Los amantes de la literatura estarán familiarizados con Nantucket, aquella isla próxima a Boston, Massachussets (Estados Unidos) desde la que Ismael, Queequeg y el capitán Ahab emprendieron la búsqueda de la ballena más famosa de la historia: Moby Dick . Sin embargo, aquel enclave ballenero de mediados del siglo XIX, donde toda la actividad social y económica giraba en torno a la caza de ballenas, poco tiene de similar con la Nantucket actual, cuyos motores económicos son ahora el turismo y la promoción inmobiliaria. Otro pueblo pesquero convertido en resort vacacional –de los más caros de Massaachussets–, cuya población se multiplica en verano para dar paso al desierto demográfico en invierno, un paraje difícilmente reconocible incluso para el propio Herman Melville.A pesar de llevar nombre propio, el denominado ‘fenómeno Nantucket’ no es exclusivo de la costa Este estadounidense. España no es excepción en la progresiva terciarización de su economía, impulsada por el turismo y el sector servicios, que cada año sigue aumentando su peso en el conjunto de la actividad económica.Un proceso que ya se aprecia de lleno en el litoral gallego, donde tanto los datos como las sensaciones a pie de puerto muestran como la pesca, que otrora sirvió de sustento y forjó una forma de entender la vida y el mar, muestra un declive paulatino que ya parece irremediable . Y, con él, la disipación de una cultura y un carácter –como dice el dicho: ‘O que non quere polvo non vai á marea’– que pone en riesgo la cohesión social. Así lo recoge el último Anuario de Estudios Marítimos, donde se reflexiona sobre este fenómeno y se ofrecen recomendaciones para la defensa y promoción de la actividad pesquera, que sigue teniendo un peso económico y social de calado en Galicia.Sin embargo, al comparar las cifras del sector con años o décadas anteriores, el resultado es estremecedor . Tal y como recoge el informe, elaborado por tres profesores de la Universidad de La Coruña (Matías Membiela-Pollán, Eva Sánchez-Amboe y Verónica Crespo-Pereira) y Sandrina Teixiera, del Instituto Politécnico de Porto, el número de buques de la flota pesquera se ha reducido en un 24,8% en cuestión de veinte años: de los 5.565 de 2004 a los 4.183 de 2023. Echando la vista atrás, la caída es del 40,69% al comparar los datos con los de 1989, donde Galicia contaba con más de 7.000 buques pesqueros.Un declive que también se aprecia en el empleo. con 18.200 trabajadores afiliados al Régimen Especial del Mar en 2024 frente a los 29.288 registrados en el año 2.000. El envejecimiento y las bajas tasas de natalidad, que ahondan en la falta de relevo generacional , han dado paso a una proporción cada vez mayor de trabajadores inmigrantes –ya suponen el 14% en el sector–, pero ni con este factor se ha conseguido detener el declive paulatino de la pesca en Galicia. «Y sin una base demográfica se dificulta el mantenimiento y la transmisión de la cultura a nivel intergeneracional; así como el conocimiento de habilidades y oficios específicos, cuestión que llega a repercutir en la configuración del capital humano», indica el informe.Tradiciones y arraigoEste fenómeno se explica por motivos como la globalización económica, el papel de los medios de comunicación, o la urbanización y concentración de la población en grandes urbes. Factores que no solo afectan al empleo, también a aspectos como los hábitos de consumo, que se homologan a los de las culturas dominantes que exportan su cultura a terceros países. Un cambio que, sin embargo, se produce de forma progresiva, como se puede apreciar en las diferencias entre generaciones.Noticias relacionadas estandar Si Los baaka: el corazón que aún late en la selva africana Álvaro Ybarra Zavala estandar Si Un puerto, una Virgen y café: el refugio secreto de la gente de mar Mayte AmorósEn el caso de Galicia, el documento expone como la tradicional procesión de la Virgen del Carmen, patrona del mar y los marineros , pervive aunque con matices. A diferencia de décadas anteriores, los barcos de pesca de menor o mayor eslora pierden peso frente a las lanchas motorizadas y veleros cuyo fin último es el ocio, «Menos redes, barcos atracados, trabajadores en tierra, menos marineros que llegan de faenar, menos furgonetas y camiones, menos