Las palabras de Felipe (González) siempre retumban en España pero adquieren su mayor eco en su tierra, en Sevilla, Andalucía. Quien fuera presidente del Gobierno en los años 80 y 90 y liderara el proyecto socialista en el país ha sido durante décadas la gran referencia en el PSOE. El jarrón chino , como él mismo definía a los expresidentes porque tienen un gran valor pero no se sabe dónde ponerlos, derramaba más agua fría la pasada semana con sus declaraciones en ‘Más de uno’, el programa de Carlos Alsina en Onda Cero.El sevillano arremetió de nuevo contra Pedro Sánchez asegurando que no votaría a un PSOE con él de candidato , muy molesto por la amnistía aprobada a los políticos catalanes que participaron en el procés independentista de 2017. A nivel nacional, en público, los dirigentes actuales han optado por no abrir un nuevo frente con su antiguo líder, aunque las palabras han escocido (ya llovía sobre mojado) y alimentan a ese grupo de descontentos que empieza a ganar fuerza como oposición a Sánchez.En Sevilla, la presidenta del PSOE de Sevilla, la histórica Amparo Rubiales, compartía en su perfil de X (anteriormente Twitter) una campaña de recogida de firmas para abrir un expediente disciplinario que acabara con la expulsión del propio Felipe González por faltas muy graves. «¿Qué pretendes, Felipe? ¿Por qué nos haces esto?», acompañaban estas palabras al enlace.Rubiales, muy activa en la citada red social, mantuvo este ‘post’ durante varias horas hasta que diversos medios, entre ellos ABC, reflejaban la noticia. Que alguien tan cercana a Felipe González, paisana y miembro de su Gobierno, pidiera su expulsión, trascendía rápidamente y pronto se convertía en objeto de debate de propios y extraños. Alcanzaba tal repercusión que la propia protagonista borraba ese ‘tuit’ y acusaba a ABC de «mentir», si bien este medio pudo capturar ese mensaje anterior. Sumida en una profunda ambigüedad, ha señalado que le pareció bien compartirlo pero que ella no lo había firmado.Ayer lunes, desde el PSOE de Sevilla mantuvieron la callada por respuesta. El secretario general en la provincia, Javier Fernández , ofrecía una rueda de prensa en la que no se refería a este asunto pese a su relevancia. Más adelante, también optaron por no responder a las cuestiones de ABC con respecto a la acción en el universo virtual de su expresidenta Amparo Rubiales. Se remitían a esa intervención previa trufada de críticas a Juanma Moreno pero sin alusiones al mencionado asunto, sin desvelar el posicionamiento del partido y si están de acuerdo o no con su presidenta.Tampoco se manifestaba María Jesús Montero en su comparecencia en Sevilla con motivo de la colocación de la primera piedra del Centro Común de Investigación (JRC). La vicepresidenta del Gobierno, ministra de Hacienda y líder del PSOE andaluz, también hispalense, no se refirió ni a las palabras de Felipe González ni a la postura de Amparo Rubiales. Todos han decidido ponerse de perfil y que la contundente y frenética actualidad sepulte la disidencia interna.Entre los motivos para querer expulsar al expresidente del Gobierno, destacan su calificación de «barrabasada», «vergüenza» y acto de «corrupción poíitica» la ley de amnistía, aprobada por el PSOE «en coherencia con su proyecto político».La campaña de recogida de firmas apunta que «el hecho de pedir el voto en blanco… claramente entra en contradicción con los intereses del PSOE en próximas elecciones».La oposición en el propio partidoEl último mes ha sido especialmente duro para el Partido Socialista, con casos muy diversos que han provocado una quiebra interna en el seno de la formación y las disensiones públicas de miembros muy señalados del PSOE. El demoledor informe de la UCO (Guardia Civil) destapando la trama de presunta corrupción, que podría estar liderada por Santos Cerdán y José Luis Ábalos (exsecretario