En un escenario inédito de tensiones, con una guerra abierta entre Irán e Israel, Estados Unidos ha iniciado un despliegue militar de proporciones extraordinarias por mar y aire, reforzando posiciones en Oriente Próximo y Europa. Lo más llamativo, sin embargo, no es solo la llegada del portaaviones USS Nimitz o de los bombarderos estratégicos a bases cercanas al conflicto, sino el mensaje implícito que encierra la activación en Washington del avión E-4B, conocido como el ‘bunker del aire’, centro de mando diseñado para una eventual guerra nuclear.Donald Trump todavía no ha tomado una decisión, consciente como es de que le queda algo de margen para doblegar a los ayatolás y conseguir lo que busca: una rendición incondicional. Preguntado por si lo suyo es un ultimátum, respondió ayer el presidente: «Podrían llamarlo así. Ellos lo saben. Saben lo que está pasando. Tal vez puedan llamarlo el ultimátum definitivo, ¿verdad?» Cuando le preguntaron a qué se refería, Trump zanjó: «No quiero explicarlo… Vamos, déjenme en paz».El presidente estaba presenciando el izado de una nueva bandera, gigantesca, que ya ondea frente a la columnata de la Casa Blanca . No muy lejos, El E-B4, conocido como Nightwatch o Avión del Apocalipsis, había aterrizado horas antes en la Base Aérea de Andrews, en los suburbios de Washington, tras un vuelo no previsto desde Louisiana.Noticia Relacionada estandar Si GBU-57 Penetrator: así es la bomba revienta-búnkeres que ansía Israel David Alandete Es uno de los proyectos secretos mejor guardados de Estados Unidos, y se diseñó para poder eliminar a los yihadistas escondidos en Irak tras el 11-SEsta aeronave militarizada funciona como centro de mando aéreo del presidente y altos cargos en caso de emergencia nacional, con capacidad para resistir impulsos electromagnéticos y explosiones nucleares. Diseñado para mantener el control estratégico incluso si los centros terrestres resultan destruidos, puede reabastecerse en el aire, volar a gran altitud con una tripulación de hasta 111 personas y permanecer operativo durante días , limitado solo por repuestos logísticos. Su aparición en este contexto, con un presidente tan meticuloso en la imagen y la escenografía como Trump en el Despacho Oval, refuerza la señal de alerta máxima de Washington.En el Capitolio, el general Dan Caine, jefe del Estado Mayor Conjunto, evitó pronunciarse sobre si la destrucción de las instalaciones nucleares iraníes, como el complejo subterráneo de Fordo, acortaría o alargaría el conflicto con Irán. En una audiencia en el Senado, tras ser presionado por el senador republicano Kevin Cramer, se limitó a confirmar el refuerzo activo. Pero Pete Hegseth, secretario de Defensa, sí confirmó este rearme en su audiencia en el Capitolio, y dijo que los ayatolás habían tardado demasiado en aceptar un acuerdo con EE.UU. «Tuvieron la oportunidad. Deberían haberlo hecho. La palabra del presidente Trump significa algo. El mundo lo entiende», añadió. «Y en el Departamento de Defensa, nuestro trabajo es estar listos y preparados con opciones. Eso es exactamente lo que estamos haciendo», añadió. No reveló si EE.UU. tiene opciones para el día después de una eventual caída del régimen teocrático iraní.Mientras, Trump ha intensificado en los últimos días el despliegue militar en torno a Irán, en previsión de una posible entrada en el conflicto desencadenado por los ataques israelíes sobre instalaciones nucleares y objetivos estratégicos iraníes. La Casa Blanca insiste en que no participa de momento en las operaciones ofensivas, pero las Fuerzas Armadas han sido posicionadas en el escenario regional con una configuración que permite responder con rapidez a cualquier escalada. El refuerzo tiene como objetivo «proteger al personal y los intereses de EE.UU.», según Hegseth.Despliege aéreoUna veintena de aviones cisterna KC-135 y KC-46 fueron desplegados entre el domingo y el lunes desde varias bases en EE.UU. hacia Europa, con escalas en España, Italia, Grecia, Alemania y