Mítico, icónico, un lugar de leyenda… todas estas definiciones le vienen como anillo al dedo al Hotel Florida , un espacio singular que nació casi con la Gran Vía y murió 40 años después, para desaparecer y no quedar de él más que el recuerdo. Y pese a ello, ocupa un lugar en la historia de Madrid, y aún ha sido capaz, como el Cid, de ganar alguna batalla después de desaparecer, como cuando hace sólo unos años, sus barandillas originales ‘resucitaron´ al ser halladas en otro edificio del centro de la ciudad.Quien pasee actualmente por la madrileña plaza de Callao se topa, en el edificio que ahora ocupan unos grandes almacenes, con una placa en recuerdo del hotel que estuvo allí, «lugar de encuentro de escritores, artistas y corresponsales de todo el mundo», como reza su texto. Una pieza más de Antonio Palacios, el arquitecto del Madrid de principios del siglo XX,que dejó su impronta en muchos de sus mejores edificios, y también en este.El inmueble se levantó entre los años 1922 y 1924, pero desapareció en 1964 sin dejar prácticamente huella física. No obstante, llega hasta hoy el peso de la historia que habitó en él, especialmente durante el periodo de la Guerra Civil, donde fue -por su céntrica ubicación y también por las comodidades que ofrecía, como baños con agua caliente- refugio elegido por algunos de los principales corresponsales de prensa del momento.Noticia Relacionada Gerda Grepp estandar Si La corresponsal ignorada de la Guerra Civil Israel Viana Elisabeth Vislie publica la biografía de esta periodista noruega olvidada que recorrió los frentes de Madrid, Barcelona, Valencia y Málaga entre 1937 y 1939Antonio Palacios era ya entonces un prestigioso arquitecto, muy reputado y con obras hechas y en marcha en la ciudad, a las que se sumó este hotel, que le encargaron los responsables de la empresa Velasco Florida S.A., encabezados por el empresario vallisoletano Joaquín Velasco. De las pocas imágenes que quedan del hotel se aprecia su fachada, las escaleras de mármol blanco, el uso en su decoración del azulejo sevillano, y las trabajadas barandillas que luego volverán a aparecer en esta historia.En sus sus habitaciones durmieron y escribieron crónicas gloriosas durante la Guerra Civil periodistas que además eran escritores de talla, como Ernest Hemingway. La lista es apabullante: los fotógrafos Robert Capa y Gerda Taro, el corresponsal Mijail Kiltsov, del ‘Pravda’, Geoffrey Cox, del ‘News Chronicle», Antoine de Saint-Exupéry, que trabajó para ‘L’Intransigeant’ y luego para ‘Paris-Soir’; Herbert L. Matthews, de ‘The New York Times’; la pareja de Hemingway, Martha Gellhorn, de la revista ‘Collier’s’; o John Dos Passos, que inmortalizó su estancia allí en un artículo titulado ‘Habitación con baño en el hotel Florida’, que se publicó en la revista ‘Esquire’.El último de los corresponsales hospedados allí fue O.D. Gallagher, enviado del ‘Daily Express’. Parece ser que cuando los soldados de Franco entraron en la capital, encontraron a este periodista en el edificio de Telefónica -muy cerca del hotel-, intentando enviar su crónica al periódico.La famosa periodista española Josefina Carabias escribió también un reportaje publicado en 1934 en la revista ‘Crónica’ bajo el título ‘Ocho días de camarera en un hotel de Madrid. Cómo me hice chica de servir’. En él, explica su experiencia en un gran hotel madrileño, que algunos identifican como el Palace, pero que en algunos pasajes se sitúa en la plaza de Callao, lo que supondría que el escenario donde se desarrolló su experiencia inmersiva era el Florida.MÁS INFORMACIÓN El final bajo la piqueta de la ‘pequeña Alhambra’ madrileña La semana que el genio Albert Einstein pasó en MadridEl arquitecto Álvaro Bonet, que forma parte de la asociación conservacionista Madrid Ciudadanía y Patrimonio, se encargó hace apenas año y medio de realizar una ‘reconstrucción forense’ de cómo era este edificio, hasta lograr su restitución gráfica, que fue publicada coincidiendo con el centenario de su inauguración. Y también identificó algunas de las barandillas originales de la cuarta planta del hotel, que habían sido reaprovechadas en otro edificio madrileño, donde fueron localizadas por otro miembro de Madrid, Ciudadanía y Patrimonio, Alberto Tellería. Siempre ha sido normal el reciclaje de materiales, especialmente los más nobles, cuando se derriba un inmueble; en este caso, nos permite poder disfrutar aún de una parte, aunque sea pequeña, del mítico Hotel Florida. Mítico, icónico, un lugar