David Pelegrina nació hace 49 años en Maracena , una ciudad contigua a Granada , y ahora vive en Otura , otro municipio del Área Metropolitana de la capital. Vive en pareja desde hace 14 años con Pilar y tiene una hija de 22 de una relación anterior, que estudia Magisterio. Hasta ahí, todo normal. Pero a eso hay que sumarle que padece tres enfermedades respiratorias: silicosis, efisema pulmonar y asma crónica. Lo suyo tiene siglas: Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC), que a su vez se engloba en otro acrónimo: IT2, enfermedades inflamatorias tipo 2. Quienes las sufren no tienen cura, por lo menos de momento. Pero sí que pueden seguir viviendo, superándose día a día y contando su experiencia. Es lo que hará David este martes 17 de junio en Madrid , porque es uno de los cinco españoles seleccionados por el proyecto Historias con Luz para participar en la tercera edición de su gala anual, que presentará el humorista jiennense Santi Rodrígue z. No hay premio. O el premio es estar ahí y ser ejemplo para otros. «Yo no me considero un ejemplo a seguir, pero si con lo que cuente, con mi experiencia vital, puedo ayudar, pues lo doy por bien empleado», resume el granadino, que llevaba una vida normal hasta que, en junio de 2022 , en un chequeo rutinario de la empresa de mármol para la que trabajaba, le detectaron la silicosis, el triste prólogo de todo lo que ha venido después.Sano en la pandemia, enfermo despuésCuriosamente, superó la pandemia de 2020 sin dificultad. «No tuve ni una gripe, mi salud era espléndida por entonces», recuerda. El mal le llegó de golpe y el causante, según todos los indicios, es el sílice, un mineral que se encuentra en las piedras. «Me rompió los bronquios», resume. Cuando supieron lo que le pasaba, le llamaron para que fuera de Motril , donde trabajaba, a Granada. Allí le vio «uno de los mejores neumólogos de España, Francisco Casas », y él confirmó los peores pronósticos. Le dieron la incapacidad laboral permanente y con ella una paga de 1.200 euros, que desde principios de este año complementa con un sueldo como vendedor de la ONCE. «Sigo trabajando no sólo porque me viene bien ganar más dinero, sino para mantenerme activo, que tengo 49 años y no me apetece quedarme todo el día en el sofá viendo Netflix», explica. Saber que estaba gravemente enfermo le generó una depresión de la que sigue tratándose tras años después. Eso le ha ayudado a seguir adelante; eso y marcarse metas. En el proyecto Historias con luz remarcan que su receta tiene tres ingredientes: «Ejercicio físico, mantener la mente activa y encontrar alegría en las pequeñas cosas».Su pasión por la bici le permite conocer parajes naturales donde además respira aire puro abcLo hace, pero admite que es duro el día a día. « No puedo oler una chimenea ni el humo de un cigarro; en sitios donde la contaminación es alta, tengo que estar con mascarilla; ahora que hace calor me cuesta horrores respirar, y los días en los que estoy muy bien soy capaz de subir diez escalones seguidos. Cuando tengo un brote, ni siquiera eso», resume. Vive en una ciudad contaminada, según coinciden varios estudios . Asegura que le gustaría mudarse a algún sitio apartado y con aire puro. «Me vale con el pueblo más pequeño de la Alpujarra », comenta, pero reconoce que eso es más un deseo que una posibilidad real. «Tendríamos que cambiar mucho de vida y tampoco creo que mi mujer estuviera muy bien allí». A David siempre le ha gustado el deporte . Jugó al fútbol y practicó también el atletismo, sobre todo de montaña. De hecho, participó tres veces en la subida al Veleta, una prueba muy exigente. Tras serle detectado la EPOC, correr le está vedado. «Engordé mucho, peso casi cien kilos y para mí el esfuerzo de tirar de todo ese peso para subir un escalón de veinte