Si todos los caminos llevan a Roma, todos los senderos del alma conducen al Rocío. Todo estaba donde debía estar el sábado de romería después del arranque de la misma el viernes de presentaciones. Llegaron a la aldea las hermandades filiales que restaban, los romeros llenaban cada rincón de alegría y fervor, el pontifical estaba totalmente preparado en la víspera de Pentecostés y la Virgen del Rocío aguardaba en su paso más esplendorosa que nunca.Si bien el viernes la gente fue llegando de forma escalonada a la aldea, el sábado esta ya rendía a su máxima intensidad. Las presentaciones de las filiales más señeras y con comitivas más numerosas contribuyeron a ello. La hermandad de Triana , una de las últimas en hacer acto de presencia en El Rocío, llegó por la mañana con su vasta comitiva de peregrinos apenas unas horas antes de su presentación, mientras que, sobre las once y media, ya aguardaban en la esquina de la calle Moguer los romeros de la hermandad de Villamanrique para postrarse ante la Blanca Paloma. La primera y más antigua es cada año la encargada de abrir las presentaciones del sábado de romería en el santuario sobre la hora del regina coeli. No se quisieron perder la cita los consejeros de la Presidencia y Cultura de la Junta de Andalucía, Antonio Sanz y Patricia del Pozo, presentes en la ermita a la hora de inicio de las presentaciones.El presidente de la hermandad Matriz, Santiago Padilla , dio la bienvenida a los romeros de las ochenta y una filiales más veteranas, que «nos traen hasta las marismas los ecos de fe de sus pueblos y ciudades». Tras un nuevo recuerdo al Papa Francisco, reflexionó acerca del lema «peregrinos de esperanza», aludiendo a todos los romeros que han acudido hasta la aldea, a los que pidió que lo sigan siendo en el camino de vuelta. A la Virgen pidió la paz en el mundo minutos antes de que Villamanrique de la Condesa entrase en la explanada del santuario con toda su caballería, incluido un escuadrón de la Guardia Civil, a eso de las doce y diez. Hasta la misma puerta llegó la repujada carreta manriqueña entre aplausos de todos los presentes y vivas al pueblo de Almonte, al de Villamanrique, a la provincia de Sevilla y a todos los rocieros.Ambiente y presentaciones de las hermandades filiales más antiguas en el sábado del Rocío 2025 manuel gómezSi la comitiva de Villamanrique era extensa, no se quedaba atrás la de Pilas , que llegó justo después. Sus pletóricos romeros acaban de comenzar a celebrar los 375 años de la antigua estampa de la Virgen que reproduce su icónico simpecado de color verde esmeralda, que presidirá una misa en la Catedral de Sevilla con motivo de tal efeméride en mayo del año que viene. Con una réplica de su antigua carreta de madera se plantó Pilas ante la Blanca Paloma. La muchedumbre que arrastraba la carreta era tal que tardó un buen rato en pasar al completo.Lo cierto es que las filiales más antiguas y su peso histórico, social y devocional son todos un espejo en el que mirarse para las más nuevas. Así ocurrió con las de Hortaleza y Valenciana de culto, que acudían acompañando a la hermandad de La Palma del Condado con una ilusión desbordada mientras en el cielo estallaban cohetes que anunciaban la presentación de la filial onubense más antigua con su preciosa carreta exornada con flores de tonos malvas.Carrión, con TrianaLas comitivas rocieras se agolpaban formando una larguísima hilera que llegaba más allá de la casa hermandad de Gines. Hasta allí alcanzaban las carretas de la hermandad de Triana, que este año estaban precedidas de su ahijada, la de Carrión de los Céspedes , que cumple su centenario fundacional. Esto hizo que la presentación de Triana, una de las que más expectación y revuelo genera cada año, adquiriera un cariz único en esta ocasión. Pasaba la una de la tarde cuando los romeros carrioneros ocuparon la explanada de la ermita y, tras ellos, los del viejo arrabal, que los apadrinaron allá por 1925. Una vez hubo pasado toda la caballería de Triana se presentaron a la vez ambos simpecados, dejando sin duda una de las estampas más singulares de la jornada en el santuario.Los romeros de Triana, una colosal masa de fervor con más de dos siglos de historia a sus