El 20 de julio, Boca Juniors ganó a Instituto Atlético Central de Córdoba el séptimo y definitivo partido del play-off final de la Liga Nacional de baloncesto de Argentina y se proclamó campeón del torneo. Tras estallar de júbilo, el pabellón Luis Conde de Buenos Aire s, conocido como la Bombonerita, fue testigo de la inesperada y sorprendente celebración de uno de los suyos, el alero Sebastián Vega (37 años). Vega, feliz, se encaramó a uno de los aros, cortó la red y, sentado en él, exhibió una bandera arcoíris, popular símbolo de la comunidad LGBTI . El jugador argentino, que hizo pública su condición de homosexual en marzo de 2020, es un abanderado de la lucha contra la discriminación en el deporte por razón de sexo y cada vez que tiene ocasión envía algún mensaje de concienciación al respecto.«Mi festejo es un mensaje de superación . Cada uno puede ser como uno desea y lograr los objetivos. Estoy muy agradecido porque mis compañeros siempre me dejaron ser y eso me hizo sentir muy cómodo en la cancha», manifestó entonces.Este miércoles, dos semanas y media después de la celebración del título, el medio británico ‘BBC News’ publica una entrevista con Vega en la cual el deportista sudamericano da detalles de lo que ha vivido en la cancha y fuera de ella durante su etapa como jugador profesional de baloncesto.Noticias relacionadas estandar Si Una atleta trans sacude EE.UU.: avioneta de protesta, amenaza de Trump y dos medallas de oro Ignacio Romo estandar No Lydia Valentín dice lo que piensa sobre la presencia de transexuales en las competiciones deportivas Isaac AsenjoEstos son los testimonios más impactante contados en primera persona:«Cuando tenía 20 o 21 años empecé a sentir atracción por un hombre y no lo podía expresar . Tampoco entendía qué me estaba pasando exactamente, cómo me podía atraer una persona del mismo sexo. Tenía muchos prejuicios… Con la segunda persona con la que me vinculé fuimos pareja durante casi siete años. Y yo mentía constantemente. Decía ‘me voy de vacaciones con amigos’ cuando en realidad me iba con él. Una mentira tras otra . Fue una época bastante oscura en mi vida que me llevó a lesionarme porque mi cabeza estaba gastando energías en otras cosas. No quería exponerme con mi novio, él no iba a verme. O, si iba, terminaba el partido, se volvía al departamento (casa) y ni nos cruzábamos».« Creía que no me iba a poder dedicar profesionalmente al baloncesto por mi sexualidad. De hecho, estudié una carrera universitaria, relaciones laborales, para retirarme joven y hacer mi vida amorosa tranquilamente, fuera del ámbito deportivo, de tanta presión».«Sufrí discriminación en el baloncesto. Es algo constante que cansa y duele. Uno está medio curtido, pero hay una familia detrás, amigos, que sufren… Muchas veces se dice que los insultos homofóbicos son parte del folclore del deporte , que lo dicen para que juegue mal, para sacarme del partido, pero a veces puedo reaccionar de buena manera y otras de una forma que no me enorgullece. Por redes sociales también, el odio es jodido. Ante tanta ignorancia o tanta discriminación, lo más importante es educar».«Los insultos siempre me han llegado desde afuera de la cancha. Con los jugadores no me ha sucedido y era uno de mis grandes miedos, de parte de los contrarios o incluso mis compañeros. No se han metido ahí, y eso me pone muy contento».«Me duchaba rápido y me iba»«Eso sí, antes (de desvelar su condición de homosexual) en el vestuario se decían cosas bastante duras … Yo no podía hablar, no podía explicar, no podía defender o dar mi punto de vista. Si lo hacía iban a decir ‘eres gay’, me delataba, entonces trataba de no manifestarme para que no se sepa nada. Un día estábamos en el autobús y se armó un debate de cómo saber si alguien es puto (se usa mucho esa palabra refiriéndose a los gays). Recuerdo muy clarito que uno dijo: ‘A mí, si me toca un compañero puto en el vestuario, no me ducho’. Fue fuerte para mí. Me metía a ducharme rápido primero y me iba rápido. O esperaba que todos se bañen, hacía tiempo con el teléfono, para ir último. En ese momento me dolió bastante…. Un montón de situaciones de este tipo me llevaron a aislarme muchísimo. Fue un momento muy oscuro, estaba muy solo. Ponía un muro y no permitía que nadie entre porque no quería dar explicaciones . Fue mucho de vivir el proceso solo y fue bastante duro».