bullicio en las lonjas», recoge el informe como testigo de un cambio profundo, que se refleja también en una menor proporción de viviendas habitadas en invierno y cada vez más hogares destinados a segundas residencias vacacionales.Además, esta transformación se refleja en otras fiestas tradicionales gallegas vinculadas a la pesca, como la Fiesta de la Dorna en Ribeira o las tradicionales sardinas asadas para celebrar la noche de San Juan. Testigos de un pasado pero en constante evolución, como la sociedad de las que emanan. «Esta actividad económica es, como argumentamos, fuente de identidad . Por esta razón, su declive puede debilitarla, porque desaparece el primer elemento configurador –la actividad en sí misma– sobre el que se erigen el desarrollo sociocomunitario, la expresión cultural, y las referencias cognitivas y sensoriales de los habitantes de la región«, añade el estudio.Defensa y promociónComo solución, el Anuario de Estudios Marítimo plantea la necesidad de políticas públicas que garanticen la sostenibilidad de la pesca sin sacrificar su viabilidad económica, así como campañas de marketing orientadas a fomentar el consumo de productos locales. Una ruta complicada a juzgar por la intención de Bruselas de limitar los fondos a la Política Pesquera Común, que anticipan un escenario «preocupante» para un sector ya en declive, a pesar de todo lo que supone para Galicia. Los amantes de la literatura estarán familiarizados con Nantucket, aquella isla próxima a Boston, Massachussets (Estados Unidos) desde la que Ismael, Queequeg y el capitán Ahab emprendieron la búsqueda de la ballena más famosa de la historia: Moby Dick . Sin embargo, aquel enclave ballenero de mediados del siglo XIX, donde toda la actividad social y económica giraba en torno a la caza de ballenas, poco tiene de similar con la Nantucket actual, cuyos motores económicos son ahora el turismo y la promoción inmobiliaria. Otro pueblo pesquero convertido en resort vacacional –de los más caros de Massaachussets–, cuya población se multiplica en verano para dar paso al desierto demográfico en invierno, un paraje difícilmente reconocible incluso para el propio Herman Melville.A pesar de llevar nombre propio, el denominado ‘fenómeno Nantucket’ no es exclusivo de la costa Este estadounidense. España no es excepción en la progresiva terciarización de su economía, impulsada por el turismo y el sector servicios, que cada año sigue aumentando su peso en el conjunto de la actividad económica.Un proceso que ya se aprecia de lleno en el litoral gallego, donde tanto los datos como las sensaciones a pie de puerto muestran como la pesca, que otrora sirvió de sustento y forjó una forma de entender la vida y el mar, muestra un declive paulatino que ya parece irremediable . Y, con él, la disipación de una cultura y un carácter –como dice el dicho: ‘O que non quere polvo non vai á marea’– que pone en riesgo la cohesión social. Así lo recoge el último Anuario de Estudios Marítimos, donde se reflexiona sobre este fenómeno y se ofrecen recomendaciones para la defensa y promoción de la actividad pesquera, que sigue teniendo un peso económico y social de calado en Galicia.Sin embargo, al comparar las cifras del sector con años o décadas anteriores, el resultado es estremecedor . Tal y como recoge el informe, elaborado por tres profesores de la Universidad de La Coruña (Matías Membiela-Pollán, Eva Sánchez-Amboe y Verónica Crespo-Pereira) y Sandrina Teixiera, del Instituto Politécnico de Porto, el número de buques de la flota pesquera se ha reducido en un 24,8% en cuestión de veinte años: de los 5.565 de 2004 a los 4.183 de 2023. Echando la vista atrás, la caída es del 40,69% al comparar los datos con los de 1989, donde Galicia contaba con más de 7.000 buques pesqueros.Un declive que también se aprecia en el empleo. con 18.200 trabajadores afiliados al Régimen Especial del Mar en 2024 frente a los 29.288 registrados en el año 2.000. El envejecimiento y las bajas tasas de natalidad, que ahondan en la falta de relevo generacional , han dado paso a una proporción cada vez mayor de trabajadores inmigrantes –ya suponen el 14% en el sector–, pero ni con este factor se ha conseguido detener el declive paulatino de la pesca en Galicia. «Y sin una base demográfica