Escocia. Estos aparatos permiten sostener operaciones aéreas de largo alcance en dirección al golfo Pérsico. El traslado se produjo en paralelo a la salida acelerada del portaaviones USS Nimitz desde el estrecho de Malaca rumbo al océano Índico, donde se unirá al USS Carl Vinson y su grupo de combate, ya desplegados en el mar Arábigo.La Armada mantiene además tres destructores en el Mediterráneo, entre ellos el USS Thomas Hudner, reposicionado recientemente hacia el este para quedar más cerca del frente israelí. En el mar Rojo operan otros dos destructores, mientras que el buque de combate litoral USS Canberra permanece atracado en Baréin. En total, EE.UU. cuenta con más de 40.000 soldados desplegados en la región, con bases en alerta y planes de evacuación preparados para personal civil.En paralelo, sistemas antimisiles estadounidenses han interceptado proyectiles lanzados desde Irán, entre ellos drones y misiles balísticos. Israel ha afirmado que pilotos norteamericanos participan en la neutralización de estos ataques. El Pentágono no ha movilizado por ahora bombarderos B-2, pero sí mantiene activos los B-52 en Diego García. Solo los B-2 están capacitados para transportar la bomba antibúnker GBU-57, diseñada para destruir instalaciones nucleares profundas como las de Fordo, en Irán. En un escenario inédito de tensiones, con una guerra abierta entre Irán e Israel, Estados Unidos ha iniciado un despliegue militar de proporciones extraordinarias por mar y aire, reforzando posiciones en Oriente Próximo y Europa. Lo más llamativo, sin embargo, no es solo la llegada del portaaviones USS Nimitz o de los bombarderos estratégicos a bases cercanas al conflicto, sino el mensaje implícito que encierra la activación en Washington del avión E-4B, conocido como el ‘bunker del aire’, centro de mando diseñado para una eventual guerra nuclear.Donald Trump todavía no ha tomado una decisión, consciente como es de que le queda algo de margen para doblegar a los ayatolás y conseguir lo que busca: una rendición incondicional. Preguntado por si lo suyo es un ultimátum, respondió ayer el presidente: «Podrían llamarlo así. Ellos lo saben. Saben lo que está pasando. Tal vez puedan llamarlo el ultimátum definitivo, ¿verdad?» Cuando le preguntaron a qué se refería, Trump zanjó: «No quiero explicarlo… Vamos, déjenme en paz».El presidente estaba presenciando el izado de una nueva bandera, gigantesca, que ya ondea frente a la columnata de la Casa Blanca . No muy lejos, El E-B4, conocido como Nightwatch o Avión del Apocalipsis, había aterrizado horas antes en la Base Aérea de Andrews, en los suburbios de Washington, tras un vuelo no previsto desde Louisiana.Noticia Relacionada estandar Si GBU-57 Penetrator: así es la bomba revienta-búnkeres que ansía Israel David Alandete Es uno de los proyectos secretos mejor guardados de Estados Unidos, y se diseñó para poder eliminar a los yihadistas escondidos en Irak tras el 11-SEsta aeronave militarizada funciona como centro de mando aéreo del presidente y altos cargos en caso de emergencia nacional, con capacidad para resistir impulsos electromagnéticos y explosiones nucleares. Diseñado para mantener el control estratégico incluso si los centros terrestres resultan destruidos, puede reabastecerse en el aire, volar a gran altitud con una tripulación de hasta 111 personas y permanecer operativo durante días , limitado solo por repuestos logísticos. Su aparición en este contexto, con un presidente tan meticuloso en la imagen y la escenografía como Trump en el Despacho Oval, refuerza la señal de alerta máxima de Washington.En el Capitolio, el general Dan Caine, jefe del Estado Mayor Conjunto, evitó pronunciarse sobre si la destrucción de las instalaciones nucleares iraníes, como el complejo subterráneo de Fordo, acortaría o alargaría el conflicto con Irán. En una audiencia en el Senado, tras ser presionado por el senador republicano Kevin Cramer, se limitó a confirmar el refuerzo activo. Pero Pete Hegseth, secretario de