de organización y exministro de Transportes, respectivamente), ha sido el golpe más acusado. El primero ya ha sido enviado a prisión provisional sin fianza acusado de ser el cabecilla de esa «organización criminal».Hace escasos días, un grupo de 38 exdirigentes históricos de la formación firmaban un manifiesto en el que exigían a Sánchez su dimisión como secretario general y elecciones en el partido. Para «salvaguardar la dignidad de nuestros votantes y restituir el honor del Partido Socialista y de su militancia», entienden que es necesaria la renovación. Entre los firmantes, Barrionuevo, Vera, Nicolás Redondo, Tomás Gómez y los andaluces José Rodríguez de la Borbolla, Antonio Ojeda y Paulino Plata. Ya no es sólo la oposición, sino que se acumulan los frentes. Las investigaciones policiales y procesos judiciales acorralan a Pedro Sánchez y también al propio PSOE, lo que provoca un profundo malestar en varios de sus militantes y en actuales dirigentes de la organización. Líderes como García Page, Susana Díaz, Javier Lambán o el propio Tomás Gómez ya han sido incluidos en lo que el propio Óscar Puente llama ‘el club de los resentidos’. Un club en el que Felipe González y Alfonso Guerra seguro que tienen su sitio. Las palabras de Felipe (González) siempre retumban en España pero adquieren su mayor eco en su tierra, en Sevilla, Andalucía. Quien fuera presidente del Gobierno en los años 80 y 90 y liderara el proyecto socialista en el país ha sido durante décadas la gran referencia en el PSOE. El jarrón chino , como él mismo definía a los expresidentes porque tienen un gran valor pero no se sabe dónde ponerlos, derramaba más agua fría la pasada semana con sus declaraciones en ‘Más de uno’, el programa de Carlos Alsina en Onda Cero.El sevillano arremetió de nuevo contra Pedro Sánchez asegurando que no votaría a un PSOE con él de candidato , muy molesto por la amnistía aprobada a los políticos catalanes que participaron en el procés independentista de 2017. A nivel nacional, en público, los dirigentes actuales han optado por no abrir un nuevo frente con su antiguo líder, aunque las palabras han escocido (ya llovía sobre mojado) y alimentan a ese grupo de descontentos que empieza a ganar fuerza como oposición a Sánchez.En Sevilla, la presidenta del PSOE de Sevilla, la histórica Amparo Rubiales, compartía en su perfil de X (anteriormente Twitter) una campaña de recogida de firmas para abrir un expediente disciplinario que acabara con la expulsión del propio Felipe González por faltas muy graves. «¿Qué pretendes, Felipe? ¿Por qué nos haces esto?», acompañaban estas palabras al enlace.Rubiales, muy activa en la citada red social, mantuvo este ‘post’ durante varias horas hasta que diversos medios, entre ellos ABC, reflejaban la noticia. Que alguien tan cercana a Felipe González, paisana y miembro de su Gobierno, pidiera su expulsión, trascendía rápidamente y pronto se convertía en objeto de debate de propios y extraños. Alcanzaba tal repercusión que la propia protagonista borraba ese ‘tuit’ y acusaba a ABC de «mentir», si bien este medio pudo capturar ese mensaje anterior. Sumida en una profunda ambigüedad, ha señalado que le pareció bien compartirlo pero que ella no lo había firmado.Ayer lunes, desde el PSOE de Sevilla mantuvieron la callada por respuesta. El secretario general en la provincia, Javier Fernández , ofrecía una rueda de prensa en la que no se refería a este asunto pese a su relevancia. Más adelante, también optaron por no responder a las cuestiones de ABC con respecto a la acción en el universo virtual de su expresidenta Amparo Rubiales. Se remitían a esa intervención previa trufada de críticas a Juanma Moreno pero sin alusiones al mencionado asunto, sin desvelar el posicionamiento del partido y si están de acuerdo o no con su presidenta.Tampoco se manifestaba María Jesús Montero en su