A partir de cierta edad, los despistes, la dificultad para encontrar una palabra determinada o los olvidos pasan de ser una anécdota a algo que quizá encienda una señal de alarma en la persona y en su entorno. “Uy, la chochera”, se dice con una risa nerviosa, con preocupación por si se trata del primer signo de un deterioro cognitivo que podría rematar en demencia, un camino que a menudo se cree que es inevitable. Pero ¿lo es? Esas personas muy mayores de las que se dice, con cierta sorpresa, que “de cabeza está muy bien” son una prueba de que no es siempre así.
Con el paso de los años hay funciones mentales que empeoran, pero otras mejoran. La pérdida de algunas capacidades no lleva de forma irremediable hacia la demencia
A partir de cierta edad, los despistes, la dificultad para encontrar una palabra determinada o los olvidos pasan de ser una anécdota a algo que quizá encienda una señal de alarma en la persona y en su entorno. “Uy, la chochera”, se dice con una risa nerviosa, con preocupación por si se trata del primer signo de un deterioro cognitivo que podría rematar en demencia, un camino que a menudo se cree que es inevitable. Pero ¿lo es? Esas personas muy mayores de las que se dice, con cierta sorpresa, que “de cabeza está muy bien” son una prueba de que no es siempre así.
Feed MRSS-S Noticias