Durante los días más agitados en las principales arterias del downtown de Los Angeles, las autoridades y la propia población latinoamericana señalaban como puntos calientes los dos partidos que el Monterrey debía disputar en el megalítico Rose Bowl de Pasadena. Se esperaba que los encuentros del conjunto mexicano en el Mundial de Clubes sirvieran como potente amplificador de las protestas de los latinos contra la política migratoria de la Administración Trump. Sin embargo, en el primer partido disputado el sábado pasado entre el Monterrey y el Inter de Milan no hubo señal alguna de reivindicaciones; ni escritas en pancartas, ni vociferadas en las gradas.
Contra lo que las autoridades preveían, los partidos del conjunto mexicano en Los Ángeles no han recogido protestas
Durante los días más agitados en las principales arterias del downtown de Los Angeles, las autoridades y la propia población latinoamericana señalaban como puntos calientes los dos partidos que el Monterrey debía disputar en el megalítico Rose Bowl de Pasadena. Se esperaba que los encuentros del conjunto mexicano en el Mundial de Clubes sirvieran como potente amplificador de las protestas de los latinos contra la política migratoria de la Administración Trump. Sin embargo, en el primer partido disputado el sábado pasado entre el Monterrey y el Inter de Milan no hubo señal alguna de reivindicaciones; ni escritas en pancartas, ni vociferadas en las gradas.
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