Para comprar carne, los vecinos que habitan en la Judería de Córdoba tienen que llegar en ocasiones hasta la Corredera. Por Rey Heredia, Encarnación, Cardenal González, el Potro y la calle Armas no deja de ser un paseo deslumbrante, que fascina incluso a quienes han pasado toda su vida allí, y son conscientes de que es un lujo. Pero no es un problema que tengan los habitantes de la mayoría de los barrios de la ciudad, que pueden hacer algo tan sencillo como llenar la despensa sin necesidad de salir de su entorno. Comprar el pan puede necesitar de casi un viaje y buscar pescado necesita más tiempo para desplazarse que para pedirlo, que lo corten y que lo preparen.La paradoja puede resumir la vida en el Casco Histórico de Córdoba, que el próximo martes cumple treinta años como Patrimonio de la Humanidad y que ha evolucionado entre la buena conservación del patrimonio y la óptima conservación de sus monumentos y la realidad innegable de que se ha vaciado de vecinos y de residentes. Noticia Relacionada TURISMO estandar No El sondeo municipal de pisos turísticos señala un excedente de 745 de estas viviendas en el Centro Histórico Javier Gómez El barrio de la Mezquita-Catedral es el más saturado con un exceso de 203 pisos y una presión del 24%No era nada que no hubiera empezado el 17 de diciembre de 1994, cuando la Unesco aprobó la protección del Casco Histórico de Córdoba, uno de los mayores del mundo, como Patrimonio Mundial, por ampliación del que había conseguido la Mezquita-Catedral diez años antes, pero en este tiempo se han sucedido las actuaciones y los planes, y también se resolvieron algunos asuntos y llegaron retos nuevos, como el de las viviendas de uso turístico en los últimos años. Por eso había que preguntar a quienes todavía viven allí, a quienes mantienen sus negocios y a los arquitectos que conocen su r ealidad urbanística , para saber cómo ha pasado el Casco Histórico de Córdoba estos treinta años y qué espera para los próximos.Entorno patrimonialQuien da el dato de que a veces para comprar comida hay que llegar hasta la Corredera es Lourdes Martínez, presidenta de la Asociación de Vecinos La Medina, que agrupa a quienes residen en la zona, que lo resume empezando por lo bueno: «Por un lado, vivir aquí es una maravilla , con este patrimonio, pero también es difícil, por la presencia de las viviendas turísticas, y porque hay mucha hostelería, apartamentos, bares y tiendas que solamente están para el turismo», dice. En cuestión de las dos últimas décadas se han perdido más de 60 negocios familiares, tiendas que ofrecían sus productos a unos vecinos que se han ido marchando. Las casas en las que viven los que quedan son las de sus padres y abuelos, pero muchas, la mayoría, no han mantenido a los descendientes, no se han renovado, y lo más rentable en muchos casos ha sido levantar viviendas turísticas . Los vecinos son los menos, y ahora la zona es «infernal», según ella. Incluso la zona de ocio, aunque dé vida, es mala por el ruido que genera. Las familias se van y con ellas también los servicios. El único colegio que había cerró, como explicó Lourdes Martínez , y eso es un lastre para que lleguen familias jóvenes, con hijos pequeños. Tampoco hay parques infantiles.«Es como si estuviéramos en la cárcel, porque para salir o entrar en coche necesitamos el permiso para poder circular, como residentes. Y eso es duro, porque a mí no puede venir un amigo a verme, porque no le dejan entrar con el coche», dijo. Para la presidenta de la asociación vecinal, el cuidado del patrimonio no significa sólo «que la Mezquita-Catedral esté preciosa, porque los vecinos somos el verdadero Casco Histórico». «En general ha mejorado, pero en las tiendas haría falta más sobriedad» Rafael Castelló ArquitectoPor eso se queja de la excesiva rigidez normativa, incluso para arreglar una fachada, cuando quienes dieron forma al Casco Histórico de Córdoba en su forma actual fueron precisamente los vecinos, que levantaron y mantuvieron sus casas , y que las hicieron bellas junto a las iglesias y palacios.También pisa la Judería todos los días Laura Roda , presidenta de la Asociación Judería, que agrupa a los comerciantes, hosteleros y guías turísticos. A los profesionales que trabajan allí y que también tienen unas normas diferentes en toda la ciudad. Por ejemplo, los proveedores que llevan alimentos a los restaurantes lo tienen que hacer obligatoriamente entre las 8.00 y las 10.00. Si los vehículos llegan fuera de ese margen, se exponen a una multa, y cualquier avería que retrase el reparto, por ejemplo, crea un problema.