espaldas, entonaron una y otra vez con el sombrero en el aire su clásico «¡Aquí estamos otra vez!» hasta que terminaron de pasar todas sus carretas. El sol brillaba en su máximo apogeo y las lágrimas se derramaban por las mejillas de los peregrinos recordando tantas vivencias y a tantas personas. Aquel momento contó con la presencia del presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, que recibió a ambas hermandades en la puerta de la ermita junto al presidente de la Matriz.Huelva, la hermandad con un mayor número de peregrinos , inundó los alrededores del santuario con su larga y peculiar fila de carros, todo un espectáculo de fervor rociero y buen gusto. Mientras tanto, las filiales que se iban presentando recién llegadas del camino, como la de Triana, se fueron instalando y comenzando sus almuerzos y convivencias. En una de las reuniones más veteranas de la sexta filial rociera tocaba cocido, como cada sábado de romería. Las risas y anécdotas del camino de ida se compaginaban con alguna que otra cabezada fruto de tantas horas de desvelo y peregrinación, y más de un suspiro y mirada al cielo por algún hueco vacío en las mesas de las familias y reuniones. «Pedimos nuestra propia carreta el año que nos casamos, y el primer camino desde que nos la concedieron lo hice embarazada de mi hija Rocío», comentaba emocionada María José mientras su marido, Zambruno, descansaba un poco después de llevar a los bueyes de la carreta. De aquello hace ya más de un cuarto de siglo.Ambiente y presentaciones de las hermandades filiales más antiguas en el sábado del Rocío 2025 manuel gómezLa fe se impone al calorLas visitas a la Virgen del Rocío se contaron por centenares y por miles. Todos los peregrinos querían contemplarla desde todas las perspectivas posibles y obtener ese instante íntimo de agarrase a la reja de la Blanca Paloma para dar gracias, pedir por tantas cosas o simplemente mirarla y no decir nada. Fuera también hubo importantes concentraciones de personas, con grandes colas en dos puntos: la capilla votiva, que un día más se llenó de velas y promesas; y, sobre todo, el quiosco de la marisma, donde las botellitas de agua fresca, los refrescos y los helados volaron para tratar de hacer frente a las altas temperaturas que marcaron la jornada en la aldea.Una agradecida pero ligera brisa hacía ondear las banderas vaticanas del altar que ya estaba instalado en la marisma para la misa de Pentecostés mientras continuaban las presentaciones a la calurosa hora crítica de la sobremesa. Ni el poderoso calor aminoró las ganas del coro de la hermandad de Sevilla por rezar cantando a las plantas de la Blanca Paloma en su especial camino número 75. Las palmas y los vivas de los peregrinos de platino que el pasado miércoles celebraron su misa de romeros en la plaza del Salvador como hace tres cuartos de siglo despertaron al adormilado público. Los más devotos y entusiastas se quedaron para ver el discurrir por la explanada de la ermita de hermandades como Huévar del Aljarafe, El Puerto de Santa María o Aznalcázar, y ya en la recta final de la tarde, el Cerro y Sevilla Sur. La fiesta no se detuvo en las casas de hermandad, donde las ganas de ver a la patrona de Almonte en la calle cada vez eran mayores.La tarde fue cayendo, y las temperaturas, también, para alegría de los presentes. La víspera de Pentecostés tenía el pulso de los romeros acelerado, y bien se notaba en todos los rincones de la aldea. Sevillanas bailadas en reuniones improvisadas en medio de cualquier calle -las que más triunfan, las de siempre-, rutas por las casas de los amigos para avituallarse y tomar un refrigerio o paseos a caballo por las arenas que en poco más de veinticuatro horas recorrería la patrona de Almonte fueron algunas de las opciones elegidas por los rocieros para disfrutar de su romería mientras el tiempo aún era tiempo. El reloj avanza inexorable en la marisma, y los latidos de los peregrinos aumentaban de frecuencia, y lo seguirán haciendo hasta que se produzca la eclosión de todos los anhelos con el salto de la reja. Pero antes de eso aún queda disfrutar de un Domingo de Pentecostés que será jubilar, muy jubiloso… y también caluroso. Si todos los caminos llevan a