar cada instante de sus vidas, de recuperar el tiempo perdido. Lo sucedido con Andy y su familia expone la crueldad con la que la dictadura trata a los ciudadanos que manifiestan criterios diferentes al impuesto . El 11J fueron detenidos entre 5.000 y 8.000 personas en todo el país, al menos 2.000 fueron encausados. El terror imperaba en las calles. El 65% (752) de los 1.158 presos políticos que hoy hay en Cuba fueron detenidos por manifestarse el 11J, según Prisoners Defenders (PD). De ellos, alrededor de 202 han sido condenadas a 10 años o más de privación de libertad, con sanciones desde los 10 hasta los 30 años. PD ha expuesto igualmente cómo las excarcelaciones desarrolladas a inicios del 2025 tras el acuerdo con la Administración Biden y mediación del Vaticano , fueron un fraude. Eso «se constata no sólo porque ninguno fue propiamente liberado, pues sufren un abyecto régimen carcelario-domiciliar, sino además porque el 91% de estos presos políticos, muchos ya hacía incluso más de un año, tenían derecho por Ley a un régimen abierto, libertad condicional o libertad inmediata. Uno de los ya revocados, el activista y líder humanitario José Daniel Ferrer , está siendo torturado sin piedad y se teme por su vida».A cuatro años del estallido social del 11J, la situación ha empeorado sustancialmente. Más de un millón de cubanos han logrado huir en lo que ha sido el peor éxodo en la historia del país. El descontento ante la miseria , la falta de medicinas y suministros básicos, se ha evidenciado en cientos de protestas públicas. Por su parte, el régimen ha decidido aumentar el terror con represión y encarcelamientos para sostenerse en el poder. La desesperación de la gente recorre las calles de todo el país. Hay miedo, pero también ansias de libertad y prosperidad. El espíritu del 11J vive. Cuando Andy García Lorenzo fue liberado este lunes de la prisión de Guamajal, provincia de Villa Clara, lo primero que hizo fue ir al cementerio a visitar la tumba de su abuela paterna. En su sepulcro lloró y, en su dolor, transmitió también la promesa de seguir sosteniéndose firme ante tanto sufrimiento provocado a su familia y a su país. Con 24 años de edad, García Lorenzo fue condenado a cuatro años de privación de libertad por salir a las calles de Santa Clara a manifestarse pacíficamente en contra de la dictadura el 11 de julio de 2021 (11J) . Ese día fue violentamente detenido pese a que no ofreció resistencia y permaneció incomunicado diez días. Cuando recibió su primer y único permiso de salida en mayo de 2022, narró: «Sobre todo al principio también me interrogaban mucho, de madrugada incluso, interrogatorios de hasta ocho horas, como si fuera un terrorista. Me llegaron a rodear tres tenientes coroneles y dos mayores de la Seguridad del Estado, con una cámara, para que dijera que me arrepentía y renunciara a lo que pienso, pero no lo acepté. Me amenazaron con 20 o 30 años de prisión, cadena perpetua y hasta que me iban a fusilar en caso de que hubiera una intervención humanitaria en Cuba».Pasó días en celdas de aislamiento, durmiendo en el suelo, con calor extremo y sometido a constantes picaduras de mosquitos, pero no dejó de denunciar todo esto y de exigir los derechos de todos los presos políticos. Pese a las torturas, no se arrepintió de salir el 11J: «Cómo me voy a arrepentir del hecho más orgulloso de mi vida, de todos los cubanos, el día más feliz de la historia, el día en que el pueblo se levantó contra el opresor».Por voluntad propia, se mantuvo los últimos 14 meses en aislamiento en prisión para evitar problemas con los reclusos comunes. Lo peor de su encarcelamiento fueron las amenazas a sus seres queridos y la separación familiar. Sus dos hermanos menores fueron forzados al exilio para evitar el encierro en prisión tras exigir públicamente e incluso manifestarse por la libertad de Andy y de todos los presos políticos. Su padre, Nedel García Pacheco , fue apuñalado por un sujeto que llamó «delincuente» a su hijo. La madre, Tayri Lorenzo , también padeció intromisiones de la Seguridad del Estado en su trabajo como misionera en una Iglesia Bautista.Un sistema cruelLos días previos a la excarcelación, Andy estaba nervioso, llamaba constantemente a su casa para saber si sus padres estaban bien, solo quería escuchar sus voces y se ponía muy agitado cuando no le respondían. Hoy está en su casa, abrazando a sus otros abuelos –gravemente enfermos–, durmiendo con ellos para así aprovechar cada instante de sus vidas, de recuperar el tiempo perdido. Lo sucedido con Andy y su familia expone la crueldad con la que la dictadura trata a los ciudadanos que manifiestan criterios diferentes al impuesto . El 11J fueron detenidos entre 5.000 y 8.000 personas en todo el país, al menos 2.000 fueron encausados. El terror imperaba en las calles. El 65% (752) de los 1.158 presos políticos que hoy hay en Cuba fueron detenidos por manifestarse el 11J, según Prisoners Defenders (PD). De ellos, alrededor de 202 han sido condenadas a 10 años o más de privación de libertad, con sanciones desde los 10 hasta los 30 años. PD ha expuesto igualmente cómo las excarcelaciones desarrolladas a inicios del 2025 tras el acuerdo con la Administración Biden y mediación del Vaticano , fueron un fraude. Eso «se constata no sólo porque ninguno fue propiamente liberado, pues sufren un abyecto régimen carcelario-domiciliar, sino además porque el 91% de estos