«Quedan por soterrar cables y deben mejorar la limpieza y la seguridad» Jesús Guerrero HostecorLaura Roda está al frente de la Taberna Doble de Cepa , en la calle Martínez Rücker , a muy pocos metros de la Mezquita-Catedral, y aporta un dato valioso sobre quienes acuden a los establecimientos de restauración de la Judería: el 50 por ciento de sus clientes son cordobeses, que siguen disfrutando del Casco Histórico. «Nos dimos cuenta de que sin los cordobeses no somos nadie, y tenemos que ofrecer la misma calidad, porque la ciudad es nuestra», revela.Se ha dejado atrás la idea de atender al turista a cualquier precio sin ofrecer un plus de calidad y en cambio se busca un nivel de excelencia también para los cordobeses que disfrutan de la ciudad. «Antes podía servir cualquier clase de café , pero ahora los mismos proveedores nos aconsejan algunos en especial, porque son los que más gustan a los cordobeses», afirma. Es decir, los establecimientos que se abren en la zona se han adaptado a lo que piden los propios ciudadanos y con eso no se ha conseguido una Judería más habitada, pero sí al menos que no sea sólo para los visitantes, sino que los mismos habitantes de la ciudad la frecuenten.«Es maravilloso, pero tiene muchos problemas. Con los permisos para circular parece que estemos en la cárcel» Lourdes Martínez Asociación de vecinosA la falta de servicios habituales y a las restricciones para la circulación, mayores que en otros puntos de Córdoba, Laura Roda une el que hay ciertos servicios que no llegan igual que otros barrios. Es el caso de la programación de Cultura en Red , que lleva actividades de este tipo por muchos rincones de la ciudad, pero que parece olvidar la Judería y el Casco Histórico, según su punto de vista. Por ahí se llega a dos conceptos fundamentales para la vida de cualquier ciudadano en cualquier lugar: la limpieza y la seguridad. La primera, dice Laura Roda, deja una satisfacción a medias. «Sí, es verdad que cuesta mucho trabajo afrontarla y la vigilancia de cómo quedan las cosas», dice.Y Lourdes Martínez, la presidenta vecinal, concluye que es una zona que tendría que estar más cuidada que ahora. «Hay contenedores llenos hasta arriba, especialmente los de cartón, y aquí sí que pueden tener la culpa algunos negocios que dejan lo que tiran fuera», cuenta, al tiempo que insiste en que retirar papeleras no siempre es una buena idea. No son buenos tiempos tampoco para la seguridad, En los últimos años han proliferado los carteristas , que aprovechan los descuidos de los turistas para llevarse objetos y dinero. «Hay posibilidades técnicas para permitir placas solares. No sirve tener tejados bonitos si no hay nadie debajo» Arturo Ramírez Arquitecto«Los tenemos reconocidos, y entre los negocios y los vecinos tenemos un grupo de WhatssApp donde compartimos información y fotografías por si alguno está rondando por algún lugar», afirma. No es el único problema, porque también se han denunciado robos en establecimientos . Laura Roda señala también a un problema relacionado con la seguridad, y es la falta de una mejor iluminación en ciertas zonas. «Cuando hay sitios demasiado oscuros , es más fácil realizar ciertas cosas», dice, al tiempo que pide un refuerzo de la seguridad nocturna. «No puede ser que la primera impresión que tiene un turista cuando viene a Córdoba sea que le han robado», concluye.Junto con los vecinos y empresarios, el Casco Histórico ha recibido la atención de los arquitectos. Rafael Castelló, que ha realizado algunas obras en los últimos años, es optimista y cree que la zona más monumental de Córdoba ha mejorado en los últimos años, y pone como ejemplo a lo que sucede junto al Guadalquivir, que está gozando de bastante vitalidad .AmplitudPorque una de las principales características de la zona protegida como Patrimonio de la Humanidad es su amplia extensión: son ochenta hectáreas que abarcan la Judería, San Basilio , el Puente Romano y la Torre de la Calahorra. «Actuar en toda su dimensión no es fácil, pero la iniciativa privada está ayudando», defendió.Como todas las fuentes consultadas, cree que el principal reto es conseguir que pueda ser habitable de nuevo, que sea atractivo vivir. «No es algo fácil, porque supone evitar que se terciarice», afirma Rafael Castelló. Conseguir que haya personas que vuelvan a vivir en el Casco Histórico se tiene que conseguir con una normativa más flexible que consiga medidas por las cuales comprar o alquilar una casa para vivir vuelva a ser atractivo. Pone un ejemplo: permitir cubiertas para piscinas , en una ciudad con altas temperaturas durante una parte significativa del año, y que pueden ayudar a luchar contra el calor. El objetivo principal de todo aquello que se promueva debe ser siempre que haya viviendas.