El genial escritor Tito Monterroso (Augusto Monterroso Bonilla, nacido en Tegucigalpa, Honduras) tenía la idea muy cierta de que el lector es propenso a escapar y a huir en la segunda frase, razón por la cual «hay que procurar que no se te escape». Y su solución fue el relato corto, cuyo ejemplo supremo es el suyo sobre el dinosaurio:–Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí.Cuando Xabi Alonso despertó en Miami, Carlo Ancelotti todavía estaba allí. En la alineación (pelín infausta) del debut del Mundial de Clubes. En la no alineación de Güler. En los muslos pimpantes de Fran García. En el verso suelto (de los cien mil del ‘Mahabharata’, tenía que caernos éste) de Rodrygo. En el canterano cabezón de Gonzalo. En la agonía maratoniana de Bellingham, nuevo Filípides, dicen, de la noche madrileña. Y, por supuesto, en el cine cómico de Lucas Vázquez, el Colibrí de Curtis con su brazalete de capitán. A Ancelotti se le apagaron las luces de este equipo y Alonso lleva cuatro días a tientas en el cuarto de los contadores buscando la avería.Menudo dinosaurio, la alineación de Miami, con Rodrygo, que después de la final de Copa se había borrado del equipo, en el campo y Güler en el banquillo. ¿Qué alineación era ésa? ¿Estábamos al principio de la temporada de Xabi o al final de la temporada de Carlo? Durante el año se cuchicheaba que Rodrygo jugaba por decreto, y jugaba en una posición que jodía el dibujo del Madrid como lo hiciera la mano tonta de Cecilia Giménez con el ‘Ecce Homo’ de Borja. Ese 4-3-3 sólo funcionaría si Rodrygo fuera el Eto’o del Inter de Mourinho.La primera alineación de Alonso nos dejó tan lacios como a la Rosario de Pemán su boda por lo civil con un chófer que era vocal del Sindicato de Metalúrgicos y Similares en Andalucía. «Al Juzgado de San Pedro», dijo al cochero. Para él, ‘casarse por lo civil’ era una cosa de hombres. «¿Son ustedes los que vienen a ‘eso’?» En el patio, algunas vecinas de la novia. «Adiós, Rosario… ¿Qué? ¿A casarte?» «Sí. ¿Y tú?» «Yo, a un juicio de faltas por haber vaciado por el balcón una palangana». Al juez se le hacía corta la ceremonia y, para acabar decorosamente, quiso decir algo en latín. Revolvió sus recuerdos escolares, y al fin dijo intrépidamente: «Res nullius primi capientis sunt». (‘Las cosas no pertenecen a quien las toma primero’, latinajo que Alonso debería utilizar para animar a Güler). La novia se santiguó. El juez se marchó por una puertecita. La vecina de la palangana estaba en el patio. Ella iba absuelta y Rosario casada. Cuando la novia estuvo a solas con el novio en la berlina, consumió, sencilla y quedamente a su oído, el mejor turno de oposición que se ha consumido, ni en el Parlamento ni fuera de él, contra la tristeza oficial del laicismo:–Manué… ¿Y esto es tó?Tenían que haber visto la cara de «¿Y esto es tó?» que se nos quedó a todos en el sofá al conocer la primera alineación de Xabi Alonso, dicen, por cierto, que chivada por algún topo a los revistosos del puchero (¡nuestra prensa de penique!), cuyos mugrillas, después del partido, la han tomado… ¡con Vinicius!, tabarrón que sube de tono para el nuevo curso, porque eso les da likes entre la merma, que es legión, likes que luego pueden canjear por perras.Como espectador, no le reprocho a Alonso la imagen del equipo, que todavía no puede ser el suyo; le reprocho la alineación en un escaparate que es un Mundial de ciento cincuenta millones de dólares y se afrontó como un Trofeo Carranza en agosto. ¿Y los nuevos? La culpa de lo que han costado la tiene el chachachá, que es la inflación. Dean Huijsen: correcto en ataque y blandengue en defensa (tiene que ponerse más vídeos de El Fary y de Sergio Ramos, como hace Morante con Rafael el Gallo). Alexander-Arnold: invisible, camuflado en el centro del campo por órdenes de entrenador. Me faltó la napia/cartabón de Stiller, que era el que más ilusión me hacía; sólo Stiller, por su careto, sería capaz de obligar a Mbappé a presionar arriba. Fútbol, fútbol…, únicamente Güler y Vinicius. Con el resto de vacas sagradas, la mano vasca de Xabi Alonso tendrá que cocinarnos las mejores hamburguesas. El genial escritor Tito