<p>El desconcierto es, según se mire, una virtud o un inconveniente. En general, tiende a considerarse más lo segundo y, sin embargo, no hay relato interesante que no se alimente y progrese gracias a la perplejidad que concita a su paso. La confusión que provoca una trama insólita es recibida con placer si no escapa de los límites de lo verosímil, de lo comprensible o, apurando, lo esperable. Alguien dijo alguna vez que el mejor final de una historia es aquel que resulta completamente impredecible, pero a la vez necesario. Y eso vale para el desarrollo de cualquier historia en general y de un thriller muy en particular. <i><strong>Echo Valley </strong></i><strong>es un thriller psicológico con vocación de, efectivamente, cuento sorprendente. </strong>La idea es colocar al espectador al borde mismo de la silla (o el sofá, puesto que se trata de un original de Apple+) desde el primer al último segundo y siempre por motivos nunca previstos.<strong> Y aquí, su limitada virtud y su muy desproporcionado desconcierto.</strong></p>
El director Michael Pearce compone un thriller psicológico tan increíble y forzado en cada uno de sus pasos como, admitámoslo, sorprendentemente entretenido
<p>El desconcierto es, según se mire, una virtud o un inconveniente. En general, tiende a considerarse más lo segundo y, sin embargo, no hay relato interesante que no se alimente y progrese gracias a la perplejidad que concita a su paso. La confusión que provoca una trama insólita es recibida con placer si no escapa de los límites de lo verosímil, de lo comprensible o, apurando, lo esperable. Alguien dijo alguna vez que el mejor final de una historia es aquel que resulta completamente impredecible, pero a la vez necesario. Y eso vale para el desarrollo de cualquier historia en general y de un thriller muy en particular. <i><strong>Echo Valley </strong></i><strong>es un thriller psicológico con vocación de, efectivamente, cuento sorprendente. </strong>La idea es colocar al espectador al borde mismo de la silla (o el sofá, puesto que se trata de un original de Apple+) desde el primer al último segundo y siempre por motivos nunca previstos.<strong> Y aquí, su limitada virtud y su muy desproporcionado desconcierto.</strong></p>
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