Este Jubileo Mundial de Jóvenes era visto como la primera «prueba de fuego» para conocer las prioridades de León XIV . De hecho, el tono que sus predecesores dieron a sus encuentros con jóvenes coincide con el estilo de sus pontificados. Basta recordar el «Hagan lío» del Papa Francisco en Brasil 2013, o la idea de Benedicto XVI en la edición de Colonia 2005 de que en las JMJ hubiera amplio espacio para la adoración eucarística. En este encuentro León XIV ha optado por un perfil menos presencial, y ha dejado mucho espacio en Roma a ceremonias en las que por primera vez los jóvenes veían de cerca y conocían a los obispos de sus países. Es el caso de los jóvenes españoles, que acudieron a una misa en San Pedro este viernes , pero también de los italianos o los estadounidenses, que organizaron ceremonias similares. El Papa ha evitado en la JMJ grandes eslóganes, ha hablado con timidez y se ha salido muy poco de los discursos que tenía preparados, también cuando respondió a preguntas que le plantearon los jóvenes. Emerge su perfil matemático, intelectualmente riguroso, pues cuando se trata de intervenciones largas, prefiere leer el texto que preparado previamente. Evita las improvisaciones pues, aunque son comunicativamente mucho más eficaces que discursos leídos, en esta fase intenta unir a todas las corrientes en la Iglesia y no quiere correr el peligro de desconcertar a ningún sector. Noticia Relacionada estandar No El Papa recuerda a una joven madrileña fallecida esta semana y a un joven de Murcia ingresado en un hospital de Roma Javier Martínez-Brocal María Cobo, de 20 años, interrumpió la peregrinación con un grupo de jóvenes de Madrid y murió en EspañaLa principal novedad es que el nuevo Papa diseñó el encuentro con los jóvenes para ayudarles a rezar. No intentó animarlos o inspirarles, sino dirigir su mirada hacia Dios. Impactó que, igual que él hizo, el millón de chicos y chicas estuvieran más de 20 minutos en silencio y de rodillas ante la Eucaristía. En Tor Vergata sólo se oía el zumbido del dron. Aunque teóricamente están acostumbrados a ir a misa los domingos, también antes de la ceremonia les explicó brevemente el valor espiritual del rito que estaba a punto de comenzar.«Vino a consolidar verdades»Para la influencer católica mexicana Cony Ramírez, cuyo número de seguidores en Instagram supera al de jóvenes que estaba en Tor Vergata, piensa que «el Papa no vino a darnos una novedad espectacular, sino a consolidar verdades que a veces olvidamos en medio del ruido». «Nos dijo que Jesús sigue saliendo a nuestro encuentro aunque estemos desanimados, que nuestros corazones pueden arder de nuevo si lo dejamos caminar con nosotros. No son mensajes nuevos, pero se sintieron muy personales en este encuentro». Roberto Regoli, profesor de la Pontificia Universidad Gregoriana en Roma, considera que estos días han contribuido a «confirmar su estilo esencial, nada egocéntrico. Es un hombre manso, decidido a explicitar su papel, que es señalar hacia Cristo». En cuanto al contenido, también él subraya la espiritualidad. «Pone a Jesús en el centro de su mensaje, evita un mensaje político o ético».«Hemos visto sobre todo la sencillez de León XIV», asegura el sacerdote español Jorge Segarra, uno de los coordinadores de la plataforma Jóvenes Católicos, que reúne a cientos de miles de jóvenes en redes sociales. «Ha sido muy audaz poniendo a un millón de jóvenes de rodillas a rezar ante la Eucaristía, y también ha respondido a sus preguntas para mostrar que no tiene miedo a afrontar los desafíos que le presenten». Protagonismo de san AgustínEl último elemento característico del Papa León es el protagonismo de san Agustín en sus mensajes, quizá como modelo para afrontar los problemas de la Iglesia. Aunque es del siglo IV, «San Agustín es una figura