«Recuerdo estar en mi casa con la computadora, buscando ‘deportista profesional gay’, ‘basquetbolista gay’, porque necesitaba un ejemplo a seguir, y no lo encontraba en ningún lado . El deporte va mucho más atrasado en diversidad sexual . Hay mucha presión. En el deporte masculino te gritan ‘¡dale, corre, no seas puto, no seas maricón!’ Como si el ser puto estuviera vinculado a ser débil. Muchas veces han preguntado: ¿y cuál es Vega? ¿El 17 es el que es gay? Pero no se nota en la cancha. Juega fuerte, choca, va al piso. Me pregunto qué tiene que ver una cosa con la otra. Mucha gente ha dejado el deporte por su sexualidad, por no poder con tanta presión. Es momento de que eso empiece a cambiar ».Sobre la celebración con la bandera arcoíris: «El año pasado lo había pensado, pero entre una final y otra me olvide. Y este año me pregunté: ¿Y si lo hago? ¿Y si me animo? Se lo conté a una amiga y me dijo que justo me quería regalar la bandera del orgullo. La compró y la llevó a la cancha. La tenía en la cartera, y cuando salimos campeones, los familiares al principio quedan afuera y después ingresan a la cancha. Un compañero había cortado la red de un aro y faltaba el otro. Mi amiga estaba afuera de la cancha y me hacía señas como diciendo ‘tengo la bandera’. Y por momentos ese miedo volvió, ese miedo invadió … Tomé coraje, fueron cinco segundos entre que pensé todo eso, subí al aro con ayuda de mis compañeros, y ahí mandé a uno de los chicos a buscar la bandera. ‘Tiene que ser hoy’, pensé. La gente explotó, me empezó a aplaudir, y fue algo maravilloso». El 20 de julio, Boca Juniors ganó a Instituto Atlético Central de Córdoba el séptimo y definitivo partido del play-off final de la Liga Nacional de baloncesto de Argentina y se proclamó campeón del torneo. Tras estallar de júbilo, el pabellón Luis Conde de Buenos Aire s, conocido como la Bombonerita, fue testigo de la inesperada y sorprendente celebración de uno de los suyos, el alero Sebastián Vega (37 años). Vega, feliz, se encaramó a uno de los aros, cortó la red y, sentado en él, exhibió una bandera arcoíris, popular símbolo de la comunidad LGBTI . El jugador argentino, que hizo pública su condición de homosexual en marzo de 2020, es un abanderado de la lucha contra la discriminación en el deporte por razón de sexo y cada vez que tiene ocasión envía algún mensaje de concienciación al respecto.«Mi festejo es un mensaje de superación . Cada uno puede ser como uno desea y lograr los objetivos. Estoy muy agradecido porque mis compañeros siempre me dejaron ser y eso me hizo sentir muy cómodo en la cancha», manifestó entonces.Este miércoles, dos semanas y media después de la celebración del título, el medio británico ‘BBC News’ publica una entrevista con Vega en la cual el deportista sudamericano da detalles de lo que ha vivido en la cancha y fuera de ella durante su etapa como jugador profesional de baloncesto.Noticias relacionadas estandar Si Una atleta trans sacude EE.UU.: avioneta de protesta, amenaza de Trump y dos medallas de oro Ignacio Romo estandar No Lydia Valentín dice lo que piensa sobre la presencia de transexuales en las competiciones deportivas Isaac AsenjoEstos son los testimonios más impactante contados en primera persona:«Cuando tenía 20 o 21 años empecé a sentir atracción por un hombre y no lo podía expresar . Tampoco entendía qué me estaba pasando exactamente, cómo me podía atraer una persona del mismo sexo. Tenía muchos prejuicios… Con la segunda persona con la que me vinculé fuimos pareja durante casi siete años. Y yo mentía constantemente. Decía ‘me voy de vacaciones con amigos’ cuando en realidad me iba con él. Una mentira tras otra . Fue una época bastante oscura en mi vida que me llevó a lesionarme porque mi cabeza estaba gastando energías en otras cosas. No quería exponerme con mi novio, él no iba a verme. O, si iba, terminaba el partido, se volvía al departamento (casa) y ni nos cruzábamos».« Creía que no me iba a poder dedicar profesionalmente al baloncesto por mi sexualidad. De hecho, estudié una carrera universitaria, relaciones laborales, para retirarme joven y hacer mi vida amorosa tranquilamente, fuera del ámbito deportivo, de tanta presión».«Sufrí discriminación en el baloncesto. Es algo constante que cansa y duele. Uno está medio curtido, pero hay una familia detrás, amigos, que sufren… Muchas veces se dice que los insultos homofóbicos son parte del folclore del deporte , que lo dicen para que juegue mal, para sacarme del partido, pero a veces puedo reaccionar de buena manera y otras de una forma que no me enorgullece. Por redes sociales también, el odio es jodido. Ante tanta ignorancia o tanta discriminación, lo más importante es educar».