de leyenda… todas estas definiciones le vienen como anillo al dedo al Hotel Florida , un espacio singular que nació casi con la Gran Vía y murió 40 años después, para desaparecer y no quedar de él más que el recuerdo. Y pese a ello, ocupa un lugar en la historia de Madrid, y aún ha sido capaz, como el Cid, de ganar alguna batalla después de desaparecer, como cuando hace sólo unos años, sus barandillas originales ‘resucitaron´ al ser halladas en otro edificio del centro de la ciudad.Quien pasee actualmente por la madrileña plaza de Callao se topa, en el edificio que ahora ocupan unos grandes almacenes, con una placa en recuerdo del hotel que estuvo allí, «lugar de encuentro de escritores, artistas y corresponsales de todo el mundo», como reza su texto. Una pieza más de Antonio Palacios, el arquitecto del Madrid de principios del siglo XX,que dejó su impronta en muchos de sus mejores edificios, y también en este.El inmueble se levantó entre los años 1922 y 1924, pero desapareció en 1964 sin dejar prácticamente huella física. No obstante, llega hasta hoy el peso de la historia que habitó en él, especialmente durante el periodo de la Guerra Civil, donde fue -por su céntrica ubicación y también por las comodidades que ofrecía, como baños con agua caliente- refugio elegido por algunos de los principales corresponsales de prensa del momento.Noticia Relacionada Gerda Grepp estandar Si La corresponsal ignorada de la Guerra Civil Israel Viana Elisabeth Vislie publica la biografía de esta periodista noruega olvidada que recorrió los frentes de Madrid, Barcelona, Valencia y Málaga entre 1937 y 1939Antonio Palacios era ya entonces un prestigioso arquitecto, muy reputado y con obras hechas y en marcha en la ciudad, a las que se sumó este hotel, que le encargaron los responsables de la empresa Velasco Florida S.A., encabezados por el empresario vallisoletano Joaquín Velasco. De las pocas imágenes que quedan del hotel se aprecia su fachada, las escaleras de mármol blanco, el uso en su decoración del azulejo sevillano, y las trabajadas barandillas que luego volverán a aparecer en esta historia.En sus sus habitaciones durmieron y escribieron crónicas gloriosas durante la Guerra Civil periodistas que además eran escritores de talla, como Ernest Hemingway. La lista es apabullante: los fotógrafos Robert Capa y Gerda Taro, el corresponsal Mijail Kiltsov, del ‘Pravda’, Geoffrey Cox, del ‘News Chronicle», Antoine de Saint-Exupéry, que trabajó para ‘L’Intransigeant’ y luego para ‘Paris-Soir’; Herbert L. Matthews, de ‘The New York Times’; la pareja de Hemingway, Martha Gellhorn, de la revista ‘Collier’s’; o John Dos Passos, que inmortalizó su estancia allí en un artículo titulado ‘Habitación con baño en el hotel Florida’, que se publicó en la revista ‘Esquire’.El último de los corresponsales hospedados allí fue O.D. Gallagher, enviado del ‘Daily Express’. Parece ser que cuando los soldados de Franco entraron en la capital, encontraron a este periodista en el edificio de Telefónica -muy cerca del hotel-, intentando enviar su crónica al periódico.La famosa periodista española Josefina Carabias escribió también un reportaje publicado en 1934 en la revista ‘Crónica’ bajo el título ‘Ocho días de camarera en un hotel de Madrid. Cómo me hice chica de servir’. En él, explica su experiencia en un gran hotel madrileño, que algunos identifican como el Palace, pero que en algunos pasajes se sitúa en la plaza de Callao, lo que supondría que el escenario donde se desarrolló su experiencia inmersiva era el Florida.MÁS INFORMACIÓN El final bajo la piqueta de la ‘pequeña Alhambra’ madrileña La semana que el genio Albert Einstein pasó en MadridEl arquitecto Álvaro Bonet, que forma parte de la asociación conservacionista Madrid Ciudadanía y Patrimonio, se encargó hace apenas año y medio de realizar una ‘reconstrucción forense’ de cómo era este edificio, hasta lograr su restitución gráfica, que fue publicada coincidiendo con el centenario de su inauguración. Y también identificó algunas de las barandillas originales de la cuarta planta del hotel, que habían sido reaprovechadas en otro edificio madrileño, donde fueron localizadas por otro miembro de Madrid, Ciudadanía y Patrimonio, Alberto Tellería. Siempre ha sido normal el reciclaje de materiales, especialmente los más nobles, cuando se derriba un inmueble; en este caso, nos permite poder disfrutar aún de una parte, aunque sea pequeña, del mítico Hotel Florida. Mítico, icónico, un lugar de leyenda… todas estas