Monterroso (Augusto Monterroso Bonilla, nacido en Tegucigalpa, Honduras) tenía la idea muy cierta de que el lector es propenso a escapar y a huir en la segunda frase, razón por la cual «hay que procurar que no se te escape». Y su solución fue el relato corto, cuyo ejemplo supremo es el suyo sobre el dinosaurio:–Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí.Cuando Xabi Alonso despertó en Miami, Carlo Ancelotti todavía estaba allí. En la alineación (pelín infausta) del debut del Mundial de Clubes. En la no alineación de Güler. En los muslos pimpantes de Fran García. En el verso suelto (de los cien mil del ‘Mahabharata’, tenía que caernos éste) de Rodrygo. En el canterano cabezón de Gonzalo. En la agonía maratoniana de Bellingham, nuevo Filípides, dicen, de la noche madrileña. Y, por supuesto, en el cine cómico de Lucas Vázquez, el Colibrí de Curtis con su brazalete de capitán. A Ancelotti se le apagaron las luces de este equipo y Alonso lleva cuatro días a tientas en el cuarto de los contadores buscando la avería.Menudo dinosaurio, la alineación de Miami, con Rodrygo, que después de la final de Copa se había borrado del equipo, en el campo y Güler en el banquillo. ¿Qué alineación era ésa? ¿Estábamos al principio de la temporada de Xabi o al final de la temporada de Carlo? Durante el año se cuchicheaba que Rodrygo jugaba por decreto, y jugaba en una posición que jodía el dibujo del Madrid como lo hiciera la mano tonta de Cecilia Giménez con el ‘Ecce Homo’ de Borja. Ese 4-3-3 sólo funcionaría si Rodrygo fuera el Eto’o del Inter de Mourinho.La primera alineación de Alonso nos dejó tan lacios como a la Rosario de Pemán su boda por lo civil con un chófer que era vocal del Sindicato de Metalúrgicos y Similares en Andalucía. «Al Juzgado de San Pedro», dijo al cochero. Para él, ‘casarse por lo civil’ era una cosa de hombres. «¿Son ustedes los que vienen a ‘eso’?» En el patio, algunas vecinas de la novia. «Adiós, Rosario… ¿Qué? ¿A casarte?» «Sí. ¿Y tú?» «Yo, a un juicio de faltas por haber vaciado por el balcón una palangana». Al juez se le hacía corta la ceremonia y, para acabar decorosamente, quiso decir algo en latín. Revolvió sus recuerdos escolares, y al fin dijo intrépidamente: «Res nullius primi capientis sunt». (‘Las cosas no pertenecen a quien las toma primero’, latinajo que Alonso debería utilizar para animar a Güler). La novia se santiguó. El juez se marchó por una puertecita. La vecina de la palangana estaba en el patio. Ella iba absuelta y Rosario casada. Cuando la novia estuvo a solas con el novio en la berlina, consumió, sencilla y quedamente a su oído, el mejor turno de oposición que se ha consumido, ni en el Parlamento ni fuera de él, contra la tristeza oficial del laicismo:–Manué… ¿Y esto es tó?Tenían que haber visto la cara de «¿Y esto es tó?» que se nos quedó a todos en el sofá al conocer la primera alineación de Xabi Alonso, dicen, por cierto, que chivada por algún topo a los revistosos del puchero (¡nuestra prensa de penique!), cuyos mugrillas, después del partido, la han tomado… ¡con Vinicius!, tabarrón que sube de tono para el nuevo curso, porque eso les da likes entre la merma, que es legión, likes que luego pueden canjear por perras.Como espectador, no le reprocho a Alonso la imagen del equipo, que todavía no puede ser el suyo; le reprocho la alineación en un escaparate que es un Mundial de ciento cincuenta millones de dólares y se afrontó como un Trofeo Carranza en agosto. ¿Y los nuevos? La culpa de lo que han costado la tiene el chachachá, que es la inflación. Dean Huijsen: correcto en ataque y blandengue en defensa (tiene que ponerse más vídeos de El Fary y de Sergio Ramos, como hace Morante con Rafael el Gallo). Alexander-Arnold: invisible, camuflado en el centro del campo por órdenes de entrenador. Me faltó la napia/cartabón de Stiller, que era el que más ilusión me hacía; sólo Stiller, por su careto, sería capaz de obligar a Mbappé a presionar arriba. Fútbol, fútbol…, únicamente Güler y Vinicius. Con el resto de vacas sagradas, la mano vasca de Xabi Alonso tendrá que cocinarnos las mejores hamburguesas. El genial escritor Tito Monterroso (Augusto Monterroso