Defensa, sí confirmó este rearme en su audiencia en el Capitolio, y dijo que los ayatolás habían tardado demasiado en aceptar un acuerdo con EE.UU. «Tuvieron la oportunidad. Deberían haberlo hecho. La palabra del presidente Trump significa algo. El mundo lo entiende», añadió. «Y en el Departamento de Defensa, nuestro trabajo es estar listos y preparados con opciones. Eso es exactamente lo que estamos haciendo», añadió. No reveló si EE.UU. tiene opciones para el día después de una eventual caída del régimen teocrático iraní.Mientras, Trump ha intensificado en los últimos días el despliegue militar en torno a Irán, en previsión de una posible entrada en el conflicto desencadenado por los ataques israelíes sobre instalaciones nucleares y objetivos estratégicos iraníes. La Casa Blanca insiste en que no participa de momento en las operaciones ofensivas, pero las Fuerzas Armadas han sido posicionadas en el escenario regional con una configuración que permite responder con rapidez a cualquier escalada. El refuerzo tiene como objetivo «proteger al personal y los intereses de EE.UU.», según Hegseth.Despliege aéreoUna veintena de aviones cisterna KC-135 y KC-46 fueron desplegados entre el domingo y el lunes desde varias bases en EE.UU. hacia Europa, con escalas en España, Italia, Grecia, Alemania y Escocia. Estos aparatos permiten sostener operaciones aéreas de largo alcance en dirección al golfo Pérsico. El traslado se produjo en paralelo a la salida acelerada del portaaviones USS Nimitz desde el estrecho de Malaca rumbo al océano Índico, donde se unirá al USS Carl Vinson y su grupo de combate, ya desplegados en el mar Arábigo.La Armada mantiene además tres destructores en el Mediterráneo, entre ellos el USS Thomas Hudner, reposicionado recientemente hacia el este para quedar más cerca del frente israelí. En el mar Rojo operan otros dos destructores, mientras que el buque de combate litoral USS Canberra permanece atracado en Baréin. En total, EE.UU. cuenta con más de 40.000 soldados desplegados en la región, con bases en alerta y planes de evacuación preparados para personal civil.En paralelo, sistemas antimisiles estadounidenses han interceptado proyectiles lanzados desde Irán, entre ellos drones y misiles balísticos. Israel ha afirmado que pilotos norteamericanos participan en la neutralización de estos ataques. El Pentágono no ha movilizado por ahora bombarderos B-2, pero sí mantiene activos los B-52 en Diego García. Solo los B-2 están capacitados para transportar la bomba antibúnker GBU-57, diseñada para destruir instalaciones nucleares profundas como las de Fordo, en Irán. En un escenario inédito de tensiones, con una guerra abierta entre Irán e Israel, Estados Unidos ha iniciado un despliegue militar de proporciones extraordinarias por mar y aire, reforzando posiciones en Oriente Próximo y Europa. Lo más llamativo, sin embargo, no es solo la llegada del portaaviones USS Nimitz o de los bombarderos estratégicos a bases cercanas al conflicto, sino el mensaje implícito que encierra la activación en Washington del avión E-4B, conocido como el ‘bunker del aire’, centro de mando diseñado para una eventual guerra nuclear.Donald Trump todavía no ha tomado una decisión, consciente como es de que le queda algo de margen para doblegar a los ayatolás y conseguir lo que busca: una rendición incondicional. Preguntado por si lo suyo es un ultimátum, respondió ayer el presidente: «Podrían llamarlo así. Ellos lo saben. Saben lo que está pasando. Tal vez puedan llamarlo el ultimátum definitivo, ¿verdad?» Cuando le preguntaron a qué se refería, Trump zanjó: «No quiero explicarlo… Vamos, déjenme en paz».El presidente estaba presenciando el izado de una nueva bandera, gigantesca, que ya ondea frente a la columnata de la Casa Blanca . No muy lejos, El E-B4, conocido como Nightwatch o Avión del Apocalipsis, había aterrizado horas antes en la Base Aérea de Andrews, en los suburbios de Washington, tras un vuelo no previsto desde Louisiana.Noticia Relacionada