«Los cordobeses quieren disfrutar de esta zona y son el 50% de nuestros clientes» Laura Rodas Comerciantes y hostelerosEl punto de vista de Rafael Castelló parte de que es inevitable que vivir en el Casco Histórico tenga más incomodidades: «No hay parques, no hay equipamientos, apenas hay ya colegios, y es muy difícil luchar contra ello, aunque habría que intentar hacer algo». Por ejemplo con los aparcamientos que ayuden a los residentes a disponer de un vehículo como tienen en cualquier otro lugar. De eso habla también Francisco Daroca , que redactó el Plan Especial de Protección del Casco Histórico de Córdoba, que recuerda que se había previsto una dotación de aparcamientos para los vecinos de la zona, pero que «sólo se ha cumplido parcialmente, pero que, si se hiciera todo, como estaba previsto, ayudaría mucho».Para él, lo fundamental es el apoyo desde las instituciones. El equipamiento y el comercio de cercanía que tendría que ayudar a los vecinos «tendrían que contar con un apoyo fuerte, extraordinario, como una especie de esponsorización por parte de las instituciones y de ciertos organismos privados». Arturo Ramírez , arquitecto autor de obras en la Sinagoga y también residente en la Judería, constata la falta de comercios como de unos motivos que puede evitar que haya personas que se planteen residir en el Casco Histórico, que además tiene el problema de las dos plantas como limitación para la llegada de más vecinos. En lo que se puede y no se puede hacer en las casas la conversación llega a la imposibilidad de colocar placas solares en todo la zona histórica de Córdoba, y no sólo en la protegida por la Unesco. Es una reclamación constante que todavía no se ha resuelto, y tanto los vecinos como algunos de los arquitectos consultados por ABC coinciden en que hay soluciones a mano que eviten el impacto visual que suponen. Es el caso del arquitecto Arturo Ramírez, que explica que hay posibilidades, como fabricarlas con un color similar a los tejados, para que no moleste: «No sirve de nada tener tejados bonitos si no se puede vivir dentro». Francisco Daroca, el redactor del Plan Especial que rige en la zona, reconoce que no es raro que los vecinos quieran reclamar su derecho a disfrutar de energía solar, aunque por fuerza no tiene por qué ser en la azotea. «Hay métodos de transferencia energética », dijo.«El Plan de Protección preveía varios aparcamientos y sólo se han ejecutado algunos» Francisco Daroca ArquitectoDisiente Rafael Castelló, que cree que «el patrimonio no se puede dilapidar con cuestiones así», y que incluso sería partidario de una normativa más restrictiva para otros puntos de la capital, por su impacto en la ciudad. En general cree que las actuaciones urbanísticas en la zona han sido buenas, pero también pide actuar contra elementos que distorsionan la estética , como podría suceder en algunas tiendas y escaparates.Todos ellos coinciden en la presencia de los pisos turísticos y en cómo eso cambia la naturaleza de la ciudad, pero tiene que ver con la marcha de los vecinos, y Rafael Castelló recuerda que siempre es preferible esta actividad económica a que el solar se encuentre vacío o la casa deteriorándose sin vida.También señala algunas cosas que hay que mejorar el presidente de Hostecor, Jesús Guerrero, que insiste en que hay algunos cables que todavía no se han soterrado y pone deberes al Ayuntamiento: es necesario reflotar el espectáculo nocturno del Alcázar de los Reyes Cristianos , que se tuvo que interrumpir después de haberse recuperado. A su juicio, Córdoba y su Casco Histórico no forman un destino saturado por los turistas, aunque pueda haber momentos con especial concentración de visitantes y sugiere actividades en común con los patios, muchos de ellos también en el interior de la zona protegida , como atractivo. En que pueden ser una ayuda coincide también el presidente de la Asociación de Amigos de los Patios Cordobeses, Miguel Ángel Roldán, que cree que son «un beneficio para el Casco Histórico», y que ensalza la gestión que se ha hecho en estos 30 años de Patrimonio de la Humanidad. Para comprar carne, los vecinos que habitan en la Judería de Córdoba tienen que llegar en ocasiones hasta la Corredera. Por Rey Heredia, Encarnación, Cardenal González, el Potro y la calle Armas no deja de ser un paseo deslumbrante, que fascina incluso a quienes han pasado toda su vida allí, y son conscientes de que es un lujo. Pero no es un problema que tengan los habitantes de la mayoría de los barrios de la ciudad, que pueden hacer algo tan sencillo como llenar la despensa sin necesidad de salir de su entorno. Comprar el pan puede necesitar de casi un viaje y buscar pescado necesita más tiempo para desplazarse que para pedirlo, que lo corten y que lo preparen.La paradoja puede resumir la vida en el Casco Histórico de Córdoba, que el próximo martes cumple treinta años como Patrimonio de la Humanidad y que ha evolucionado entre la buena conservación del patrimonio y la óptima conservación de sus monumentos y la realidad innegable de que se ha vaciado de vecinos y de residentes. Noticia Relacionada TURISMO estandar No El sondeo municipal de pisos turísticos señala un excedente de 745 de estas viviendas en el Centro Histórico Javier Gómez El barrio de la Mezquita-Catedral es el más saturado con un exceso de 203 pisos y una presión del 24%No era nada que no hubiera empezado el 17 de diciembre de 1994, cuando la Unesco aprobó la protección del Casco Histórico de Córdoba, uno de los mayores del mundo, como Patrimonio Mundial, por ampliación del que había conseguido la Mezquita-Catedral diez años antes, pero en este tiempo se han sucedido las actuaciones y los planes, y también se resolvieron algunos asuntos y llegaron retos nuevos, como el de las viviendas de uso turístico en los últimos