se dificulta el mantenimiento y la transmisión de la cultura a nivel intergeneracional; así como el conocimiento de habilidades y oficios específicos, cuestión que llega a repercutir en la configuración del capital humano», indica el informe.Tradiciones y arraigoEste fenómeno se explica por motivos como la globalización económica, el papel de los medios de comunicación, o la urbanización y concentración de la población en grandes urbes. Factores que no solo afectan al empleo, también a aspectos como los hábitos de consumo, que se homologan a los de las culturas dominantes que exportan su cultura a terceros países. Un cambio que, sin embargo, se produce de forma progresiva, como se puede apreciar en las diferencias entre generaciones.Noticias relacionadas estandar Si Los baaka: el corazón que aún late en la selva africana Álvaro Ybarra Zavala estandar Si Un puerto, una Virgen y café: el refugio secreto de la gente de mar Mayte AmorósEn el caso de Galicia, el documento expone como la tradicional procesión de la Virgen del Carmen, patrona del mar y los marineros , pervive aunque con matices. A diferencia de décadas anteriores, los barcos de pesca de menor o mayor eslora pierden peso frente a las lanchas motorizadas y veleros cuyo fin último es el ocio, «Menos redes, barcos atracados, trabajadores en tierra, menos marineros que llegan de faenar, menos furgonetas y camiones, menos bullicio en las lonjas», recoge el informe como testigo de un cambio profundo, que se refleja también en una menor proporción de viviendas habitadas en invierno y cada vez más hogares destinados a segundas residencias vacacionales.Además, esta transformación se refleja en otras fiestas tradicionales gallegas vinculadas a la pesca, como la Fiesta de la Dorna en Ribeira o las tradicionales sardinas asadas para celebrar la noche de San Juan. Testigos de un pasado pero en constante evolución, como la sociedad de las que emanan. «Esta actividad económica es, como argumentamos, fuente de identidad . Por esta razón, su declive puede debilitarla, porque desaparece el primer elemento configurador –la actividad en sí misma– sobre el que se erigen el desarrollo sociocomunitario, la expresión cultural, y las referencias cognitivas y sensoriales de los habitantes de la región«, añade el estudio.Defensa y promociónComo solución, el Anuario de Estudios Marítimo plantea la necesidad de políticas públicas que garanticen la sostenibilidad de la pesca sin sacrificar su viabilidad económica, así como campañas de marketing orientadas a fomentar el consumo de productos locales. Una ruta complicada a juzgar por la intención de Bruselas de limitar los fondos a la Política Pesquera Común, que anticipan un escenario «preocupante» para un sector ya en declive, a pesar de todo lo que supone para Galicia. Los amantes de la literatura estarán familiarizados con Nantucket, aquella isla próxima a Boston, Massachussets (Estados Unidos) desde la que Ismael, Queequeg y el capitán Ahab emprendieron la búsqueda de la ballena más famosa de la historia: Moby Dick . Sin embargo, aquel enclave ballenero de mediados del siglo XIX, donde toda la actividad social y económica giraba en torno a la caza de ballenas, poco tiene de similar con la Nantucket actual, cuyos motores económicos son ahora el turismo y la promoción inmobiliaria. Otro pueblo pesquero convertido en resort vacacional –de los más caros de Massaachussets–, cuya población se multiplica en verano para dar paso al desierto demográfico en invierno, un paraje difícilmente reconocible incluso para el propio Herman Melville.A pesar de llevar nombre propio, el denominado ‘fenómeno Nantucket’ no es exclusivo de la costa Este estadounidense. España no es excepción en la progresiva terciarización de su economía, impulsada por el turismo y el sector servicios, que cada año sigue aumentando su peso en el conjunto de la actividad económica.Un proceso que ya se aprecia de lleno en el litoral gallego, donde tanto los datos como las sensaciones a pie de puerto muestran como la pesca, que otrora sirvió de sustento y forjó una forma de entender la vida y el mar, muestra un declive paulatino que ya parece irremediable . Y, con él, la disipación de una cultura y un carácter –como dice el dicho: ‘O que non quere polvo non vai