El futuro de las transferencias hídricas a Alicante, Murcia y Almería vuelve a reabrir la guerra del agua entre populares y socialistas, que se culpan mutuamente, aunque los recortes a la mitad dependen del Gobierno. El PSOE ha recriminado al PP que el trasvase ni siquiera viene en la ponencia de su congreso nacional , sin recordar al parecer que Emiliano García Page lo que incluyó en el documento análogo de su congreso federal fue cerrarlo definitivamente.La paradoja viene de que en aquel cónclave socialista, la federación murciana sí introdujo una mención de respaldo y mantenimiento al acueducto, mientras que la castellanomanchega hizo lo propio con todo lo contrario, de forma contradictoria.Al margen de esta incoherencia, el debate entre ambas formaciones se mantiene porque ahora una moción presentada por el PP solicita que la Asamblea de Murcia rechace el Plan Hidrológico del Tajo y también instará a los diputados a respaldar los trasvases.Además, se insta a que se incluya a la Confederación Hidrográfica del Segura (CHS) como demandante legítima en el proceso de planificación hidrológica, al considerar que su exclusión «viola principios básicos de legalidad y solidaridad».En cuanto a los caudales ecológicos en el Tajo, cuya elevación recortará a la mitad las transferencias de agua a partir de 2027, el PP reclama una revisión urgente y que se definan según «criterios técnico-científicos comunes para toda la cuenca» para que de esta manera «se eviten discriminaciones arbitrarias entre tramos fluviales con características similares».MÁS INFORMACIÓN noticia No Cisma en Compromís: el partido mayoritario rompe con Sumar y su diputada pasa al Grupo MixtoPor su parte, el presidente autonómico, Fernando López Miras , ha advertido de que el planteamiento ministerial es «una decisión irreversible para el futuro de miles de familias» que a la postre «abocará a la quiebra técnica » al sector, con 300.000 puestos de trabajo y 3.000 millones de euros de impacto económico.Mientras tanto, desde las filas socialistas, han asegurado en cambio que el Partido Popular «culpa al Gobierno de España sólo para intentar tapar que ha eliminado por completo el trasvase Tajo-Segura de la ponencia de su congreso nacional y no incluye ninguna propuesta para garantizar agua en la Región».Por eso, les han instado a «ser valientes y enmendar» ese documento, además de comparar con que el PSOE sí incluyo esta infraestructura en su congreso estatal, pero obviando que fue por partida doble, para reivindicarlo y para clausurarlo, según la demarcación socialista.El único punto de coincidencia entre ambos partidos ha sido aceptar la desalación como recurso, si bien para unos resulta viable sólo como complemento, mientras que los otros fían ahí el futuro del agua para los regantes. El futuro de las transferencias hídricas a Alicante, Murcia y Almería vuelve a reabrir la guerra del agua entre populares y socialistas, que se culpan mutuamente, aunque los recortes a la mitad dependen del Gobierno. El PSOE ha recriminado al PP que el trasvase ni siquiera viene en la ponencia de su congreso nacional , sin recordar al parecer que Emiliano García Page lo que incluyó en el documento análogo de su congreso federal fue cerrarlo definitivamente.La paradoja viene de que en aquel cónclave socialista, la federación murciana sí introdujo una mención de respaldo y mantenimiento al acueducto, mientras que la castellanomanchega hizo lo propio con todo lo contrario, de forma contradictoria.Al margen de esta incoherencia, el debate entre ambas formaciones se mantiene porque ahora una moción presentada por el PP solicita que la Asamblea de Murcia rechace el Plan Hidrológico del Tajo y también instará a los diputados a respaldar los trasvases.Además, se insta a que se incluya a la Confederación Hidrográfica del Segura (CHS) como demandante legítima en el proceso de planificación hidrológica, al considerar que su exclusión «viola principios básicos de legalidad y solidaridad».En cuanto a los caudales ecológicos en el Tajo, cuya elevación recortará a la mitad las transferencias de agua a partir de 2027, el PP reclama una revisión urgente y que se definan según «criterios técnico-científicos comunes