años. Por eso había que preguntar a quienes todavía viven allí, a quienes mantienen sus negocios y a los arquitectos que conocen su r ealidad urbanística , para saber cómo ha pasado el Casco Histórico de Córdoba estos treinta años y qué espera para los próximos.Entorno patrimonialQuien da el dato de que a veces para comprar comida hay que llegar hasta la Corredera es Lourdes Martínez, presidenta de la Asociación de Vecinos La Medina, que agrupa a quienes residen en la zona, que lo resume empezando por lo bueno: «Por un lado, vivir aquí es una maravilla , con este patrimonio, pero también es difícil, por la presencia de las viviendas turísticas, y porque hay mucha hostelería, apartamentos, bares y tiendas que solamente están para el turismo», dice. En cuestión de las dos últimas décadas se han perdido más de 60 negocios familiares, tiendas que ofrecían sus productos a unos vecinos que se han ido marchando. Las casas en las que viven los que quedan son las de sus padres y abuelos, pero muchas, la mayoría, no han mantenido a los descendientes, no se han renovado, y lo más rentable en muchos casos ha sido levantar viviendas turísticas . Los vecinos son los menos, y ahora la zona es «infernal», según ella. Incluso la zona de ocio, aunque dé vida, es mala por el ruido que genera. Las familias se van y con ellas también los servicios. El único colegio que había cerró, como explicó Lourdes Martínez , y eso es un lastre para que lleguen familias jóvenes, con hijos pequeños. Tampoco hay parques infantiles.«Es como si estuviéramos en la cárcel, porque para salir o entrar en coche necesitamos el permiso para poder circular, como residentes. Y eso es duro, porque a mí no puede venir un amigo a verme, porque no le dejan entrar con el coche», dijo. Para la presidenta de la asociación vecinal, el cuidado del patrimonio no significa sólo «que la Mezquita-Catedral esté preciosa, porque los vecinos somos el verdadero Casco Histórico». «En general ha mejorado, pero en las tiendas haría falta más sobriedad» Rafael Castelló ArquitectoPor eso se queja de la excesiva rigidez normativa, incluso para arreglar una fachada, cuando quienes dieron forma al Casco Histórico de Córdoba en su forma actual fueron precisamente los vecinos, que levantaron y mantuvieron sus casas , y que las hicieron bellas junto a las iglesias y palacios.También pisa la Judería todos los días Laura Roda , presidenta de la Asociación Judería, que agrupa a los comerciantes, hosteleros y guías turísticos. A los profesionales que trabajan allí y que también tienen unas normas diferentes en toda la ciudad. Por ejemplo, los proveedores que llevan alimentos a los restaurantes lo tienen que hacer obligatoriamente entre las 8.00 y las 10.00. Si los vehículos llegan fuera de ese margen, se exponen a una multa, y cualquier avería que retrase el reparto, por ejemplo, crea un problema.«Quedan por soterrar cables y deben mejorar la limpieza y la seguridad» Jesús Guerrero HostecorLaura Roda está al frente de la Taberna Doble de Cepa , en la calle Martínez Rücker , a muy pocos metros de la Mezquita-Catedral, y aporta un dato valioso sobre quienes acuden a los establecimientos de restauración de la Judería: el 50 por ciento de sus clientes son cordobeses, que siguen disfrutando del Casco Histórico. «Nos dimos cuenta de que sin los cordobeses no somos nadie, y tenemos que ofrecer la misma calidad, porque la ciudad es nuestra», revela.Se ha dejado atrás la idea de atender al turista a cualquier precio sin ofrecer un plus de calidad y en cambio se busca un nivel de excelencia también para los cordobeses que disfrutan de la ciudad. «Antes podía servir cualquier clase de café , pero ahora los mismos proveedores nos aconsejan algunos en especial, porque son los que más gustan a los cordobeses», afirma. Es decir, los establecimientos que se abren en la zona se han adaptado a lo que piden los propios ciudadanos y con eso no se ha conseguido una Judería más habitada, pero sí al menos que no sea sólo para los visitantes, sino que los mismos habitantes de la ciudad la frecuenten.«Es maravilloso, pero tiene muchos problemas. Con los permisos para circular parece que estemos en la cárcel» Lourdes Martínez Asociación de vecinosA la falta de servicios habituales y a las restricciones para la circulación, mayores que en otros puntos de Córdoba, Laura Roda une el que hay ciertos servicios que no llegan igual que otros barrios. Es el caso de la programación de Cultura en Red , que lleva actividades de este tipo por muchos rincones de la ciudad, pero que parece olvidar la Judería y el Casco Histórico, según su punto de vista. Por ahí se llega a dos conceptos fundamentales para la vida de cualquier ciudadano en cualquier lugar: la limpieza y la seguridad. La primera, dice Laura Roda, deja una satisfacción a medias. «Sí, es verdad que cuesta mucho trabajo afrontarla y la vigilancia de cómo quedan las cosas», dice.Y Lourdes Martínez, la presidenta vecinal, concluye que es una zona que tendría que estar más cuidada que ahora. «Hay contenedores