Bonilla, nacido en Tegucigalpa, Honduras) tenía la idea muy cierta de que el lector es propenso a escapar y a huir en la segunda frase, razón por la cual «hay que procurar que no se te escape». Y su solución fue el relato corto, cuyo ejemplo supremo es el suyo sobre el dinosaurio:–Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí.Cuando Xabi Alonso despertó en Miami, Carlo Ancelotti todavía estaba allí. En la alineación (pelín infausta) del debut del Mundial de Clubes. En la no alineación de Güler. En los muslos pimpantes de Fran García. En el verso suelto (de los cien mil del ‘Mahabharata’, tenía que caernos éste) de Rodrygo. En el canterano cabezón de Gonzalo. En la agonía maratoniana de Bellingham, nuevo Filípides, dicen, de la noche madrileña. Y, por supuesto, en el cine cómico de Lucas Vázquez, el Colibrí de Curtis con su brazalete de capitán. A Ancelotti se le apagaron las luces de este equipo y Alonso lleva cuatro días a tientas en el cuarto de los contadores buscando la avería.Menudo dinosaurio, la alineación de Miami, con Rodrygo, que después de la final de Copa se había borrado del equipo, en el campo y Güler en el banquillo. ¿Qué alineación era ésa? ¿Estábamos al principio de la temporada de Xabi o al final de la temporada de Carlo? Durante el año se cuchicheaba que Rodrygo jugaba por decreto, y jugaba en una posición que jodía el dibujo del Madrid como lo hiciera la mano tonta de Cecilia Giménez con el ‘Ecce Homo’ de Borja. Ese 4-3-3 sólo funcionaría si Rodrygo fuera el Eto’o del Inter de Mourinho.La primera alineación de Alonso nos dejó tan lacios como a la Rosario de Pemán su boda por lo civil con un chófer que era vocal del Sindicato de Metalúrgicos y Similares en Andalucía. «Al Juzgado de San Pedro», dijo al cochero. Para él, ‘casarse por lo civil’ era una cosa de hombres. «¿Son ustedes los que vienen a ‘eso’?» En el patio, algunas vecinas de la novia. «Adiós, Rosario… ¿Qué? ¿A casarte?» «Sí. ¿Y tú?» «Yo, a un juicio de faltas por haber vaciado por el balcón una palangana». Al juez se le hacía corta la ceremonia y, para acabar decorosamente, quiso decir algo en latín. Revolvió sus recuerdos escolares, y al fin dijo intrépidamente: «Res nullius primi capientis sunt». (‘Las cosas no pertenecen a quien las toma primero’, latinajo que Alonso debería utilizar para animar a Güler). La novia se santiguó. El juez se marchó por una puertecita. La vecina de la palangana estaba en el patio. Ella iba absuelta y Rosario casada. Cuando la novia estuvo a solas con el novio en la berlina, consumió, sencilla y quedamente a su oído, el mejor turno de oposición que se ha consumido, ni en el Parlamento ni fuera de él, contra la tristeza oficial del laicismo:–Manué… ¿Y esto es tó?Tenían que haber visto la cara de «¿Y esto es tó?» que se nos quedó a todos en el sofá al conocer la primera alineación de Xabi Alonso, dicen, por cierto, que chivada por algún topo a los revistosos del puchero (¡nuestra prensa de penique!), cuyos mugrillas, después del partido, la han tomado… ¡con Vinicius!, tabarrón que sube de tono para el nuevo curso, porque eso les da likes entre la merma, que es legión, likes que luego pueden canjear por perras.Como espectador, no le reprocho a Alonso la imagen del equipo, que todavía no puede ser el suyo; le reprocho la alineación en un escaparate que es un Mundial de ciento cincuenta millones de dólares y se afrontó como un Trofeo Carranza en agosto. ¿Y los nuevos? La culpa de lo que han costado la tiene el chachachá, que es la inflación. Dean Huijsen: correcto en ataque y blandengue en defensa (tiene que ponerse más vídeos de El Fary y de Sergio Ramos, como hace Morante con Rafael el Gallo). Alexander-Arnold: invisible, camuflado en el centro del campo por órdenes de entrenador. Me faltó la napia/cartabón de Stiller, que era el que más ilusión me hacía; sólo Stiller, por su careto, sería capaz de obligar a Mbappé a presionar arriba. Fútbol, fútbol…, únicamente Güler y Vinicius. Con el resto de vacas sagradas, la mano vasca de Xabi Alonso tendrá que cocinarnos las mejores hamburguesas. RSS de noticias de deportes
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