comparecencia en Sevilla con motivo de la colocación de la primera piedra del Centro Común de Investigación (JRC). La vicepresidenta del Gobierno, ministra de Hacienda y líder del PSOE andaluz, también hispalense, no se refirió ni a las palabras de Felipe González ni a la postura de Amparo Rubiales. Todos han decidido ponerse de perfil y que la contundente y frenética actualidad sepulte la disidencia interna.Entre los motivos para querer expulsar al expresidente del Gobierno, destacan su calificación de «barrabasada», «vergüenza» y acto de «corrupción poíitica» la ley de amnistía, aprobada por el PSOE «en coherencia con su proyecto político».La campaña de recogida de firmas apunta que «el hecho de pedir el voto en blanco… claramente entra en contradicción con los intereses del PSOE en próximas elecciones».La oposición en el propio partidoEl último mes ha sido especialmente duro para el Partido Socialista, con casos muy diversos que han provocado una quiebra interna en el seno de la formación y las disensiones públicas de miembros muy señalados del PSOE. El demoledor informe de la UCO (Guardia Civil) destapando la trama de presunta corrupción, que podría estar liderada por Santos Cerdán y José Luis Ábalos (exsecretario de organización y exministro de Transportes, respectivamente), ha sido el golpe más acusado. El primero ya ha sido enviado a prisión provisional sin fianza acusado de ser el cabecilla de esa «organización criminal».Hace escasos días, un grupo de 38 exdirigentes históricos de la formación firmaban un manifiesto en el que exigían a Sánchez su dimisión como secretario general y elecciones en el partido. Para «salvaguardar la dignidad de nuestros votantes y restituir el honor del Partido Socialista y de su militancia», entienden que es necesaria la renovación. Entre los firmantes, Barrionuevo, Vera, Nicolás Redondo, Tomás Gómez y los andaluces José Rodríguez de la Borbolla, Antonio Ojeda y Paulino Plata. Ya no es sólo la oposición, sino que se acumulan los frentes. Las investigaciones policiales y procesos judiciales acorralan a Pedro Sánchez y también al propio PSOE, lo que provoca un profundo malestar en varios de sus militantes y en actuales dirigentes de la organización. Líderes como García Page, Susana Díaz, Javier Lambán o el propio Tomás Gómez ya han sido incluidos en lo que el propio Óscar Puente llama ‘el club de los resentidos’. Un club en el que Felipe González y Alfonso Guerra seguro que tienen su sitio. Las palabras de Felipe (González) siempre retumban en España pero adquieren su mayor eco en su tierra, en Sevilla, Andalucía. Quien fuera presidente del Gobierno en los años 80 y 90 y liderara el proyecto socialista en el país ha sido durante décadas la gran referencia en el PSOE. El jarrón chino , como él mismo definía a los expresidentes porque tienen un gran valor pero no se sabe dónde ponerlos, derramaba más agua fría la pasada semana con sus declaraciones en ‘Más de uno’, el programa de Carlos Alsina en Onda Cero.El sevillano arremetió de nuevo contra Pedro Sánchez asegurando que no votaría a un PSOE con él de candidato , muy molesto por la amnistía aprobada a los políticos catalanes que participaron en el procés independentista de 2017. A nivel nacional, en público, los dirigentes actuales han optado por no abrir un nuevo frente con su antiguo líder, aunque las palabras han escocido (ya llovía sobre mojado) y alimentan a ese grupo de descontentos que empieza a ganar fuerza como oposición a Sánchez.En Sevilla, la presidenta del PSOE de Sevilla, la histórica Amparo Rubiales, compartía en su perfil de X (anteriormente Twitter) una campaña de recogida de firmas para abrir un expediente disciplinario que acabara con la expulsión del propio Felipe González por faltas muy graves. «¿Qué pretendes, Felipe? ¿Por qué nos haces esto?», acompañaban estas palabras al