llenos hasta arriba, especialmente los de cartón, y aquí sí que pueden tener la culpa algunos negocios que dejan lo que tiran fuera», cuenta, al tiempo que insiste en que retirar papeleras no siempre es una buena idea. No son buenos tiempos tampoco para la seguridad, En los últimos años han proliferado los carteristas , que aprovechan los descuidos de los turistas para llevarse objetos y dinero. «Hay posibilidades técnicas para permitir placas solares. No sirve tener tejados bonitos si no hay nadie debajo» Arturo Ramírez Arquitecto«Los tenemos reconocidos, y entre los negocios y los vecinos tenemos un grupo de WhatssApp donde compartimos información y fotografías por si alguno está rondando por algún lugar», afirma. No es el único problema, porque también se han denunciado robos en establecimientos . Laura Roda señala también a un problema relacionado con la seguridad, y es la falta de una mejor iluminación en ciertas zonas. «Cuando hay sitios demasiado oscuros , es más fácil realizar ciertas cosas», dice, al tiempo que pide un refuerzo de la seguridad nocturna. «No puede ser que la primera impresión que tiene un turista cuando viene a Córdoba sea que le han robado», concluye.Junto con los vecinos y empresarios, el Casco Histórico ha recibido la atención de los arquitectos. Rafael Castelló, que ha realizado algunas obras en los últimos años, es optimista y cree que la zona más monumental de Córdoba ha mejorado en los últimos años, y pone como ejemplo a lo que sucede junto al Guadalquivir, que está gozando de bastante vitalidad .AmplitudPorque una de las principales características de la zona protegida como Patrimonio de la Humanidad es su amplia extensión: son ochenta hectáreas que abarcan la Judería, San Basilio , el Puente Romano y la Torre de la Calahorra. «Actuar en toda su dimensión no es fácil, pero la iniciativa privada está ayudando», defendió.Como todas las fuentes consultadas, cree que el principal reto es conseguir que pueda ser habitable de nuevo, que sea atractivo vivir. «No es algo fácil, porque supone evitar que se terciarice», afirma Rafael Castelló. Conseguir que haya personas que vuelvan a vivir en el Casco Histórico se tiene que conseguir con una normativa más flexible que consiga medidas por las cuales comprar o alquilar una casa para vivir vuelva a ser atractivo. Pone un ejemplo: permitir cubiertas para piscinas , en una ciudad con altas temperaturas durante una parte significativa del año, y que pueden ayudar a luchar contra el calor. El objetivo principal de todo aquello que se promueva debe ser siempre que haya viviendas.«Los cordobeses quieren disfrutar de esta zona y son el 50% de nuestros clientes» Laura Rodas Comerciantes y hostelerosEl punto de vista de Rafael Castelló parte de que es inevitable que vivir en el Casco Histórico tenga más incomodidades: «No hay parques, no hay equipamientos, apenas hay ya colegios, y es muy difícil luchar contra ello, aunque habría que intentar hacer algo». Por ejemplo con los aparcamientos que ayuden a los residentes a disponer de un vehículo como tienen en cualquier otro lugar. De eso habla también Francisco Daroca , que redactó el Plan Especial de Protección del Casco Histórico de Córdoba, que recuerda que se había previsto una dotación de aparcamientos para los vecinos de la zona, pero que «sólo se ha cumplido parcialmente, pero que, si se hiciera todo, como estaba previsto, ayudaría mucho».Para él, lo fundamental es el apoyo desde las instituciones. El equipamiento y el comercio de cercanía que tendría que ayudar a los vecinos «tendrían que contar con un apoyo fuerte, extraordinario, como una especie de esponsorización por parte de las instituciones y de ciertos organismos privados». Arturo Ramírez , arquitecto autor de obras en la Sinagoga y también residente en la Judería, constata la falta de comercios como de unos motivos que puede evitar que haya personas que se planteen residir en el Casco Histórico, que además tiene el problema de las dos plantas como limitación para la llegada de más vecinos. En lo que se puede y no se puede hacer en las casas la conversación llega a la imposibilidad de colocar placas solares en todo la zona histórica de Córdoba, y no sólo en la protegida por la Unesco. Es una reclamación constante que todavía no se ha resuelto, y tanto los vecinos como algunos de los arquitectos consultados por ABC coinciden en que hay soluciones a mano que eviten el impacto visual que suponen. Es el caso del arquitecto Arturo Ramírez, que explica que hay posibilidades, como fabricarlas con un color similar a los tejados, para que no moleste: «No sirve de nada tener tejados bonitos si no se puede vivir dentro». Francisco Daroca, el redactor del Plan Especial que rige en la zona, reconoce que no es raro que los vecinos quieran reclamar su derecho a disfrutar de energía solar, aunque por fuerza no tiene por qué ser en la azotea. «Hay métodos de transferencia energética », dijo.