El castillo de Arévalo, en Ávila , un enclave fundamental durante los siglos XIV y XV, emerge de entre las sombras del pasado asociado a los Trastámara y otras familias de rancio abolengo . Los miembros de la casa noble de los Osorio, originaria de Galicia, ocuparon cargos importantes en la provincia y controlaron señoríos, como el arevalense. Sus raíces se documentan en el noroeste de la Península Ibérica en el siglo XII, su estirpe se asocia con la nobleza gallega y asturiana, y a los antiguos linajes visigodos. Durante los siglos XIII y XIV extendieron su influencia por Castilla mediante alianzas matrimoniales, cargos en la corte y adquisición de señoríos. En Castilla fueron alcaides de fortalezas, adelantados y miembros del consejo real, y la villa de Arévalo era un punto estratégico en la ruta entre Valladolid y Toledo: es más que probable que, como otras familias nobles, ejerciesen de gobernadores temporales de la fortaleza, como centro político y militar que era.La leyenda de doña Inés de Osorio, noble renacentista de extraordinaria belleza, asegura que vivió en la fortaleza y que fue asesinada posiblemente por un esposo celoso, un amante despechado o como parte de una venganza política. Noticia Relacionada FANTASMAS Y CASTILLOS (X) reportaje Si Los Cartagena: el secreto de los judíos conversos de Burgos David Felipe Arranz Los vecinos de Olmillos no los reconocían como señores del lugar, lo que condujo a esta influente familia – los Ha-Levy- a la construcción de esta imponente fortalezaUna de las fuentes sugiere que fue encerrada en una de las torres del castillo, donde murió en condiciones terribles, se cree que emparedada viva, un castigo crudelísimo que habría dejado su alma atrapada literalmente entre los muros del castillo, incapaz de encontrar descanso. Por ejemplo, en las ‘Siete partidas’, de Alfonso X (del siglo XIII, pero de plena vigencia en el XV) se contemplaban castigos como el encierro para mujeres adúlteras, y esta tradición persistió en el Renacimiento en algunas jurisdicciones locales. En las crónicas del reinado de Juan II de Castilla (1406-1454) también se mencionan castigos severos a mujeres por motivos políticos o morales , especialmente en conflictos nobiliarios, y algunos historiadores sugieren que mujeres vinculadas a traiciones o escándalos podían ser encerradas en torres, monasterios o espacios similares. Tal es el caso documentado de Leonor de Sandoval, que fue obligada a una reclusión forzada.Así, el fantasma de la malhadada doña Inés deambularía aún por las estancias del castillo, especialmente por la Torre del homenaje, donde se asegura que fue confinada: visitantes y lugareños dan testimonio de una figura femenina vestida de blanco , de rostro pálido y melancólico, que aparece y desaparece, así como de ruidos inexplicables, pasos o susurros, y del sonido de telas arrastrándose. A esto se le suman sensaciones de frío intenso en ciertas áreas del recinto y una atmósfera de opresión en ciertas estancias.¿ Quién fue en realidad esta mujer fantasma que sobresalta a turistas y vecinos? Podría tratarse de una hija o esposa de un señor de la casa Osorio, como Álvaro de Osorio. Durante el reinado de Juan II, Arévalo también fue residencia de Isabel de Portugal, madre de Isabel la Católica, y alguna de sus damas o de la nobleza local pudo haber inspirado esta historia. Y Juana de Pimentel, conocida como ‘la Triste Condesa’, esposa de Álvaro de Luna, vivió en el castillo tras la ejecución de su esposo en 1453. La influencia de los Osorio continuó expandiéndose por Galicia y León, donde consolidaron sus títulos y heredades. En Castilla, por contra, su presencia se fue diluyendo frente a otras familias más cercanas a la corona, como los Velasco o los Mendoza. Y aunque desaparecieron de Arévalo, su nombre perdura a través de doña Inés. Porque en Castilla , de los Osorio solo queda una compungida noble fantasmal. El castillo de Arévalo, en