para toda la cuenca» para que de esta manera «se eviten discriminaciones arbitrarias entre tramos fluviales con características similares».MÁS INFORMACIÓN noticia No Cisma en Compromís: el partido mayoritario rompe con Sumar y su diputada pasa al Grupo MixtoPor su parte, el presidente autonómico, Fernando López Miras , ha advertido de que el planteamiento ministerial es «una decisión irreversible para el futuro de miles de familias» que a la postre «abocará a la quiebra técnica » al sector, con 300.000 puestos de trabajo y 3.000 millones de euros de impacto económico.Mientras tanto, desde las filas socialistas, han asegurado en cambio que el Partido Popular «culpa al Gobierno de España sólo para intentar tapar que ha eliminado por completo el trasvase Tajo-Segura de la ponencia de su congreso nacional y no incluye ninguna propuesta para garantizar agua en la Región».Por eso, les han instado a «ser valientes y enmendar» ese documento, además de comparar con que el PSOE sí incluyo esta infraestructura en su congreso estatal, pero obviando que fue por partida doble, para reivindicarlo y para clausurarlo, según la demarcación socialista.El único punto de coincidencia entre ambos partidos ha sido aceptar la desalación como recurso, si bien para unos resulta viable sólo como complemento, mientras que los otros fían ahí el futuro del agua para los regantes. El futuro de las transferencias hídricas a Alicante, Murcia y Almería vuelve a reabrir la guerra del agua entre populares y socialistas, que se culpan mutuamente, aunque los recortes a la mitad dependen del Gobierno. El PSOE ha recriminado al PP que el trasvase ni siquiera viene en la ponencia de su congreso nacional , sin recordar al parecer que Emiliano García Page lo que incluyó en el documento análogo de su congreso federal fue cerrarlo definitivamente.La paradoja viene de que en aquel cónclave socialista, la federación murciana sí introdujo una mención de respaldo y mantenimiento al acueducto, mientras que la castellanomanchega hizo lo propio con todo lo contrario, de forma contradictoria.Al margen de esta incoherencia, el debate entre ambas formaciones se mantiene porque ahora una moción presentada por el PP solicita que la Asamblea de Murcia rechace el Plan Hidrológico del Tajo y también instará a los diputados a respaldar los trasvases.Además, se insta a que se incluya a la Confederación Hidrográfica del Segura (CHS) como demandante legítima en el proceso de planificación hidrológica, al considerar que su exclusión «viola principios básicos de legalidad y solidaridad».En cuanto a los caudales ecológicos en el Tajo, cuya elevación recortará a la mitad las transferencias de agua a partir de 2027, el PP reclama una revisión urgente y que se definan según «criterios técnico-científicos comunes para toda la cuenca» para que de esta manera «se eviten discriminaciones arbitrarias entre tramos fluviales con características similares».MÁS INFORMACIÓN noticia No Cisma en Compromís: el partido mayoritario rompe con Sumar y su diputada pasa al Grupo MixtoPor su parte, el presidente autonómico, Fernando López Miras , ha advertido de que el planteamiento ministerial es «una decisión irreversible para el futuro de miles de familias» que a la postre «abocará a la quiebra técnica » al sector, con 300.000 puestos de trabajo y 3.000 millones de euros de impacto económico.Mientras tanto, desde las filas socialistas, han asegurado en cambio que el Partido Popular «culpa al Gobierno de España sólo para intentar tapar que ha eliminado por completo el trasvase Tajo-Segura de la ponencia de su congreso nacional y no incluye ninguna propuesta para garantizar agua en la Región».Por eso, les han instado a «ser valientes y enmendar» ese documento, además de comparar con que el PSOE sí incluyo esta infraestructura en su congreso estatal, pero obviando que fue por partida doble, para reivindicarlo y para clausurarlo, según la demarcación socialista.El único punto de coincidencia entre ambos partidos ha sido aceptar la desalación como recurso, si bien para unos resulta viable sólo como complemento, mientras que los otros fían ahí el futuro del agua para los regantes. 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