«El Plan de Protección preveía varios aparcamientos y sólo se han ejecutado algunos» Francisco Daroca ArquitectoDisiente Rafael Castelló, que cree que «el patrimonio no se puede dilapidar con cuestiones así», y que incluso sería partidario de una normativa más restrictiva para otros puntos de la capital, por su impacto en la ciudad. En general cree que las actuaciones urbanísticas en la zona han sido buenas, pero también pide actuar contra elementos que distorsionan la estética , como podría suceder en algunas tiendas y escaparates.Todos ellos coinciden en la presencia de los pisos turísticos y en cómo eso cambia la naturaleza de la ciudad, pero tiene que ver con la marcha de los vecinos, y Rafael Castelló recuerda que siempre es preferible esta actividad económica a que el solar se encuentre vacío o la casa deteriorándose sin vida.También señala algunas cosas que hay que mejorar el presidente de Hostecor, Jesús Guerrero, que insiste en que hay algunos cables que todavía no se han soterrado y pone deberes al Ayuntamiento: es necesario reflotar el espectáculo nocturno del Alcázar de los Reyes Cristianos , que se tuvo que interrumpir después de haberse recuperado. A su juicio, Córdoba y su Casco Histórico no forman un destino saturado por los turistas, aunque pueda haber momentos con especial concentración de visitantes y sugiere actividades en común con los patios, muchos de ellos también en el interior de la zona protegida , como atractivo. En que pueden ser una ayuda coincide también el presidente de la Asociación de Amigos de los Patios Cordobeses, Miguel Ángel Roldán, que cree que son «un beneficio para el Casco Histórico», y que ensalza la gestión que se ha hecho en estos 30 años de Patrimonio de la Humanidad. Para comprar carne, los vecinos que habitan en la Judería de Córdoba tienen que llegar en ocasiones hasta la Corredera. Por Rey Heredia, Encarnación, Cardenal González, el Potro y la calle Armas no deja de ser un paseo deslumbrante, que fascina incluso a quienes han pasado toda su vida allí, y son conscientes de que es un lujo. Pero no es un problema que tengan los habitantes de la mayoría de los barrios de la ciudad, que pueden hacer algo tan sencillo como llenar la despensa sin necesidad de salir de su entorno. Comprar el pan puede necesitar de casi un viaje y buscar pescado necesita más tiempo para desplazarse que para pedirlo, que lo corten y que lo preparen.La paradoja puede resumir la vida en el Casco Histórico de Córdoba, que el próximo martes cumple treinta años como Patrimonio de la Humanidad y que ha evolucionado entre la buena conservación del patrimonio y la óptima conservación de sus monumentos y la realidad innegable de que se ha vaciado de vecinos y de residentes. Noticia Relacionada TURISMO estandar No El sondeo municipal de pisos turísticos señala un excedente de 745 de estas viviendas en el Centro Histórico Javier Gómez El barrio de la Mezquita-Catedral es el más saturado con un exceso de 203 pisos y una presión del 24%No era nada que no hubiera empezado el 17 de diciembre de 1994, cuando la Unesco aprobó la protección del Casco Histórico de Córdoba, uno de los mayores del mundo, como Patrimonio Mundial, por ampliación del que había conseguido la Mezquita-Catedral diez años antes, pero en este tiempo se han sucedido las actuaciones y los planes, y también se resolvieron algunos asuntos y llegaron retos nuevos, como el de las viviendas de uso turístico en los últimos años. Por eso había que preguntar a quienes todavía viven allí, a quienes mantienen sus negocios y a los arquitectos que conocen su r ealidad urbanística , para saber cómo ha pasado el Casco Histórico de Córdoba estos treinta años y qué espera para los próximos.Entorno patrimonialQuien da el dato de que a veces para comprar comida hay que llegar hasta la Corredera es Lourdes Martínez, presidenta de la Asociación de Vecinos La Medina, que agrupa a quienes residen en la zona, que lo resume empezando por lo bueno: «Por un lado, vivir aquí es una maravilla , con este patrimonio, pero también es difícil, por la presencia de las viviendas turísticas, y porque hay mucha hostelería, apartamentos, bares y tiendas que solamente están para el turismo», dice. En cuestión de las dos últimas décadas se han perdido más de 60 negocios familiares, tiendas que ofrecían sus productos a unos vecinos que se han ido marchando. Las casas en las que viven los que quedan son las de sus padres y abuelos, pero muchas, la mayoría, no han mantenido a los descendientes, no se han renovado, y lo más rentable en muchos casos ha sido levantar viviendas turísticas . Los vecinos son los menos, y ahora la zona es «infernal», según ella. Incluso la zona de ocio, aunque dé vida, es mala por el ruido que genera. Las familias se van y con ellas también los servicios. El único colegio que había cerró, como explicó Lourdes Martínez , y eso es un lastre para que lleguen familias jóvenes, con hijos pequeños. Tampoco hay parques infantiles.