Barcelona comenzó hace más de una década a tomar medidas para gestionar el turismo masivo. La primera fue el veto a nuevos pisos turísticos, impuesto por el exalcalde Xavier Trias en 2014, tras un verano de desmadre que tocó techo con la imagen de turistas desnudos en un supermercado del barrio de la Barceloneta. Desde entonces, se ha cortado el grifo a nuevos hoteles en el centro, se han cerrado pisos turísticos ilegales, se han tomado medidas para reducir el impacto de los visitantes en puntos muy masificados como la Sagrada Família o el Park Guell, y hay compromisos a futuro, como el cierre de terminales de cruceros o de los 10.000 pisos turísticos que tienen licencia. Esta misma semana, el Ayuntamiento ha prohibido la organización de las rutas de alcohol.
La ciudad vetó nuevos hoteles, ha cerrado pisos turísticos ilegales y quiere prohibir los legales en 2028, además de cerrar terminales de cruceros
Barcelona comenzó hace más de una década a tomar medidas para gestionar el turismo masivo. La primera fue el veto a nuevos pisos turísticos, impuesto por el exalcalde Xavier Trias en 2014, tras un verano de desmadre que tocó techo con la imagen de turistas desnudos en un supermercado del barrio de la Barceloneta. Desde entonces, se ha cortado el grifo a nuevos hoteles en el centro, se han cerrado pisos turísticos ilegales, se han tomado medidas para reducir el impacto de los visitantes en puntos muy masificados como la Sagrada Família o el Park Guell, y hay compromisos a futuro, como el cierre de terminales de cruceros o de los 10.000 pisos turísticos que tienen licencia. Esta misma semana, el Ayuntamiento ha prohibido la organización de las rutas de alcohol.
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