«Los insultos siempre me han llegado desde afuera de la cancha. Con los jugadores no me ha sucedido y era uno de mis grandes miedos, de parte de los contrarios o incluso mis compañeros. No se han metido ahí, y eso me pone muy contento».«Me duchaba rápido y me iba»«Eso sí, antes (de desvelar su condición de homosexual) en el vestuario se decían cosas bastante duras … Yo no podía hablar, no podía explicar, no podía defender o dar mi punto de vista. Si lo hacía iban a decir ‘eres gay’, me delataba, entonces trataba de no manifestarme para que no se sepa nada. Un día estábamos en el autobús y se armó un debate de cómo saber si alguien es puto (se usa mucho esa palabra refiriéndose a los gays). Recuerdo muy clarito que uno dijo: ‘A mí, si me toca un compañero puto en el vestuario, no me ducho’. Fue fuerte para mí. Me metía a ducharme rápido primero y me iba rápido. O esperaba que todos se bañen, hacía tiempo con el teléfono, para ir último. En ese momento me dolió bastante…. Un montón de situaciones de este tipo me llevaron a aislarme muchísimo. Fue un momento muy oscuro, estaba muy solo. Ponía un muro y no permitía que nadie entre porque no quería dar explicaciones . Fue mucho de vivir el proceso solo y fue bastante duro».«Recuerdo estar en mi casa con la computadora, buscando ‘deportista profesional gay’, ‘basquetbolista gay’, porque necesitaba un ejemplo a seguir, y no lo encontraba en ningún lado . El deporte va mucho más atrasado en diversidad sexual . Hay mucha presión. En el deporte masculino te gritan ‘¡dale, corre, no seas puto, no seas maricón!’ Como si el ser puto estuviera vinculado a ser débil. Muchas veces han preguntado: ¿y cuál es Vega? ¿El 17 es el que es gay? Pero no se nota en la cancha. Juega fuerte, choca, va al piso. Me pregunto qué tiene que ver una cosa con la otra. Mucha gente ha dejado el deporte por su sexualidad, por no poder con tanta presión. Es momento de que eso empiece a cambiar ».Sobre la celebración con la bandera arcoíris: «El año pasado lo había pensado, pero entre una final y otra me olvide. Y este año me pregunté: ¿Y si lo hago? ¿Y si me animo? Se lo conté a una amiga y me dijo que justo me quería regalar la bandera del orgullo. La compró y la llevó a la cancha. La tenía en la cartera, y cuando salimos campeones, los familiares al principio quedan afuera y después ingresan a la cancha. Un compañero había cortado la red de un aro y faltaba el otro. Mi amiga estaba afuera de la cancha y me hacía señas como diciendo ‘tengo la bandera’. Y por momentos ese miedo volvió, ese miedo invadió … Tomé coraje, fueron cinco segundos entre que pensé todo eso, subí al aro con ayuda de mis compañeros, y ahí mandé a uno de los chicos a buscar la bandera. ‘Tiene que ser hoy’, pensé. La gente explotó, me empezó a aplaudir, y fue algo maravilloso». El 20 de julio, Boca Juniors ganó a Instituto Atlético Central de Córdoba el séptimo y definitivo partido del play-off final de la Liga Nacional de baloncesto de Argentina y se proclamó campeón del torneo. Tras estallar de júbilo, el pabellón Luis Conde de Buenos Aire s, conocido como la Bombonerita, fue testigo de la inesperada y sorprendente celebración de uno de los suyos, el alero Sebastián Vega (37 años). Vega, feliz, se encaramó a uno de los aros, cortó la red y, sentado en él, exhibió una bandera arcoíris, popular símbolo de la comunidad LGBTI . El jugador argentino, que hizo pública su condición de homosexual en marzo de 2020, es un abanderado de la lucha contra la discriminación en el deporte por razón de sexo y cada vez que tiene ocasión envía algún mensaje de concienciación al respecto.«Mi festejo es un mensaje de superación . Cada uno puede ser como uno desea y lograr los objetivos. Estoy muy agradecido porque mis compañeros siempre me dejaron ser y eso me hizo sentir muy cómodo en la cancha», manifestó entonces.Este miércoles, dos semanas y media después de la celebración del título, el medio británico ‘BBC News’ publica una entrevista con Vega en la cual el deportista sudamericano da detalles de lo que ha vivido en la cancha y fuera de ella durante su etapa como jugador profesional de baloncesto.Noticias relacionadas estandar Si Una atleta trans sacude EE.UU.: avioneta de protesta, amenaza de Trump y dos medallas de oro Ignacio Romo estandar No Lydia Valentín dice lo que piensa sobre la presencia de transexuales