«Es como si estuviéramos en la cárcel, porque para salir o entrar en coche necesitamos el permiso para poder circular, como residentes. Y eso es duro, porque a mí no puede venir un amigo a verme, porque no le dejan entrar con el coche», dijo. Para la presidenta de la asociación vecinal, el cuidado del patrimonio no significa sólo «que la Mezquita-Catedral esté preciosa, porque los vecinos somos el verdadero Casco Histórico». «En general ha mejorado, pero en las tiendas haría falta más sobriedad» Rafael Castelló ArquitectoPor eso se queja de la excesiva rigidez normativa, incluso para arreglar una fachada, cuando quienes dieron forma al Casco Histórico de Córdoba en su forma actual fueron precisamente los vecinos, que levantaron y mantuvieron sus casas , y que las hicieron bellas junto a las iglesias y palacios.También pisa la Judería todos los días Laura Roda , presidenta de la Asociación Judería, que agrupa a los comerciantes, hosteleros y guías turísticos. A los profesionales que trabajan allí y que también tienen unas normas diferentes en toda la ciudad. Por ejemplo, los proveedores que llevan alimentos a los restaurantes lo tienen que hacer obligatoriamente entre las 8.00 y las 10.00. Si los vehículos llegan fuera de ese margen, se exponen a una multa, y cualquier avería que retrase el reparto, por ejemplo, crea un problema.«Quedan por soterrar cables y deben mejorar la limpieza y la seguridad» Jesús Guerrero HostecorLaura Roda está al frente de la Taberna Doble de Cepa , en la calle Martínez Rücker , a muy pocos metros de la Mezquita-Catedral, y aporta un dato valioso sobre quienes acuden a los establecimientos de restauración de la Judería: el 50 por ciento de sus clientes son cordobeses, que siguen disfrutando del Casco Histórico. «Nos dimos cuenta de que sin los cordobeses no somos nadie, y tenemos que ofrecer la misma calidad, porque la ciudad es nuestra», revela.Se ha dejado atrás la idea de atender al turista a cualquier precio sin ofrecer un plus de calidad y en cambio se busca un nivel de excelencia también para los cordobeses que disfrutan de la ciudad. «Antes podía servir cualquier clase de café , pero ahora los mismos proveedores nos aconsejan algunos en especial, porque son los que más gustan a los cordobeses», afirma. Es decir, los establecimientos que se abren en la zona se han adaptado a lo que piden los propios ciudadanos y con eso no se ha conseguido una Judería más habitada, pero sí al menos que no sea sólo para los visitantes, sino que los mismos habitantes de la ciudad la frecuenten.«Es maravilloso, pero tiene muchos problemas. Con los permisos para circular parece que estemos en la cárcel» Lourdes Martínez Asociación de vecinosA la falta de servicios habituales y a las restricciones para la circulación, mayores que en otros puntos de Córdoba, Laura Roda une el que hay ciertos servicios que no llegan igual que otros barrios. Es el caso de la programación de Cultura en Red , que lleva actividades de este tipo por muchos rincones de la ciudad, pero que parece olvidar la Judería y el Casco Histórico, según su punto de vista. Por ahí se llega a dos conceptos fundamentales para la vida de cualquier ciudadano en cualquier lugar: la limpieza y la seguridad. La primera, dice Laura Roda, deja una satisfacción a medias. «Sí, es verdad que cuesta mucho trabajo afrontarla y la vigilancia de cómo quedan las cosas», dice.Y Lourdes Martínez, la presidenta vecinal, concluye que es una zona que tendría que estar más cuidada que ahora. «Hay contenedores llenos hasta arriba, especialmente los de cartón, y aquí sí que pueden tener la culpa algunos negocios que dejan lo que tiran fuera», cuenta, al tiempo que insiste en que retirar papeleras no siempre es una buena idea. No son buenos tiempos tampoco para la seguridad, En los últimos años han proliferado los carteristas , que aprovechan los descuidos de los turistas para llevarse objetos y dinero. «Hay posibilidades técnicas para permitir placas solares. No sirve tener tejados bonitos si no hay nadie debajo» Arturo Ramírez Arquitecto«Los tenemos reconocidos, y entre los negocios y los vecinos tenemos un grupo de WhatssApp donde compartimos información y fotografías por si alguno está rondando por algún lugar», afirma. No es el único problema, porque también se han denunciado robos en establecimientos . Laura Roda señala también a un problema relacionado con la seguridad, y es la falta de una mejor iluminación en ciertas zonas. «Cuando hay sitios demasiado oscuros , es más fácil realizar ciertas cosas», dice, al tiempo que pide un refuerzo de la seguridad nocturna. «No puede ser que la primera impresión que tiene un turista cuando viene a Córdoba sea que le han robado», concluye.Junto con los vecinos y empresarios, el Casco Histórico ha recibido la atención de los arquitectos. Rafael Castelló, que ha realizado algunas obras en los últimos años, es optimista y cree que la zona más monumental de Córdoba ha mejorado en los últimos años, y pone como ejemplo a lo que sucede junto al Guadalquivir, que está gozando de bastante vitalidad .AmplitudPorque una de las principales características de la zona protegida como Patrimonio de la Humanidad es su amplia extensión: son ochenta hectáreas que