centímetros es un mundo, así que correr me destroza», cuenta.A por su segunda DesérticaSin embargo, se desenvuelve muy bien con la bici, donde el esfuerzo es diferente. Por eso, cuando se entrena, es capaz de hacer cien kilómetros , cosa que no está al alcance de cualquiera. Como tampoco participar en la tremenda competición llamada Desértica, cosa que hizo el año pasado en la categoría MTB. No terminó, pero este año va a volver a intentarlo. «Ya sé que voy a quedar de los últimos, ya me ha pasado otras veces, pero eso a mí me da igual, lo que quiero es seguir haciendo lo que hago porque noto que me ayuda cada día , que me da fuerzas. Eso es lo que voy a contar cuando hable en Madrid; voy a contar lo mío, mi historia, sin intención de dar consejos a nadie, pero con idea de ayudar». David Pelegrina es uno de los cinco españoles seleccionados para esa gala de Historias con Luz. Las otras se llaman María, que sufre asma grave; Raquel, madre de una niña con dermatitis atópica grave; Erika, trabajadora social con esofagitis eosinofílica; y Bárbara, que sufre rinosinusitis crónica con poliposis nasal. Todos compartirán su experiencia para, según los organizadores, «inspirar a millones de pacientes». David lo hará, eso es seguro. David Pelegrina nació hace 49 años en Maracena , una ciudad contigua a Granada , y ahora vive en Otura , otro municipio del Área Metropolitana de la capital. Vive en pareja desde hace 14 años con Pilar y tiene una hija de 22 de una relación anterior, que estudia Magisterio. Hasta ahí, todo normal. Pero a eso hay que sumarle que padece tres enfermedades respiratorias: silicosis, efisema pulmonar y asma crónica. Lo suyo tiene siglas: Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC), que a su vez se engloba en otro acrónimo: IT2, enfermedades inflamatorias tipo 2. Quienes las sufren no tienen cura, por lo menos de momento. Pero sí que pueden seguir viviendo, superándose día a día y contando su experiencia. Es lo que hará David este martes 17 de junio en Madrid , porque es uno de los cinco españoles seleccionados por el proyecto Historias con Luz para participar en la tercera edición de su gala anual, que presentará el humorista jiennense Santi Rodrígue z. No hay premio. O el premio es estar ahí y ser ejemplo para otros. «Yo no me considero un ejemplo a seguir, pero si con lo que cuente, con mi experiencia vital, puedo ayudar, pues lo doy por bien empleado», resume el granadino, que llevaba una vida normal hasta que, en junio de 2022 , en un chequeo rutinario de la empresa de mármol para la que trabajaba, le detectaron la silicosis, el triste prólogo de todo lo que ha venido después.Sano en la pandemia, enfermo despuésCuriosamente, superó la pandemia de 2020 sin dificultad. «No tuve ni una gripe, mi salud era espléndida por entonces», recuerda. El mal le llegó de golpe y el causante, según todos los indicios, es el sílice, un mineral que se encuentra en las piedras. «Me rompió los bronquios», resume. Cuando supieron lo que le pasaba, le llamaron para que fuera de Motril , donde trabajaba, a Granada. Allí le vio «uno de los mejores neumólogos de España, Francisco Casas », y él confirmó los peores pronósticos. Le dieron la incapacidad laboral permanente y con ella una paga de 1.200 euros, que desde principios de este año complementa con un sueldo como vendedor de la ONCE. «Sigo trabajando no sólo porque me viene bien ganar más dinero, sino para mantenerme activo, que tengo 49 años y no me apetece quedarme todo el día en el sofá viendo Netflix», explica. Saber que estaba gravemente enfermo le generó una depresión de la que sigue tratándose tras años después. Eso le ha ayudado a seguir adelante; eso y marcarse metas. En el proyecto Historias con luz remarcan que su receta tiene tres ingredientes: «Ejercicio físico, mantener