definiciones le vienen como anillo al dedo al Hotel Florida , un espacio singular que nació casi con la Gran Vía y murió 40 años después, para desaparecer y no quedar de él más que el recuerdo. Y pese a ello, ocupa un lugar en la historia de Madrid, y aún ha sido capaz, como el Cid, de ganar alguna batalla después de desaparecer, como cuando hace sólo unos años, sus barandillas originales ‘resucitaron´ al ser halladas en otro edificio del centro de la ciudad.Quien pasee actualmente por la madrileña plaza de Callao se topa, en el edificio que ahora ocupan unos grandes almacenes, con una placa en recuerdo del hotel que estuvo allí, «lugar de encuentro de escritores, artistas y corresponsales de todo el mundo», como reza su texto. Una pieza más de Antonio Palacios, el arquitecto del Madrid de principios del siglo XX,que dejó su impronta en muchos de sus mejores edificios, y también en este.El inmueble se levantó entre los años 1922 y 1924, pero desapareció en 1964 sin dejar prácticamente huella física. No obstante, llega hasta hoy el peso de la historia que habitó en él, especialmente durante el periodo de la Guerra Civil, donde fue -por su céntrica ubicación y también por las comodidades que ofrecía, como baños con agua caliente- refugio elegido por algunos de los principales corresponsales de prensa del momento.Noticia Relacionada Gerda Grepp estandar Si La corresponsal ignorada de la Guerra Civil Israel Viana Elisabeth Vislie publica la biografía de esta periodista noruega olvidada que recorrió los frentes de Madrid, Barcelona, Valencia y Málaga entre 1937 y 1939Antonio Palacios era ya entonces un prestigioso arquitecto, muy reputado y con obras hechas y en marcha en la ciudad, a las que se sumó este hotel, que le encargaron los responsables de la empresa Velasco Florida S.A., encabezados por el empresario vallisoletano Joaquín Velasco. De las pocas imágenes que quedan del hotel se aprecia su fachada, las escaleras de mármol blanco, el uso en su decoración del azulejo sevillano, y las trabajadas barandillas que luego volverán a aparecer en esta historia.En sus sus habitaciones durmieron y escribieron crónicas gloriosas durante la Guerra Civil periodistas que además eran escritores de talla, como Ernest Hemingway. La lista es apabullante: los fotógrafos Robert Capa y Gerda Taro, el corresponsal Mijail Kiltsov, del ‘Pravda’, Geoffrey Cox, del ‘News Chronicle», Antoine de Saint-Exupéry, que trabajó para ‘L’Intransigeant’ y luego para ‘Paris-Soir’; Herbert L. Matthews, de ‘The New York Times’; la pareja de Hemingway, Martha Gellhorn, de la revista ‘Collier’s’; o John Dos Passos, que inmortalizó su estancia allí en un artículo titulado ‘Habitación con baño en el hotel Florida’, que se publicó en la revista ‘Esquire’.El último de los corresponsales hospedados allí fue O.D. Gallagher, enviado del ‘Daily Express’. Parece ser que cuando los soldados de Franco entraron en la capital, encontraron a este periodista en el edificio de Telefónica -muy cerca del hotel-, intentando enviar su crónica al periódico.La famosa periodista española Josefina Carabias escribió también un reportaje publicado en 1934 en la revista ‘Crónica’ bajo el título ‘Ocho días de camarera en un hotel de Madrid. Cómo me hice chica de servir’. En él, explica su experiencia en un gran hotel madrileño, que algunos identifican como el Palace, pero que en algunos pasajes se sitúa en la plaza de Callao, lo que supondría que el escenario donde se desarrolló su experiencia inmersiva era el Florida.MÁS INFORMACIÓN El final bajo la piqueta de la ‘pequeña Alhambra’ madrileña La semana que el genio Albert Einstein pasó en MadridEl arquitecto Álvaro Bonet, que forma parte de la asociación conservacionista Madrid Ciudadanía y Patrimonio, se encargó hace apenas año y medio de realizar una ‘reconstrucción forense’ de cómo era este edificio, hasta lograr su restitución gráfica, que fue publicada coincidiendo con el centenario de su inauguración. Y también identificó algunas de las barandillas originales de la cuarta planta del hotel, que habían sido reaprovechadas en otro edificio madrileño, donde fueron localizadas por otro miembro de Madrid, Ciudadanía y Patrimonio, Alberto Tellería. Siempre ha sido normal el reciclaje de materiales, especialmente los más nobles, cuando se derriba un inmueble; en este caso, nos permite poder disfrutar aún de una parte, aunque sea pequeña, del mítico Hotel Florida. RSS de noticias de espana
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