Para reconvenir al PP, el líder de Vox, Santiago Abascal, expuso esta semana una deducción lógica: “No se puede decir que el Gobierno es una mafia y a la vez llegar a acuerdos con esa mafia”. Ni llegar a acuerdos, ni seguramente mantener una mínima relación institucional. Tras clasificar al Gobierno como “organización criminal” y a su presidente de “capo de la mafia”, después de pregonar que el país es un caos al borde de colapso, los populares no podían llegar este viernes a Barcelona y celebrar con Pedro Sánchez una Conferencia de Presidentes autonómicos como si tal cosa. Y el encuentro, como era previsible, derivó en un combate. Y en un preparativo para la manifestación del próximo domingo con ese lema insólito, incluso para un país que ha vivido tantos momentos de hiperventilación política: “Mafia o democracia”.
El choque institucional frustra el nuevo intento de Sánchez de recuperar el control de la agenda
Para reconvenir al PP, el líder de Vox, Santiago Abascal, expuso esta semana una deducción lógica: “No se puede decir que el Gobierno es una mafia y a la vez llegar a acuerdos con esa mafia”. Ni llegar a acuerdos, ni seguramente mantener una mínima relación institucional. Tras clasificar al Gobierno como “organización criminal” y a su presidente de “capo de la mafia”, después de pregonar que el país es un caos al borde de colapso, los populares no podían llegar este viernes a Barcelona y celebrar con Pedro Sánchez una Conferencia de Presidentes autonómicos como si tal cosa. Y el encuentro, como era previsible, derivó en un combate. Y en un preparativo para la manifestación del próximo domingo con ese lema insólito, incluso para un país que ha vivido tantos momentos de hiperventilación política: “Mafia o democracia”.
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