la mente activa y encontrar alegría en las pequeñas cosas».Su pasión por la bici le permite conocer parajes naturales donde además respira aire puro abcLo hace, pero admite que es duro el día a día. « No puedo oler una chimenea ni el humo de un cigarro; en sitios donde la contaminación es alta, tengo que estar con mascarilla; ahora que hace calor me cuesta horrores respirar, y los días en los que estoy muy bien soy capaz de subir diez escalones seguidos. Cuando tengo un brote, ni siquiera eso», resume. Vive en una ciudad contaminada, según coinciden varios estudios . Asegura que le gustaría mudarse a algún sitio apartado y con aire puro. «Me vale con el pueblo más pequeño de la Alpujarra », comenta, pero reconoce que eso es más un deseo que una posibilidad real. «Tendríamos que cambiar mucho de vida y tampoco creo que mi mujer estuviera muy bien allí». A David siempre le ha gustado el deporte . Jugó al fútbol y practicó también el atletismo, sobre todo de montaña. De hecho, participó tres veces en la subida al Veleta, una prueba muy exigente. Tras serle detectado la EPOC, correr le está vedado. «Engordé mucho, peso casi cien kilos y para mí el esfuerzo de tirar de todo ese peso para subir un escalón de veinte centímetros es un mundo, así que correr me destroza», cuenta.A por su segunda DesérticaSin embargo, se desenvuelve muy bien con la bici, donde el esfuerzo es diferente. Por eso, cuando se entrena, es capaz de hacer cien kilómetros , cosa que no está al alcance de cualquiera. Como tampoco participar en la tremenda competición llamada Desértica, cosa que hizo el año pasado en la categoría MTB. No terminó, pero este año va a volver a intentarlo. «Ya sé que voy a quedar de los últimos, ya me ha pasado otras veces, pero eso a mí me da igual, lo que quiero es seguir haciendo lo que hago porque noto que me ayuda cada día , que me da fuerzas. Eso es lo que voy a contar cuando hable en Madrid; voy a contar lo mío, mi historia, sin intención de dar consejos a nadie, pero con idea de ayudar». David Pelegrina es uno de los cinco españoles seleccionados para esa gala de Historias con Luz. Las otras se llaman María, que sufre asma grave; Raquel, madre de una niña con dermatitis atópica grave; Erika, trabajadora social con esofagitis eosinofílica; y Bárbara, que sufre rinosinusitis crónica con poliposis nasal. Todos compartirán su experiencia para, según los organizadores, «inspirar a millones de pacientes». David lo hará, eso es seguro. David Pelegrina nació hace 49 años en Maracena , una ciudad contigua a Granada , y ahora vive en Otura , otro municipio del Área Metropolitana de la capital. Vive en pareja desde hace 14 años con Pilar y tiene una hija de 22 de una relación anterior, que estudia Magisterio. Hasta ahí, todo normal. Pero a eso hay que sumarle que padece tres enfermedades respiratorias: silicosis, efisema pulmonar y asma crónica. Lo suyo tiene siglas: Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC), que a su vez se engloba en otro acrónimo: IT2, enfermedades inflamatorias tipo 2. Quienes las sufren no tienen cura, por lo menos de momento. Pero sí que pueden seguir viviendo, superándose día a día y contando su experiencia. Es lo que hará David este martes 17 de junio en Madrid , porque es uno de los cinco españoles seleccionados por el proyecto Historias con Luz para participar en la tercera edición de su gala anual, que presentará el humorista jiennense Santi Rodrígue z. No hay premio. O el premio es estar ahí y ser ejemplo para otros. «Yo no me considero un ejemplo a seguir, pero si con lo que cuente, con mi experiencia vital, puedo ayudar, pues lo doy por bien empleado», resume el granadino, que llevaba una vida normal hasta que, en junio de 2022 , en un chequeo rutinario de la empresa de mármol para la que trabajaba, le