Roma, todos los senderos del alma conducen al Rocío. Todo estaba donde debía estar el sábado de romería después del arranque de la misma el viernes de presentaciones. Llegaron a la aldea las hermandades filiales que restaban, los romeros llenaban cada rincón de alegría y fervor, el pontifical estaba totalmente preparado en la víspera de Pentecostés y la Virgen del Rocío aguardaba en su paso más esplendorosa que nunca.Si bien el viernes la gente fue llegando de forma escalonada a la aldea, el sábado esta ya rendía a su máxima intensidad. Las presentaciones de las filiales más señeras y con comitivas más numerosas contribuyeron a ello. La hermandad de Triana , una de las últimas en hacer acto de presencia en El Rocío, llegó por la mañana con su vasta comitiva de peregrinos apenas unas horas antes de su presentación, mientras que, sobre las once y media, ya aguardaban en la esquina de la calle Moguer los romeros de la hermandad de Villamanrique para postrarse ante la Blanca Paloma. La primera y más antigua es cada año la encargada de abrir las presentaciones del sábado de romería en el santuario sobre la hora del regina coeli. No se quisieron perder la cita los consejeros de la Presidencia y Cultura de la Junta de Andalucía, Antonio Sanz y Patricia del Pozo, presentes en la ermita a la hora de inicio de las presentaciones.El presidente de la hermandad Matriz, Santiago Padilla , dio la bienvenida a los romeros de las ochenta y una filiales más veteranas, que «nos traen hasta las marismas los ecos de fe de sus pueblos y ciudades». Tras un nuevo recuerdo al Papa Francisco, reflexionó acerca del lema «peregrinos de esperanza», aludiendo a todos los romeros que han acudido hasta la aldea, a los que pidió que lo sigan siendo en el camino de vuelta. A la Virgen pidió la paz en el mundo minutos antes de que Villamanrique de la Condesa entrase en la explanada del santuario con toda su caballería, incluido un escuadrón de la Guardia Civil, a eso de las doce y diez. Hasta la misma puerta llegó la repujada carreta manriqueña entre aplausos de todos los presentes y vivas al pueblo de Almonte, al de Villamanrique, a la provincia de Sevilla y a todos los rocieros.Ambiente y presentaciones de las hermandades filiales más antiguas en el sábado del Rocío 2025 manuel gómezSi la comitiva de Villamanrique era extensa, no se quedaba atrás la de Pilas , que llegó justo después. Sus pletóricos romeros acaban de comenzar a celebrar los 375 años de la antigua estampa de la Virgen que reproduce su icónico simpecado de color verde esmeralda, que presidirá una misa en la Catedral de Sevilla con motivo de tal efeméride en mayo del año que viene. Con una réplica de su antigua carreta de madera se plantó Pilas ante la Blanca Paloma. La muchedumbre que arrastraba la carreta era tal que tardó un buen rato en pasar al completo.Lo cierto es que las filiales más antiguas y su peso histórico, social y devocional son todos un espejo en el que mirarse para las más nuevas. Así ocurrió con las de Hortaleza y Valenciana de culto, que acudían acompañando a la hermandad de La Palma del Condado con una ilusión desbordada mientras en el cielo estallaban cohetes que anunciaban la presentación de la filial onubense más antigua con su preciosa carreta exornada con flores de tonos malvas.Carrión, con TrianaLas comitivas rocieras se agolpaban formando una larguísima hilera que llegaba más allá de la casa hermandad de Gines. Hasta allí alcanzaban las carretas de la hermandad de Triana, que este año estaban precedidas de su ahijada, la de Carrión de los Céspedes , que cumple su centenario fundacional. Esto hizo que la presentación de Triana, una de las que más expectación y revuelo genera cada año, adquiriera un cariz único en esta ocasión. Pasaba la una de la tarde cuando los romeros carrioneros ocuparon la explanada de la ermita y, tras ellos, los del viejo arrabal, que los apadrinaron allá por 1925. Una vez hubo pasado toda la caballería de Triana se presentaron a la vez ambos simpecados, dejando sin duda una de las estampas más singulares de la jornada en el santuario.Los romeros de Triana, una colosal masa de fervor con más de dos siglos de historia a sus espaldas, entonaron una y otra