abarcan la Judería, San Basilio , el Puente Romano y la Torre de la Calahorra. «Actuar en toda su dimensión no es fácil, pero la iniciativa privada está ayudando», defendió.Como todas las fuentes consultadas, cree que el principal reto es conseguir que pueda ser habitable de nuevo, que sea atractivo vivir. «No es algo fácil, porque supone evitar que se terciarice», afirma Rafael Castelló. Conseguir que haya personas que vuelvan a vivir en el Casco Histórico se tiene que conseguir con una normativa más flexible que consiga medidas por las cuales comprar o alquilar una casa para vivir vuelva a ser atractivo. Pone un ejemplo: permitir cubiertas para piscinas , en una ciudad con altas temperaturas durante una parte significativa del año, y que pueden ayudar a luchar contra el calor. El objetivo principal de todo aquello que se promueva debe ser siempre que haya viviendas.«Los cordobeses quieren disfrutar de esta zona y son el 50% de nuestros clientes» Laura Rodas Comerciantes y hostelerosEl punto de vista de Rafael Castelló parte de que es inevitable que vivir en el Casco Histórico tenga más incomodidades: «No hay parques, no hay equipamientos, apenas hay ya colegios, y es muy difícil luchar contra ello, aunque habría que intentar hacer algo». Por ejemplo con los aparcamientos que ayuden a los residentes a disponer de un vehículo como tienen en cualquier otro lugar. De eso habla también Francisco Daroca , que redactó el Plan Especial de Protección del Casco Histórico de Córdoba, que recuerda que se había previsto una dotación de aparcamientos para los vecinos de la zona, pero que «sólo se ha cumplido parcialmente, pero que, si se hiciera todo, como estaba previsto, ayudaría mucho».Para él, lo fundamental es el apoyo desde las instituciones. El equipamiento y el comercio de cercanía que tendría que ayudar a los vecinos «tendrían que contar con un apoyo fuerte, extraordinario, como una especie de esponsorización por parte de las instituciones y de ciertos organismos privados». Arturo Ramírez , arquitecto autor de obras en la Sinagoga y también residente en la Judería, constata la falta de comercios como de unos motivos que puede evitar que haya personas que se planteen residir en el Casco Histórico, que además tiene el problema de las dos plantas como limitación para la llegada de más vecinos. En lo que se puede y no se puede hacer en las casas la conversación llega a la imposibilidad de colocar placas solares en todo la zona histórica de Córdoba, y no sólo en la protegida por la Unesco. Es una reclamación constante que todavía no se ha resuelto, y tanto los vecinos como algunos de los arquitectos consultados por ABC coinciden en que hay soluciones a mano que eviten el impacto visual que suponen. Es el caso del arquitecto Arturo Ramírez, que explica que hay posibilidades, como fabricarlas con un color similar a los tejados, para que no moleste: «No sirve de nada tener tejados bonitos si no se puede vivir dentro». Francisco Daroca, el redactor del Plan Especial que rige en la zona, reconoce que no es raro que los vecinos quieran reclamar su derecho a disfrutar de energía solar, aunque por fuerza no tiene por qué ser en la azotea. «Hay métodos de transferencia energética », dijo.«El Plan de Protección preveía varios aparcamientos y sólo se han ejecutado algunos» Francisco Daroca ArquitectoDisiente Rafael Castelló, que cree que «el patrimonio no se puede dilapidar con cuestiones así», y que incluso sería partidario de una normativa más restrictiva para otros puntos de la capital, por su impacto en la ciudad. En general cree que las actuaciones urbanísticas en la zona han sido buenas, pero también pide actuar contra elementos que distorsionan la estética , como podría suceder en algunas tiendas y escaparates.Todos ellos coinciden en la presencia de los pisos turísticos y en cómo eso cambia la naturaleza de la ciudad, pero tiene que ver con la marcha de los vecinos, y Rafael Castelló recuerda que siempre es preferible esta actividad económica a que el solar se encuentre vacío o la casa deteriorándose sin vida.También señala algunas cosas que hay que mejorar el presidente de Hostecor, Jesús Guerrero, que insiste en que hay algunos cables que todavía no se han soterrado y pone deberes al Ayuntamiento: es necesario reflotar el espectáculo nocturno del Alcázar de los Reyes Cristianos , que se tuvo que interrumpir después de haberse recuperado. A su juicio, Córdoba y su Casco Histórico no forman un destino saturado por los turistas, aunque pueda haber momentos con especial concentración de visitantes y sugiere actividades en común con los patios, muchos de ellos también en el interior de la zona protegida , como atractivo. En que pueden ser una ayuda coincide también el presidente de la Asociación de Amigos de los Patios Cordobeses, Miguel Ángel Roldán, que cree que son «un beneficio para el Casco Histórico», y que ensalza la gestión que se ha hecho en estos 30 años de Patrimonio de la Humanidad. RSS de noticias de espana
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