contemporánea, porque vivió en un tiempo caótico de crisis, de falta de referencias, de derrumbe, esa transición entre la caída del Imperio Romano y la llegada de los bárbaros. Y emerge Agustín que es conversión, claridad, diálogo con la modernidad», subraya Jose María Díaz Dorronsoro, profesor de Opinión Pública en la Pontificia Universidad de la Santa Croce. El encuentro del Papa con los jóvenes habla de quién es León XIV, pero también de cuáles son las prioridades de los chicos y chicas católicos del siglo XXI. «Los jóvenes buscan al Papa porque están buscando a Dios», dice convencido Díaz Dorronsoro. En su opinión, «ante un mundo huérfano de líderes, donde parece que rige sólo la lógica del propio interés, del te doy si me das algo a cambio, el Papa, ya sea Wojtyla, Ratzinger, Bergoglio o Prevost, se presenta como alguien que no tiene nada que ‘ofrecer’ a los jóvenes sino a Cristo, que es precisamente todo. Y estos jóvenes saben reconocerlo».Según Regoli «inmediatamente los jóvenes confiaron en el Papa, se produjo la alquimia adecuada. El pontífice y los jóvenes se miraron, se saludaron, se reconocieron, pero en poco tiempo estaban juntos de rodillas rezando a Cristo. Por lo que veo, los jóvenes y el Papa se entendieron muy bien». Este Jubileo Mundial de Jóvenes era visto como la primera «prueba de fuego» para conocer las prioridades de León XIV . De hecho, el tono que sus predecesores dieron a sus encuentros con jóvenes coincide con el estilo de sus pontificados. Basta recordar el «Hagan lío» del Papa Francisco en Brasil 2013, o la idea de Benedicto XVI en la edición de Colonia 2005 de que en las JMJ hubiera amplio espacio para la adoración eucarística. En este encuentro León XIV ha optado por un perfil menos presencial, y ha dejado mucho espacio en Roma a ceremonias en las que por primera vez los jóvenes veían de cerca y conocían a los obispos de sus países. Es el caso de los jóvenes españoles, que acudieron a una misa en San Pedro este viernes , pero también de los italianos o los estadounidenses, que organizaron ceremonias similares. El Papa ha evitado en la JMJ grandes eslóganes, ha hablado con timidez y se ha salido muy poco de los discursos que tenía preparados, también cuando respondió a preguntas que le plantearon los jóvenes. Emerge su perfil matemático, intelectualmente riguroso, pues cuando se trata de intervenciones largas, prefiere leer el texto que preparado previamente. Evita las improvisaciones pues, aunque son comunicativamente mucho más eficaces que discursos leídos, en esta fase intenta unir a todas las corrientes en la Iglesia y no quiere correr el peligro de desconcertar a ningún sector. Noticia Relacionada estandar No El Papa recuerda a una joven madrileña fallecida esta semana y a un joven de Murcia ingresado en un hospital de Roma Javier Martínez-Brocal María Cobo, de 20 años, interrumpió la peregrinación con un grupo de jóvenes de Madrid y murió en EspañaLa principal novedad es que el nuevo Papa diseñó el encuentro con los jóvenes para ayudarles a rezar. No intentó animarlos o inspirarles, sino dirigir su mirada hacia Dios. Impactó que, igual que él hizo, el millón de chicos y chicas estuvieran más de 20 minutos en silencio y de rodillas ante la Eucaristía. En Tor Vergata sólo se oía el zumbido del dron. Aunque teóricamente están acostumbrados a ir a misa los domingos, también antes de la ceremonia les explicó brevemente el valor espiritual del rito que estaba a punto de comenzar.