Personaje inolvidable e irrepetible fue el ganadero que lidió ayer en Sevilla, el ganadero jerezano más sevillano. Él decía que le encantaba Sevilla y así lo demostraba cada vez que venía. Su fidelidad absoluta al encaste Murube cuando todo su entorno familiar criaba encaste Domecq fue prueba de su enorme personalidad. Don Fermín fue rejoneador, ganadero, garrochista, cazador y sobre todo disfrutón. Y su grandeza estaba en que lo mismo disfrutaba con el Rey que con un tractorista de Fuente Rey, su finca ganadera de la Ruta del Toro. La misma importancia le daba a uno que a otro. Por eso tanta gente repetía aquello de ¡las cosas de Fermín!No disfrutaría el hombre ayer desde arriba con la corrida de su hierro, salvo con el galope y emoción del tercer toro al que el valenciano Román le cortó una oreja con mucha verdad. Sólo ese se acercó a lo que sus herederos estarán buscando. Mientras tanto, todos seguiremos echando de menos a don Fermín en el palco de ganaderos con su sombrero de ala ancha y corbata. Gloria para su sangre en la Maestranza. Personaje inolvidable e irrepetible fue el ganadero que lidió ayer en Sevilla, el ganadero jerezano más sevillano. Él decía que le encantaba Sevilla y así lo demostraba cada vez que venía. Su fidelidad absoluta al encaste Murube cuando todo su entorno familiar criaba encaste Domecq fue prueba de su enorme personalidad. Don Fermín fue rejoneador, ganadero, garrochista, cazador y sobre todo disfrutón. Y su grandeza estaba en que lo mismo disfrutaba con el Rey que con un tractorista de Fuente Rey, su finca ganadera de la Ruta del Toro. La misma importancia le daba a uno que a otro. Por eso tanta gente repetía aquello de ¡las cosas de Fermín!No disfrutaría el hombre ayer desde arriba con la corrida de su hierro, salvo con el galope y emoción del tercer toro al que el valenciano Román le cortó una oreja con mucha verdad. Sólo ese se acercó a lo que sus herederos estarán buscando. Mientras tanto, todos seguiremos echando de menos a don Fermín en el palco de ganaderos con su sombrero de ala ancha y corbata. Gloria para su sangre en la Maestranza. Personaje inolvidable e irrepetible fue el ganadero que lidió ayer en Sevilla, el ganadero jerezano más sevillano. Él decía que le encantaba Sevilla y así lo demostraba cada vez que venía. Su fidelidad absoluta al encaste Murube cuando todo su entorno familiar criaba encaste Domecq fue prueba de su enorme personalidad. Don Fermín fue rejoneador, ganadero, garrochista, cazador y sobre todo disfrutón. Y su grandeza estaba en que lo mismo disfrutaba con el Rey que con un tractorista de Fuente Rey, su finca ganadera de la Ruta del Toro. La misma importancia le daba a uno que a otro. Por eso tanta gente repetía aquello de ¡las cosas de Fermín!No disfrutaría el hombre ayer desde arriba con la corrida de su hierro, salvo con el galope y emoción del tercer toro al que el valenciano Román le cortó una oreja con mucha verdad. Sólo ese se acercó a lo que sus herederos estarán buscando. Mientras tanto, todos seguiremos echando de menos a don Fermín en el palco de ganaderos con su sombrero de ala ancha y corbata. Gloria para su sangre en la Maestranza. RSS de noticias de cultura
Noticias Similares