vez con el sombrero en el aire su clásico «¡Aquí estamos otra vez!» hasta que terminaron de pasar todas sus carretas. El sol brillaba en su máximo apogeo y las lágrimas se derramaban por las mejillas de los peregrinos recordando tantas vivencias y a tantas personas. Aquel momento contó con la presencia del presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, que recibió a ambas hermandades en la puerta de la ermita junto al presidente de la Matriz.Huelva, la hermandad con un mayor número de peregrinos , inundó los alrededores del santuario con su larga y peculiar fila de carros, todo un espectáculo de fervor rociero y buen gusto. Mientras tanto, las filiales que se iban presentando recién llegadas del camino, como la de Triana, se fueron instalando y comenzando sus almuerzos y convivencias. En una de las reuniones más veteranas de la sexta filial rociera tocaba cocido, como cada sábado de romería. Las risas y anécdotas del camino de ida se compaginaban con alguna que otra cabezada fruto de tantas horas de desvelo y peregrinación, y más de un suspiro y mirada al cielo por algún hueco vacío en las mesas de las familias y reuniones. «Pedimos nuestra propia carreta el año que nos casamos, y el primer camino desde que nos la concedieron lo hice embarazada de mi hija Rocío», comentaba emocionada María José mientras su marido, Zambruno, descansaba un poco después de llevar a los bueyes de la carreta. De aquello hace ya más de un cuarto de siglo.Ambiente y presentaciones de las hermandades filiales más antiguas en el sábado del Rocío 2025 manuel gómezLa fe se impone al calorLas visitas a la Virgen del Rocío se contaron por centenares y por miles. Todos los peregrinos querían contemplarla desde todas las perspectivas posibles y obtener ese instante íntimo de agarrase a la reja de la Blanca Paloma para dar gracias, pedir por tantas cosas o simplemente mirarla y no decir nada. Fuera también hubo importantes concentraciones de personas, con grandes colas en dos puntos: la capilla votiva, que un día más se llenó de velas y promesas; y, sobre todo, el quiosco de la marisma, donde las botellitas de agua fresca, los refrescos y los helados volaron para tratar de hacer frente a las altas temperaturas que marcaron la jornada en la aldea.Una agradecida pero ligera brisa hacía ondear las banderas vaticanas del altar que ya estaba instalado en la marisma para la misa de Pentecostés mientras continuaban las presentaciones a la calurosa hora crítica de la sobremesa. Ni el poderoso calor aminoró las ganas del coro de la hermandad de Sevilla por rezar cantando a las plantas de la Blanca Paloma en su especial camino número 75. Las palmas y los vivas de los peregrinos de platino que el pasado miércoles celebraron su misa de romeros en la plaza del Salvador como hace tres cuartos de siglo despertaron al adormilado público. Los más devotos y entusiastas se quedaron para ver el discurrir por la explanada de la ermita de hermandades como Huévar del Aljarafe, El Puerto de Santa María o Aznalcázar, y ya en la recta final de la tarde, el Cerro y Sevilla Sur. La fiesta no se detuvo en las casas de hermandad, donde las ganas de ver a la patrona de Almonte en la calle cada vez eran mayores.La tarde fue cayendo, y las temperaturas, también, para alegría de los presentes. La víspera de Pentecostés tenía el pulso de los romeros acelerado, y bien se notaba en todos los rincones de la aldea. Sevillanas bailadas en reuniones improvisadas en medio de cualquier calle -las que más triunfan, las de siempre-, rutas por las casas de los amigos para avituallarse y tomar un refrigerio o paseos a caballo por las arenas que en poco más de veinticuatro horas recorrería la patrona de Almonte fueron algunas de las opciones elegidas por los rocieros para disfrutar de su romería mientras el tiempo aún era tiempo. El reloj avanza inexorable en la marisma, y los latidos de los peregrinos aumentaban de frecuencia, y lo seguirán haciendo hasta que se produzca la eclosión de todos los anhelos con el salto de la reja. Pero antes de eso aún queda disfrutar de un Domingo de Pentecostés que será jubilar, muy jubiloso… y también caluroso. Si todos los caminos llevan a Roma, todos los senderos del