Ávila , un enclave fundamental durante los siglos XIV y XV, emerge de entre las sombras del pasado asociado a los Trastámara y otras familias de rancio abolengo . Los miembros de la casa noble de los Osorio, originaria de Galicia, ocuparon cargos importantes en la provincia y controlaron señoríos, como el arevalense. Sus raíces se documentan en el noroeste de la Península Ibérica en el siglo XII, su estirpe se asocia con la nobleza gallega y asturiana, y a los antiguos linajes visigodos. Durante los siglos XIII y XIV extendieron su influencia por Castilla mediante alianzas matrimoniales, cargos en la corte y adquisición de señoríos. En Castilla fueron alcaides de fortalezas, adelantados y miembros del consejo real, y la villa de Arévalo era un punto estratégico en la ruta entre Valladolid y Toledo: es más que probable que, como otras familias nobles, ejerciesen de gobernadores temporales de la fortaleza, como centro político y militar que era.La leyenda de doña Inés de Osorio, noble renacentista de extraordinaria belleza, asegura que vivió en la fortaleza y que fue asesinada posiblemente por un esposo celoso, un amante despechado o como parte de una venganza política. Noticia Relacionada FANTASMAS Y CASTILLOS (X) reportaje Si Los Cartagena: el secreto de los judíos conversos de Burgos David Felipe Arranz Los vecinos de Olmillos no los reconocían como señores del lugar, lo que condujo a esta influente familia – los Ha-Levy- a la construcción de esta imponente fortalezaUna de las fuentes sugiere que fue encerrada en una de las torres del castillo, donde murió en condiciones terribles, se cree que emparedada viva, un castigo crudelísimo que habría dejado su alma atrapada literalmente entre los muros del castillo, incapaz de encontrar descanso. Por ejemplo, en las ‘Siete partidas’, de Alfonso X (del siglo XIII, pero de plena vigencia en el XV) se contemplaban castigos como el encierro para mujeres adúlteras, y esta tradición persistió en el Renacimiento en algunas jurisdicciones locales. En las crónicas del reinado de Juan II de Castilla (1406-1454) también se mencionan castigos severos a mujeres por motivos políticos o morales , especialmente en conflictos nobiliarios, y algunos historiadores sugieren que mujeres vinculadas a traiciones o escándalos podían ser encerradas en torres, monasterios o espacios similares. Tal es el caso documentado de Leonor de Sandoval, que fue obligada a una reclusión forzada.Así, el fantasma de la malhadada doña Inés deambularía aún por las estancias del castillo, especialmente por la Torre del homenaje, donde se asegura que fue confinada: visitantes y lugareños dan testimonio de una figura femenina vestida de blanco , de rostro pálido y melancólico, que aparece y desaparece, así como de ruidos inexplicables, pasos o susurros, y del sonido de telas arrastrándose. A esto se le suman sensaciones de frío intenso en ciertas áreas del recinto y una atmósfera de opresión en ciertas estancias.¿ Quién fue en realidad esta mujer fantasma que sobresalta a turistas y vecinos? Podría tratarse de una hija o esposa de un señor de la casa Osorio, como Álvaro de Osorio. Durante el reinado de Juan II, Arévalo también fue residencia de Isabel de Portugal, madre de Isabel la Católica, y alguna de sus damas o de la nobleza local pudo haber inspirado esta historia. Y Juana de Pimentel, conocida como ‘la Triste Condesa’, esposa de Álvaro de Luna, vivió en el castillo tras la ejecución de su esposo en 1453. La influencia de los Osorio continuó expandiéndose por Galicia y León, donde consolidaron sus títulos y heredades. En Castilla, por contra, su presencia se fue diluyendo frente a otras familias más cercanas a la corona, como los Velasco o los Mendoza. Y aunque desaparecieron de Arévalo, su nombre perdura a través de doña Inés. Porque en Castilla , de los Osorio solo queda una compungida noble fantasmal. El castillo de Arévalo, en Ávila , un enclave fundamental