Fue como una conjunción estelar en el Hemiciclo del Congreso; una suerte de química parlamentaria difícil de replicar, como si la octava fila tuviera su propia gravedad emocional. Allí nació el Tendido 8, justo en ese rincón del Salón de Plenos donde uno cree que nada pasa… y, sin embargo, pasa todo. Nos mirábamos como se miran los que aún no se reconocen: con respeto prudente, con curiosidad silenciosa. Cada quien con su historia, con sus matices ideológicos, con sus cicatrices políticas. Y aun así, algo nos trenzó: José Enrique Serrano, nuestro JES.
El director de gabinete de Felipe González y José Luis Rodríguez Zapatero fue el reflejo de lo que representa lo mejor del socialismo: el compromiso con el país por encima de los intereses y el respeto en el disenso
Fue como una conjunción estelar en el Hemiciclo del Congreso; una suerte de química parlamentaria difícil de replicar, como si la octava fila tuviera su propia gravedad emocional. Allí nació el Tendido 8, justo en ese rincón del Salón de Plenos donde uno cree que nada pasa… y, sin embargo, pasa todo. Nos mirábamos como se miran los que aún no se reconocen: con respeto prudente, con curiosidad silenciosa. Cada quien con su historia, con sus matices ideológicos, con sus cicatrices políticas. Y aun así, algo nos trenzó: José Enrique Serrano, nuestro JES.
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