á marea’– que pone en riesgo la cohesión social. Así lo recoge el último Anuario de Estudios Marítimos, donde se reflexiona sobre este fenómeno y se ofrecen recomendaciones para la defensa y promoción de la actividad pesquera, que sigue teniendo un peso económico y social de calado en Galicia.Sin embargo, al comparar las cifras del sector con años o décadas anteriores, el resultado es estremecedor . Tal y como recoge el informe, elaborado por tres profesores de la Universidad de La Coruña (Matías Membiela-Pollán, Eva Sánchez-Amboe y Verónica Crespo-Pereira) y Sandrina Teixiera, del Instituto Politécnico de Porto, el número de buques de la flota pesquera se ha reducido en un 24,8% en cuestión de veinte años: de los 5.565 de 2004 a los 4.183 de 2023. Echando la vista atrás, la caída es del 40,69% al comparar los datos con los de 1989, donde Galicia contaba con más de 7.000 buques pesqueros.Un declive que también se aprecia en el empleo. con 18.200 trabajadores afiliados al Régimen Especial del Mar en 2024 frente a los 29.288 registrados en el año 2.000. El envejecimiento y las bajas tasas de natalidad, que ahondan en la falta de relevo generacional , han dado paso a una proporción cada vez mayor de trabajadores inmigrantes –ya suponen el 14% en el sector–, pero ni con este factor se ha conseguido detener el declive paulatino de la pesca en Galicia. «Y sin una base demográfica se dificulta el mantenimiento y la transmisión de la cultura a nivel intergeneracional; así como el conocimiento de habilidades y oficios específicos, cuestión que llega a repercutir en la configuración del capital humano», indica el informe.Tradiciones y arraigoEste fenómeno se explica por motivos como la globalización económica, el papel de los medios de comunicación, o la urbanización y concentración de la población en grandes urbes. Factores que no solo afectan al empleo, también a aspectos como los hábitos de consumo, que se homologan a los de las culturas dominantes que exportan su cultura a terceros países. Un cambio que, sin embargo, se produce de forma progresiva, como se puede apreciar en las diferencias entre generaciones.Noticias relacionadas estandar Si Los baaka: el corazón que aún late en la selva africana Álvaro Ybarra Zavala estandar Si Un puerto, una Virgen y café: el refugio secreto de la gente de mar Mayte AmorósEn el caso de Galicia, el documento expone como la tradicional procesión de la Virgen del Carmen, patrona del mar y los marineros , pervive aunque con matices. A diferencia de décadas anteriores, los barcos de pesca de menor o mayor eslora pierden peso frente a las lanchas motorizadas y veleros cuyo fin último es el ocio, «Menos redes, barcos atracados, trabajadores en tierra, menos marineros que llegan de faenar, menos furgonetas y camiones, menos bullicio en las lonjas», recoge el informe como testigo de un cambio profundo, que se refleja también en una menor proporción de viviendas habitadas en invierno y cada vez más hogares destinados a segundas residencias vacacionales.Además, esta transformación se refleja en otras fiestas tradicionales gallegas vinculadas a la pesca, como la Fiesta de la Dorna en Ribeira o las tradicionales sardinas asadas para celebrar la noche de San Juan. Testigos de un pasado pero en constante evolución, como la sociedad de las que emanan. «Esta actividad económica es, como argumentamos, fuente de identidad . Por esta razón, su declive puede debilitarla, porque desaparece el primer elemento configurador –la actividad en sí misma– sobre el que se erigen el desarrollo sociocomunitario, la expresión cultural, y las referencias cognitivas y sensoriales de los habitantes de la región«, añade el estudio.Defensa y promociónComo solución, el Anuario de Estudios Marítimo plantea la necesidad de políticas públicas que garanticen la sostenibilidad de la pesca sin sacrificar su viabilidad económica, así como campañas de marketing orientadas a fomentar el consumo de productos locales. Una ruta complicada a juzgar por la intención de Bruselas de limitar los fondos a la Política Pesquera Común, que anticipan un escenario «preocupante» para un sector ya en declive, a pesar de todo lo que supone para Galicia. RSS de noticias de espana
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