alma conducen al Rocío. Todo estaba donde debía estar el sábado de romería después del arranque de la misma el viernes de presentaciones. Llegaron a la aldea las hermandades filiales que restaban, los romeros llenaban cada rincón de alegría y fervor, el pontifical estaba totalmente preparado en la víspera de Pentecostés y la Virgen del Rocío aguardaba en su paso más esplendorosa que nunca.Si bien el viernes la gente fue llegando de forma escalonada a la aldea, el sábado esta ya rendía a su máxima intensidad. Las presentaciones de las filiales más señeras y con comitivas más numerosas contribuyeron a ello. La hermandad de Triana , una de las últimas en hacer acto de presencia en El Rocío, llegó por la mañana con su vasta comitiva de peregrinos apenas unas horas antes de su presentación, mientras que, sobre las once y media, ya aguardaban en la esquina de la calle Moguer los romeros de la hermandad de Villamanrique para postrarse ante la Blanca Paloma. La primera y más antigua es cada año la encargada de abrir las presentaciones del sábado de romería en el santuario sobre la hora del regina coeli. No se quisieron perder la cita los consejeros de la Presidencia y Cultura de la Junta de Andalucía, Antonio Sanz y Patricia del Pozo, presentes en la ermita a la hora de inicio de las presentaciones.El presidente de la hermandad Matriz, Santiago Padilla , dio la bienvenida a los romeros de las ochenta y una filiales más veteranas, que «nos traen hasta las marismas los ecos de fe de sus pueblos y ciudades». Tras un nuevo recuerdo al Papa Francisco, reflexionó acerca del lema «peregrinos de esperanza», aludiendo a todos los romeros que han acudido hasta la aldea, a los que pidió que lo sigan siendo en el camino de vuelta. A la Virgen pidió la paz en el mundo minutos antes de que Villamanrique de la Condesa entrase en la explanada del santuario con toda su caballería, incluido un escuadrón de la Guardia Civil, a eso de las doce y diez. Hasta la misma puerta llegó la repujada carreta manriqueña entre aplausos de todos los presentes y vivas al pueblo de Almonte, al de Villamanrique, a la provincia de Sevilla y a todos los rocieros.Ambiente y presentaciones de las hermandades filiales más antiguas en el sábado del Rocío 2025 manuel gómezSi la comitiva de Villamanrique era extensa, no se quedaba atrás la de Pilas , que llegó justo después. Sus pletóricos romeros acaban de comenzar a celebrar los 375 años de la antigua estampa de la Virgen que reproduce su icónico simpecado de color verde esmeralda, que presidirá una misa en la Catedral de Sevilla con motivo de tal efeméride en mayo del año que viene. Con una réplica de su antigua carreta de madera se plantó Pilas ante la Blanca Paloma. La muchedumbre que arrastraba la carreta era tal que tardó un buen rato en pasar al completo.Lo cierto es que las filiales más antiguas y su peso histórico, social y devocional son todos un espejo en el que mirarse para las más nuevas. Así ocurrió con las de Hortaleza y Valenciana de culto, que acudían acompañando a la hermandad de La Palma del Condado con una ilusión desbordada mientras en el cielo estallaban cohetes que anunciaban la presentación de la filial onubense más antigua con su preciosa carreta exornada con flores de tonos malvas.Carrión, con TrianaLas comitivas rocieras se agolpaban formando una larguísima hilera que llegaba más allá de la casa hermandad de Gines. Hasta allí alcanzaban las carretas de la hermandad de Triana, que este año estaban precedidas de su ahijada, la de Carrión de los Céspedes , que cumple su centenario fundacional. Esto hizo que la presentación de Triana, una de las que más expectación y revuelo genera cada año, adquiriera un cariz único en esta ocasión. Pasaba la una de la tarde cuando los romeros carrioneros ocuparon la explanada de la ermita y, tras ellos, los del viejo arrabal, que los apadrinaron allá por 1925. Una vez hubo pasado toda la caballería de Triana se presentaron a la vez ambos simpecados, dejando sin duda una de las estampas más singulares de la jornada en el santuario.Los romeros de Triana, una colosal masa de fervor con más de dos siglos de historia a sus espaldas, entonaron una y otra vez con el sombrero en el aire