enlace.Rubiales, muy activa en la citada red social, mantuvo este ‘post’ durante varias horas hasta que diversos medios, entre ellos ABC, reflejaban la noticia. Que alguien tan cercana a Felipe González, paisana y miembro de su Gobierno, pidiera su expulsión, trascendía rápidamente y pronto se convertía en objeto de debate de propios y extraños. Alcanzaba tal repercusión que la propia protagonista borraba ese ‘tuit’ y acusaba a ABC de «mentir», si bien este medio pudo capturar ese mensaje anterior. Sumida en una profunda ambigüedad, ha señalado que le pareció bien compartirlo pero que ella no lo había firmado.Ayer lunes, desde el PSOE de Sevilla mantuvieron la callada por respuesta. El secretario general en la provincia, Javier Fernández , ofrecía una rueda de prensa en la que no se refería a este asunto pese a su relevancia. Más adelante, también optaron por no responder a las cuestiones de ABC con respecto a la acción en el universo virtual de su expresidenta Amparo Rubiales. Se remitían a esa intervención previa trufada de críticas a Juanma Moreno pero sin alusiones al mencionado asunto, sin desvelar el posicionamiento del partido y si están de acuerdo o no con su presidenta.Tampoco se manifestaba María Jesús Montero en su comparecencia en Sevilla con motivo de la colocación de la primera piedra del Centro Común de Investigación (JRC). La vicepresidenta del Gobierno, ministra de Hacienda y líder del PSOE andaluz, también hispalense, no se refirió ni a las palabras de Felipe González ni a la postura de Amparo Rubiales. Todos han decidido ponerse de perfil y que la contundente y frenética actualidad sepulte la disidencia interna.Entre los motivos para querer expulsar al expresidente del Gobierno, destacan su calificación de «barrabasada», «vergüenza» y acto de «corrupción poíitica» la ley de amnistía, aprobada por el PSOE «en coherencia con su proyecto político».La campaña de recogida de firmas apunta que «el hecho de pedir el voto en blanco… claramente entra en contradicción con los intereses del PSOE en próximas elecciones».La oposición en el propio partidoEl último mes ha sido especialmente duro para el Partido Socialista, con casos muy diversos que han provocado una quiebra interna en el seno de la formación y las disensiones públicas de miembros muy señalados del PSOE. El demoledor informe de la UCO (Guardia Civil) destapando la trama de presunta corrupción, que podría estar liderada por Santos Cerdán y José Luis Ábalos (exsecretario de organización y exministro de Transportes, respectivamente), ha sido el golpe más acusado. El primero ya ha sido enviado a prisión provisional sin fianza acusado de ser el cabecilla de esa «organización criminal».Hace escasos días, un grupo de 38 exdirigentes históricos de la formación firmaban un manifiesto en el que exigían a Sánchez su dimisión como secretario general y elecciones en el partido. Para «salvaguardar la dignidad de nuestros votantes y restituir el honor del Partido Socialista y de su militancia», entienden que es necesaria la renovación. Entre los firmantes, Barrionuevo, Vera, Nicolás Redondo, Tomás Gómez y los andaluces José Rodríguez de la Borbolla, Antonio Ojeda y Paulino Plata. Ya no es sólo la oposición, sino que se acumulan los frentes. Las investigaciones policiales y procesos judiciales acorralan a Pedro Sánchez y también al propio PSOE, lo que provoca un profundo malestar en varios de sus militantes y en actuales dirigentes de la organización. Líderes como García Page, Susana Díaz, Javier Lambán o el propio Tomás Gómez ya han sido incluidos en lo que el propio Óscar Puente llama ‘el club de los resentidos’. Un club en el que Felipe González y Alfonso Guerra seguro que tienen su sitio. RSS de noticias de espana/andalucia
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julio 1, 2025
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