La polémica moción de Jumilla para impedir a los musulmanes celebrar dos fiestas religiosas en instalaciones municipales tuvo un prólogo en la capital de la Región de Murcia. En el pleno ordinario de junio, el grupo municipal de Vox en el Ayuntamiento murciano presentó una moción similar a la de Jumilla para prohibir que en los espacios municipales se celebren “prácticas foráneas”. Pero el resultado de la propuesta ultra fue bien distinto. Lo que en Jumilla sería finalmente una enmienda parcial al texto de Vox que los populares aprobaron manteniendo su título, en Murcia capital fue una negativa del PP a la propuesta de los ultras. Era, dijeron los populares, “más sectaria de la cuenta”. Después de su no, también a diferencia de Jumilla, optaron por presentar y aprobar una moción alternativa. Y hubo una diferencia más con el pleno jumillano. La propuesta de la localidad de 27.200 habitantes veta de facto el uso de los equipamientos municipales para el habitual rezo, siquiera puntual, de los musulmanes. En la de Murcia, de puño y letra del PP, no se hace mención alguna a esos espacios ni a su uso.
A diferencia del Ayuntamiento de Jumilla, los populares aprobaron en la capital una propuesta propia y alternativa a la de Vox que no limitaba el uso de espacios municipales por motivos religiosos
La polémica moción de Jumilla para impedir a los musulmanes celebrar dos fiestas religiosas en instalaciones municipales tuvo un prólogo en la capital de la Región de Murcia. En el pleno ordinario de junio, el grupo municipal de Vox en el Ayuntamiento murciano presentó una moción similar a la de Jumilla para prohibir que en los espacios municipales se celebren “prácticas foráneas”. Pero el resultado de la propuesta ultra fue bien distinto. Lo que en Jumilla sería finalmente una enmienda parcial al texto de Vox que los populares aprobaron manteniendo su título, en Murcia capital fue una negativa del PP a la propuesta de los ultras. Era, dijeron los populares, “más sectaria de la cuenta”. Después de su no, también a diferencia de Jumilla, optaron por presentar y aprobar una moción alternativa. Y hubo una diferencia más con el pleno jumillano. La propuesta de la localidad de 27.200 habitantes veta de facto el uso de los equipamientos municipales para el habitual rezo, siquiera puntual, de los musulmanes. En la de Murcia, de puño y letra del PP, no se hace mención alguna a esos espacios ni a su uso.
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