su clásico «¡Aquí estamos otra vez!» hasta que terminaron de pasar todas sus carretas. El sol brillaba en su máximo apogeo y las lágrimas se derramaban por las mejillas de los peregrinos recordando tantas vivencias y a tantas personas. Aquel momento contó con la presencia del presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, que recibió a ambas hermandades en la puerta de la ermita junto al presidente de la Matriz.Huelva, la hermandad con un mayor número de peregrinos , inundó los alrededores del santuario con su larga y peculiar fila de carros, todo un espectáculo de fervor rociero y buen gusto. Mientras tanto, las filiales que se iban presentando recién llegadas del camino, como la de Triana, se fueron instalando y comenzando sus almuerzos y convivencias. En una de las reuniones más veteranas de la sexta filial rociera tocaba cocido, como cada sábado de romería. Las risas y anécdotas del camino de ida se compaginaban con alguna que otra cabezada fruto de tantas horas de desvelo y peregrinación, y más de un suspiro y mirada al cielo por algún hueco vacío en las mesas de las familias y reuniones. «Pedimos nuestra propia carreta el año que nos casamos, y el primer camino desde que nos la concedieron lo hice embarazada de mi hija Rocío», comentaba emocionada María José mientras su marido, Zambruno, descansaba un poco después de llevar a los bueyes de la carreta. De aquello hace ya más de un cuarto de siglo.Ambiente y presentaciones de las hermandades filiales más antiguas en el sábado del Rocío 2025 manuel gómezLa fe se impone al calorLas visitas a la Virgen del Rocío se contaron por centenares y por miles. Todos los peregrinos querían contemplarla desde todas las perspectivas posibles y obtener ese instante íntimo de agarrase a la reja de la Blanca Paloma para dar gracias, pedir por tantas cosas o simplemente mirarla y no decir nada. Fuera también hubo importantes concentraciones de personas, con grandes colas en dos puntos: la capilla votiva, que un día más se llenó de velas y promesas; y, sobre todo, el quiosco de la marisma, donde las botellitas de agua fresca, los refrescos y los helados volaron para tratar de hacer frente a las altas temperaturas que marcaron la jornada en la aldea.Una agradecida pero ligera brisa hacía ondear las banderas vaticanas del altar que ya estaba instalado en la marisma para la misa de Pentecostés mientras continuaban las presentaciones a la calurosa hora crítica de la sobremesa. Ni el poderoso calor aminoró las ganas del coro de la hermandad de Sevilla por rezar cantando a las plantas de la Blanca Paloma en su especial camino número 75. Las palmas y los vivas de los peregrinos de platino que el pasado miércoles celebraron su misa de romeros en la plaza del Salvador como hace tres cuartos de siglo despertaron al adormilado público. Los más devotos y entusiastas se quedaron para ver el discurrir por la explanada de la ermita de hermandades como Huévar del Aljarafe, El Puerto de Santa María o Aznalcázar, y ya en la recta final de la tarde, el Cerro y Sevilla Sur. La fiesta no se detuvo en las casas de hermandad, donde las ganas de ver a la patrona de Almonte en la calle cada vez eran mayores.La tarde fue cayendo, y las temperaturas, también, para alegría de los presentes. La víspera de Pentecostés tenía el pulso de los romeros acelerado, y bien se notaba en todos los rincones de la aldea. Sevillanas bailadas en reuniones improvisadas en medio de cualquier calle -las que más triunfan, las de siempre-, rutas por las casas de los amigos para avituallarse y tomar un refrigerio o paseos a caballo por las arenas que en poco más de veinticuatro horas recorrería la patrona de Almonte fueron algunas de las opciones elegidas por los rocieros para disfrutar de su romería mientras el tiempo aún era tiempo. El reloj avanza inexorable en la marisma, y los latidos de los peregrinos aumentaban de frecuencia, y lo seguirán haciendo hasta que se produzca la eclosión de todos los anhelos con el salto de la reja. Pero antes de eso aún queda disfrutar de un Domingo de Pentecostés que será jubilar, muy jubiloso… y también caluroso. RSS de noticias de espana/andalucia
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