<p class=»ue-c-article__paragraph»>Una de las imágenes icónicas de la moción de censura a <strong>Mariano Rajoy</strong> fue el bolso de <strong>Soraya Saénz de Santamaría</strong> ocupando su escaño. Ayer, a las nueve de la mañana, el asiento de <a href=»https://www.elmundo.es/espana/santos-cerdan.html»>Santos Cerdán</a> lo ocupaba el bolso de una diputada socialista. El hasta ahora lugarteniente de <a href=»https://www.elmundo.es/e/pe/pedro-sanchez.html»>Pedro Sánchez</a> en el <a href=»https://www.elmundo.es/e/ps/psoe-partido-socialista-obrero-espanol.html»>PSOE</a> estaba en La Moncloa, trasladando, una vez más, al presidente del Gobierno que «nada es verdad». Lo hizo también en la noche del miércoles cuando aparecieron las primeras informaciones. «Queríamos creer que no nos mentía», lamentan ahora desde el equipo de Sánchez. «Decepción» es la palabra que acertaban a decir ayer los ministros, que antes de que se produjera ya exigían medidas drásticas como la salida de Cerdán. Algunos ni siquiera hablaban, su cara lo decía todo.</p>
La UCO describe una organización criminal en la cúpula del partido con Cerdán con un papel clave
<p class=»ue-c-article__paragraph»>Una de las imágenes icónicas de la moción de censura a <strong>Mariano Rajoy</strong> fue el bolso de <strong>Soraya Saénz de Santamaría</strong> ocupando su escaño. Ayer, a las nueve de la mañana, el asiento de <a href=»https://www.elmundo.es/espana/santos-cerdan.html»>Santos Cerdán</a> lo ocupaba el bolso de una diputada socialista. El hasta ahora lugarteniente de <a href=»https://www.elmundo.es/e/pe/pedro-sanchez.html»>Pedro Sánchez</a> en el <a href=»https://www.elmundo.es/e/ps/psoe-partido-socialista-obrero-espanol.html»>PSOE</a> estaba en La Moncloa, trasladando, una vez más, al presidente del Gobierno que «nada es verdad». Lo hizo también en la noche del miércoles cuando aparecieron las primeras informaciones. «Queríamos creer que no nos mentía», lamentan ahora desde el equipo de Sánchez. «Decepción» es la palabra que acertaban a decir ayer los ministros, que antes de que se produjera ya exigían medidas drásticas como la salida de Cerdán. Algunos ni siquiera hablaban, su cara lo decía todo.</p>
España