En varios países europeos los gobiernos están desarrollando sistemas de verificación de mayoría de edad para el acceso a contenidos para adultos en internet, pasaportes digitales que serán necesarios para poder acceder a contenido adulto. En España, el gobierno presentó en estas fechas el pasado año la bautizada como Cartera Digital Beta (pero conocido en internet como el pajaporte), una aplicación que permite acceder 30 veces a sitios de contenido adulto cada 30 días, aunque puede renovarse si se necesitan más visitas.José Luis Escrivá, entonces ministro de Transformación Digital, llegó a señalar que la herramienta no se podrá hackear y que el Ejecutivo no sabrá bajo ninguna circunstancia quiénes son los usuarios que la emplean para acceder a plataformas de contenido para adultos. Sin embargo, expertos en ciberseguridad consultados por ABC ya dejaron claro en su momento que el sistema tenía fisuras , una crítica que vuelve a cobrar fuerza ahora que el modelo británico, similar en su enfoque, ha demostrado ser ineficaz.«Pretenden que el uso sea anónimo, pero anónimo está claro que no va a ser —explica Antonio Fernandes, experto en ciberseguridad de la Guardia Civil—. En cuanto se contacta con su servidor, ya nos identifican mediante la clave pública. Si el Gobierno quiere, podrá saber quién usa la app». Y añade: «Pasa lo mismo que en Reino Unido: aseguran que eliminan los datos biométricos tras la verificación, pero no hay forma de comprobarlo. Si hay una filtración, tu rostro podría acabar en el mercado negro de datos sensibles».Noticia Relacionada Se ha presentado hoy estandar No La ‘app’ que habrá que usar en España para ver pornografía en dos meses Rodrigo Alonso La herramienta sigue en desarrollo y funcionará a través de la Cartera Digital realizada por el GobiernoComo se ha visto en Reino Unido, estos sistemas obligan a revelar el rostro, los datos personales o a permitir que operadoras y bancos certifiquen a una web pornográfica que el usuario es mayor de edad. Eso implica, según los expertos, un coste elevado en términos de privacidad. En España, al menos, los datos están gestionados por el Gobierno y no por empresas privadas, como ocurre en el modelo británico. Aun así, sigue siendo una cuestión que inquieta a los expertos. Además, el sistema tiene limitaciones importantes: solo se aplicará a páginas de contenido adulto registradas en España, que no son precisamente las más visitadas. «El pajaporte no va a funcionar. Hace agua por todas partes», sentencia Fernandes.«Los menores van un paso por delante» Y no es el único escollo. «Caemos en el mismo problema de siempre: los menores parecen ir un paso por delante. Si pueden usar una VPN —como ya ocurre en Reino Unido—, usarán el DNI de su padre o encontrarán cualquier otro método para esquivar el sistema», advierte Javier Sanz, también experto en ciberseguridad.Otra cosa que llegó a señalar Escrivá es que los adultos deberían hacer un «esfuerzo pequeñin», amén de los menores, para no acceder con frenesí a contenidos pornográficos. Ese minúsculo esfuerzo se ha traducido, al menos en el sistema británico, en una herramienta de censura que prohíbe consultar determinados foros —Reddit o Discord son algunos—, entrar a páginas que pueden tener la categoría de «contenido sensible» o incluso escuchar determinadas canciones en Spotify. «Lo han vendido como una medida para proteger a los menores, pero si miras más allá del titular lo que encuentras es la normalización del control digital bajo la excusa del bien común. Se llame Online Safety Act o Pajaporte, esto parece que ya no va de proteger a los niños, sino de crear un nuevo estándar social donde tu cara, tu documento y tu cuerpo sean la contraseña para existir en lo digital», dice Sanz. En varios países europeos los gobiernos están desarrollando sistemas de verificación de mayoría de edad para el acceso a contenidos para adultos en internet, pasaportes digitales que serán necesarios para poder acceder a contenido adulto. En España, el gobierno presentó en estas fechas el pasado año la bautizada como Cartera Digital Beta (pero conocido en internet como el pajaporte), una aplicación que permite acceder 30 veces a sitios de contenido adulto cada 30 días, aunque puede renovarse si se necesitan más visitas.José Luis Escrivá, entonces ministro de Transformación Digital, llegó a señalar que la herramienta no se podrá hackear y que el Ejecutivo no sabrá bajo ninguna circunstancia quiénes son los usuarios que la emplean para acceder a plataformas de contenido para adultos. Sin embargo, expertos en ciberseguridad consultados por ABC ya dejaron claro en su momento que el sistema tenía fisuras , una crítica que vuelve a cobrar fuerza ahora que el modelo británico, similar en su enfoque, ha demostrado ser ineficaz.«Pretenden que el uso sea anónimo, pero anónimo está claro que no va a ser —explica Antonio Fernandes, experto en ciberseguridad de la Guardia Civil—. En cuanto se contacta con su servidor, ya nos identifican mediante la clave pública. Si el Gobierno quiere, podrá saber quién usa la app». Y añade: «Pasa lo mismo que en Reino Unido: aseguran que eliminan los datos biométricos tras la verificación, pero no hay forma de comprobarlo. Si hay una filtración, tu rostro podría acabar en el mercado negro de datos sensibles».Noticia Relacionada Se ha presentado hoy estandar No La ‘app’ que habrá que usar en España para ver pornografía en dos meses Rodrigo Alonso La herramienta sigue en desarrollo y funcionará a través de la Cartera Digital realizada por el GobiernoComo se ha visto en Reino Unido, estos sistemas obligan a revelar el rostro, los datos personales o a permitir que operadoras y bancos certifiquen a una web pornográfica que el usuario es mayor de edad. Eso implica, según los expertos, un coste elevado en términos de privacidad. En España, al menos, los datos están gestionados por el Gobierno y no por empresas privadas, como ocurre en el modelo británico. Aun así, sigue siendo una cuestión que inquieta a los expertos. Además, el sistema tiene limitaciones importantes: solo se aplicará a páginas de contenido adulto registradas en España, que no son precisamente las más visitadas. «El pajaporte no va a funcionar. Hace agua por todas partes», sentencia Fernandes.