«Vino a consolidar verdades»Para la influencer católica mexicana Cony Ramírez, cuyo número de seguidores en Instagram supera al de jóvenes que estaba en Tor Vergata, piensa que «el Papa no vino a darnos una novedad espectacular, sino a consolidar verdades que a veces olvidamos en medio del ruido». «Nos dijo que Jesús sigue saliendo a nuestro encuentro aunque estemos desanimados, que nuestros corazones pueden arder de nuevo si lo dejamos caminar con nosotros. No son mensajes nuevos, pero se sintieron muy personales en este encuentro». Roberto Regoli, profesor de la Pontificia Universidad Gregoriana en Roma, considera que estos días han contribuido a «confirmar su estilo esencial, nada egocéntrico. Es un hombre manso, decidido a explicitar su papel, que es señalar hacia Cristo». En cuanto al contenido, también él subraya la espiritualidad. «Pone a Jesús en el centro de su mensaje, evita un mensaje político o ético».«Hemos visto sobre todo la sencillez de León XIV», asegura el sacerdote español Jorge Segarra, uno de los coordinadores de la plataforma Jóvenes Católicos, que reúne a cientos de miles de jóvenes en redes sociales. «Ha sido muy audaz poniendo a un millón de jóvenes de rodillas a rezar ante la Eucaristía, y también ha respondido a sus preguntas para mostrar que no tiene miedo a afrontar los desafíos que le presenten». Protagonismo de san AgustínEl último elemento característico del Papa León es el protagonismo de san Agustín en sus mensajes, quizá como modelo para afrontar los problemas de la Iglesia. Aunque es del siglo IV, «San Agustín es una figura contemporánea, porque vivió en un tiempo caótico de crisis, de falta de referencias, de derrumbe, esa transición entre la caída del Imperio Romano y la llegada de los bárbaros. Y emerge Agustín que es conversión, claridad, diálogo con la modernidad», subraya Jose María Díaz Dorronsoro, profesor de Opinión Pública en la Pontificia Universidad de la Santa Croce. El encuentro del Papa con los jóvenes habla de quién es León XIV, pero también de cuáles son las prioridades de los chicos y chicas católicos del siglo XXI. «Los jóvenes buscan al Papa porque están buscando a Dios», dice convencido Díaz Dorronsoro. En su opinión, «ante un mundo huérfano de líderes, donde parece que rige sólo la lógica del propio interés, del te doy si me das algo a cambio, el Papa, ya sea Wojtyla, Ratzinger, Bergoglio o Prevost, se presenta como alguien que no tiene nada que ‘ofrecer’ a los jóvenes sino a Cristo, que es precisamente todo. Y estos jóvenes saben reconocerlo».Según Regoli «inmediatamente los jóvenes confiaron en el Papa, se produjo la alquimia adecuada. El pontífice y los jóvenes se miraron, se saludaron, se reconocieron, pero en poco tiempo estaban juntos de rodillas rezando a Cristo. Por lo que veo, los jóvenes y el Papa se entendieron muy bien». Este Jubileo Mundial de Jóvenes era visto como la primera «prueba de fuego» para conocer las prioridades de León XIV . De hecho, el tono que sus predecesores dieron a sus encuentros con jóvenes coincide con el estilo de sus pontificados. Basta recordar el «Hagan lío» del Papa Francisco en Brasil 2013, o la idea de Benedicto XVI en la edición de Colonia 2005 de que en las JMJ hubiera amplio espacio para la adoración eucarística. En este encuentro León XIV ha optado por un perfil menos presencial, y ha dejado mucho espacio en Roma a ceremonias en las que por primera vez los jóvenes veían de cerca y conocían a los obispos de sus países. Es el caso de los jóvenes españoles, que acudieron a una misa en San Pedro este viernes , pero también de los italianos o los estadounidenses, que organizaron ceremonias similares. El Papa ha evitado en la JMJ grandes eslóganes, ha hablado con timidez y se ha salido muy poco de los discursos que tenía preparados, también cuando respondió a preguntas que le plantearon los jóvenes. Emerge su perfil matemático, intelectualmente riguroso, pues cuando se trata de intervenciones largas, prefiere leer el texto que preparado previamente. Evita las improvisaciones pues, aunque son comunicativamente mucho más eficaces que discursos leídos, en esta fase intenta unir a todas las corrientes