detectaron la silicosis, el triste prólogo de todo lo que ha venido después.Sano en la pandemia, enfermo despuésCuriosamente, superó la pandemia de 2020 sin dificultad. «No tuve ni una gripe, mi salud era espléndida por entonces», recuerda. El mal le llegó de golpe y el causante, según todos los indicios, es el sílice, un mineral que se encuentra en las piedras. «Me rompió los bronquios», resume. Cuando supieron lo que le pasaba, le llamaron para que fuera de Motril , donde trabajaba, a Granada. Allí le vio «uno de los mejores neumólogos de España, Francisco Casas », y él confirmó los peores pronósticos. Le dieron la incapacidad laboral permanente y con ella una paga de 1.200 euros, que desde principios de este año complementa con un sueldo como vendedor de la ONCE. «Sigo trabajando no sólo porque me viene bien ganar más dinero, sino para mantenerme activo, que tengo 49 años y no me apetece quedarme todo el día en el sofá viendo Netflix», explica. Saber que estaba gravemente enfermo le generó una depresión de la que sigue tratándose tras años después. Eso le ha ayudado a seguir adelante; eso y marcarse metas. En el proyecto Historias con luz remarcan que su receta tiene tres ingredientes: «Ejercicio físico, mantener la mente activa y encontrar alegría en las pequeñas cosas».Su pasión por la bici le permite conocer parajes naturales donde además respira aire puro abcLo hace, pero admite que es duro el día a día. « No puedo oler una chimenea ni el humo de un cigarro; en sitios donde la contaminación es alta, tengo que estar con mascarilla; ahora que hace calor me cuesta horrores respirar, y los días en los que estoy muy bien soy capaz de subir diez escalones seguidos. Cuando tengo un brote, ni siquiera eso», resume. Vive en una ciudad contaminada, según coinciden varios estudios . Asegura que le gustaría mudarse a algún sitio apartado y con aire puro. «Me vale con el pueblo más pequeño de la Alpujarra », comenta, pero reconoce que eso es más un deseo que una posibilidad real. «Tendríamos que cambiar mucho de vida y tampoco creo que mi mujer estuviera muy bien allí». A David siempre le ha gustado el deporte . Jugó al fútbol y practicó también el atletismo, sobre todo de montaña. De hecho, participó tres veces en la subida al Veleta, una prueba muy exigente. Tras serle detectado la EPOC, correr le está vedado. «Engordé mucho, peso casi cien kilos y para mí el esfuerzo de tirar de todo ese peso para subir un escalón de veinte centímetros es un mundo, así que correr me destroza», cuenta.A por su segunda DesérticaSin embargo, se desenvuelve muy bien con la bici, donde el esfuerzo es diferente. Por eso, cuando se entrena, es capaz de hacer cien kilómetros , cosa que no está al alcance de cualquiera. Como tampoco participar en la tremenda competición llamada Desértica, cosa que hizo el año pasado en la categoría MTB. No terminó, pero este año va a volver a intentarlo. «Ya sé que voy a quedar de los últimos, ya me ha pasado otras veces, pero eso a mí me da igual, lo que quiero es seguir haciendo lo que hago porque noto que me ayuda cada día , que me da fuerzas. Eso es lo que voy a contar cuando hable en Madrid; voy a contar lo mío, mi historia, sin intención de dar consejos a nadie, pero con idea de ayudar». David Pelegrina es uno de los cinco españoles seleccionados para esa gala de Historias con Luz. Las otras se llaman María, que sufre asma grave; Raquel, madre de una niña con dermatitis atópica grave; Erika, trabajadora social con esofagitis eosinofílica; y Bárbara, que sufre rinosinusitis crónica con poliposis nasal. Todos compartirán su experiencia para, según los organizadores, «inspirar a millones de pacientes». David lo hará, eso es seguro. RSS de noticias de espana/andalucia
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