«Los menores van un paso por delante» Y no es el único escollo. «Caemos en el mismo problema de siempre: los menores parecen ir un paso por delante. Si pueden usar una VPN —como ya ocurre en Reino Unido—, usarán el DNI de su padre o encontrarán cualquier otro método para esquivar el sistema», advierte Javier Sanz, también experto en ciberseguridad.Otra cosa que llegó a señalar Escrivá es que los adultos deberían hacer un «esfuerzo pequeñin», amén de los menores, para no acceder con frenesí a contenidos pornográficos. Ese minúsculo esfuerzo se ha traducido, al menos en el sistema británico, en una herramienta de censura que prohíbe consultar determinados foros —Reddit o Discord son algunos—, entrar a páginas que pueden tener la categoría de «contenido sensible» o incluso escuchar determinadas canciones en Spotify. «Lo han vendido como una medida para proteger a los menores, pero si miras más allá del titular lo que encuentras es la normalización del control digital bajo la excusa del bien común. Se llame Online Safety Act o Pajaporte, esto parece que ya no va de proteger a los niños, sino de crear un nuevo estándar social donde tu cara, tu documento y tu cuerpo sean la contraseña para existir en lo digital», dice Sanz. En varios países europeos los gobiernos están desarrollando sistemas de verificación de mayoría de edad para el acceso a contenidos para adultos en internet, pasaportes digitales que serán necesarios para poder acceder a contenido adulto. En España, el gobierno presentó en estas fechas el pasado año la bautizada como Cartera Digital Beta (pero conocido en internet como el pajaporte), una aplicación que permite acceder 30 veces a sitios de contenido adulto cada 30 días, aunque puede renovarse si se necesitan más visitas.José Luis Escrivá, entonces ministro de Transformación Digital, llegó a señalar que la herramienta no se podrá hackear y que el Ejecutivo no sabrá bajo ninguna circunstancia quiénes son los usuarios que la emplean para acceder a plataformas de contenido para adultos. Sin embargo, expertos en ciberseguridad consultados por ABC ya dejaron claro en su momento que el sistema tenía fisuras , una crítica que vuelve a cobrar fuerza ahora que el modelo británico, similar en su enfoque, ha demostrado ser ineficaz.«Pretenden que el uso sea anónimo, pero anónimo está claro que no va a ser —explica Antonio Fernandes, experto en ciberseguridad de la Guardia Civil—. En cuanto se contacta con su servidor, ya nos identifican mediante la clave pública. Si el Gobierno quiere, podrá saber quién usa la app». Y añade: «Pasa lo mismo que en Reino Unido: aseguran que eliminan los datos biométricos tras la verificación, pero no hay forma de comprobarlo. Si hay una filtración, tu rostro podría acabar en el mercado negro de datos sensibles».Noticia Relacionada Se ha presentado hoy estandar No La ‘app’ que habrá que usar en España para ver pornografía en dos meses Rodrigo Alonso La herramienta sigue en desarrollo y funcionará a través de la Cartera Digital realizada por el GobiernoComo se ha visto en Reino Unido, estos sistemas obligan a revelar el rostro, los datos personales o a permitir que operadoras y bancos certifiquen a una web pornográfica que el usuario es mayor de edad. Eso implica, según los expertos, un coste elevado en términos de privacidad. En España, al menos, los datos están gestionados por el Gobierno y no por empresas privadas, como ocurre en el modelo británico. Aun así, sigue siendo una cuestión que inquieta a los expertos. Además, el sistema tiene limitaciones importantes: solo se aplicará a páginas de contenido adulto registradas en España, que no son precisamente las más visitadas. «El pajaporte no va a funcionar. Hace agua por todas partes», sentencia Fernandes.«Los menores van un paso por delante» Y no es el único escollo. «Caemos en el mismo problema de siempre: los menores parecen ir un paso por delante. Si pueden usar una VPN —como ya ocurre en Reino Unido—, usarán el DNI de su padre o encontrarán cualquier otro método para esquivar el sistema», advierte Javier Sanz, también experto en ciberseguridad.Otra cosa que llegó a señalar Escrivá es que los adultos deberían hacer un «esfuerzo pequeñin», amén de los menores, para no acceder con frenesí a contenidos pornográficos. Ese minúsculo esfuerzo se ha traducido, al menos en el sistema británico, en una herramienta de censura que prohíbe consultar determinados foros —Reddit o Discord son algunos—, entrar a páginas que pueden tener la categoría de «contenido sensible» o incluso escuchar determinadas canciones en Spotify. «Lo han vendido como una medida para proteger a los menores, pero si miras más allá del titular lo que encuentras es la normalización del control digital bajo la excusa del bien común. Se llame Online Safety Act o Pajaporte, esto parece que ya no va de proteger a los niños, sino de crear un nuevo estándar social donde tu cara, tu documento y tu cuerpo sean la contraseña para existir en lo digital», dice Sanz. RSS de noticias de tecnologia
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