en la Iglesia y no quiere correr el peligro de desconcertar a ningún sector. Noticia Relacionada estandar No El Papa recuerda a una joven madrileña fallecida esta semana y a un joven de Murcia ingresado en un hospital de Roma Javier Martínez-Brocal María Cobo, de 20 años, interrumpió la peregrinación con un grupo de jóvenes de Madrid y murió en EspañaLa principal novedad es que el nuevo Papa diseñó el encuentro con los jóvenes para ayudarles a rezar. No intentó animarlos o inspirarles, sino dirigir su mirada hacia Dios. Impactó que, igual que él hizo, el millón de chicos y chicas estuvieran más de 20 minutos en silencio y de rodillas ante la Eucaristía. En Tor Vergata sólo se oía el zumbido del dron. Aunque teóricamente están acostumbrados a ir a misa los domingos, también antes de la ceremonia les explicó brevemente el valor espiritual del rito que estaba a punto de comenzar.«Vino a consolidar verdades»Para la influencer católica mexicana Cony Ramírez, cuyo número de seguidores en Instagram supera al de jóvenes que estaba en Tor Vergata, piensa que «el Papa no vino a darnos una novedad espectacular, sino a consolidar verdades que a veces olvidamos en medio del ruido». «Nos dijo que Jesús sigue saliendo a nuestro encuentro aunque estemos desanimados, que nuestros corazones pueden arder de nuevo si lo dejamos caminar con nosotros. No son mensajes nuevos, pero se sintieron muy personales en este encuentro». Roberto Regoli, profesor de la Pontificia Universidad Gregoriana en Roma, considera que estos días han contribuido a «confirmar su estilo esencial, nada egocéntrico. Es un hombre manso, decidido a explicitar su papel, que es señalar hacia Cristo». En cuanto al contenido, también él subraya la espiritualidad. «Pone a Jesús en el centro de su mensaje, evita un mensaje político o ético».«Hemos visto sobre todo la sencillez de León XIV», asegura el sacerdote español Jorge Segarra, uno de los coordinadores de la plataforma Jóvenes Católicos, que reúne a cientos de miles de jóvenes en redes sociales. «Ha sido muy audaz poniendo a un millón de jóvenes de rodillas a rezar ante la Eucaristía, y también ha respondido a sus preguntas para mostrar que no tiene miedo a afrontar los desafíos que le presenten». Protagonismo de san AgustínEl último elemento característico del Papa León es el protagonismo de san Agustín en sus mensajes, quizá como modelo para afrontar los problemas de la Iglesia. Aunque es del siglo IV, «San Agustín es una figura contemporánea, porque vivió en un tiempo caótico de crisis, de falta de referencias, de derrumbe, esa transición entre la caída del Imperio Romano y la llegada de los bárbaros. Y emerge Agustín que es conversión, claridad, diálogo con la modernidad», subraya Jose María Díaz Dorronsoro, profesor de Opinión Pública en la Pontificia Universidad de la Santa Croce. El encuentro del Papa con los jóvenes habla de quién es León XIV, pero también de cuáles son las prioridades de los chicos y chicas católicos del siglo XXI. «Los jóvenes buscan al Papa porque están buscando a Dios», dice convencido Díaz Dorronsoro. En su opinión, «ante un mundo huérfano de líderes, donde parece que rige sólo la lógica del propio interés, del te doy si me das algo a cambio, el Papa, ya sea Wojtyla, Ratzinger, Bergoglio o Prevost, se presenta como alguien que no tiene nada que ‘ofrecer’ a los jóvenes sino a Cristo, que es precisamente todo. Y estos jóvenes saben reconocerlo».Según Regoli «inmediatamente los jóvenes confiaron en el Papa, se produjo la alquimia adecuada. El pontífice y los jóvenes se miraron, se saludaron, se reconocieron, pero en poco tiempo estaban juntos de rodillas rezando a Cristo. Por lo que veo, los jóvenes y el Papa se entendieron muy bien». RSS de noticias de sociedad
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