<p class=»ue-c-article__paragraph»>»Cuando los divorciados empiezan a salir juntos de nuevo, la cosa va bien». Así de emocionada se puso la semana pasada la directora del <strong>FMI, Kristalina Georgieva, </strong>ante la profesión de afecto geopolítico entre Gran Bretaña y la UE. La frase de Georgieva fue saludada con un choca esos cinco entre la ministra de Asuntos Exteriores británica, <strong>Rachel Reeves,</strong> y su homólogo alemán,<strong> Jörg Kukies, </strong>ratificando así un noviazgo que puede tener consecuencias el 19 de este mes. Ese día, Londres y Bruselas podrían anunciar una «alianza estratégica», que incluiría una profesión de fe en el multilateralismo y en Ucrania, y dos acuerdos concretos: uno para crear un visado especial para jóvenes y otro para que las empresas británicas participen de la tarta de 150.000 millones de euros de la defensa de la UE. Claro que, parafraseando a<strong> Borges, </strong>a Londres y a Bruselas «no los une el amor, sino el espanto» ante los aranceles y la agresividad de EEUU y el imperialismo de Rusia.</p>
«Cuando los divorciados empiezan a salir juntos de nuevo, la cosa va bien». Así de emocionada se puso la semana pasada la directora del F
<p class=»ue-c-article__paragraph»>»Cuando los divorciados empiezan a salir juntos de nuevo, la cosa va bien». Así de emocionada se puso la semana pasada la directora del <strong>FMI, Kristalina Georgieva, </strong>ante la profesión de afecto geopolítico entre Gran Bretaña y la UE. La frase de Georgieva fue saludada con un choca esos cinco entre la ministra de Asuntos Exteriores británica, <strong>Rachel Reeves,</strong> y su homólogo alemán,<strong> Jörg Kukies, </strong>ratificando así un noviazgo que puede tener consecuencias el 19 de este mes. Ese día, Londres y Bruselas podrían anunciar una «alianza estratégica», que incluiría una profesión de fe en el multilateralismo y en Ucrania, y dos acuerdos concretos: uno para crear un visado especial para jóvenes y otro para que las empresas británicas participen de la tarta de 150.000 millones de euros de la defensa de la UE. Claro que, parafraseando a<strong> Borges, </strong>a Londres y a Bruselas «no los une el amor, sino el espanto» ante los aranceles y la agresividad de EEUU y el imperialismo de Rusia.</p>
Actualidad Económica