presos políticos, muchos ya hacía incluso más de un año, tenían derecho por Ley a un régimen abierto, libertad condicional o libertad inmediata. Uno de los ya revocados, el activista y líder humanitario José Daniel Ferrer , está siendo torturado sin piedad y se teme por su vida».A cuatro años del estallido social del 11J, la situación ha empeorado sustancialmente. Más de un millón de cubanos han logrado huir en lo que ha sido el peor éxodo en la historia del país. El descontento ante la miseria , la falta de medicinas y suministros básicos, se ha evidenciado en cientos de protestas públicas. Por su parte, el régimen ha decidido aumentar el terror con represión y encarcelamientos para sostenerse en el poder. La desesperación de la gente recorre las calles de todo el país. Hay miedo, pero también ansias de libertad y prosperidad. El espíritu del 11J vive. Cuando Andy García Lorenzo fue liberado este lunes de la prisión de Guamajal, provincia de Villa Clara, lo primero que hizo fue ir al cementerio a visitar la tumba de su abuela paterna. En su sepulcro lloró y, en su dolor, transmitió también la promesa de seguir sosteniéndose firme ante tanto sufrimiento provocado a su familia y a su país. Con 24 años de edad, García Lorenzo fue condenado a cuatro años de privación de libertad por salir a las calles de Santa Clara a manifestarse pacíficamente en contra de la dictadura el 11 de julio de 2021 (11J) . Ese día fue violentamente detenido pese a que no ofreció resistencia y permaneció incomunicado diez días. Cuando recibió su primer y único permiso de salida en mayo de 2022, narró: «Sobre todo al principio también me interrogaban mucho, de madrugada incluso, interrogatorios de hasta ocho horas, como si fuera un terrorista. Me llegaron a rodear tres tenientes coroneles y dos mayores de la Seguridad del Estado, con una cámara, para que dijera que me arrepentía y renunciara a lo que pienso, pero no lo acepté. Me amenazaron con 20 o 30 años de prisión, cadena perpetua y hasta que me iban a fusilar en caso de que hubiera una intervención humanitaria en Cuba».Pasó días en celdas de aislamiento, durmiendo en el suelo, con calor extremo y sometido a constantes picaduras de mosquitos, pero no dejó de denunciar todo esto y de exigir los derechos de todos los presos políticos. Pese a las torturas, no se arrepintió de salir el 11J: «Cómo me voy a arrepentir del hecho más orgulloso de mi vida, de todos los cubanos, el día más feliz de la historia, el día en que el pueblo se levantó contra el opresor».Por voluntad propia, se mantuvo los últimos 14 meses en aislamiento en prisión para evitar problemas con los reclusos comunes. Lo peor de su encarcelamiento fueron las amenazas a sus seres queridos y la separación familiar. Sus dos hermanos menores fueron forzados al exilio para evitar el encierro en prisión tras exigir públicamente e incluso manifestarse por la libertad de Andy y de todos los presos políticos. Su padre, Nedel García Pacheco , fue apuñalado por un sujeto que llamó «delincuente» a su hijo. La madre, Tayri Lorenzo , también padeció intromisiones de la Seguridad del Estado en su trabajo como misionera en una Iglesia Bautista.Un sistema cruelLos días previos a la excarcelación, Andy estaba nervioso, llamaba constantemente a su casa para saber si sus padres estaban bien, solo quería escuchar sus voces y se ponía muy agitado cuando no le respondían. Hoy está en su casa, abrazando a sus otros abuelos –gravemente enfermos–, durmiendo con ellos para así aprovechar cada instante de sus vidas, de recuperar el tiempo perdido. Lo sucedido con Andy y su familia expone la crueldad con la que la dictadura trata a los ciudadanos que manifiestan criterios diferentes al impuesto . El 11J fueron detenidos entre 5.000 y 8.000 personas en todo el país, al menos 2.000 fueron encausados. El terror imperaba en las calles. El 65% (752) de los 1.158 presos políticos que hoy hay en Cuba fueron detenidos por manifestarse el 11J, según Prisoners Defenders (PD). De ellos, alrededor de 202 han sido condenadas a 10 años o más de privación de libertad, con sanciones desde los 10 hasta los 30 años. PD ha expuesto igualmente cómo las excarcelaciones desarrolladas a inicios del 2025 tras el acuerdo con la Administración Biden y mediación del Vaticano , fueron un fraude. Eso «se constata no sólo porque ninguno fue propiamente liberado, pues sufren un abyecto régimen carcelario-domiciliar, sino además porque el 91% de estos presos políticos, muchos ya hacía incluso más de un año, tenían derecho por Ley a un régimen abierto, libertad condicional o libertad inmediata. Uno de los ya revocados, el activista y líder humanitario José Daniel Ferrer , está siendo torturado sin piedad y se teme por su vida».A cuatro años del estallido social del 11J, la situación ha empeorado sustancialmente. Más de un millón de cubanos han logrado huir en lo que ha sido el peor éxodo en la historia del país. El descontento ante la miseria , la falta de medicinas y suministros básicos, se ha evidenciado en cientos de protestas públicas. Por su parte, el régimen ha decidido aumentar el terror con represión y encarcelamientos para sostenerse en el poder. La desesperación de la gente recorre las calles de todo el país. Hay miedo, pero también ansias de libertad y prosperidad. El espíritu del 11J vive. RSS de noticias de internacional
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