en las competiciones deportivas Isaac AsenjoEstos son los testimonios más impactante contados en primera persona:«Cuando tenía 20 o 21 años empecé a sentir atracción por un hombre y no lo podía expresar . Tampoco entendía qué me estaba pasando exactamente, cómo me podía atraer una persona del mismo sexo. Tenía muchos prejuicios… Con la segunda persona con la que me vinculé fuimos pareja durante casi siete años. Y yo mentía constantemente. Decía ‘me voy de vacaciones con amigos’ cuando en realidad me iba con él. Una mentira tras otra . Fue una época bastante oscura en mi vida que me llevó a lesionarme porque mi cabeza estaba gastando energías en otras cosas. No quería exponerme con mi novio, él no iba a verme. O, si iba, terminaba el partido, se volvía al departamento (casa) y ni nos cruzábamos».« Creía que no me iba a poder dedicar profesionalmente al baloncesto por mi sexualidad. De hecho, estudié una carrera universitaria, relaciones laborales, para retirarme joven y hacer mi vida amorosa tranquilamente, fuera del ámbito deportivo, de tanta presión».«Sufrí discriminación en el baloncesto. Es algo constante que cansa y duele. Uno está medio curtido, pero hay una familia detrás, amigos, que sufren… Muchas veces se dice que los insultos homofóbicos son parte del folclore del deporte , que lo dicen para que juegue mal, para sacarme del partido, pero a veces puedo reaccionar de buena manera y otras de una forma que no me enorgullece. Por redes sociales también, el odio es jodido. Ante tanta ignorancia o tanta discriminación, lo más importante es educar».«Los insultos siempre me han llegado desde afuera de la cancha. Con los jugadores no me ha sucedido y era uno de mis grandes miedos, de parte de los contrarios o incluso mis compañeros. No se han metido ahí, y eso me pone muy contento».«Me duchaba rápido y me iba»«Eso sí, antes (de desvelar su condición de homosexual) en el vestuario se decían cosas bastante duras … Yo no podía hablar, no podía explicar, no podía defender o dar mi punto de vista. Si lo hacía iban a decir ‘eres gay’, me delataba, entonces trataba de no manifestarme para que no se sepa nada. Un día estábamos en el autobús y se armó un debate de cómo saber si alguien es puto (se usa mucho esa palabra refiriéndose a los gays). Recuerdo muy clarito que uno dijo: ‘A mí, si me toca un compañero puto en el vestuario, no me ducho’. Fue fuerte para mí. Me metía a ducharme rápido primero y me iba rápido. O esperaba que todos se bañen, hacía tiempo con el teléfono, para ir último. En ese momento me dolió bastante…. Un montón de situaciones de este tipo me llevaron a aislarme muchísimo. Fue un momento muy oscuro, estaba muy solo. Ponía un muro y no permitía que nadie entre porque no quería dar explicaciones . Fue mucho de vivir el proceso solo y fue bastante duro».«Recuerdo estar en mi casa con la computadora, buscando ‘deportista profesional gay’, ‘basquetbolista gay’, porque necesitaba un ejemplo a seguir, y no lo encontraba en ningún lado . El deporte va mucho más atrasado en diversidad sexual . Hay mucha presión. En el deporte masculino te gritan ‘¡dale, corre, no seas puto, no seas maricón!’ Como si el ser puto estuviera vinculado a ser débil. Muchas veces han preguntado: ¿y cuál es Vega? ¿El 17 es el que es gay? Pero no se nota en la cancha. Juega fuerte, choca, va al piso. Me pregunto qué tiene que ver una cosa con la otra. Mucha gente ha dejado el deporte por su sexualidad, por no poder con tanta presión. Es momento de que eso empiece a cambiar ».Sobre la celebración con la bandera arcoíris: «El año pasado lo había pensado, pero entre una final y otra me olvide. Y este año me pregunté: ¿Y si lo hago? ¿Y si me animo? Se lo conté a una amiga y me dijo que justo me quería regalar la bandera del orgullo. La compró y la llevó a la cancha. La tenía en la cartera, y cuando salimos campeones, los familiares al principio quedan afuera y después ingresan a la cancha. Un compañero había cortado la red de un aro y faltaba el otro. Mi amiga estaba afuera de la cancha y me hacía señas como diciendo ‘tengo la bandera’. Y por momentos ese miedo volvió, ese miedo invadió … Tomé coraje, fueron cinco segundos entre que pensé todo eso, subí al aro con ayuda de mis compañeros, y ahí mandé a uno de los chicos a buscar la bandera. ‘Tiene que ser hoy’, pensé. La gente explotó, me empezó a aplaudir, y fue algo maravilloso». RSS de noticias de deportes
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