estandar Si GBU-57 Penetrator: así es la bomba revienta-búnkeres que ansía Israel David Alandete Es uno de los proyectos secretos mejor guardados de Estados Unidos, y se diseñó para poder eliminar a los yihadistas escondidos en Irak tras el 11-SEsta aeronave militarizada funciona como centro de mando aéreo del presidente y altos cargos en caso de emergencia nacional, con capacidad para resistir impulsos electromagnéticos y explosiones nucleares. Diseñado para mantener el control estratégico incluso si los centros terrestres resultan destruidos, puede reabastecerse en el aire, volar a gran altitud con una tripulación de hasta 111 personas y permanecer operativo durante días , limitado solo por repuestos logísticos. Su aparición en este contexto, con un presidente tan meticuloso en la imagen y la escenografía como Trump en el Despacho Oval, refuerza la señal de alerta máxima de Washington.En el Capitolio, el general Dan Caine, jefe del Estado Mayor Conjunto, evitó pronunciarse sobre si la destrucción de las instalaciones nucleares iraníes, como el complejo subterráneo de Fordo, acortaría o alargaría el conflicto con Irán. En una audiencia en el Senado, tras ser presionado por el senador republicano Kevin Cramer, se limitó a confirmar el refuerzo activo. Pero Pete Hegseth, secretario de Defensa, sí confirmó este rearme en su audiencia en el Capitolio, y dijo que los ayatolás habían tardado demasiado en aceptar un acuerdo con EE.UU. «Tuvieron la oportunidad. Deberían haberlo hecho. La palabra del presidente Trump significa algo. El mundo lo entiende», añadió. «Y en el Departamento de Defensa, nuestro trabajo es estar listos y preparados con opciones. Eso es exactamente lo que estamos haciendo», añadió. No reveló si EE.UU. tiene opciones para el día después de una eventual caída del régimen teocrático iraní.Mientras, Trump ha intensificado en los últimos días el despliegue militar en torno a Irán, en previsión de una posible entrada en el conflicto desencadenado por los ataques israelíes sobre instalaciones nucleares y objetivos estratégicos iraníes. La Casa Blanca insiste en que no participa de momento en las operaciones ofensivas, pero las Fuerzas Armadas han sido posicionadas en el escenario regional con una configuración que permite responder con rapidez a cualquier escalada. El refuerzo tiene como objetivo «proteger al personal y los intereses de EE.UU.», según Hegseth.Despliege aéreoUna veintena de aviones cisterna KC-135 y KC-46 fueron desplegados entre el domingo y el lunes desde varias bases en EE.UU. hacia Europa, con escalas en España, Italia, Grecia, Alemania y Escocia. Estos aparatos permiten sostener operaciones aéreas de largo alcance en dirección al golfo Pérsico. El traslado se produjo en paralelo a la salida acelerada del portaaviones USS Nimitz desde el estrecho de Malaca rumbo al océano Índico, donde se unirá al USS Carl Vinson y su grupo de combate, ya desplegados en el mar Arábigo.La Armada mantiene además tres destructores en el Mediterráneo, entre ellos el USS Thomas Hudner, reposicionado recientemente hacia el este para quedar más cerca del frente israelí. En el mar Rojo operan otros dos destructores, mientras que el buque de combate litoral USS Canberra permanece atracado en Baréin. En total, EE.UU. cuenta con más de 40.000 soldados desplegados en la región, con bases en alerta y planes de evacuación preparados para personal civil.En paralelo, sistemas antimisiles estadounidenses han interceptado proyectiles lanzados desde Irán, entre ellos drones y misiles balísticos. Israel ha afirmado que pilotos norteamericanos participan en la neutralización de estos ataques. El Pentágono no ha movilizado por ahora bombarderos B-2, pero sí mantiene activos los B-52 en Diego García. Solo los B-2 están capacitados para transportar la bomba antibúnker GBU-57, diseñada para destruir instalaciones nucleares profundas como las de Fordo, en Irán. RSS de noticias de internacional
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