<p class=»ue-c-article__paragraph»>Esta es una historia que debe empezar por su final y que, sin embargo, antes siquiera de esperarlo volverá a su inicio. Por la puerta aparece un chaval morocho con pantalón corto, con una guayabera beige, con la cara y los brazos moteados de tatuajes y con uno en el centro de la tráquea en el que se lee <i>Los mismísimos</i>. Y en esa leyenda de tinta, ubicada en la vía capital de la respiración, está el principio y fin de <strong>Duki</strong> (Buenos Aires, 1996), estrella indiscutible del universo urbano latino que ahora se encuentra en pleno proceso de indagación en sus raíces.</p>
El argentino vuelve a sus orígenes de trapero con una mixtape que tiene preparada y que puede salir en cualquier momento pese a no tener fecha fijada
<p class=»ue-c-article__paragraph»>Esta es una historia que debe empezar por su final y que, sin embargo, antes siquiera de esperarlo volverá a su inicio. Por la puerta aparece un chaval morocho con pantalón corto, con una guayabera beige, con la cara y los brazos moteados de tatuajes y con uno en el centro de la tráquea en el que se lee <i>Los mismísimos</i>. Y en esa leyenda de tinta, ubicada en la vía capital de la respiración, está el principio y fin de <strong>Duki</strong> (Buenos Aires, 1996), estrella indiscutible del universo urbano latino que ahora se encuentra en pleno proceso de indagación en sus raíces.</p>
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