durante los siglos XIV y XV, emerge de entre las sombras del pasado asociado a los Trastámara y otras familias de rancio abolengo . Los miembros de la casa noble de los Osorio, originaria de Galicia, ocuparon cargos importantes en la provincia y controlaron señoríos, como el arevalense. Sus raíces se documentan en el noroeste de la Península Ibérica en el siglo XII, su estirpe se asocia con la nobleza gallega y asturiana, y a los antiguos linajes visigodos. Durante los siglos XIII y XIV extendieron su influencia por Castilla mediante alianzas matrimoniales, cargos en la corte y adquisición de señoríos. En Castilla fueron alcaides de fortalezas, adelantados y miembros del consejo real, y la villa de Arévalo era un punto estratégico en la ruta entre Valladolid y Toledo: es más que probable que, como otras familias nobles, ejerciesen de gobernadores temporales de la fortaleza, como centro político y militar que era.La leyenda de doña Inés de Osorio, noble renacentista de extraordinaria belleza, asegura que vivió en la fortaleza y que fue asesinada posiblemente por un esposo celoso, un amante despechado o como parte de una venganza política. Noticia Relacionada FANTASMAS Y CASTILLOS (X) reportaje Si Los Cartagena: el secreto de los judíos conversos de Burgos David Felipe Arranz Los vecinos de Olmillos no los reconocían como señores del lugar, lo que condujo a esta influente familia – los Ha-Levy- a la construcción de esta imponente fortalezaUna de las fuentes sugiere que fue encerrada en una de las torres del castillo, donde murió en condiciones terribles, se cree que emparedada viva, un castigo crudelísimo que habría dejado su alma atrapada literalmente entre los muros del castillo, incapaz de encontrar descanso. Por ejemplo, en las ‘Siete partidas’, de Alfonso X (del siglo XIII, pero de plena vigencia en el XV) se contemplaban castigos como el encierro para mujeres adúlteras, y esta tradición persistió en el Renacimiento en algunas jurisdicciones locales. En las crónicas del reinado de Juan II de Castilla (1406-1454) también se mencionan castigos severos a mujeres por motivos políticos o morales , especialmente en conflictos nobiliarios, y algunos historiadores sugieren que mujeres vinculadas a traiciones o escándalos podían ser encerradas en torres, monasterios o espacios similares. Tal es el caso documentado de Leonor de Sandoval, que fue obligada a una reclusión forzada.Así, el fantasma de la malhadada doña Inés deambularía aún por las estancias del castillo, especialmente por la Torre del homenaje, donde se asegura que fue confinada: visitantes y lugareños dan testimonio de una figura femenina vestida de blanco , de rostro pálido y melancólico, que aparece y desaparece, así como de ruidos inexplicables, pasos o susurros, y del sonido de telas arrastrándose. A esto se le suman sensaciones de frío intenso en ciertas áreas del recinto y una atmósfera de opresión en ciertas estancias.¿ Quién fue en realidad esta mujer fantasma que sobresalta a turistas y vecinos? Podría tratarse de una hija o esposa de un señor de la casa Osorio, como Álvaro de Osorio. Durante el reinado de Juan II, Arévalo también fue residencia de Isabel de Portugal, madre de Isabel la Católica, y alguna de sus damas o de la nobleza local pudo haber inspirado esta historia. Y Juana de Pimentel, conocida como ‘la Triste Condesa’, esposa de Álvaro de Luna, vivió en el castillo tras la ejecución de su esposo en 1453. La influencia de los Osorio continuó expandiéndose por Galicia y León, donde consolidaron sus títulos y heredades. En Castilla, por contra, su presencia se fue diluyendo frente a otras familias más cercanas a la corona, como los Velasco o los Mendoza. Y aunque desaparecieron de Arévalo, su nombre perdura a través de doña Inés. Porque en Castilla , de los Osorio solo queda una compungida noble fantasmal. RSS de noticias de espana
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