Doña Juana, 78 años de edad, espera desde primeras horas de la mañana sentada al sol en un banco ubicado a escasos metros de la avenida de Sariñena (Huesca) por donde circulará en breve un descomunal pelotón ciclista. “Imagina la revolución. Somos 4.000 habitantes en este pueblo y un día al año llega una invasión de 8.000 ciclistas… y sus acompañantes. Me encanta, es como un día de fiesta”, confía y reconoce que nunca se pierde el evento. La Orbea Monegros celebró el sábado su edición 25: no existe en Europa prueba de bicicleta de montaña que aglutine a tanto participante, y en España solo es comparable a la Quebrantahuesos, cita pirenaica de carretera que alcanza hasta los 10.000 participantes. Corredores de las 17 comunidades autónomas y de siete países viven en el desierto de los Monegros una suerte de catarsis colectiva, mucho más festiva que competitiva.
La Orbea Monegros celebra su 25 aniversario congregando en su desierto a 8.000 participantes
Doña Juana, 78 años de edad, espera desde primeras horas de la mañana sentada al sol en un banco ubicado a escasos metros de la avenida de Sariñena (Huesca) por donde circulará en breve un descomunal pelotón ciclista. “Imagina la revolución. Somos 4.000 habitantes en este pueblo y un día al año llega una invasión de 8.000 ciclistas… y sus acompañantes. Me encanta, es como un día de fiesta”, confía y reconoce que nunca se pierde el evento. La Orbea Monegros celebró el sábado su edición 25: no existe en Europa prueba de bicicleta de montaña que aglutine a tanto participante, y en España solo es comparable a la Quebrantahuesos, cita pirenaica de carretera que alcanza hasta los 10.000 participantes. Corredores de las 17 comunidades autónomas y de siete países viven en el desierto de los Monegros una suerte de catarsis colectiva, mucho más festiva que competitiva.
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